domingo, 9 de febrero de 2020

#A222 Juicio y Justicia del Rey. Parte I

Serie: Conozcamos a Dios

#A222 Juicio y Justicia del Rey




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Introducción

Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!

El Señor, Cristo mismo, Eterno, Bueno, Justo, nos lleva hacia la parte final de este Serie de Mensajes preciosos, fundamentales y poderosos, intencionales.

Tomemos entonces, la porción que nos es fundamento de esta entrega y Su Ministración esta mañana:

“7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.”

Amados en Cristo, queridos amigos, la realidad de que Dios es un juez que considera responsable a todo ser humano ante su ley, es un tema que se repite vez tras vez en las Escrituras.
El apóstol Pablo aborda también este tema en su Epístola a los Romanos.
Permítanme acompañarlos a que en Su Entendimiento, en adición Discirnamos el Espíritu en Pablo; para ello es necesario identificar la advertencia que Pedro hizo acerca de no malinterpretar las palabras de Pablo y así transmitir un mensaje diferente del que él tenía en mente.
Pedro afirmó que en los escritos de Pablo había algunas cosas:
“difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición” 2ª.Pedro 3:16
Amados, este 7to. Mensaje en esta Serie: Conozcamos a Dios, lleva por título:

Juicio y Justicia del Rey
Parte I

Oremos

Juicio y Justicia

Amados en Cristo, queridos amigos, la Palabra de Dios en Isaías 16:4-6 nos dice:

“4 Quédense contigo los desterrados de Moab; sé para ellos escondedero ante el destructor. Porque ha llegado a su fin el explotador, ha cesado la destrucción, han desaparecido los opresores de la tierra. 5 Se establecerá en la misericordia un trono, y en él se sentará con fidelidad, en la tienda de David, un juez que busque lo justo y esté presto a la justicia. 6 Hemos oído del orgullo de Moab, un gran orgullo, de su arrogancia, de su altivez y de su furor; son falsas sus vanas jactancias”

Es muy frecuente que esta clase de mensajes que leamos y entendamos racionalmente – no necesariamente discirnamos y reflexionemnos - lo que dice Pablo, de acuerdo con nuestras propias creencias e ideas, las cuales son totalmente contrarias a la palabra de Dios y aun a las claras enseñanzas de Pablo.
Es crucial que leamos con cuidado lo que dice Pablo verdaderamente, en lugar de dar por sentado que la creencia popular es siempre cierta.
Muchas ideas comúnmente aceptadas acerca de Pablo son tan parcializadas en contra de los escritos del Antiguo Testamento, que debilitan lo que el apóstol realmente enseñó.
Veamos y reflexionemos lo que nos dice Pablo en Romanos:
“5 Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre.) 6 En ninguna manera; de otro modo, ¿cómo juzgaría Dios al mundo?”
Romanos 3:5-6
Tal como describe el apóstol en la carta a los Gálatas, la carta a los Romanos ha sido históricamente muy tergiversada por los comentaristas bíblicos.
Debido a sus ideas preconcebidas en contra de la ley de Dios, malinterpretan las palabras de Pablo de tal forma que las hacen parecer hostiles contra las leyes que se enseñan en las Sagradas Escrituras.
Uno de los propósitos principales de lo que Pablo les escribió a los romanos, era poner punto final a la tendencia que existía – ó que es muy probable que aún esté presente -  entre los cristianos judíos y gentiles, de juzgarse mutuamente.
Pablo tiene como Propósito el que entendieran que:
“todos compareceremos ante el tribunal de Cristo”
Amados en Cristo, queridos amigos, todos seremos juzgados con el mismo modelo.
Veamos en la Palabra de Dios en Romanos 14:10 y  Juan 5:22-24, lo que nos dice:
“Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.”
Romanos 14:10
“22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, 23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.
24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.”
Juan 5:22-24

La Justicia de Dios no tiene predilectos

Amados en Cristo, queridos amigos, Pablo nos comparte en relación con la justicia de Dios y cómo ésta tiene que ver con la justificación de los pecadores, sin importar su raza, cultura o entendimiento previo de su ley.
Nos dice la Palabra de Dios:
“Porque no hay acepción de personas para con Dios. Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados” Romanos 2:11-13
En el juicio final, el destino eterno de cada persona tiene relación en que su desobediencia a la ley de Dios es perdonada por su arrepentimiento personal y su fe verdadera en Jesucristo como su Salvador y Redentor.
Todos aquellos que no tomen esta decisión, serán juzgados como pecadores y por lo tanto serán condenados.
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En Roma, algunos gentiles convertidos – se piensa que unos pocos - estaban juzgando a los judíos.
A su vez, algunos judíos estaban juzgando a los gentiles conversos.
Esta Reflexión es central en este Mensaje y la Ministración del Señor, de Cristo.
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Amados, con respecto al juicio, el Propósito de Pablo es que todos tengamos Entendimiento en que Dios no tiene predilectos.
Todos hemos pecado.
Todos debemos arrepentirnos del pecado — de quebrantar la ley de Dios — y ser justificados por la sangre de Cristo para recibir perdón.
No hay otra forma de obtener el favor de Dios.
¡Solo por Su Gracia!
El apóstol Pablo nos dice:
1 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. 2 Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. 3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? 4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?
Romanos 2:1-4
Hay dos cosas a resaltar a partir de esta porción de Su Palabra. 
Primero. 
Amados, Dios requiere arrepentimiento de todo aquel que busca perdón. 
Segundo. 
Dios juzga a todos “según verdad”, de acuerdo Romanos 2:2
Ya que Dios juzga a todos los hombres sin favoritismos, la ignorancia de la ley no exime a nadie de la condena que ésta impone por el pecado.
En el versícuo 12 del mismo Romanos 2, nos dice:
“12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados;”

