domingo, 20 de diciembre de 2015

Edificando Muros : Celo, Certeza y Seguridad para el Templo y Habitación del Gobierno del Reino - 23a. Asamblea

Edificando Muros : Celo, Certeza y Seguridad para el Templo y Habitación del Gobierno del Reino


Serie El Gobierno del Reino de Dios


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Mis Amadas y Amados, buenos días..!!


Ha sido esta una semana de mucha y profunda Oración y Reflexión.


El Señor me ha llevado a Discernir y Decidir cambios en mi caminar y con ello en Mi Servicio a Él.


También, he pasado mucho tiempo escuchando, profundizando, meditando en todos los Diseños que en esta 22 semanas, en estas 22 Asambleas nos ha entregado y todo lo que con esos Fundamentos, ha venido edificando.


En las últimas 3 Asambleas nos Ministrado en con la Serie : El Gobierno del Reino de Dios que hasta ahora está integrada con estas Ministraciones :


  1. Ester : Operando el Gobierno del Reino
  2. Primogenitura y herencia : el Gobierno del Reino en Medio Oriente
  3. El Templo : Habitación para el Gobierno del Reino


Ahora me ha instruido con esta nueva Ministración a la que ha asignado el nombre Edificando Muros : Certeza y Seguridad para el Templo y Habitación del Gobierno del Reino.


El Padre y el Hijo nos han Inundado con Su Espíritu y han Constituido Morada Eterna en nuestro corazón, Habitación con estas Ministraciones que Edifican Su Gobierno en nuestras vida y desde Ahí a donde Él nos Lleve y nosotros caminemos en Obediencia, Gloria a Dios.


Sin más introducción, doy Inicio con esta Ministración de Su Verdad y Diseños.


Comencemos con la definición y Etimología de la Palabra...


Muro
vocablo masculino
  1. Pared gruesa; en especial la pared exterior de un edificio u otra construcción que limita su perímetro.
  2. "en América Central, los terremotos obligan a suprimir las torres y hacer muy anchos los muros; el muro de Berlín separaba la República Democrática Alemana de la República Federal"


Pared o tapia.


Muralla.


Elemento de construcción formado por ladrillos, bloques, etc., unidos generalmente por mortero de yeso, cal o cemento y cuyas dimensiones de longitud y altura predominan sobre las de espesor. Tiene dos funciones básicas: limitar un determinado espacio o servir de soporte a otras estructuras.
muro cortina El que no tiene función sustentante; está adosado a la estructura del edificio, aislandolo del exterior.
muro de carga El que funciona como elemento de sostén de pisos y cubiertas.
muro de contención El que contiene el empuje de tierras o aguas.
geol. Parte inferior de una capa o banco mineral.


Etimológicamente la palabra muro viene del hebreo,  jômâh; griego, téijos.


Exploremos la historia y evolución de la utilidad de los muros usados por el Pueblo de Dios.


Las ciudades y los pueblos antiguos estaban rodeados por sistemas de fortificación que usualmente consistían en muros de piedra, ladrillos o tierra apisonada.


Los más antiguos encontrados hasta hoy en Palestina son los de los niveles inferiores de Jericó, construidos con piedras en un período anterior al invento de la cerámica.


Los de la Edad Temprana del Bronce (3er milenio a.C.), como los de Hai. Tell el-Fâr{ah (quizá Tirsa) y Meguido, eran estructuras formidables con un espesor de entre 7,5 y 9 m. Consistían en 2 paredes de piedra paralelas y un núcleo de tierra y piedras entre ellas.


Ejemplos de estas fortificaciones son las murallas de Qatna, en Siria; Ascalón, en Palestina del sur; y Tell el-Yehãdîyeh, en el Egipto inferior.


Durante la Edad Tardía del Bronce (c 1600-1200 a.C.) los cananeos perfeccionaron más los muros de las ciudades añadiéndoles fuertes torres, y estructuras monumentales en las puertas, reforzadas con torres.


Muros, Torres... Atalayas…y Puertas...eran los 3 elementos, Fundamentos de la protección para estos pueblos y en específico para el Pueblo de Dios.


Los bloques de piedra que se usaron durante este período eran usualmente mayores que los empleados anteriormente, y en algunos casos (Bet-sán) se levantaron paredes dobles en forma de casamata; es decir, 2 paredes paralelas conectadas con paredes transversales formando como pequeñas habitaciones.


Los israelitas quedaron muy impresionados por los sólidos muros de los cananeos (Nm. 13:28), pero durante la primera parte de su historia en Palestina no hicieron intentos de edificar ciudades fortificadas para sí mismos.


Hasta ese momento vivían en campamentos como lo habían hecho durante su peregrinación por el desierto, y dejaron las ciudades fuertes en manos de los cananeos (Jue. 1:21, 27-33).


Con el paso del tiempo tomaron algunas de esas ciudades y comenzaron a utilizar las técnicas de construcción de los cananeos; pero la evidencia arqueológica muestra que su edificación, al principio, fue muy inferior a la de éstos, como lo demuestra claramente, por ejemplo, el pequeño castillo de Saúl en Gabaa, pobremente construido. No obstante,


Posteriormente y aceleradamente mejoraron sus técnicas, y los muros de Salomón son bastante buenos. Ejemplos  de sus fortificaciones han aparecido en Meguido, Hazor y Gezer.


También se construyeron sólidas murallas de ciudades durante el reino dividido. Por ejemplo, la de Tell en-Natsbeh tiene un espesor promedio de unos 4 m y fuertes torres a intervalos regulares. Los muros israelitas que rodeaban a Laquis también muestran gran fortaleza y buena artesanía.


El período persa, nos ha dejado muy pocos ejemplos de murallas de ciudad.


En ese período Nehemías reconstruyó la de Jerusalén, pero la Biblia describe sólo su recorrido  y no dice nada de las técnicas empleadas.


