lunes, 21 de septiembre de 2015

Bautismo - 10a. Asamblea

Bautismo...


#A10 a. Asamblea

Reino de Dios Ministerios

Página Web : http://reino-de-dios-ministerios.org
Página Facebook : Reino de Dios Ministerios
Blog : reinodediosministerios.blogspot.mx
Soundcloud : Jorge Macías Benítez
Google Plus : Pastor Jorge Macías Benítez
Twitter : Pastor Jorge Macías Benítez
YouTube : Pastor Jorge Macías Benítez Canal :  Reino de Dios Ministerios



Mis Amadas y Amados en Cristo, Hijas e Hijos, Hijas e Hijos en Su Espíritu, Bendiciones!


Por la Gracia de Dios hemos llegado a nuestra 10a. Asamblea en esta Congregación, que es una parte, una Esfera de Influencia de la Visión de Dios para estos Ministerios Reino de Dios, Gloria a Dios!!!


Hasta el  momento el Señor nos ha hablado de la Visión misma que me entregó, de la cuál me ha Pasado una porción del Manto de Cristo; junto con ello y siendo parte del Fundamento sobre el cuál Dios me ha instruido para que Él Edifique este Mover, nos ha venido Ministrando primero de la Paternidad Espiritual, sin la cuál no es posible Posicionar los 3 Fundamentos en nosotros y que nos ha instruido son la Santidad, Obediencia y Lealtad. A partir de esos Tefilin, el primer fruto del Reino...Su Identidad de Reino para mí, para tí..!


En seguida el Señor nos Ha Ministrado en dos Asambleas consecutivas, al respecto de Establecer una Relación Personal e ïntima con Él.


Todo este Mover del reino y estas Ministraciones, por instrucción que Él me ha dado, las he publicado en el Blog http://reinoddios.blogspot.mx.


Ahora mis Amadas y Amados en Cristo ha llegado un Tiempo, un Kairos de Dios para que Él nos Ministre del Bautismo; lo quiere hacer desde una Dimensión completamente distinta a la que nos han compartido o enseñado, y ello tiene un Origen, un Propósito de Reino.


De ello, ya nos ha hablado tanto en la Visión de Reino de Dios, nuestra Congregación tipo la Iglesia de Filadelfia en Apocalipsis 3: 7-13, y también con un poco más de detalle en nuestra Declaración de Fe.


En la Visión el Señor nos dice :


Siendo Bautizados en los Kairos de Dios :


  • En Agua
  • En Su Espíritu
  • En Fuego


En la Declaración de Fe, el Señor nos instruye y en ello creemos :


Bautismo de Agua
Creemos que el bautismo en agua es una señal del poder de la sangre de Jesús que limpia nuestros pecados y que es testimonio de nuestra fe en el Señor Jesucristo. Juan 3: 1-5

1Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. 2Éste vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. 3Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 4Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 5Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

Discierne y Reflexiona mi Amada, mi Amado...el que no naciere del Agua y del Espíritu....si el bautismo en agua no es todo y no es suficiente para entrar en el Reino de Dios...!! es una condición clara que se indica en Su Palabra...!

Bautismo en el Espíritu Santo
Creemos que el Bautismo en el Espíritu Santo es uno distinto al bautismo en agua y con propósito de que las hijas y los hijos de Dios que lo reciban por imposición de manos de un Ungido de Dios,  le sean activados por Gracia Unción, Poder y Dones. Hechos 19.


Bautismo de Fuego
Creemos que el Bautismo de Fuego que acompaña la Habitación de Su Espíritu en su hija o hijo, y que nos indica la Palabra de Dios, es una Señal que recibe y da Testimonio de la hija o hijo de Dios al cuál el Padre le ha Regalado con vivir una prueba tipo Jesucristo en su caminar ó en la cruz, y es a manera de Pacto del Padre y el Hijo en Su Espíritu, llevando a Sus Herederos a Madurez Espiritual y de Unción, especiales. Mateo 3:11.


