Serie: El Camino del Poder Espiritual
#A225 Una Vida con Poder
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Introducción
Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!
Esta mañana del domingo 1ro. de marzo del año 2020, continuamos con el 2do. Mensaje de esta nueva serie.
En el Amor del Señor te invito a qué por unos momentos, pienses en que eres un ser angelical; que desde la creación conoces el profundo y sereno del habitar en la Presencia de Dios y que este habotra apareciera en la tierra y viviera algún tiempo entre nosotros, los cristianos.
¿No crees que te quedarías admirado ante lo que tus ojos pudieran ver?
Honestamente creo que una Ser así, se admiraría de ver por ejemplo, como nos podemos contentar con ese nivel tan pobre y tan bajo de nuestra experiencia espiritual.
Trato de explicarme.
Consideremos que tenemos en nuestras manos un mensaje, venido de Dios, no sólo invitándonos hacia Su Santa compañía sino dándonos también instrucciones detalladas para que consigamos esa bendición.
¿Después de deleitarnos con la bienaventuranza de esa intimidad con Dios, como podría tal persona comprender ese espíritu irregular y que se contenta con poco, es la característica de la mayor parte de los creyentes evangélicos de estos días y claro mayormente de queines ni siquiera conocen que tienen esa opción o peor aún que ni siquiere se les ha presentado dicha opción?
Esta mañana, el Señor, Cristo, mi Dulce Espíritu Santo nos va a llevar profundizar y recorrer un camino, unos pasos hacia:
Una Vida con Poder
Que es el título de Su Mensaje y Minsitración esta mañana, para todos nosotros.
Oremos
Una Vida más Profunda
Amados en Cristo, queridos amigos, retomando la reflexión de nuestro ser angelical de hace unos minutos, este conoció espíritus ardientes como el de Moisés, David, Isaías, Pablo, Juan, Esteban, Agustín, Rolle, Rutherford, Newton, Brainerd y Faber; lógicamente concluiría que los cristianos del siglo XX y ahora del XXI, comprendieron apenas algunas doctrinas vitales del Credo Cristiano y se quedaron muuuuy cortos en el verdadero Conocimiento de Dios.
Ahora, ¿que diríamos, si él se sentara con nosotros en las sesiones diarias de uno de nuestros comunes institutos bíblicos y notara las extravagantes discusiones que hacemos de nosotros mismos como creyentes en Cristo y las comparara con nuestras actuales experiencias religiosas?
Estoy seguro que concluiría que hay una seria contradicción entre aquello que nosotros pensamos que somos y aquello que somos en la realidad.
La emprendida proclamación de que somos hijos de Dios, de que resucitamos con Cristo, de que con Él nos sentamos en los lugares celestiales, de que experimentamos la habitación del Espíritu de la vida, de que somos miembros del Cuerpo de Cristo e hijos de la nueva creación, está siendo desmentida por nuestras actitudes, por nuestra conducta, y por encima de todo, por esa nueva falta de Fuego y de la evidente Ausencia del Espíritu de Verdad y Adoración a Él.
Si tal visitante celestial llamara nuestra atención para la gran diferencia entre nuestras creencias doctrinales y nuestras vidas, sonriendo lo despediríamos explicándole que esa es la diferencia normal entre nuestra Posición actual y segura, y nuestro estado variable.
De ahí, ciertamente él se quedaría boquiabierto al notar, lo triste de nuestra posición real en comparación con el Diseño y Posición que Dios tiene como Propósito para cada uno de nosotros que somos creados a la imagen de Dios.
Amados en Cristo, queridos amigos, les invito a hacer esta reflexión y en Verdad pedir al Espíritu Santo en relación con la siguiente pregunta:
¿no nos impacta el hecho de que existen entre nosotros los cristianos y evangélicos, que hacen del Apóstol Pablo un grande líder, que sean tan poco paulinos en espíritu?
Amado, Escucha esta afirmación:
Existe grande e importantísima diferencia entre el creyente paulino y la vida paulina, una Vida con Poder.
Amados en Cristo, decenas de miles de creyentes que hasta se enorgullecen de interpretar muy bien las Cartas a los Romanos y a los Efesios, no consiguen esconder la escandalosa contradicción espiritual que existe entre sus corazones y el corazón del Apóstol Pablo.