Más se sabe de las fortificaciones del período helenístico, ejemplos de las cuales se han conservado en Samaria, como la sólida torre circular, en Betsur; y el fuerte castillo de los Tobías, en Transjordania. Del período herodiano temprano, en el que se levantaron muros de gran fortaleza, han sobrevivido algunos, como el Muro de los Lamentos, en Jerusalén, una gran parte de la llamada Torre de David, y también las murallas en ruinas de Masada, Maqueronte y otros lugares.


Podemos concluir entonces que en términos de uso, hubo evolución en función de las necesidades y propósitos asociados a su historia. Además fueron incorporando elementos como Columnas, torres, puertas y Muros dobles...y hasta habitaciones intermedias.


Ahora...cuál es el Propósito Espiritual en relación con la Edificación de Muros...?


Para ello vamos a Profundizar en el Libro de Nehemías y es necesario Discernir la importancia de lo que los muros simbolizan en la Biblia, para Dios.


Muros alrededor de una Ciudad.


En aquel Tiempo, la muralla alrededor de una ciudad representaba su protección, Seguridad.  Sin ella, estaban expuestos a que cualquiera entrara a robarles o hacerles daño.  


En una ciudad amurallada, la población entraba y salía por las puertas, pero éstas eran contadas, y estaban vigiladas por guardas.  A los desconocidos se les detenía y se les pedía identificarse antes de autorizárseles su entrada.  En las entradas se reunían las autoridades de la ciudad para juzgar y gobernar; ellos decidían quién entraba a la ciudad y con qué.  Por las noches, las puertas se cerraban, y la población podía dormir con tranquilidad.


Escucha...en un sentido espiritual, los muros representan nuestra Obediencia al Señor.


El ejemplo más claro de esto es Job.  El llevaba una vida justa, en Obediencia.  


Por ello, tenía un muro de protección a su alrededor.  


El enemigo no podía tocarlo, a menos que Dios se lo permitiera.


(Job 1:8-10)  Y el SEÑOR dijo a Satanás: ¿Te has fijado en mi siervo Job? Porque no hay ninguno como él sobre la tierra, hombre intachable y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.  (9)  Respondió Satanás al SEÑOR: ¿Acaso teme Job a Dios de balde?  (10)  ¿No has hecho tú una valla alrededor de él, de su casa y de todo lo que tiene, por todos lados? Has bendecido el trabajo de sus manos y sus posesiones han aumentado en la tierra.


El concepto del muro de protección está escondido en la historia del Jardín del Edén.  


(Génesis 2:15-17)


Entonces el SEÑOR Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara.  (16)  Y ordenó el SEÑOR Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer,  (17)  pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás.


Cuando Dios puso a Adán en el Edén, Él le dijo que “cultivara y cuidara” el Jardín.
 
  • La palabra hebrea para “cultivar” es “Abad”, que significa: Trabajar.
  • La palabra hebrea para “cuidar” es “Shamar”, que literalmente significa: “Poner un cerco de espinos alrededor” con el propósito de proteger.


Adán trabajó en el jardín, pero se olvidó de poner el cerco de protección, dejando así la puerta abierta para que la serpiente entrara y tentara a Eva.  


Escucha...Nada hubiera pasado, si hubieran obedecido la instrucción de Dios de “NO comer el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal”.


En lugar de cerrarle la puerta a la serpiente, Adán comió también del fruto, y la consecuencia fue la expulsión del Jardín del Edén….y con ello el Derecho al Gobierno de la Creación de Dios.


La Obediencia hubiera sido su cerco.


Lo mismo sucedió con Caín.  


El Señor le advirtió que cerrara la puerta al pecado, pero no lo hizo y terminó asesinando a su hermano.


(Génesis 4:6-7)  Entonces el SEÑOR dijo a Caín: ¿Por qué estás enojado, y por qué se ha demudado tu semblante?  (7)  Si haces bien, ¿no serás aceptado? Y si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo.


La tendencia al pecado está dentro de nosotros, pero el Señor dice que podemos dominarlo.  


El Diseño de Dios es Su Temor que nos lleva a la Obediencia.  Al Movernos en ese Diseño de Dios, Él nos lleva a Su Dimensión y Manto, Cobertura y Protección.  De otra forma, si hacemos cada uno lo que queremos y no estamos en Obediencia a la Instrucción de Dios, como Consecuencia los muros de protección son destruidos y quedamos expuestos a cualquier ataque del enemigo.


(Eclesiastés 10:8)  El que cava un hoyo cae en él, y al que abre brecha en un muro, lo muerde la serpiente.


Esto fue lo que le ocurrió al pueblo de Dios.  Se rebelaron contra el Señor y no se arrepintieron.  Con ello permitieron que sus muros espirituales fueran derribados, y luego cayeron también los muros físicos….y entonces fueron conquistados por Babilonia….!!!


(Ezequiel 22:29-31)  Las gentes de la tierra han hecho violencia y cometido robo, han oprimido al pobre y al necesitado y han maltratado injustamente al extranjero.  (30)  Busqué entre ellos alguno que levantara un muro y se pusiera en pie en la brecha delante de mí a favor de la tierra, para que yo no la destruyera, pero no lo hallé.  (31)  He derramado, pues, mi indignación sobre ellos; con el fuego de mi furor los he consumido; he hecho recaer su conducta sobre sus cabezas--declara el Señor DIOS.


Conociendo esto Nehemías, se sintió triste al ver los muros caídos de Jerusalén.  Pero ahora Dios les había dado otra oportunidad para reedificar.


En otra figura que nos comparte Dios en Su Palabra, Zorobabel que reconstruye el Templo físicamente - si, primero el Templo -  y después Esdras llegó a levantar el Templo Espiritual, enseñándoles el orden y la ley de Dios.  


No bastaba sólo con la Revelación e Instrucción de Dios, sino que también hubo que ponerlo por obra.  


El siguiente Diseño de Dios fué llamar a Nehemías, para guiar al pueblo.  Él fue llamado a levantar los muros caídos y a cerrar las puertas abiertas, para protección del pueblo.


LOS MUROS DE PROTECCIÓN SOBRENATURAL.


Una mañana mientras leía del libro de Proverbios durante mi tiempo con el Señor, un verso me impactó profundamente: "Como ciudad invadida y sin murallas es el hombre que no domina su espíritu" (Prov. 25:28 NBLH, énfasis añadido).