A partir de este momento mis Amadas y Amados en cristo, el Padre y Nuestro Señor y Salvador, empiezan con nosotros, en tí, una jornada de Posicionamiento personal en Su Presencia...una jornada que te llevará a Conocer y discernir el Diseño del Reino al respecto el Bautismo, Diseño y Propósito.


Empecemos…


Dice la Palabra de Dios en Mateo 3:11


Yo a la verdad os bautizo con agua para arrepentimiento;
pero el que viene tras mí, cuyo
calzado no soy digno de llevar, es más poderoso que yo;
él os bautizará en Espíritu Santo y fuego


En este pasaje bíblico se mencionan dos bautismos: el bautismo con agua para arrepentimiento, y el bautis­mo en Espíritu Santo y fuego.


Nos ayudará a diferenciar el significado de ambos bautismos si en cada caso se reconoce el instrumento, es decir el que obra, el sujeto, y el elemento empleado.


En el primer bautismo, el instrumento es el ministro, el sujeto es el pecador arrepentido, y el elemento es el agua. Esto es, el ministro bautiza con agua a todo aquel que con­fiesa y abandona su pecado.


En el segundo bautismo, Cristo es el que obra, el sujeto es el hijo de Dios, y el ele­mento es el Espíritu Santo; entonces es Cristo Jesús quien bauti­za al creyente con el Espíritu Santo.


Identifiquemos ahora, también la diferencia entre el bautismo por el Espíritu Santo y el bautismo con el Es­píritu Santo.


En 1a. Corintios 12:13, el apóstol Pablo acla­ra diciendo: “Por un solo Espíritu fuimos todos bautiza­dos en un cuerpo.” Aquí el instrumento es el Espíritu Santo, el sujeto es el creyente, y el elemento es el cuer­po, la Iglesia de Cristo. Este es el bautismo por el Espíritu Santo;


En el bautismo mencionado en el texto que aparece en Mateo 3:11, Cristo es el que obra y el elemento es el Espíritu Santo. Este es el bautismo con el Espíritu Santo.


Dice el Wesley Center...“Es de lamentarse que en nuestras iglesias hoy en día, se hace hincapié en el bautismo con agua y se descuida casi por completo el bautismo con el Espíritu Santo.” ...tomemos nota y reflexionemos...estamos hablando del fundamento de los Metodistas originales....


Los padres se preocupan porque sus hijos reciban el bautis­mo con agua y por bautizarse ellos también, pero en el curso de su vida cristiana, año tras año, no reconocen la importancia de recibir el bautismo del Espíritu Santo. Se interesan más en que el ministro de la iglesia les bau­tice, que en ser participantes del bautismo que el Señor provee.


La importancia del bautismo con el Espíritu Santo se deja ver en el hecho de que se menciona en cada uno de los Evangelios, así como en los Hechos de los Apósto­les.


Reflexionemos en ello; vamos a Mateo 3:11; Marcos 1:8; Lucas 3:16; Juan 1:33 y Hechos 1:5. Son relativamente pocas las enseñanzas que aparecen tan repetidamente en las páginas del Nuevo Testamento.


La palabra clave para entender nuestro texto es “fuego.”


El fuego es uno de los muchos símbolos del Es­píritu Santo, que se menciona en las Sagradas Escrituras.


En el Antiguo Testamento se encuentra el símbolo del viento o del aliento. El Espíritu Santo es el aliento - Shekina o Yekina - de Dios en nosotros, emblemático del ministerio vivificante del Espíritu. También aparece el símbolo del aceite, cuyo significado es la unción del individuo por el Espíri­tu Santo, equipándolo para determinada tarea.


En el Nuevo Testamento se halla el símbolo del agua. Jesús dijo: “El que no naciere de agua y del Espíritu, no pue­de entrar en el reino de Dios.” Aquí el agua indica que es preciso lavar los pecados. Juan 3.