Amados, lo que nos dice Su Palabra es que aquellos que han pecado por ignorancia, si se niegan a aprender la verdad o si no quieren dejar de transgredir la ley, también perecerán.
Entonces, en el versículo 13 nos dice:
“13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.”
Sólo los pecadores que se arrepienten y muestran su disposición de ser “hacedores de la ley” pueden ser justificados por la Gracia de Dios.
Amados en Cristo, querdios amigos, esto aplica a judíos y gentiles por igual, sin que se muestre ninguna preferencia por alguno de ellos.
Quiero dejar este tema muy claro; en la primera parte de Romanos Pablo explica 3 aspectos fundamentales acerca de cómo el pecado está relacionado con la justicia de Dios:
1.   El pecado es universal y todas las personas son culpables
2.   El pecado es causado principalmente por la debilidad de la carne. Santiago 1:14-15
3.   La consecuencia del pecado, vista desde la perspectiva del juicio final, es la muerte eterna.

La Mayoría de los Hebreos no aceptaron a Jesús

Ahora, en la época en que Pablo recibió instrucción del Espíritu Santo y entonces guió el escribir la Epístola a los Romanos la mayoría de los judíos no querían aceptar a Jesús como el Mesías.
Su primera venida no correspondía con la idea que tenían del rey conquistador que habían esperado.
Esto lo convirtió en un “tropezadero” para ellos; en Romanos 11:9-10, nos dice la Palabra de Dios:
“9 Y David dice: Sea vuelto su convite en trampa y en red, en tropezadero y en retribución; 10 Sean oscurecidos sus ojos para que no vean, y agóbiales la espalda para siempre.”
Amados, el apóstol Pablo aclara primero la necesidad de establecer un precedente para la justicia de Dios, de tal forma que después pueda tratar efectivamente, en los capítulos 9-11, una de las preguntas iniciales que habían dado origen a esta carta.
La pregunta era: “¿Ha desechado Dios a su pueblo?” 
Su respuesta: “En ninguna manera” Romanos 11:1.
El apóstol indica que Dios no ha rechazado para siempre a los israelitas - entre los cuales se contaban los judíos de aquella época - porque habían rechazado al Mesías.
Amados en Cristo, queridos amigos, Dios tampoco ha dejado de lado las promesas que les ha hecho.
Ahora, Él está llamando en esta era presente, en este Tiempo a un “remanente” de Israel como sus “escogidos”, mientras que el resto del pueblo permanece endurecido espiritualmente, como nos dice en Romanos 11:5-7; este endurecimiento de “los demás” no cambiará hasta el regreso de Cristo, claro salvo los escogidos a los que hago mención.
Amados, esta situación es temporal; 
Escucha:
“25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; 26 y luego todo Israel será salvo…”
Romanos 11:25-26

Amados, en este tiempo sólo una pequeña porción del pueblo de Israel está siendo llamada al arrepentimiento, para que luego
“26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados.”
Romanos 11:26-27

La Futura Salvación de Israel

Amados en Cristo, queridos amigos, permítanme acompañarlos y llevarlos a un Entendimiento y Discernimiento de lo que Pablo afirma y que no necesariamente es como nos lo han enseñado o lo hemos entendido al respecto del futuro de Israel como Pueblo escogido de Dios.
Pablo – como ya habíamos visto - nos indica que en el futuro: 
“todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador [Jesucristo], que [cuando regrese] apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados” Romanos 11:26-27
Dios tiene un tiempo establecido, diseñado para llamar a todas las personas al arrepentimiento y a la salvación.
Relativamente hablando, sólo unos pocos están siendo llamados en la actualidad.
Estos pocos, escogidos de todas las naciones, serán resucitados de la muerte cuando Cristo regrese para ayudarle a enseñar a “los demás” que todavía están cegados.
“Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años” Apocalipsis 20:6
Dios ha dispuesto un período de mil años, además del período mencionado en Apocalipsis 20:11-13, para llamar a la mayoría de “los demás” al arrepentimiento.
En esa Tiempo, la profecía que Isaías habló acerca de la ciudad de Jerusalén será una realidad:
“Restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes; entonces, te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel. Sion será rescatada con juicio, y los convertidos de ella con justicia. Pero los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados, y los que dejan al Eterno serán consumidos” Isaías 1:26-28
Amados en Cristo, queridos amigos, ¿Por qué esta información era tan importante en la época en que Pablo estaba escribiendo su carta a la iglesia en Roma?
Debido a que era necesario confrontar una actitud que había en contra de los judíos, que en ese entonces estaba afectando a los cristianos gentiles en Roma y que más tarde se esparció a todo el mundo, incluso hasta nuestros días, hasta este Tiempo.
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El Propósito de Pablo es demostrar que es totalmente falsa la idea de que Dios ha rechazado a su pueblo Israel.
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De Hecho, aclaró este asunto cuando escribió la Epístola a los Romanos.
Ahora, reflexionemos en esto; después de su muerte nuevamente surgió esta idea y actualmente se le conoce como la “teología del reemplazo”. 
Me refiero a la creencia popular de que Dios ha estado reemplazando a los judíos, su pueblo escogido, con gentiles convertidos.
Amados… ¡eso NO es así!
Gentiles: Injertados en la familia de Abraham