Esa imagen visual me ilustró poderosamente la idea del dominio propio como fruto espiritual. La falta de dicho fruto no es asunto para tomar con ligereza. Como muchos en esta vida moderna, nos hemos acostumbrado a la abundancia de comida, y se nos hace difícil decir que "no" a algún dulce o a una segunda porción de comida. En vez de ser ésta una indulgencia de poca importancia, Dios dice que la falta de dominio propio es muy seria, así como una ciudad invadida y sin protección.
Mientras reflexionaba en ello, me pregunté: "¿Qué puedo aprender sobre los muros en la Palabra de Dios?¿Cómo puedo aplicar esa sabiduría a mi vida?¿Cuál es Su respuesta para conquistar esta lucha interna y alcanzar dominio propio?".


Palabras Hebreas que Significan Muro.


Existen al menos doce palabras hebreas en la Tanaj (Génesis a Malaquías) que han sido traducidas a nuestras Biblias como "muro" o "muralla." Aunque algunas aparecen solamente una vez, tres son sobresalientes. La primera es jomá, que aparece 133 veces en nuestro Antiguo Testamento. Sobre 100 de ellas son en referencia a los muros defensivos de una ciudad.


Jomá también se puede usar en señal de protección.


Por ejemplo: "La fortuna del rico es su ciudad fortificada, y como muralla alta en su imaginación" (Prov. 18:11). Otro ejemplo se encuentra en el relato de 1a. Samuel 25 donde David y sus hombres protegieron a los pastores de Nabal en el desierto de Parán. David luego envió a sus sirvientes para pedir provisiones de Nabal, y éste groseramente los rechazó. Alarmados, los sirvientes de Nabal lo relataron a Abigail, su esposa, diciendo: "...los hombres fueron muy buenos con nosotros; no nos maltrataron ni nos faltó nada cuando andábamos con ellos, mientras estábamos en el campo. Como muro fueron para nosotros tanto de noche como de día, todo el tiempo que estuvimos con ellos apacentando las ovejas" (1a. Sam. 25:15-16).


La segunda palabra hebrea traducida como "muro" es kir. Ocurre 66 veces, principalmente refiriéndose a las paredes de un edificio. Con menos frecuencia, puede referirse a una pared exterior, según escribió David: "¿Hasta cuándo atacarán a un hombre, todos ustedes, para derribarlo, como pared inclinada, como cerca que se tambalea?" (Salmos 62:3). En Isaías 22:5, kir también puede significar los muros de una ciudad fortificada, como la anterior.


Finalmente, vemos algunos verbos que provienen de la raíz gadar, que significa "fortalecer o encerrar con muro." Cuando se usa en forma de sustantivo, se puede referir al cerco alrededor de una viña (Núm. 22:24) o el pequeño muro que rodea un redil de ovejas (Núm. 32:24). En adición, gaderes usada 13 veces más con referencia a una "pared" o un "cerco" en general.


Propósitos de un Muro.


Un muro sirve para varios propósitos. El muro de una ciudad la puede proteger de su enemigo; el muro de un edificio puede servir como pared externa o como intermedia para separar un área de otra con distintos usos; y muros más pequeños pueden servir como cercos para destacar una frontera o linde. Un pequeño muro también puede proveer protección mientas alguien corrobora la existencia de un peligro en tiempos de guerra.


Un muro que funciona según su uso intencionado rodea el área que se desea proteger, separa una parte de otra y establece los límites de un territorio.


Todos esos propósitos también pueden verse desde una perspectiva negativa. Los muros de una prisión tienen la intención de confinar a los presos hasta cumplir el término de su sentencia. Muros metafóricos pueden separar a personas como resultado de diferencias culturales o lingüísticas. Sin embargo, este estudio enfocará los beneficios positivos según la perspectiva bíblica.


Muros Bíblicos


Aunque existen muchas referencias en las Escrituras a muros, no es sorprendente que la palabra jomá se encuentre más veces en el libro de Nehemías que en cualquier otro libro de la Tanaj. Nehemías es un tesoro de sabiduría respecto a muros, y contiene Diseños, Sabiduría de Dios que debemos aplicar a nuestras vidas hoy día, a pesar de que no vivamos en ciudades que requieran muros físicos de seguridad.


El libro de Nehemías comienza cuando, estando éste en la ciudad de Susa, recibió a unos viajeros de Jerusalén que le compartieron una triste noticia:


"El remanente, los que sobrevivieron a la cautividad allá en la provincia, están en gran aflicción y oprobio, y la muralla de Jerusalén está derribada y sus puertas quemadas a fuego" (Neh. 1:3).


Nehemías lloró y clamó por muchos días cuando supo que Jerusalén estaba indefensa.


Luego de un tiempo de Clamor y Oración, Nehemías, quien era copero del rey Artajerjes, decidió tomar acción. Pidió y recibió el permiso del rey para regresar a Jerusalén y reconstruir los muros caídos. Llevando cartas de autorización del Rey, madera del bosque real y una pequeña escolta, Nehemías llegó a Jerusalén.


Una vez allí, fue discreto y no informó a nadie sobre sus intenciones, porque ya había visto cierta oposición por parte de algunos líderes locales. Lo primero que hizo fue salir secretamente de noche para inspeccionar los muros de la ciudad y sus puertas. Cuán importante es que evaluemos con exactitud las dimensiones de una tarea antes de que hagamos planes específicos para la labor.


También debemos tener en cuenta que habrá oposición a los planes de Dios.


Encontraremos Oposición.


La tierra de Judá a la que regresó Nehemías había sido conquistada por Babilonia; su ciudad capital, Jerusalén, había sido destruida y la región había sido nuevamente habitada por una mezcla de judíos y no-judíos.