Tal diferencia puede ser expresada en estas palabras:
El Apóstol Pablo fue un erudito, un investigador, y ciertamente un fariseo en sus años de juventud, hasta que fue alcanzado y Llamado por Cristo, al cuál además dijo que sí.
Muchos cristianos son investigadores y hasta fariseos de estos tiempos, pero no son eruditos – al menos del tipo y naturaleza de Pablo - ni han dado su si al Llamado al cuál Saulo dijo sí.
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Tan solo diciendo “acepto” Cristo, deciden a colocar la lógica en el lugar del Espíritu, y la doctrina en el lugar del Discernimiento.
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Para quienes asi han decidido creer y vivir su Fe, la Verdad se hace un velo para esconder el rostro de Dios.
Para el Apóstol Pablo era la puerta de entrada a la Presencia de Dios.
El espíritu de Pablo era el del anhelante explorador.
Investigaba él las colinas de Dios, en búsqueda del oro del Conocimiento y comunión personal y espiritual.
Muchos hoy se hacen a la doctrina de Pablo, aunque no lo sigan en su apasionado Anhelo Santo en pro de la Verdad Sobrenatural y divina.
¿Pueden tales individuos ser tenidos como paulinos, y no solo serlo de nombre y titulo?
Pablo predicando hoy
Amados en Cristo, queridos amigos con estas palabras “Para que pueda conocerlo” el Apóstol Pablo respondió a los quejosos reclamos de la carne y corrió en búsqueda de la perfección.
Todo logro contó como pérdida por la excelencia del Conocimiento de Cristo Jesús, el Señor; y si conocerlo mejor le significaba sufrimiento, y aún la muerte, esto no impedía el Apóstol caminar hacia el frente.
Para Pablo el ser semejante Cristo era algo sin precio.
Anhelaba con todo su corazón, con Anhelo Santo, con desesperación y no solo con Fuego por Dios, como el ciervo suspira por las corrientes de aguas, y para él el mero razonamiento tenía poco que ver, comparado a la vida que sentía.
Dice la Palabra de Dios en Salmos 42:1-2a
“1 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;…”
A lo largo de mi caminar de la mano de Dios he escuchado tantas cosas Amados.
Consejos y excusas me han sido dichos para aflojar el paso; de eso he oído bastante.
“Cuida tu salud” algunos; otros: “corres peligro de quedarte loco, o sufriendo de los nervios".
Algunos más: "eres un exagerado y extremista".
Algun Pastor o Líder Ministerial, con más teología que Comunión con el Espíritu de Dios, se ha apresurado a indicarme que ya no hay nada que necesita profundizarse, como si ya todo hubiese sido dicho.
Es común escucar Líderes y aun Pastores que dicen:
"Usted ya fue acepto en el amado, y bendecido con todas las bendiciones espirituales en los lugares celestiales en Cristo.
¿Que más quiere usted?
Todo lo que usted tiene a hacer es creer, y esperar el día final de la victoria de él".
Si de eso se tratase el Evangelio de Cristo, si ese fuera TODO Su Alcance, entonces el Apóstol Pablo necesitaría ser exhortado, si viviera con nosotros en nuestros días, pues así substancialmente, he visto que se disminuyen las aspiraciones de los santos, cuando ellos se mueven en vivir con Dios en un creciente grado de intimidad.
Ahora amados, conociendo a Pablo cómo lo encontramos en las páginas del Nuevo Testamento, es seguro presumir que él repudiaría tan bajo consejo de conveniencia o utilitarismo, y avanzaría hacia el blanco al premio de la suprema vocación de Dios en Cristo Jesús, y bien haremos en seguirlo.
Cuando el Apóstol exclama: "Para que pueda conocerlo", emplea el verbo conocer no en el sentido de intelecto y en cambio lo hace en su sentido de experiencia.
Amados, necesitamos comprender bien lo que él quiso referirse no a la mente y sí al corazón.
El conocimiento teológico es conocimiento acerca de Dios; ciertamente es indispensable, aunque NO es suficiente.
Tiene él una necesidad espiritual del hombre la misma relación que un pozo tiene para con la necesidad material de su físico. Me explico; no es propiamente por aquel pozo cavado en la roca que suspira el viajero sudoroso y cubierto de polvo, y sí por el agua limpia y fresca que de él emana.
Así, lo que sacia la antigua sed del corazón del hombre no es el conocimiento intelectual de Dios, y sí la Persona y la Presencia real del propio Dios.
