lunes, 29 de octubre de 2018

#A162 Génesis : La Llegada del Reino

Serie : Código Reino
#A162 Génesis : La Llegada del Reino

Pastor Jorge Macías Benítez
Octubre 28, 2018





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Introducción

Queridos lectores, familia natural y de la Fe, a todo buscador de Amor, de Verdad, de Paz y de Esperanza, a todos quienes escuchan, leen y/ó ven la publicación de los Mensajes que por Gracia de Dios, Él Ministra por medio de este Hijo Suyo que les habla y escribe, ¡Bienvenidos a esta que es casa de Dios y de Su Reino, Reino de Dios Ministerios!
¡Buenos días!
Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!!!
Esta mañana del domingo 28 de Octubre del año 2018, el título del Mensaje es :
Génesis : La Llegada del Reino

“14 Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, 15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.”
Marcos 1: 14-15

Amados...escuchemos sensiblemente y abiertamente.

Marcos escribe con claridad, asociando el Reino de Dios y el Evangelio; claramente uno sin el otro, no hacen Génesis en la Creación y en el mundo, en nosotros Sus Creados.
Oremos

A manera de una Exégesis, profundicemos.

Con él pecado original y a partir de este, la raza humana empezó a padecer una especie de “SIDA” espiritual.

Por eso digo que es adquirido y no congénito.

A partir del pecado original, sufrimos todos de un "SIDA" espiritual que podemos entender como una falta de defensas y fragilidad ante la tentación y el pecado.

La creación de la primera pareja en participación del Espíritu Santo, la misma Vida de Dios, fue la única etapa de la historia humana según Dios.

El pecado echó abajo su Diseño de que todo estaba bien.

Dios habría podido borrar lo hecho y hacer nuevas criaturas.

También, podría haber acabado con su creación pero no sería Dios si alguien pudiese cambiar sus planes.

Por eso, restablecerá la semejanza de los humanos en la tierra con la Trinidad en el cielo, restituirá la presencia del Espíritu Santo entre nosotros por el acontecer del Reino.

Amados, la Palabra de Dios nos dice que la Creación se hizo en siete días.

Escucha, podemos dividir la Biblia en otras etapas adicionales a la de la Creación.

Estas etapas se pueden Discernir con la clave trinitaria y  Conocer que si bien no fue la intención de los diversos “autores” bíblicos hombres e Hijos de Dios inspirados por el Espíritu Santo, existe una constante en las narraciones que explican estructuradamente la Génesis de la venida del Reino de Dios.

¿Será pura coincidencia?

O más bien, es la mano de Dios para Establecer Su Reino entre nosotros sin que ningún pecado lo pueda destruir.
Primera etapa : Creación de Adán y Eva

El Diseño trinitario, nos habla de Adán —semejanza del Padre— como el corazón, y Eva —semejanza del Hijo— como el pulmón.

La Semejanza con Dios estaba en su relación mutua +/+ o Gana / Gana.

Conocían el Código del bien, el del Reino pero no el del mal.

La serpiente —símbolo de la tentación— preguntó a la mujer :
“-¿Así que Dios les ha dicho que no coman del fruto de ningún árbol del jardín?- Y la mujer le contestó: -Podemos comer del fruto de cualquier árbol, menos del árbol que está en medio del jardín... porque si lo hacemos, moriremos. Pero la serpiente le dijo a la mujer: -¡No!, ¡No es cierto! No morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman del fruto de ese árbol podrán saber lo que es bueno (que ya lo saben) y lo que es malo, y entonces serán como Dios-. La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento (del bien y del mal). Así que cortó uno de los frutos y se lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió. En ese momento se les abrieron los ojos y los dos se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas... El hombre llamó Eva su mujer, pues ella fue la madre de todos los que viven. Dios el Señor... dijo: -Ahora el hombre se ha vuelto como uno de nosotros (plural), pues sabe lo que es bueno y lo que es malo...- Por eso Dios el Señor sacó al hombre del jardín del Edén... puso al oriente del jardín unos seres alados y una espada ardiendo que daba vueltas hacia todos los lados, para evitar que nadie llegara al árbol de la vida” Génesis 3

En todo ello, el hombre perdió lo que por Diseño Dios le había entregado, entregando a su vez los derechos legales a satanás.

A partir de entonces, todos tenemos que morir como cualquier animal y ya no tenemos manera de restablecer la semejanza de la relación con la Trinidad para preservar la vida.

Sin importar cuánto alguien se relacionara positivamente con los demás, ya no habitaba allí el Espíritu Santo.
La tentación entró por Eva porque era la imagen del Hijo.