Charles Pfeiffer, en su libro Old Testament History [Historia del Antiguo Testamento], escribió: "A diferencia de los asirios, quienes repoblaron el Reino del Norte luego de su destrucción en 722 a.C. (2 Reyes 17:24), los babilonios no tenían la política de repoblar las áreas de donde tomaban sus cautivos. Por el contrario, la tierra era gradualmente repoblada sola por las tribus vecinas... Antes de que regresaran los exiliados desde Babilonia, Judá ya había sido ocupado por personas extranjeras y descendientes de la población judía que no fue deportada. El área que ocuparon los judíos luego de regresar por el decreto de Ciro se limitó a Jerusalén y sus suburbios."


Por ello, Nehemías sabía que regresaba a territorio enemigo, rodeado de personas que no querían ver la reconstrucción de Jerusalén, porque NO eran Pueblo de Dios.


La oposición vino en varias formas, dirigida por Sanbalat, gobernador de Samaria, y otros, incluyendo Tobías el amonita y Gesem, probablemente de una tribu árabe (Neh. 2:19).


Primero lanzaron burlas verbales, mofa y escarnio.


"Habló [Sanbalat] en presencia de sus hermanos y de los ricos de Samaria, y dijo: '¿Qué hacen estos débiles Judíos? ¿La restaurarán para sí mismos? ¿Podrán ofrecer sacrificios? ¿Terminarán en un día? ¿Harán revivir las piedras de los escombros polvorientos, aun las quemadas?'" (Neh. 4:2).


Sin ser disuadidos, Nehemías y el pueblo judío simplemente clamaron al Señor y continuaron trabajando en el muro.


Cuando ese primer intento por detener a los judíos fracasó, Sanbalat y sus compañeros tomaron medidas más ofensivas y los amenazaron físicamente.


"Cuando Sanbalat, Tobías, los Árabes, los Amonitas y los de Asdod se enteraron que continuaba la reparación de las murallas de Jerusalén, que las brechas comenzaban a ser cerradas, se enojaron mucho. Y todos ellos conspiraron juntos para venir a luchar contra Jerusalén y causar disturbio en ella" (Neh. 4:7-8).


Nuevamente, Nehemías se tornó a Dios en oración, pero también armó a los trabajadores como medida de precaución. Los samaritanos y sus aliados no realizaron un ataque directo, pero representaban una amenaza constante y ocasionaron serias dificultades a los judíos.




Muros También Proveen un Medio de Distinción.


Los muros sirven como protección, pero también sirven como barreras que separan el ambiente interior de todo lo que se encuentra afuera, lo santo de lo inmundo.


Luego de la destrucción del Templo y el exilio babilónico, muchas de las personas judías que permanecieron en Judá se casaron con no-judíos.


El problema de matrimonios con extranjeros era muy preocupante... [Nehemías] les recordó que aún el justo Salomón se apartó de Dios por causa de sus esposas extranjeras (Neh. 13:25-27).


Un nieto de Eliasib [Sumo Sacerdote], quien se había casado con la hija de Sanbalat, fue un notorio ofensor y Nehemías lo echó de Jerusalén (Neh. 13:28).


Aunque el muro físico de Jerusalén servía para proteger a los habitantes de sus enemigos, también servía para demarcar la frontera entre el pueblo de Dios y el mundo.


Además de dirigir los esfuerzos de reconstrucción, Nehemías instituyó reformas espirituales.


Una lectura pública de la Ley Mosaica los ayudó a reconocer su pecado, a ayunar y a arrepentirse.


Los miembros de la comunidad redactaron un pacto por escrito que se conoce como el Código de Nehemías, en el que prometían siete cosas:


  1. Evitar matrimonios mixtos con otros pueblos de la tierra
  2. No comprar de extranjeros en los días sábado y días sagrados
  3. Observar el año sabático
  4. Pagar la tercera parte de un shéquel anualmente como impuesto al Templo
  5. Dar ofrendas para sufragar los servicios y la madera en el altar del Templo
  6. Entregar las primicias, los primogénitos, los diezmos y otras contribuciones al Templo
  7. Llevar los debidos diezmos para los sacerdotes y levitas a los almacenes locales


El pueblo de Dios claramente se distanciaba de las culturas vecinas y reconocía Su Ley...recuperaba Identidad, resultado de la Obediencia a Dios.


Concluyendo con este Reflexión, podemos ver que los tres propósitos para un muro se ilustran en el libro de Nehemías.


  • Los muros protegían a la ciudad
  • Separaban a los habitantes de su ambiente exterior
  • Establecían claras fronteras entre el pueblo escogido de Dios y las culturas paganas


Ahora...Levantemos nuestros muros y cerremos las puertas abiertas obedeciendo la Palabra de Dios….!!


Escucha...tu yo Necesitamos Muros.


Recordemos que al profundizar sobre muros compartimos que nos deben de ayudar a alcanzar el fruto espiritual del dominio propio. Es evidente que vivimos en un mundo que se opone a Dios. De la misma manera en que una ciudad antigua necesitaba protección, tu y yo hoy día también necesitamos protección de las tentaciones diarias que son parte de la vida en un mundo caído.


Reflexionemos...por lo menos en estas cuatro cosas cuando considero mis "muros" personales de protección. Cada una es importante y si obviamos una de ellas, la estructura queda debilitada.


El primer Elemento es la Palabra de Dios.


Hay muchas razones por leer las Escrituras, pero como estamos analizando este concepto sobre la  limitaremos nuestra perspectiva a eso. Para muchos, el siguiente verso nos consuela, aunque promete disciplinarnos si necesitáramos corrección.


"Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra" (2 Tim. 3:16-17).


La Palabra de Dios es capaz de establecer "muros" o fronteras a los creyentes para encaminar nuestras vidas.


Las raíces hebraicas de nuestra fe también nos demuestran cómo las Escrituras nos pueden guardar y proteger. En el libro Judaism [Judaísmo], leemos lo siguiente:


"[La Torá] no es un extremo conjunto de exigencias dada a los ángeles o a unos pocos hombres de piedad superior. Su sabiduría y sus ordenanzas son el medio por el cual todos los hombres pueden alcanzar la santidad, incluso el más ordinario entre ellos. Al obedecerla, resistimos las tentaciones que nos asedian cada día, según explicó Rashi, el Rabino Salomón ben Isaac (1040-1105), el clásico comentarista de la Biblia y el Talmud."