Amados, eso nos viene a nosotros por la doctrina cristiana, pero es mucho más que mera doctrina.
El objetivo de la Verdad cristiana es llevarnos a Dios y nunca substituir a Dios.
Un Nuevo Anhelo
Amados en Cristo, queridos amigos, en los últimos tiempos ha surgido dentro del corazón de un creciente número de creyentes evangélicos – aunque cierttamente en relación con el total seguimos siendo pocos - un Anhelo que busca una experiencia espiritual por encima de lo común.
No obstante, la mayoría aún se esquiva a ese capricho ardiente y levanta objeciones que evidencian mala comprensión, o miedo, o declarada incredulidad.
Entonces, se apunta hacia los pseudocristianos neuróticos, psicóticos, falsos adoradores, y para los fanáticos y fariseos de este tiempo, que solo logran confundir a todos en un solo grupo, sin la menor discriminación, como seguidores de la “vida más profunda”, y buscan una verdadera vida con Poder.
Siendo tal procedimiento un verdadero disparate, el hecho de existir tal confusión obliga a los que abogan esa vida llena del Espíritu a definir lo que realmente viene a ser "la vida más profunda" y explicar la posición que tomaron.
¿Que significa eso? ¿Que es que estamos proclamando?
En cuanto a mí, estoy en lo correcto de que estoy mostrando nada más que a Cristo crucificado.
Para que yo acepte una enseñanza o aún enfatice esto o aquello, necesito haber Discernido de tratarse de una enseñanza y Revelación que recibo de Dios por medio del Espíritu Santo y que vive en la Palabra de Dios, y también totalmente en las enseñanzas apostólicas, por su espíritu e índole.
En otros tiempos, a otros siervos suyos les ha sido revelado y entregado semillas de Reforma; hombres y siervos de Dios como Juan Hus, Jhon Knox, Juan Calvino, y mas recientemente otros hombres y siervos de Dios como Hudson Taylor, John G. Lake, Evan Roberts y el propio Billy Graham, quien partiera con el señor recientemente a los 100 años de edad.
Todos ellos son cristianos extraordinarios que fueron utilizados por Dios para impedir que la cristiandad entrara en colapso, arrancándola de los brazos de la condenable mediocridad espiritual en que vivía.
Amados en Cristo, queridos amigos, hablar de la "Una vida con Poder" no es discurrir sobre algo más profundo que la sencilla Fe del Nuevo Testamento.
Mejor aún, es insistir a los creyentes para que exploren las profundidades del Evangelio de Cristo, el Evangelio del Reino de Dios y reciban Revelación de los tesoros que ciertamente Él mantiene, pero que ciertamente para nosotros aún no existen, solo porque no hemos decidido Anhelar, Clamar y buscar lo suficiente, como si de respirar se tratase.
Esa vida es " Una vida con Poder " solamente porque la vida cristiana media, o común, es trágicamente rasa y superficial.
Es en Verdad triste ser Testigo del como podemos justificar nuestro rechazo en atender a la invitación que nos hacen.
Los seguidores de Una vida con Poder decimos que debemos buscar un regocijo, en una íntima experiencia personal, esos elevados privilegios que son nuestros en Cristo Jesús, que debemos insistir en probar la adoración interior en espíritu y en verdad; para que alcancemos esto amados, necesitamos necesariamente, ir además de esos nuestros hermanos que se contentan con menos, y enfrentar la tremenda oposición que nos sobrevendrá; créeme si te digo que SE y Conozco lo que te estoy diciendo.
El escritor de afamado libro devocional The Cloud of Unknowing (La Nube del Desconocido) abre su obra con una oración que expresa el espíritu de la enseñanza de esa vida con Poder.
Dice entonces: "oh Dios, para quién todos los corazones están al descubierto. . . y para quién secreto alguno está encubierto, he ahí que te busco para que purifiques lo indigno de mi corazón con el indescriptible don de tu gracia, para que yo te pueda amar de modo perfecto y Loarte dignamente. Amén."
¿Quién verdaderamente nació del Espíritu, a menos que esté perjudicado por una enseñanza errada, puede acaso hacer objeción a esa entera purificación del corazón que habilita a amar perfectamente Dios y a Adorarlo dignamente?