Si la semejanza con la Trinidad se hubiese roto entrando por Adán, imagen y semejanza de la relación Padre / Hijo; le habría correspondido al Padre encarnarse para reparar la semejanza perdida.

Esto sería una contradicción porque, por definición, el Padre es quién envía al Hijo y al Espíritu Santo.

Por consiguiente, la única entrada vulnerable a la tentación era Eva, imagen y semejanza de la relación Hijo / Padre.

Más tarde será misión del Hijo recuperar (de ahí la palabra redimir) la semejanza, encarnándose en la persona de Jesús de Nazaret.

Amados, la relación no se podía romper en el sentido corazón / pulmón (Padre / Hijo) sino pulmón / corazón (Hijo  / Padre).

En el pecado se inició la lucha de hermano contra hermano para hacer la historia del hombre según el hombre.

Caín mata a su hermano Abel y, hasta nuestros días, continúan las luchas entre hermanos sin sentido.

El mal se adueñó de la tierra y el ser humano pasó de dueño a inquilino en su propia casa, al perder los derechos legales y entregárselos a satanás.
No se trata de que por culpa de un pecado haya entrado el mal en el mundo; la culpa es del carácter del hombre ante la tentación pues sin ello, no habría pecado.

Cualquiera que hubiese roto la relación con su prójimo habría acarreado el mismo desastre como de hecho, hacemos hoy día.

Amados, la diferencia es que por la encarnación del Hijo, podemos reparar la vida por él acontecer del Reino.

Hoy, las mismas tentaciones de entonces son y lo serán siempre, ante las cuales padecemos de la debilidad que hemos llamado "SIDA" espiritual.

Esta debilidad consiste en la seducción de las cosas, que nos lleva a sustituir la relación con otros por ellas.

Es esta precisamente, la historia según Dios vs. la historia según el hombre.
Segunda etapa: Noé y su esposa, junto con sus hijos y esposas.

Debido a la maldad en el mundo, Dios decidió escoger al único justo que quedaba y — según la Palabra de Dios— respondía al nombre de Noé.

Ahora, no fue él solo — el corazón, imagen del Padre —, sino también su esposa — semejanza del Hijo — y sus tres hijos con sus esposas (siempre de dos en dos)...¿Capicci?

Fueron elegidos por Dios para inundar la creación y empezar de nuevo ya que, era tal la maldad que la tentación y el pecado habían atraído a la tierra, que Dios se arrepintió de no haber terminado con ella.

“5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. 6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. 7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. 8 Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.Mt. 24.37; Lc. 17.26.
9 Éstas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo,2 P. 2.5. era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.”
Génesis 6 : 5-9
Tercera etapa: Abraham y su esposa Sara.

La maldad volvió a invadir la raza humana, la Creación de Dios.

Los habitantes de la tierra decidieron construir en la ciudad de Babel una torre que llegara hasta el cielo.

Dios confundió su idioma para que no se entendieran. En un tercer intento por restablecer la semejanza con la Trinidad, Dios elige a otra pareja : Abraham y Sara, su mujer.

Los envía a una tierra prometida y allí forma su pueblo, entendido como reunión de familias, propiedad privada de Dios, entonces conocido como Iahvé.

La misma promesa hecha a Abraham le hace Dios a su esposa Sara

“15 Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara Esto es, Princesa. será su nombre. 16 Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella.” Génesis 17 : 15-16
La promesa fue hecha a Abraham como a corazón — en vez del Padre — y a Sara como pulmón, en vez del Hijo.

Siempre de dos en dos.
El hijo prometido a Abraham y Sara se llamó Isaac, quien tuvo dos hijos gemelos : Esaú y Jacob.
A éste, Jacob padre de doce hijos que fueron los patriarcas de las doce tribus del pueblo elegido por Dios, quien le cambia el nombre por Israel.

El hambre y la sequía lleva al pueblo a Egipto donde viven como esclavos por 430 años.
Cuarta etapa: Moisés y su hermano Aarón.

Amados, el Diseño de Dios es permitir que hagamos nosotros nuestra parte y entonces cuando hemos llegado hasta en donde todo talento natural ha sido utilizado, Él empieza a intervenir.

Fue así que Dios eligió otros dos para liberar a su pueblo y guiarlo a la tierra prometida : Moisés (semejanza del Padre) y Aarón, su hermano de sangre (figura del Hijo).