El segundo Elemento es la Oración o nuestra comunicación con Dios, por medio de la cual reconocemos que Él es Todopoderoso y que nosotros somos frágiles humanos.


Podríamos clamar al Señor para que nos salve, como lo hizo Nehemías cuando él y sus trabajadores recibieron las burlas de Sanbalat.


"Oye, oh Dios nuestro, cómo somos despreciados. Devuelve su oprobio sobre sus cabezas y entregalos por despojo en una tierra de cautividad" (Neh. 4:4).


Quizás nos hayamos percatado de un pecado, y podemos orar como lo hizo David:


"Te manifesté mi pecado, y no encubrí mi iniquidad. Dije: 'Confesaré mis transgresiones al SEÑOR;' y Tú perdonaste la culpa de mi pecado" (Sal. 32:5).


O podemos simplemente gritar "Aba, Padre" cuando nos sentimos solos o necesitamos recordar cómo nos protege nuestra relación con el Padre celestial.


Ahora...Profundicemos en todos estos Diseños de Dios.


Como ya compartimos, las ciudades antiguas generalmente estaban rodeadas de murallas para su defensa militar. Por ejemplo :

  • Jericó, tenía un muro doble de ladrillos con viviendas construidas como “puentes” entre los muros(Jos. 2:15).
  • El espacio entre los muros constituía una “segunda línea de defensa”, pero la gente lo aprovechaba para desarrollar actividades comerciales y para viviendas.
  • En la época del Antiguo Testamento los muros de Jerusalén tenía 34 torres y 8 puertas.
  • En tiempos de guerra los arqueros disparaban desde las torres y desde los muros echaban piedras sobre los atacantes(2ªSa. 11:20-24).
  • La monarquía hebrea terminó cuando los babilonios destruyeron los muros de Jerusalén(2ªCro. 36:17-19).
  • La misión más urgente de Nehemías fue la de reconstruir los muros y las puertas de Jerusalén(Neh. 1:3, 2:8-20, 3:4, 6:15).


Claramente, los muros representan protección.


El guardián de las viñas tenía sólo una cabaña(Is. 1:8), pero el propietario consideraba con frecuencia que era necesario edificar una torre para defender su posesión contra los merodeadores(Is. 5:2, Mt. 21:33, Mr. 12:19.


Como un Diseño de Dios al respecto de esto útimo, el Señor nos habla del Atalaya y Su Propósito. Eso está en Jeremias 33…
“1Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya, 3y él viere venir la espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo, 4cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere, y viniendo la espada lo hiriere, su sangre será sobre su cabeza. 5El sonido de la trompeta oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él; mas el que se apercibiere librará su vida. 6Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya.”


Las fortificaciones de las ciudades las incluían(2ª Cro. 14:6, Neh. 3:1), flanqueando las puertas de la ciudad(2ª Cro. 26:9).