Finalmente, se presenta el símbolo del fuego, que tal vez es el mayor dramatismo. Significa el ministerio del fuego purificador que acrisola y otorga poder….si, como a Jesús mismo en Mateo 4…


En una Reflexión que recibí para explicar al nuestro Dios triuno, se describe :


“Me agrada pensar en la Trinidad de esta manera: Dios el Padre es como el potente sol en los cielos. El sol es fuente de luz y calor y vida. A pesar de hallarse muy distante, es de tanta brillantez que no es posible que a simple vista se pueda observar. Dios, así mismo, es la Fuente de luz, calor y vida espirituales. Posee majestad tan sublime, que los ojos humanos no pueden contem­plarlo. A veces nos parece que se halla muy distante.
“Jesucristo es semejante a los rayos del sol que ha­cen descender luz y calor, y nos parece que ese astro se encuentra cerca de nosotros. Jesús es Dios encarnado. Los hombres lo contemplaron y en Él se manifestó la gloria del Padre. Su presencia se hizo realidad.
“El Espíritu Santo es como un lente de aumento, el cual si se coloca en el sol sobre una hoja de papel, concen­trará sus rayos en un punto y arderá el papel. Así también el Espíritu Santo, concentra la gracia y el poder de lo alto, sobre todo el que está dispuesto a recibirlo y enciende en su ser, el fuego divino.”


Gloria a Dios..!!! El Espíritu Santo es como un lente de aumento que enciende el alma humana. No es de extrañar que las Sagradas Escrituras hablen del bau­tismo por Cristo como bautismo “con fuego.”


Los científicos nos dicen que el fuego contiene tres rayos distintos. El primero es el rayo actínico que produ­ce cambios químicos, que ablanda el acero y reduce la madera a cenizas. El segundo es el rayo calórico que pro­duce calor, y el tercero es el rayo luminoso que produce luz.


Estos datos nos ofrecen una clave a la obra del Espí­ritu Santo en nuestra vida. El fuego del Espíritu Santo reduce a cenizas lo impuro; al producir calor espiritual, imparte su poder; y luego...sigue ardiendo perpetuamente.
Reflexionemos en estos tres aspectos:


  1. EL ESPÍRITU SANTO QUEMA IMPUREZAS.


El pecado es de naturaleza doble: reside en los actos y en las actitudes. Hay pecados de la carne y pecados del espíritu, y las Sagradas Escrituras lo revelan.


Por ejemplo, en los Diez Mandamientos, Dios dice: “No hurtarás.” Pero también dice: “No codiciarás.” Hur­tar es un acto externo, pero la codicia es una actitud inter­na. El hombre codicia en su corazón y luego se entrega al robo con las manos. Ambas cosas violan los manda­mientos divinos.


En su plegaria de arrepentimiento (Salmos 51) David exclama angustiosamente: “Borra mis rebeliones” y luego implora: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio.” David comprendía que los pecados de adulterio y asesi­nato que había cometido eran el resultado de un estado pecaminoso interior.


En el Sermón del Monte, Jesús dijo: “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás... Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será cul­pable de juicio” (Mateo 5:21-22). El enojo o el odio es una actitud mental. El asesinato es un acto externo, los hom­bres primero odian y después matan.


Jesús también dijo en este sermón: “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cual­quiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulte­ró con ella en su corazón” (Mateo 5:27-28). La codicia nace en el corazón y da por resultado el adulterio.


En su primera Epístola, el apóstol Juan presenta con toda claridad, la diferencia entre los pecados y el peca­do. En su forma plural se dan a entender actos pecami­nosos externos. La forma singular exhibe una condición pecaminosa interna, el origen del pecado. A través de las Sagradas Escrituras, se observa claramente la doble natu­raleza del pecado.