No es raro entonces que la cena de Pascua y Éxodo se haga por familias :
“Moisés cuidaba las ovejas de su suegro Jetro... Entonces Dios le dijo: -Claramente he visto cómo sufre mi pueblo... Por eso he bajado, para salvarlos del poder de los Egipcios...- -¡Ay, Señor!... Yo no tengo facilidad de palabra... por favor, envía alguna otra persona- Entonces el Señor se enojó y le dijo: -Ahí tienes a tu hermano Aarón, el levita. Yo sé que habla muy bien... Habla con él y explícale lo que tiene que decir; yo por mi parte estaré con él y contigo cuando hablen, y les daré instrucciones de lo que deben hacer. Tú le hablarás a Aarón como si fuera yo mismo (el Padre) y Aarón a su vez comunicará al pueblo lo que le digas tú..” Éxodo 3
Curiosamente la Palabra de Dios, nos habla siempre de dos en dos.

En ésta etapa aparece Aarón como el primero de los profetas.

Ya la semejanza con la relación Padre / Hijo no es entre varón y hembra sino entre dos varones relacionados entre sí por su propia sangre.

Moisés era tartamudo; Amados, eso no era una coincidencia sino que siendo él la figura del Padre, le correspondía a Aarón ser su palabra.
Quinta etapa: David y el Profeta Samuel.

En el quinto intento pedagógico, Dios elige a David quién fue el primero que logró gobernar las tribus.

La restauración de éste reino político será la causa del malentendido de los discípulos cuando Jesús predicaba la llegada del Reino de Dios. Samuel y los profetas representan al Hijo, mientras que David representa al Padre: nuevamente un par.
“El Señor dijo a Samuel: -Anda, llena de aceite tu cuerno, que quiero que vayas a la casa de Isaí, el de Belén, porque ya escogí como rey a uno de sus hijos- Saúl purificó a Isaí y a sus hijos y los invitó al sacrificio... Isaí le presentó a Samuel siete de sus hijos, pero Samuel tuvo que decirle que a ninguno de ellos lo había elegido el Señor. Finalmente preguntó: -¿No tienes más hijos?- -Falta el más pequeño que es el que cuida el rebaño- respondió Isaí. -Manda a buscarlo- dijo Samuel,-porque no comenzaremos la ceremonia hasta que él llegue-. Isaí lo mandó llamar. Y el chico era de piel sonrosada, agradable y bien parecido. Entonces el Señor dijo a Samuel: -Este es. Así que levántate y conságralo como rey-. En seguida Samuel tomó el frasco de aceite, y en presencia de sus hermanos consagró como rey al joven, que se llamaba David.” (1S 16, 1-13).

Aquí ya se consolida el Diseño del pueblo de Dios entendido como la reunión de las familias de las doce tribus, donde todos tenían iguales derechos de manera que no había pobres.

Es el modelo de sociedad más justa que ha existido a lo largo de la historia de la humanidad.
Durante su reinado, David eliminó la corte y los esclavos.

El sucesor, su hijo Salomón, restableció la corte y aparecieron esclavos hasta que norte y sur acabaron en guerra.

Israel fue invadido y sus habitantes deportados.

De ahí nació el Judaísmo como una religión de paso hasta la restauración del reino de Israel por la venida de un Mesías político, que restablecería el territorio de Israel con derramamiento de sangre.

Amados, esa es la raíz del actual conflicto entre Palestina e Israel.
Sexta etapa :

Hasta aquí llegan las Escrituras Judías.

Las cristianas — de autores completamente diferentes a los anteriores — curiosamente siguen el mismo esquema de dos en dos.

Todo dió inicio con la aparición de Juan el Bautista — llamado el precursor, título que ostentaba el heraldo que iba delante del rey anunciando su paso — que da inicio a la restauración (salvación) de la semejanza con la Trinidad, perdida en el paraíso original.

En una figura, solo pensemos que Dios se hizo hombre porque en el cielo no tenía con quién jugar al balón. Su encarnación fue por puro amor; no por lástima, clemencia, piedad, compasión, porque : “Tanto amó Dios (Padre) al mundo que dio a su hijo único, para que todo el que cree en él... tenga vida eterna.”

“Porque Dios no envió a su hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo” Juan 3 : 16-17

Dios se hizo humano en la persona de Jesús, haciéndonos su familia, como la gota de agua que nadie puede separar al mezclarse con el vino :
“6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”
Filipenses 2 : 6-11
La encarnación del Hijo representa el comienzo de una nueva creación pero al revés.

En la primera, Dios creó la tierra para que la habitaran los humanos. En esta segunda, los ciudadanos del Reino y entonces una nueva tierra gobernaremos Su Reino.

“4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, 5  para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiesemos la adopción de hijos. 6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! 7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.” Gálatas 4 : 4-7
Así como el Hijo procede del Padre invisible, es su imagen visible en la tierra, Eva procede del costado de Adán.