En ellas se situaban centinelas, máquinas de guerra(2ª Re. 9:17, 2ª Cro. 26:15) y al acercarse el enemigo, los pobladores se refugiaban en las torres(Jue. 9:51, 52, Sal. 61:3, 4), desde donde podían lanzar proyectiles con facilidad.
Ahora...como ya compartimos, Nehemías trabajó para el esposo de Ester, el rey Asuero; trabajó también para el siguiente rey, Artajerjes.
Recuerda, Artajerjes es el rey que dio a Esdras todo aquel dinero de sus tesoros para que lo llevara a Jerusalén y arreglará el templo de Jehová.
Estos reyes Persas, Ciro, Darío, Jerjes y Artajerjes fueron ungidos por Dios para ser Instrumentos Aceleradores a favor de Sus Propósitos y Establecimiento de Su Reino.
Escucha...Esdras no levantó los muros caídos de la ciudad, el Edifico el Templo Espiritual...si, Primero el Templo….luego los Muros….
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Ahora….entremos en Reflexión del Significado en términos de Diseños del Reino en el Templo de Jerusalem….
Es este un Tiempo de Ministración Profética…!!!
Vamos a Edificar las ruinas.
“Y los tuyos EDIFICARÁN las RUINAS ANTIGUAS; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado REPARADOR DE PORTILLOS, restaurador de calzadas para habitar.” (Isaías 58:12)
En Isaías 58 Dios da una promesa de restauración y bendición para Su pueblo que le obedece:  
“Y los tuyos EDIFICARÁN LAS RUINAS ANTIGUAS; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.”  
Dios me Entrega esta Palabra con SU Propósito que es una Porción de Su Visión en este humilde Siervo Suyo, con el fin de que EDIFIQUEMOS las RUINAS y volvamos a LEVANTAR los MUROS DERRUMBADOS...en Su Ekklesia y alrededor de Su Templo….Amen…!!! Gloria a Dios…!!
Pero el Espíritu Santo utilizó a unos hermanos de Judá que hicieron conocer a Nehemías el estado deplorable de Jerusalén y el peligro que corrían los habitantes sin protección….
Ahora Escucha...
Este el Principio y una Porción de nuestra Misión...de Su Propósito para Reino de Dios Ministerios...como Atalayas de Su Reino para Su Pueblo…!!
“Y me dijeron:  El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, ESTÁN EN GRAN MAL Y AFRENTA, y el MURO DE JERUSALÉN DERRIBADO, y sus puertas quemadas a fuego.” (Nehemías 1:3)
Al conocer la situación de su pueblo y de la casa de Dios, fue muy afectado y lloró y se puso a orar y ayunar.  No se quedó indiferente ante las circunstancias que amenazaban a su pueblo.
“Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.”  (Nehemías 1:4)
Cuando el rey le vio triste, cuando antes siempre estaba alegre, le preguntó que le pasaba.  Al compartir con el rey su carga, el rey le dio autoridad para pasar por territorio enemigo, y todas las provisiones necesarias para reconstruir los muros de la santa ciudad.
Al igual, nuestro Rey, nos ha dado las cartas (los evangelios y epístolas) autorizándonos para pasar por territorio enemigo y todas las provisiones necesarias para reconstruir la Iglesia y para protegerla de los ataques del enemigo.
Ya el Señor nos Indicó en Asambleas previas que el Ciro y el Darío, el Jerjes y Artajerjes de este Tiempo, también nos entregarán de sus tesoros para Edificar Templo y Murallas para el Reino de Dios...quien dice Amen…!!!
Los Muros
Los muros son para evitar la invasión de los que vienen a robar, matar o destruir.  Tanto corporal (la Iglesia) como individual, necesitamos muros de protección para impedir el avance del enemigo de nuestras almas.
Dios ha hecho PROVISIÓN PARA PROTEGER a su pueblo de los ataques y estrategias del diablo.  La fe en la Palabra y en el carácter de Dios en ti y en mi, levanta MUROS DE DEFENSA contra los ataques del enemigo.  Somos protegidos mediante la fe en el Señor por el Conocimiento de aquel que nos ha dado preciosas y grandes promesas.
“Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.”  (2ª Pedro 1:4)
No se puede edificar algo que nos protege de los ataques del enemigo sin confianza en Dios y en su Palabra.  
La Oración, la Comunión con Él, el Conocimiento de Dios, una Relación Íntima con Dios, la lectura y Reflexión de la Palabra y la Confesión pública de nuestra fe, Edifican un muro IMPENETRABLE.  
Somos protegidos de los dardos de fuego por fe y esa fe depende de nuestra comunión con Dios y del amor a su Palabra.
Escucha...la Biblia también nos enseña que los muros de la Santa Ciudad, son SALVACIÓN y las puertas se llaman ALABANZA.
“Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción ni quebrantamiento en tu territorio, sino que a tus MUROS LLAMARÁS SALVACIÓN, y a tus PUERTAS ALABANZA.”  (Isaías 60:18)
Ser Diligente.
Nehemías al llegar a Jerusalén e inspeccionar las ruinas, reunió a los dispersados, a los que se libraron del destierro y les comunicó su visión de restaurar los muros derrumbados y las puertas quemadas.  Dijo:
“Ustedes son testigos de nuestra desgracia.  Jerusalén está en ruinas, y sus puertas han sido consumidas por el fuego.  ¡VAMOS, ANÍMENSE!  ¡Reconstruyamos la muralla de Jerusalén para que ya nadie se burle de nosotros!”  (Nehemías 2:17)
Al oír esto fueron animados y exclamaron, ¡Manos a la obra!  Y unieron la palabra con la acción.  Cada creyente tiene esta responsabilidad de poner manos a la obra, de quitar los escombros, de preparar la mezcla y de llevar las cargas necesarias para levantar los muros de la casa de Dios.
Pero no hicieron esta obra sin oposición continua de sus adversarios.  Cuando uno determina servir a Dios de todo corazón y ser utilizado para edificar Su Iglesia, va a encontrar oposición.  Pablo dijo:
“Porque se me ha ABIERTO PUERTA GRANDE Y EFICAZ, y muchos son los ADVERSARIOS.”  (1ª Corintios 16:9)
Si tenemos una visión de lo que Dios quiere hacer, tendremos oposición, pero aunque habrá ataque, tendremos la victoria al final.
Recibirás Burla y Desprecio cuando camines en Obediencia a Dios.
En primer lugar SE BURLARON de ellos DESPRECIANDO LA OBRA que estaban realizando.
“Cuando Sambalat se enteró de que estábamos reconstruyendo la muralla, se disgustó muchísimo y SE BURLÓ de los judíos.
Ante sus compañeros y el ejército de Samaria dijo:  ¿Qué están haciendo estos miserables judíos?  ¿Creen que se les va a dejar que reconstruyan y que vuelvan a ofrecer sacrificios?  ¿Piensan acaso terminar en un solo día?  ¿CÓMO CREEN QUE DE ESAS PIEDRAS QUEMADAS, DE ESOS ESCOMBROS, VAN A HACER ALGO NUEVO?”  (Nehemías 4:1-2)
Sambalat, Tobías y Gesem el árabe, tienen muchos descendientes.  El diablo quiere desanimarnos insinuando que lo que estamos haciendo para el Señor no tiene valor, que no va a durar.  Siempre habrá gente que quiera opinar sobre lo que hacemos, ellos mismos no nos ayudan ni hacen nada, pero se ponen como jueces para juzgar lo que hacemos.  Nehemías les contestó bien:
“Yo les respondí:  “EL DIOS DEL CIELO NOS DARÁ ÉXITO.  Por tanto, nosotros Sus siervos nos levantaremos y edificaremos, pero ustedes no tienen parte ni derecho ni memorial en Jerusalén.” (Nehemías 2:20)
De nuevo volvieron a burlarse de la obra de reconstrucción:
“Y Tobías el amonita, que estaba junto a él, añadió:  ¡Hasta una zorra, si se sube a ese montón de piedras, lo echa abajo!”  (Nehemías 4:2-3)
Sin embargo el pueblo había decidido trabajar y unidos se esforzaron.  Desde temprano por la mañana hasta el anochecer, trabajaron en la obra.  Todas estas experiencias son lecciones espirituales para nosotros.  Además de trabajar para el Señor, debemos TRABAJAR UNIDOS.  Una necesidad urgente para poder levantar los muros, es trabajar en unidad.  Aunque cada uno trabajaba por separado, estaban unidos con un solo propósito, con un mismo sentir y un corazón; y además, alguien estaba encargado de tocar trompeta cuando hubiera peligro, para que los demás vinieran a su defensa.  
