domingo, 26 de enero de 2020

#A220 Reino Eterno


Serie: Conozcamos a Dios

#A220 Reino Eterno






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Introducción

Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!

Amados en Cristo, queridos amigos, el Propósito y significado verdadero del Reino de Dios es ponerle fin a toda la locura de este mundo.

En el Amor de Cristo, quiero darles contexto de que implica lo Eterno y dilatado de Su Reino de lo cual habla en la parte a del versículo 7 de Isaías 9:

“7 Lo dilatado de su imperio…”

Amados, cuando se establezca el Reino Eterno de Dios, este universo que es Su Creación, volverá al lugar donde estaba antes de la rebelión, aunque en un estado avanzado con la estructura humana completa.

Vamos a la parte final de nuestro Fundamento en Su Palabra de esta Serie, que nos dice en Isaías 9:6-7:

“6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.”

Este 5to. Mensaje de esta Serie: Conozcamos a Dios, lleva por título:

Reino Eterno

Oremos

Reino Eterno

El Reino de Dios es sinónimo con el Reino de los Cielos, que es un Reino Eterno.

El concepto del Reino de Dios adquiere diferentes matices en su significado en diferentes pasajes de las escrituras.

En términos generales, el
Reino de Dios es el reinado de nuestro Dios Eterno y soberano sobre todo el universo.

Varios pasajes de las escrituras demuestran que Dios es el Soberano Eterno e indiscutible de toda la creación:

"El Señor ha establecido su trono en el cielo, y su reino gobierna sobre todo"
Salmo 103:19

El rey Nabucodonosor declaró:

"El reino de Dios es un reino eterno"
Daniel 4:3

Toda autoridad existente ha sido establecida por Dios; vamos a Romanos 13:1, donde la Palabra de Dios nos dice:

“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.”

Amados en Cristo, queridos amigos, concretamente el
Reino de Dios es un reinado espiritual en los corazones y en las vidas de aquellos que están dispuestos a someterse a la Autoridad de Dios.

Quienes desafían la Autoridad de Dios y se niegan a someterse a Él, no son parte del Reino de Dios; en cambio, aquellos que reconocen el señorío de Cristo y se rinden alegremente al reinado de Dios en sus corazones, son parte del Reino de Dios.

En este orden de reflexión, el Reino de Dios es espiritual y por lo tanto tiene su orígen adentro.

Jesús de Hecho lo dijo con claridad; dijo Su Reino no era de este mundo como lo dice en Juan 18:36; Escucha:

“Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.”

Cristo nos predica que es necesario el arrepentimiento para ser parte del Reino de Dios; en Mateo 4:17 nos dice:

“Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.”

En Juan 3:5-7 se evidencia que el Reino de Dios puede ser equivalente a la salvación, donde Jesús dice que se debe nacer de nuevo para entrar en el Reino de Dios.

Amados en Cristo, queridos amigos, al respecto del
Reino de Dios en las escrituras nos habla del reinado literal de Cristo en la tierra durante el milenio.

En Daniel nos dice que:

"Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre,”

Muchos otros profetas, profetizaron lo mismo; por ejemplo, Abdías 1:21; Habacuc 2:14; Miqueas 4:2; Zacarías 14:9.

Algunos teólogos se refieren al futuro, a la manifestación abierta del Reino de Dios como "el Reino de Gloria", y en el presente, la manifestación del Reino de Dios como el "Reino de la Gracia".

Ambas manifestaciones están conectadas; Cristo establecerá Su Reinado Espiritual por medio de Su Ekklesia en la tierra cuando Su Koinonía, Su Unidad en Verdad se manifieste; un día él establecerá Su Reinado físico en Jerusalén.

Dimensiones del Reino y la Naturaleza del Hombre

El
Reino de Dios tiene Dimensiones.

Cristo es Soberano del Universo que es Su Creación y por tanto en ese sentido Su Reino es Universal.

En 1ª. Timoteo 6:15, nos dice el Padre:

“a cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores,…”

Al mismo tiempo, el Reino de Dios implica arrepentimiento y el nuevo nacimiento, en la medida que Dios reina en los corazones de sus hijos en este mundo como una preparación para el próximo.

La tarea iniciada en la tierra encontrará su consumación en el cielo.

La Palabra de Dios en Filipenses 1:6, nos dice: 

“estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;…”

Amados en Cristo, queridos amigos, Dios creó al hombre con un propósito y es necesario estudiar cuál es ese propósito.
En Génesis 1:27-28, nos dice el Padre:
“27  Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.”

Es importante no solo entender, sino además Discernir cuál es la condición de todos los seres humanos y cuál es nuestra verdadera naturaleza.
Si nos mueve el corazón Conocer la Obra y Creación de Dios, necesitamos considerar y Discernir tanto la naturaleza del ser humano como el Propósito de Dios al crearlo.
Amados en Cristo, queridos amigos, el cambio que sufrió la humanidad por la introducción del mal, y el plan de Dios para cumplir, sin embargo, su glorioso propósito en la formación de Su Creación, conforme a Génesis.
Propósito de la Creación

Amados en Cristo, queridos amigos, la Creación del hombre y de este planeta no fue por pura casualidad.