Amados en Cristo, queridos amigos, Pablo rechazó enérgicamente la idea de que Dios está reemplazando la nación de Israel —incluso los judíos del primer siglo— como su pueblo del pacto.
En lugar de ello, los gentiles conversos somos  injertados” en la raíz de Israel, como nos dice en Romanos 11:17-18.
La “raíz” o antecesor de Israel fue Abraham, a quien Dios le había hecho la promesa de que el Mesías vendría de sus descendientes.
Escucha amado, la esperanza de los gentiles reside en compartir la Herencia prometida a los israelitas; no se trata de reemplazarlos ni tampoco el recibir una herencia distinta, aparte de ellos.
Pablo les había explicado a los cristianos de Galacia:
“Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” Gálatas 3:29
Amados, un factor fundamental en el Discernimiento de Pablo es el hecho de que en el “presente siglo malo” como nos indica en Gálatas 1:4, Dios no está llamando a la mayoría ni de los judíos ni de los gentiles al arrepentimiento.
Su Reflexión, es que los gentiles conversos no deben suponer que su llamamiento significa que Dios ha “rechazado” a los descendientes físicos de Israel (ya sea que vivan, hayan muerto o nazcan en el futuro).
Escucha amado, habrá personas, tanto Hebreos  como gentiles, que no serán llamados al arrepentimiento con el propósito de recibir la salvación, hasta después del regreso de Cristo.
De hecho, muchos esperarán en sus tumbas, sin ninguna conciencia del paso del tiempo, hasta la resurrección de los muertos que Ezequiel profetizó en Ezequiel 37:1-14.
Vamos allá:
“1 La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. 2 Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. 3 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. 4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. 5 Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. 6 Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.
7 Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. 8 Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. 9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. 10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies un ejército grande en extremo.
11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. 12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. 13 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. 14 Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.

En Apocalipsis 20:5 se confirma esa resurrección y se explica que ocurrirá después de que terminen los primeros mil años del reinado de Jesucristo en la tierra.
El cumplimiento definitivo y total del nuevo pacto profetizado en Ezequiel y otros pasajes va a ocurrir después del regreso de Cristo.
“1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. 2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; 3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.
4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. 5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. 6Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

Conclusión
Esa resurrección futura, es una de las razones por las que Pablo instruye a los cristianos gentiles que no se “jacten” como si estuvieran reemplazando a los israelitas en el plan de salvación de Dios como nos dice en Romanos 11:18.
Quería que entendieran por qué ellos, como las desgajadas ramas naturales de Israel, deberían sentirse humildemente agradecidos por haber sido “injertados” en el “olivo” de los herederos de Abraham.
No tenían razón para ufanarse:
“18 no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. 19 Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado. 20 Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. 21 Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. 22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. 23 Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. 24 Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más estos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?
Romanos 11:18-24
Pablo también recalca que todas las promesas hechas en el pasado a Israel serán cumplidas porque “irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” versículo29.
Amados, Dios nunca quebranta sus promesas.
Cuando Jesús regrese, los descendientes naturales de Israel se van a someter a su gobierno; asi nos dice en Jeremias 23:3-6.
En ese Tiempo, Dios confirmará el nuevo pacto con ellos como nación, como su pueblo escogido al cual no ha rechazado.
“31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón;y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.Jeremias 31:31-34
Además, en aquel Tiempo Dios escribirá sus leyes en sus corazones y mentes como dice el vs.33, transformándolos en su nación escogida de maestros espirituales idóneos.
Como una nación convertida podrán ayudarle a Jesucristo a enseñarles a todas las naciones del mundo a practicar los caminos de Dios, incluso su ley.
Asi nos dice Isaias 2:3; Zacarías 8:22-23.
Todas las promesas que se le hicieron a Israel han sido y serán cumplidas.
¡Israel es Su Pueblo escogido!

Oremos

¡Dios los Bendice!

Ps. Jorge Macías Benítez