Cuando el enemigo consigue dividir al pueblo de Dios, deja fisuras en la protección. Una casa dividida no puede permanecer.  Debemos a toda costa guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
Sambalat y compañía, no se contentaron con despreciar lo que los Judíos estaban haciendo sino que continuaron sin tregua, intento tras intento, para detener la obra e infundir temor.
Vendrán chismes y calumnias.
Otro de sus ataques tomó forma de chisme y calumnia.  Los chismes y calumnias son otro método que utiliza el diablo para desanimar al creyente que se dispone a trabajar en serio.  Comenzaron a decir :
“CORRE EL RUMOR entre la gente y Guesén lo asegura de que tú y los judíos están construyendo la muralla porque tienen planes de rebelarse.  Según tal rumor, tú pretendes ser su rey.”  (Nehemías 6:6)
El desánimo de los escombros.
“Y dijo Judá:  Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y EL ESCOMBRO ES MUCHO, y no podemos edificar el muro.”  (Nehemías 4:10)
Por si esto no fuera suficiente, el pueblo por fin se desanimó por los escombros que tenían que quitar antes de poder edificar.  Tomemos nota que los trabajadores se cansaban y se sentían frustrados por la cantidad de escombro.  Los escombros dificultaban la labor y les impedían encontrar las piedras.  La definición de escombros es "conjunto de desechos de una obra, de un edificio derribado, lodo, tierra, barro, o polvo.”
¿Qué sentido tienen los escombros para nosotros?  A mi entender, los escombros del antiguo muro, representan las desilusiones y todo lo que dificulta hacer la obra de Dios con ánimo.  
Un ejemplo de esto que comparto...si comenzamos a mirar por ejemplo, a la cantidad de gente que vuelve atrás, los de carácter enfermizo y débil, los que traicionan y los que son desagradecidos, seguramente vamos a ser desanimados.
Los escombros también son los sueños e ilusiones que tuvimos pero que no se realizaron.  
Los dos discípulos que iban en el camino de regreso a Emaús, estaban desorientados y desilusionados.  Lo que esperaban no aconteció, todas sus esperanzas en un Cristo Rey, un libertador, fracasó con su muerte.  Dijeron:  “Nosotros esperábamos que Él era el que había de redimir a Israel”.  Es el desánimo que resulta cuando lo que se esperaba no acontece.  
Escucha...
La esperanza que demora enferma el alma.
En la vida pasaremos por desilusiones.  No podemos proteger nuestras almas con presunciones y pretensiones.  Establezcamos Anhelo, Esperanza en nuestra Fe y Su Promesa.  
Cristo en nosotros es Esperanza.  Obedeciendo al Padre, al Hijo y en Su Espíritu...Establezcámonos sobre la Roca..!! y nada, ni vientos, ni mareas podrán derribarnos….Edifiquemos Muro sobre este Cimiento Inamovible y Eterno.
Cada Promesa cumplida, cada Hecho en Obediencia, cada Señal de Su Presencia, cada Fruto de Su Espíritu, son Piedras, Ladrillos con los cuáles le Permitimos ir Edificando Muro alrededor del Templo…!!
“Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y LAS PONE EN PRÁCTICA, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca.”  (Mateo 7:24)
Una de los Frutos, una de esas Piedras en ese muro es el DOMINIO PROPIO.  
El que tiene Dominio Propio es más seguro que los muros de una ciudad.
“Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.”  (Proverbios 25:28)
Cada palabra de Cristo puesta por obra, nos protege de las influencias mundanas y malignas.  La luz nos separa de las tinieblas, la verdad nos separa del engaño.  El que cree la verdad, vive la vida cristiana separado del mundo por ese MURO DE REVELACIÓN que lo protege de las mentiras y del padre de mentira.
Vendrá el temor.
El enemigo, utilizando a los mismos judíos (creyentes) trató que desistiesen infundiéndoles temor.
“Algunos de los judíos que vivían cerca de ellos venían constantemente y nos advertían:  LOS VAN A ATACAR por todos lados.”  (Nehemías 4:12)
Nehemías, el hombre con la visión y la carga, el que inició esa obra, se dirigió al pueblo con estas palabras:
“Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo:  NO TEMÁIS delante de ellos; ACORDAOS DEL SEÑOR, grande y temible, y PELEAD por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas.”  (Nehemías 4:14)
La intimidación es algo muy actual, que tiene a la Iglesia a la defensiva, y a veces nos acobardamos ante las asechanzas del mundo.  Debemos reconocer que el temor que viene cómo consecuencia de la intimidación es un espíritu maligno, y que solamente se puede vencer por el poder del Espíritu Santo.  
Sin la Presencia y el Poder de Dios no podemos hacer frente a las fuerzas diabólicas, ni a las amenazas del mundo incrédulo.  Dios usando a Pablo nos dice :
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía (temor), sino de poder, de amor y de dominio propio.”  (2ª Timoteo 1:7)
Los discípulos fueron intimidados antes del día de Pentecostés, y estaban encerrados detrás de las puertas por temor a las autoridades.  Pero después de su llenura e investidura de poder de lo alto, en Pentecostés, estos hombres vacilantes y débiles se enfrentaron a todas las autoridades sin temor alguno.  El pequeño grupo de creyentes, ciento veinte en total, que salieron del aposento alto llenos del Espíritu, cambiaron la historia de la civilización e hicieron titubear al Imperio Romano.  Dios dice,
“No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”.  (Zacarías 4:6)
La verdad, hecha eficaz por el Espíritu Santo, vencerá al reino de las tinieblas y establecerá la Iglesia de Jesucristo en la tierra.  Jesús nos dijo:
“Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.  Por tanto id, y haced discípulos a todas las naciones.”  (Mateo 28:18)
Estos mismos discípulos, convencidos de la realidad de estas palabras, salieron con un solo propósito: el de obedecer al Comandante del ejército de Dios y a la Cabeza de la Iglesia, siendo llenos del Espíritu, y convencidos de la autoridad conferida a ellos por Jesucristo, VENCIERON TODOS LOS OBSTÁCULOS y las persecuciones.  La historia de la Iglesia es la historia de los que vencieron al maligno por la sangre del Cordero, y estaban dispuestos a derramar su sangre por la única causa por la que vale la pena morir.
Señal de Injusticia.
Además de reconstruir los muros, había mucha injusticia entre el pueblo.  Había gente muy necesitada a la que le faltaban provisiones.  Otros seguían teniendo esclavizados a sus propios hermanos judíos, y no les libraban de sus deudas como la ley de Moisés requería en el séptimo año.
“Y había quienes decían:  Hemos empeñado nuestras tierras, nuestras viñas y nuestras casas, para comprar grano, a causa del hambre.
Y había quienes decían:  Hemos tomado prestado dinero para el tributo del rey, sobre nuestras tierras y viñas.
Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, nuestros hijos como sus hijos; y he aquí que nosotros dimos nuestros hijos y nuestras hijas a servidumbre, y algunas de nuestras hijas lo están ya, y no tenemos posibilidad de rescatarlas, porque nuestras tierras y nuestras viñas son de otros.”  (Nehemías 5:3-5)
El Reino de Dios consiste en Justicia, Paz y Gozo en el Espíritu Santo.  
Cuando no hay justicia, no hay ni paz ni gozo.  El Espíritu Santo viene a convencer al mundo de la falta de justicia.  Cuando conocemos de las necesidades naturales y cerramos el corazón contra los menos afortunados, damos un mensaje muy negativo al mundo.  El juicio debe comenzar en la casa de Dios.  Actualmente los cristianos están haciendo una labor laudable tanto en Haití como en Chile por los damnificados por los terremotos.  Eso da mejor testimonio del amor de Dios que muchos sermones sin obras.  Nos acusan de hipócritas y a veces con razón.
“Y dije:  No es bueno lo que hacéis.  ¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras?”  (Nehemías 5:9)
Distraer de la obra
Cuando ya parecía que estaban terminando la reconstrucción, vino nueva oposición de los enemigos.


