domingo, 7 de febrero de 2021

#A271 Retribución y la Fe

 Serie: Tras las Pisadas de Jesús


#A271 Retribución y la Fe


 




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Introducción


Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!


Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!!!


Este domingo, continuamos recibiendo del Señor, Señales y Dirección en este Mensaje y Su Ministración parte de esta Serie: Tras las pisadas de Jesús.


Hoy, nos regresa a ese momento con Zaqueo, el Judío cobrador de impuestos.


Permítane llevarlos al momento:


La reacción de la multitud no fue una sorpresa. 

Se habían ofendido al saber que Jesús iba a comer en la casa de alguien a quien todos consideraban uno de los peores pecadores en la comunidad. 

Si Jesús simplemente le hubiera hablado a Zaqueo, no habría sido un gran problema. 

Sin embargo, en esos días era un acontecimiento especial el sentarse a la mesa juntos. 

Comer con alguien a su mesa sugería aprobación y amistad. 

Ahora, Jesús había venido a buscar y a salvar a los perdidos, y la amargura que sentía el pueblo no le impediría cumplir su misión.

El cambio de Zaqueo se evidenció de inmediato, y fue un verdadero milagro. 

Veamos que dice nuestro fundamento:

“7Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. 8Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. 9Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. 10Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”

Lucas 19: 7-10


En el versículo 10 de Lucas 19, Jesús declaró el propósito por el cual Él había venido al mundo: "a buscar y a salvar lo que se había perdido". 

Al afirmar que Zaqueo era un verdadero hijo de Abraham, Jesús reconoció que Él acababa de encontrar a otro de los perdidos que había venido a buscar y a salvar.

- Leyendo Levítico 5: 16 y Números 5: 7 analicemos ¿por qué ofrecería Zaqueo pagar a la gente mas de lo que la ley había establecido? 

- ¿Qué demostró eso con respecto a la nueva actitud de Zaqueo hacia el dinero?

- ¿Qué cambios inmediatos vinieron a tu vida cuando conociste a Jesucristo?

- Quizás conozcas alguna persona que es difícil de tratar, ¿cómo puede ser que Jesús la ame aunque tú pienses que esa persona no lo merece?

Amados, el título del mensaje y Ministración del Señor hoy es:


Retribución y la Fe


Retribución por el pecado


Amados en Cristo, queridos amigos, la retribución es el resultado natural del pecado.


Observemos lo que nos dice la carta de Pablo a los  Gálatas 6: 7-8


“7No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.”


Es una recompensa que se recibe o se entrega correspondiendo a una acción. 


Aunque el término puede ser usado en sentido positivo, en la Palabra de Dios, también se le da una connotación negativa.

Hoy el Señor quiere Ministrar una palabra que se encuentra en el libro de Abdías; es el libro más pequeño de la Biblia y nos habla de las consecuencias que nos acarrean las disputas familiares. 

Dice la palabra de Dios: 

“1Visión de Abdías. Jehová el Señor ha dicho así en cuanto a Edom:…”

El mensaje comienza en el versículo 2: 

“2He aquí, pequeño te he hecho entre las naciones; estás abatido en gran manera. 3La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada; que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra? 4Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas pusieres tu nido, de ahí te derribaré, dice Jehová”.

Continúa diciendo en el versículo 7: 

“7Todos tus aliados te han engañado; hasta los confines te hicieron llegar; los que estaban en paz contigo prevalecieron contra ti; los que comían tu pan pusieron lazo debajo de ti; no hay en ello entendimiento”.

El versículo 10 nos dice por qué vendrá todo esto: 

“10Por la injuria a tu hermano Jacob te cubrirá vergüenza, y serás cortado para siempre”.

Amados, es esta una palabra muy fuerte de parte de Dios, contra el pueblo descendiente de Esaú, a los que se les llamaba “edomitas”. 

Esaú era el hermano de Jacob; Isaac tuvo dos hijos gemelos, y entre estos hermanos hubo discordia. 

Jacob se portó mal contra Esaú, y por causa de esto Esaú juró matar a su hermano. 

Finalmente y según dicela Biblia, lo perdonó, pero algo pasó al transcurrir el tiempo. 