Pues es exactamente eso es lo que es mi Anhelo e Instrucción de Dios para mí; esto es el afirmar y enseñar, el acompañar a quienes decidan aceptar la invitación cuando hablamos de esa experiencia de la "vida con Poder ".
Amados en Cristo, queridos amigos, les estoy invitando a que me permitan acompañarlos y que reciban enseñanza y Revelación, la cuál literalmente ocurre dentro del corazón, y que eso no es cosa simplemente acepta por la cabeza.
Nicéforo, uno de los padres de la Iglesia Oriental, en una pequeño tratado sobre la vida llena del Espíritu, hace inicialmente una invitación que nos parece extraña, solamente porque por mucho tiempo nos acostumbramos a seguir a Cristo de lejos y nos acomodamos a vivir con gente que no lo sigue de cerca.
Dijo Nicéforo:
"Vosotros, que deseáis tener para vosotros la maravillosa iluminación divina de nuestro Señor Jesucristo; que recogéis sentir el fuego divino en vuestros corazones: que os esforzáis por gozar y experimentar el sentimiento de reconciliación con Dios; que, ansiosos por desenterrar el tesoro escondido en el campo de vuestro corazón y por querer poseerlo, renunciasteis todos los bienes del mundo; que deseáis que las antorchas de vuestras almas se quemen y brillen siempre y siempre, y que, para tal fin, renunciasteis todo lo que hay en el mundo; que aspiráis, mediante experiencia consciente, conocer y recibir el Reino del Cielo que existe dentro de vosotros; venid y haré conocida la ciencia de la vida celestial y eterna."
Amados, esta sed de Dios jamás dejó de existir en cualquier generación.
Siempre han existido personas – como este siervo de Dios que habla - que minimizamos los caminos inferiores y cómodos e insistimos en la necesidad de sólo transitar por las elevadas carreteras reales de la perfección espiritual.
No obstante, es bueno notar que la palabra perfección nunca significará un punto espiritual final, ni un estado de pureza que deje de lado la oración y el ayuno.
Amados, anhelemos recibir Su Verdad.
Concluyamos
Amados en Cristo, queridos amigos, los más notables cristianos confirman unánimemente que mientras más cerca de Dios, más aguda y viva se hace la conciencia del pecado y el sentimiento de inmerecimiento de Su Gracia.
En este tiempo Su Pueblo, Sus Hijos e Hijas en su mayoría están Oyendo aunque NO Obedeciendo.
Las almas más puras jamás conocieron cuan puras eran, y los grandes santos nunca supieron que eran grandes.
El propio pensamiento de que eran buenos o grandes habría sido rechazado por ellos como tentación de Satanás.
Se quedaron tan elevados y preocupados en contemplar el rostro de Dios que tuvieron muy poco tiempo para mirada hacia sí mismos.
Se quedaron más que elevados en esa dulce paradoja de conciencia o conocimiento espiritual, por lo cual conocieron que estaban limpios mediante la sangre del Cordero, y por lo cual sintieron que merecían solamente la Muerte y el Infierno, por justo salario.
Este sentimiento aparece muy nítido y fuerte en los escritos del Apóstol Pablo.
La calidad o virtud de la cristiandad evangélica ha de mejorar mucho, si el desusado interés que hoy se nota por la Fe Verdadera no deje la Ekklesia en peor estado que antes de haber aparecido este mover del Espíritu Santo.
Si de Verdad Discirniéramos, Creo que oiremos al Señor decir a nosotros aquello que dijo cierta vez Josué:
“Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel” Josué 1:2
Oiremos el escritor de la Carta a los Hebreos diciéndonos:
“Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección” Hebreos 6:1
Oiremos al Apóstol Pablo exhortarnos a que:
“nos llenemos del Espíritu Santo”. Efesios 5:18
Si estuviéramos lo suficientemente despiertos para oír la voz de Dios, de modo alguno podemos contentarnos sólo con “el creer en eso”.
¿Como puede el hombre creer en una orden, o mandamiento?
Los mandamientos se dan para que sean observados, obedecidos; y mientras no los pongamos en práctica, nada hemos hecho de positivo.
Además: oír los mandamientos y dejar de obedecerles es infinitamente peor que nunca haberlos oído, especialmente a la luz del inminente regreso de Cristo y Su juicio venidero.
Oremos
¡Dios los Bendice!
Ps. Jorge Macías Benítez