Asi en Su Ekklesia hoy hay conferencias interminables, reuniones para tratar temas, conflictivos, luchas por el poder y posiciones políticas, mientras las almas se pierden y niños se mueren de hambre.  
Recuerdo como el liderazgo con el cual estaba vinculado hasta hace unos meses, me hicieron reunirme con ellos para acusarme de estar dando dones a la gente mediante profecía e imponiendoles las manos.  Les contesté con la Palabra de Dios y se terminó el asunto, pero había tenido que dejar la obra solo por unas acusaciones ridículas.  Y no fue la primera ni la única vez.
Las puertas
Los muros de nuestra alma son impenetrables cuando hay obediencia a Dios, y cuando no permitimos que las puertas se abran al maligno.  
El Espíritu Santo es el portero que abre al buen Pastor, pero nos avisa cuando viene el lobo para robar y matar.  La Biblia dice que nuestro adversario, como león rugiente busca a quien devorar, el cual resistid firmes en la fe.  
Tenemos además un enemigo dentro de la ciudad que quiere traicionarnos y ponernos en contra de nuestro Rey, y ese es el deseo de la carne que lucha contra el espíritu del hombre.  Por eso es tan necesario decretarle a la carne la muerte, hacer morir los deseos carnales, y fortalecer el espíritu orando en el Espíritu para que así podamos resistir en el día malo.
Hasta el final de nuestros días, el ladrón, Satanás, pretende robarnos la fe, quitarnos la confianza en Dios y desviarnos de nuestra meta.  Tenemos que guardar el tesoro que Dios nos ha dado, la certeza de la salvación, con toda diligencia, pues somos partícipes de Cristo con tal que retengamos firmes hasta el fin nuestra confianza del principio.
Además de los muros que nos protegen, necesitamos ponernos toda la Armadura de Dios y así resistir hasta la muerte las invasiones de afuera.
Una de las maneras que un ejército enemigo intenta conquistar una ciudad amurallada que tiene un buen ejercito dentro, es sitiarla poniendo baluartes alrededor para impedir la entrada de agua y comida hasta que sus habitantes se debilitan y se rinden.  
De igual manera el enemigo de nuestra alma intenta cortar nuestro sustento de comida espiritual y el agua de vida, tratando de debilitar nuestra resistencia hasta que nos rindamos a la desesperación, el desánimo, la tristeza y nos quedemos sin fuerza para resistir más.  
Gracias a Dios que tenemos un pozo dentro, las aguas de vida, y el maná del cielo, que debemos recoger todos los días, y no depender solo de la comida que viene de afuera para subsistir.  Comiendo diariamente del pan de la vida, bebiendo de la fuente inagotable del Espíritu, y teniendo las puertas cerradas con el candado de la fe, podemos resistir hasta que nuestro Capitán nos venga a rescatar y nos lleve con Él.
Conclusión
Dios promete que seremos llamados reparadores de muros derribados y “restauradores de calles transitables”.  Es nuestra tarea y nuestra obligación poner de nuevo los cimientos doctrinales de la Iglesia.  Sanar a los quebrantados de corazón que han sido inundados por el enemigo por traumas, por una infancia insana o por maltratos.
Volver a edificar los muros de la seguridad de la salvación adoctrinando a la gente con la Palabra para que el acusador de los hermanos no les haga tambalear en su fe y caer.
Llevar siempre la Espada del Espíritu, la Palabra de Dios, ceñidos mientras trabajamos, siempre listos para dar respuesta a los que quieren saber de nuestra fe.
Procurar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
Asegurar que hagamos justicia y que en la Iglesia no permitamos la levadura que infecta toda la masa.
Un día Satanás será encadenado y no podrá acusarnos ni afligirnos, pero aun no ha llegado ese día.  Un día nuestra labor habrá terminado y podremos descansar, pero aun no.  Un día le veremos cara a cara y todos nuestros interrogantes serán contestados.  Un día le veremos como Él es y seremos transformados en Su imagen.  Un día no habrá mas dolor, ni lagrimas, ni tristeza y la guerra será terminada y la carrera de la fe acabada, pero aun no.  Aun hay mucho trabajo que hacer.
Ahora vemos por un espejo oscuro y andamos por la fe.  Ahora permanece la fe, la esperanza y el amor.  Con el amor de Dios en nuestro corazón, podemos vencer todos los ataques del maligno, sin que nos haga daño.  Aguardemos esa bendita esperanza, levantando los muros, piedra por piedra y cerrando cada fisura donde el enemigo puede infiltrar.  Jesús dijo:
“Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.”  (Apocalipsis 2:10)

Mis Amadas y Amados….Dios los Bendice…!!!