Se ve también en la vida de los discípulos de Jesús. Es cierto que cuando El los llamó, abandonaron sus ocu­paciones y profesiones y le siguieron gozosos. Al vivir con El día tras día, fueron transformados maravillosa­mente, de tal manera que el Señor en su oración testifica de ellos ante el Padre, diciendo: “Han guardado tu pala­bra, las palabras que me diste las recibieron y han creído que tú me enviaste: No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo” (Juan 17:6, 8, 16). En otra ocasión Jesús dijo a sus discípulos: “Regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos” (Lucas 10:20). Indu­dablemente eran hombres convertidos, regenerados, liber­tados de las transgresiones.
Pero al fijarnos detenidamente en la vida de los dis­cípulos, muchas veces fueron derrotados por su natura­leza pecaminosa. A veces se dejaba ver en ellos el orgu­llo. En una ocasión discutieron entre ellos, acerca de quién sería el mayor, y Jesús entonces tomó a un niño y lo puso en medio de ellos, diciéndoles: “El que es más pequeño entre todos vosotros, ése es el más grande” (Lu­cas 9:48). Marcos añade en su Evangelio las siguientes palabras: “Si alguno quiere ser el primero, será el postre­ro de todos, y el servidor de todos” (Marcos 9:35).


En ocasiones demostraban un espíritu egoísta. Jaco­bo y Juan una vez se acercaron al Maestro y le pidieron que les concediera el privilegio de sentarse el uno a su derecha y el otro a su izquierda, cuando estableciera su reino. Jesús les reprendió y les llamó la atención al he­cho de que mientras ellos deseaban tronos y cetros, El iba camino a la cruz (Marcos 10:35-40).


En esa misma vez, al oír los demás discípulos lo que pedían Jacobo y Juan, se despertó en ellos el espíritu de envidia y se disgustaron con los dos hermanos. De nuevo tuvo el Señor que hacer comprender a todos que “el que quiera hacerse grande entre vosotros, será vuestro servi­dor” (Marcos 10:43).


Por último, aquella noche de la crucifixión, los discí­pulos exhibieron un espíritu de temor y cobardía. Pedro negó a su Señor tres veces. Los demás huyeron y se ocul­taron. Aún después de la resurrección se hallaban tras puertas cerradas, por temor a los judíos (Juan 20:19).


Todas estas ilustraciones, nos indican clara­mente que el pecado es de naturaleza doble y que nece­sitamos ser librados no sólo de nuestras obras de pecado externas, sino también de esa condición pecaminosa interna.


Por consiguiente, el ministerio del Espíritu Santo es doble.


  • Por renovación se entiende que el Espíritu San­to opera a semejanza del agua, limpiándonos de nuestras culpas externas.
  • Por santificación, se entiende que opera como el fuego, purificándonos de las manchas internas y acrisolando nuestra naturaleza.


Sólo hay un remedio para la plaga del pecado en el corazón, y éste es el fuego purificador del Santo Espíri­tu. El puede destruir la envidia, el egoísmo, la cólera, el odio, la codicia. Nos ayuda a crecer en el conocimiento de Cristo, y a actuar conforme a su voluntad. El fuego del Espíritu quema la escoria e imparte pureza.


El apóstol Pedro, al hablar de este ministerio purifi­cador del Espíritu Santo, dijo a los miembros del primer concilio cristiano en Jerusalén: “Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones” (Hechos 15:8, 9).