Como la función de la primera Eva era ser imagen del Hijo, Jesús —el Hijo de Dios hecho carne— procede de la Matriz de una mujer.

Amados, ella es la figura del Padre pues el Hijo no puede asumir el papel del Padre; No es coincidencia que la narración evangélica no vuelva a mencionar a José —padre putativo de Jesús— después de que Jesús se pierde y es hallado en el templo, a sus doce años.

Era su Bar Mitzvah, la ceremonia de mayoría de edad de los judíos, tal como se conserva aún hoy día en la tradición judaica.
El argumento de que María era virgen no es porque ello sea esencial para la venida del Hijo. Si no lo hubiese sido, la venida del Reino no habría cambiado.

Las razones para ello son dos: la primera, un resabio de Dios que no parece ser muy convencional.

Nació donde nadie había nacido antes; para la última cena montó en un asno que nadie había montado (Mc 11, 2) y fue enterrado en una tumba donde nadie había sido enterrado (Jn 19, 41).

Es un motivo recurrente en la narración de las Escrituras. Por lógica, no iba a nacer de donde antes alguien había estado esculcando. Dios es único y el único.
La segunda consideración es que, si María no hubiese sido virgen y José hubiese tenido otros hijos, la participación en la vida de Dios que trajo consigo el Hijo del Padre hubiese sido por sangre y no por adopción.

La genética hubiese reemplazado la gratuidad y muchos no participaríamos del Reino.
Lo mismo habría sucedido si Jesús hubiese tenido su propia familia.

No habría sido una encarnación para una participación universal sino para unos cuantos, con lo cual se hubiese roto el código +/+ característico del Reino.

Sería una contradicción en términos; es lo que sucede en otras religiones donde la sucesión es exclusivamente por el ADN del profeta.

En nuestro contexto, la sucesión apostólica es por el Espíritu quien —como el viento— sopla donde Él quiere.

Así Pablo de Tarso fue elegido como apóstol sin haber conocido a Jesús ni ser su discípulo.
El origen de la vida en la Matriz de María es el inicio de una nueva Permanencia para la humanidad.

La semilla del mismo Dios nadie podrá acabarla: “En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no han podido apagarla” Juan 1 : 4

La encarnación de Jesús marca el comienzo de la nueva creación, la sexta etapa de la historia según Dios.

Conclusión
Amados, durante 30 años Jesús y María — siempre dos — vivieron en relación mutua, como el corazón y pulmón de su cuerpo familiar.

Nunca pecaron (rompieron la relación) manteniendo así el Código del Reino Gana / Gana, haciendo acontecer la presencia del Espíritu Santo en la tierra: el Reino de Dios….quien dice ...Ameeennn..!!!

En el bautismo, el Padre dice que está complacido: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco” (Mt 3, 17; 17, 5; Mc 1, 11; Lc 3, 22).

El Espíritu Santo ha encontrado su hábitat en la tierra en la relación entre el nuevo Adán y la nueva Eva; ya nada ni nadie podrá destruir su presencia entre dos seres humanos que se relacionen como el Padre y el Hijo, como Jesús y su Madre, la Matriz que Gestó al Hijo de Dios.
En la Misión de establecer el Reino, el Padre envía a Jesús a hacer discípulos haciendo énfasis en el anuncio de la victoria (Mt 11, 4ss).

Con muchos discípulos inicia el nuevo pueblo de Dios.

Entre ellos escoge doce como los elegidos para ser sus apóstoles —como antes lo había hecho Dios con los doce hijos de Jacob, cabezas de las doce tribus de Israel—.  

Amados, Su Elección no fue al azar.

Juan y Santiago eran hermanos, al igual que Andrés y Simón Pedro. Colegas íntimos de Andrés eran Felipe y Bartolomé; Simón Pedro era íntimo de Juan y Santiago.

Por consiguiente, Jesús eligió una camarilla de seis pescadores que tenían entre sí fuertes lazos de amistad y en el negocio artesanal de la pesca.

Santiago el de Alfeo, Tadeo y Simón (el Zelote) eran primos de Jesús.

Este grupo, como símbolo del Reino, nos da Señal que el Espíritu Santo está presente en la relación entre los prójimos más próximos.

Pero también hay entre ellos tres que no tienen próximos: Tomás, Mateo y Judas.

De ahí la conclusión de que prójimo es quien vive o trabaja bajo el mismo techo, extensivo a los sin próximos o sin techo.

Oremos
¡Dios los Bendice!
Pastor Jorge Macías Benítez.