Dios tiene un Propósito que se va a cumplir cuando la gran controversia entre el bien y el mal llegue a su fin.

Les invito a reflexionar en esto, tomado de una referencia pública:
“Dios creó al hombre para la Gloria divina, para que después de pasar por la prueba y la aflicción la familia humana pudiera llegar a ser una con la familia celestial.”
El Propósito de Dios era repoblar el Reino con la familia humana; para ello nos es necesario mostrar Obediencia a cada palabra divina.
Adán mismo fue probado en Obediencia; si hubiese soportado la prueba, hubiera instruido a sus hijos tan solamente en un sendero de lealtad.
Su mente y sus pensamientos habrían sido como la mente y los pensamientos de Dios.
Habría sido enseñado por Dios como su labranza y edificio.
Su carácter habría sido modelado de acuerdo con el carácter de Dios.
El Propósito de Dios al crear a Adán y Eva era que la simiente de ellos ocupe el lugar de los ángeles caídos, que según la Biblia fueron la tercera parte.
“y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.”
Apocalipsis 12:4

Si, nos habla de la 3ra. parte de millones de millones en este Diseño Eterno.

En Daniel 7:10, nos dice:
“Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.”

Amados en Cristo, queridos amigos, el hombre entonces y ahora, tiene que pasar la prueba de Obediencia a cada palabra divina, no solamente a lo que le gustaba o le convenía, y esa es la decisión que nos corresponde decidir a cada uno de nosotros.
Un Nuevo Pacto 
Amados en Cristo, la Obediencia es una decisión de carácter personal e individual.
El Nuevo Pacto se estableció sobre ‘mejores promesas,’ la promesa del perdón de los pecados y de la Gracia de Dios para renovar los principios de la ley de Dios.
El Profeta Jeremias nos dice en el capítulo 31, verísculos 33 y 34:
33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.”

La condición de Obediencia a la palabra de Dios no ha cambiado.
Sigue siendo la misma condición para nosotros como lo fue para Adán y Eva.
Es importante comprender también que, después de la caída de Adán, Dios tiene otro Propósito más para el hombre.
La Palabra de Dios nos dice en 1ª. Corintios 3:9 :
“Porque nosotros somos colaboradores de Dios; y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.”
Es parte de nuestro Propósito ser colaboradores con Dios en el plan de redención, para cumplir Su Propósito que es el de repoblar el Reino, Su Reino con todos los hombres y mujeres redimidos de todas las edades.
Reflexión

¿Deben los que siguen a Cristo ser menos inteligentes, y mientras profesan dedicarse a su servicio ignorar los medios y recursos que han de emplearse?
La empresa de ganar la vida eterna es superior a toda consideración terrenal.
A fin de conducir a las almas a Cristo, debe conocerse la naturaleza humana y estudiarse la mente humana, que son Diseño de Dios.
Se requiere mucha reflexión cuidadosa y ferviente Oración para saber cómo acercarse a los hombres y las mujeres a fin de presentarles la Verdad del Evangelio del Reino.
Debemos profundizar en el Diseño de la naturaleza humana y ser colaboradores con Dios con el fin de “llevar almas a Cristo,” no al hombre.
La salvación de la humanidad caída no se encuentra en una institución religiosa humana.
La salvación se encuentra únicamente en el trabajo de Cristo como Sumo Sacerdote en el Santuario Celestial, gracias a los medios que él consiguió en su primera venida a esta tierra:
Su Vida de Obediencia perfecta a la Ley y su sangre derramada en la Cruz.
En Hechos 4:12, nos dice Dios:
“En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre debajo del cielo dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”
Conclusión

Amados en Cristo, queridos amigos, ¿Estamos llevando almas a los hombres o a Cristo?
El trabajo de la Ekklesia debe ser el de llevar almas a Cristo, para que aprendan a confiar en el trabajo que Él realiza como Mediador de la Creación en Su Reino.
Sin embargo lo que en verdad esta sucediendo hoy, es que el trabajo de la iglesia está siendo el de llevar almas a la organización u organizaciones creada(s) por el hombre – en la mayoría de los casos con excepciones, sin duda - para que pongan la confianza de salvación en la institución y sus ritos, en lugar de hacerlo en Cristo.
Muchos hoy profesan ser siervos de Cristo, aunque en verdad no están dejandose utilizar por Dios, para llevar almas a Sus pies, pues la Gran Comisión es para todos, no solo para un Ministerio…el de Evangelismo; de hecho, en la Palabra de Dios no nos habla de Ministerios.
De lo que si nos habla es de Oficios y Llamado.
En Verdad el Diseño de Dios es Establecer Su Reino por medio de Su Ekklesia y en ello Su Gobierno desde Su Espíritu Santo Gobernando nuestras vidas.

Oremos

¡Dios los Bendice!

Ps. Jorge Macías Benítez