  1. EL ESPÍRITU SANTO QUEMA PARA DAR PODER


El Señor Jesús reveló el segundo resultado del bau­tismo con el Espíritu Santo cuando dijo a sus discípu­los, antes de su ascensión: “Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testi­gos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8). En su último mandato, el Señor expresa esto claramente: “Quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto” (Lucas 24:49).
Que estaban pensando los Apóstoles y quienes les acompañaban en aquel Aposento Alto…?. quizá, les acechaban temores, les asaltaba la duda, la cobardía era como una piedra de molino atada al cuello…?
No obstante, podemos pensar al menos que dos cosas les mantenían resueltos.
Una de ellas era el acontecimiento del que ha­bían sido testigos; la otra era una preciosa promesa. Aun­que habían sido lentos en aceptar la resurrección, ahora ya estaban convencidos de esa realidad. ¡El Maestro vivía! Además tenían la promesa: “Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo.” El divino Maestro les había dado su palabra y no les dejaría. Aque­lla promesa se cumplió el día de Pentecostés y nos dicen las Sagradas Escrituras que “todos fueron llenos del Es­píritu Santo.”
Reflexionemos en este Diseño de Dios...¡Cuánto necesita la iglesia este poder! Sin él no ten­drá éxito en su misión ante el mundo, no obstante su vasta organización y recursos materiales. Pero si echa mano de ese poder, ni las puertas del infierno prevalecerán contra ella.


    3.   EL FUEGO DEL ESPÍRITU SANTO SE PROPAGA
Una de las principales características del fuego, es la de propagarse.
El fuego del Espíritu Santo también puede propagarse. Si arde en el alma de algún creyente, se extiende has­ta los miembros de su familia. Al inflamar el corazón de un pastor, el fuego se manifiesta en toda la congrega­ción. Cuando arde en la vida de algún laico, se enciende una llama espiritual en toda la comunidad.
Hace muchos años que el Espíritu Santo encendió el corazón de un joven ministro anglicano en Inglaterra, Juan Wesley, y por medio de él, la llama se extendió por todo el país, dando por resultado un avivamiento espiri­tual y una revolución social.
Algún tiempo después, el Espíritu Santo ardió en la vida de un joven zapatero bri­tánico, Guillermo Carey, y por medio de él se extendió el fuego a otros miembros de la iglesia y hasta a los clé­rigos. Este fue el principio de la obra misionera moderna, tal vez el período más sobresaliente en la historia de la iglesia.
En época reciente, el fuego del Espíritu Santo abrazó a un joven desconocido, llamado Billy Graham, y por su conducto la llama ha abarcado todo el mundo, con las más poderosas campanas evangelísticas en la historia de la iglesia cristiana.
Reflexionemos en esto….debido a obra e hombre...¡Largo tiempo se ha encerrado al Señor Jesús dentro de las cuatro paredes de la iglesia, y el mundo exterior no se ha enterado de su presencia, ni ha reconocido su gloria!
Pero cuando la iglesia recibe el bautismo del Es­píritu Santo y ese fuego la llena, el Conocimiento del Salvador se extiende por todos los ámbitos.
En lugar de que el mensaje se circunscriba a un solo hombre, el pastor, hallará eco en toda la congregación. En vez de un sermón de media hora los domingos en la mañana, el mensaje se repetirá en las conversaciones aquí y allá; y resultará que el mensaje no se habrá dejado olvidado, sino que se escuchará en los hogares, fábricas, salones de clases, oficinas.
Escucha esta historia…..un pastor trataba de atraer a un joven que se decía ateo ala Congregación, jamás lo logró. Un día se incendió el templo y de todas partes corrían las gentes para ayudar a apagarlo. Era en los días cuando el agua se transportaba en carros de caballo y se necesitaban bri­gadas de hombres para arrojar cubetas de agua. El pastor se sorprendió al ver al ateo al frente del grupo que combatía el fuego. A manera de broma le dijo el ministro: “Esta es la primera vez que lo veo en la iglesia.” “Cierto,” repuso el ateo, arrojando más agua a las llamas, “¡y es también la primera vez que hay fuego en su iglesia!”
Cuando la iglesia cristiana recibe el bautismo del Espíritu Santo, se capacita para servir más eficaz­mente y el mundo dará atención a lo que dice y hace.
El bautismo con el Espíritu Santo, obra de Cristo, no es algo secundario sino fundamental e indispensable. No es algo que se pueda tomar o dejar, según se desee; es requisito esencial para una vida conforme al Propósito de Dios.
El doctor E. Stanley Jones, misionero y evangelista veterano de la India, de su vasta experiencia testifica lo siguiente: “Vine a la India convencido de ello, y los años lo han comprobado: El Pentecostés no es un lujo del es­píritu; es necesidad urgente para la vida. El ser humano fracasa si el Espíritu Santo no le posee. No hay otra alter­nativa: Pentecostés o desastre.”
Mis Amadas, mis Amados en cristo….que Poderosa Visión nos está compartiendo el Señor...hasta aquí..!! Hallelujah..!
A manera de Establecimiento de este Fundamento, el Señor nos lleva a Hechos 19...
Reflexionemos en esta Poderosa Porcion de Su Palabra...
Ahora escucha…lo que nos dice en Zacarías 13: 7-9
“Levántate, oh espada, contra el pastor, y contra el hombre compañero mío, dice Yahweh de los ejércitos. Hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas; y haré volver mi mano contra los pequeñitos. Y acontecerá en toda la tierra, dice Yahweh, que las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas la tercera quedará en ella.
Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y el dirá: Yahweh es mi Dios.”


No dice ellos invocarán mi nombre, sino él, porque Dios le habla al hombre, a cada uno en particular y también porque somos uno con Él y pertenecemos al Unigénito del Padre, a Cristo al que tiene la única genética espiritual de Dios, ya que al entrar a formar parte del Cuerpo de Cristo ya no somos sino uno en Cristo.


Así es como Dios nos adelanta los acontecimientos del remanente que ha sido salvo por la Gracia de Dios, los que han tenido fe, ese don que solo da Dios.
Pero es después de la fe, que Dios nos habla del último paso, el bautismo de fuego. Este fuego es espiritual y es el que quema en nosotros las costumbres, tradiciones y razonamientos del hombre muerto que éramos antes de conocerle a Él.  
Ese fuego purificador de Dios, finalmente nos librará de lo que nos quede del mundo, para que quede nuestra alma limpia en Espíritu con Cristo antes de ir con Él a Su Reino.
Ahora... el Bautismo de Fuego no es solo para el último tiempo de cada uno, sino que empieza cuando la persona se compromete, se Apasiona con Dios para ser circuncidados espiritualmente y quitado ese peso de la carne que impide que abramos nuestro corazón.
El  mismo Dios nos tiene preparada una prueba de fuego para sacarnos a victoria el día de la tribulación, ¿o quizá antes?.
Otros tuvieron una lucha terrible; en otro tiempo Juan Bautista era decapitado, el profeta Zacarías era apedreado en el templo, Esteban era apedreado, y otros niños de menos de dos años asesinados convirtiéndose en mártires de Jesús….
Mis Amadas y Amados...aunque sin llegar a Ser Mártir de Cristo, con humildad les comparto que yo mismo fuí llevado ahí….en Enero pasado….viví y vi, por un breve tiempo, lo que Jesús vivió en la Cruz...el Precio que pagué y Ahora sigo Pagando por la Posición que Clamé a Dios me entregara….esta….la de Padre Espiritual y Recibir Manto de Cristo para el Apostol, Profeta y Pastor….
El Señor me llevó a escribirlo en la Visión de Reino de Dios…
“ Bautismo de Fuego, ha sido una Señal entre muchas otras que he Recibido, Discernido y Vivido para Sellar y Establecer Su Pacto y yo con Él en mi cuello y mi corazón…”


Mis Amadas y Amados...el Señor quiere que busques desesperadamente, con Pasion y en Su Fuego, que El personalmente afirme y selle en tu corazon esta Su Verdad y Revelacion…!!


Para ir terminando…


Jesus crea un individuo limpio, purificado, y después capaz de unirse con Dios, para compartir la naturaleza divina de Dios. A menos que el hombre obtenga la Gracia de Dios purificadora y milagrosa para limpiar su corazón, no puede estar en la presencia o agradar a Dios.


Este bautismo ocurre después que el hombre ha crucificado su naturaleza egoísta y pecaminosa en la cruz interna de la negación propia. Este Bautismo por Fuego, es el bautismo de la muerte de la naturaleza egoísta, es el único bautismo que se necesita: un solo Señor, una fe, un bautismo. Efe 4:5.


Este es el fin de su yo carnal, a medida que Cristo viene y destruye este espíritu restante de Satanás en su interior por medio del brillo de su venida, con las palabras de su boca, al aplastar la cabeza de Satanás bajo tus pies. El juicio final. El bautismo último y paso final del Bautismo de Espíritu Santo: en la muerte de Cristo. Compartir su muerte.


Jesús entonces es resucitado en tí para ser tu verdadero Señor….y así es que Ahor aVive en tí...por medio de Su Espíritu.. 2 Cor4:14, Col2:11-12,3:1, Efe 2:6; quien ordena todas sus palabras y acciones, y estas acciones son obras para mostrar el Amor y el Poder de Dios hacia el mundo.


Las tristes experiencias nos ha dicho en nuestros días, que un gran número creyeron a la verdad, y sin embargo probablemente nunca serán salvados. Han hecho un naufragio de su fe, pero si hubieran sido bautizados [con fuego], si ellos hubieran sufrido el bautismo, si hubieran sido sepultados con Cristo en el bautismo...como sería ahora su caminar…??!!


Hay muchos que permanecen en la creencia de la verdad, y sin embargo no están bautizados. No están muertos, ni enterrados, a pesar de que han recibido una fe igualmente preciosa con nosotros; esa fe que es de la operación de Dios, y que es valiosa en su naturaleza para todos los que la reciben, y que obraría el mismo efecto en todos también, si no fuera obstruida. Pero a pesar del hecho de que han recibido la fe para la salvación de sus almas, sus almas están cautivas, sus almas están sujetas a pasiones y los placeres, y vanidades, y las cosas vacías y necias, y las pasiones y corrupciones, después de que han recibido la fe.


Mis Amadas y Amados...cuantas, cuantos conocen que se dicen Hijas e Hijos de Dios y que aún viven conforma a la carne...sin fruto y sin Señales..??


Es ello sin duda, una demostración evidente de que les falta el bautismo de Aquel en quien creen.


Han creído en Cristo Jesús, que viene después de Juan, y fue antes que él; y ahora después de haber creído en él, les falta ser bautizados por él.


Porque la falta del Bautismo de Fuego, la contaminación y la corrupción que había crecido en sus naturalezas en el momento de su enajenación aún prevalece.


No se puede llegar a obtener este bautismo, sino por medio de sumergirse en lo que los destruye, lo que los mata.


Nadie puede encontrar la vida que es Eterna, sino los que están dispuestos a ser entregados a los muertos, y sometidos a este Bautismo - es decir, por el Espíritu Santo y el fuego.


Sólo entonces tendrás vida...vienen a la resurrección; es imposible que la muerte detenga a los que son llevados en este bautismo, así como fue imposible detener a Cristo, cuando estuvo en la tumba. El mismo poder que resucitó a Cristo nuestro Señor de entre los muertos, el mismo poder es que nos despierta, mientras permanecemos en estos cuerpos mortales, después de haber soportado esta muerte y crucifixión, [sobre la cruz de la negación propia].


La caminata de la fe hacia el Bautismo en espíritu Santo y Fuego, (el cual es el único bautismo verdadero), no es una caminata corta, ni es lograda al pedir u orar por ella; sólo ocurre después que has hecho lo siguiente: esperar en el Señor, escuchar Sus muchas reprensiones y exhortaciones en Amor, consistentemente obedeciendo Sus muchos mandatos, morir diariamente en la cruz interna de la negación propia, sufriendo muchas pruebas y tribulaciones, y soportado con paciencia y persistencia hasta el final.


Oremos...


Dios los Bendice…!!!