La descendencia de Jacob, vino a ser la nación de Israel, y la de Esaú vino a ser el pueblo de Edom, o sea los edomitas, que son llamados también en el Antiguo Testamento “los del monte de Seir”  cuya capital se llamaba Sela que significa piedra; con el tiempo esa ciudad se llamó Petra.

Lo extraordinario es que Dios, en esta profecía y en otra de la Biblia, anuncia que Edom sería destruido, que  no tendría descendencia y no quedaría nadie de ese pueblo. 

Sin embargo, dice que Jacob sería levantado y sería guardado por Dios. 

El motivo del juicio de Dios contra Edom fue por la injuria y escarnio contra su hermano. 

Hoy el Señor nos va a llevar desde este fundamento, al hablar de los problemas entre hermanos, de los problemas familiares, al Fruto del Espíritu, qu entre otras cosas es la Fe.


Tu Prójimo debe de ser Amado


Amados, no hay duda en que los sentimientos más fuertes, positivos o negativos, se generan dentro de nosotros en función de las relaciones más cercanas que tenemos, no con los lejanos.

Hay personas que aman a los chinos, a los hindúes, oran por los mahometanos y no pueden sentarse a comer con su esposa, o espos; tienen un problema serio con los que están más cerca. 

Sin embargo el mandamiento de Dios es: 

“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” Mateo 19:19

La palabra “prójimo” significa próximo. 

¡Tu prójimo debe ser amado! 

Dios no te pregunta si se portó bien o mal contigo; sencillamente en Obediencia a Dios, debemos amar a nuestro prójimo. 

No tenemos que guardar rencor ni recordar lo que hizo. 

Amados, hay personas que no pueden dormir por causa de lo que le ha hecho alguien, y dan vueltas en la cama, guardando rencor en su corazón por algún prójimo, sea este el cónyuge, el hermano, el cuñado, la suegra, una persona en la escuela o el trabajo, un vecino, etc. 

Ahora, generalmente los problemas resultan con las personas que están más cerca de nosotros y las heridas más grandes son ocasionadas por esas personas. 

Por causa de los que más amamos se producen las heridas más grandes. 

Así que oras: 

“Padre, bendice a los chinos, bendice a los hindúes, y mi marido que se vaya al infierno”, o: “Perdónalo, Señor, pero yo no lo quiero ver”.

¡Es muy serio lo que sucede cuando nosotros guardamos rencor o tenemos resentimientos contra un pariente! 

Dios mismo, en Su Palabra nos enseña, nos instruye al respecto. 

Abraham tuvo un hijo, de una esclava, que se llamó Ismael y tuvo otro hijo llamado Isaac. 

De la descendecnia de Isaac,  Dios edificó el pueblo Hebreo y de Ismael el pueblo árabe. 

Conocemos por Su Palabra que entre Issac e Isamel, había peleas; no era tan grave el problema que había entre ellos, sino el que sucede en la actualidad, entre árabes y judíos. 

Pasando los años, siglos y milenios, vemos que los descendientes de los árabes odian al pueblo judío, y los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob tienen un grave problema con sus hermanos árabes. 

Así que no es cuestión de tener un problema con un familiar y creer que todo se va a solucionar con el tiempo. 

¿Tú crees que con el tiempo se solucionan los problemas? 

¡Eso no es lo que Dios nos dice en Su Palabra! 

Es una costumbre que si alguien se pelea con otra persona, recibe este consejo: “Olvídate,el tiempo sana las heridas”. 

Amado, Escucha:

¡El tiempo no sana ninguna herida, sino que las endurece, las esconde! 

Se te fue un pariente con el que tenías problemas a Europa y dijiste: 

“¡Al fin se fue, ahora no tengo más problemas!” 

Ahora, imagina que ese pariente se quedó sin trabajo, volvió y con él regresó el problema, y reverdeció todo aquello que había pasado; tú que creías que ya no guardabas rencor, resulta que ahora te hierve la sangre por dentro.

Amados, existen espíritus familiares, es decir que hay espíritus de maldad que pueden dominar y ejercer autoridad sobre nuestras vidas.

Es tu Libre Albedrío, el que abre la puerta a la Luz o a las tieneblas; a la Bendición o a la maldición.

No es extraño escuchar historias como ésta: 

“En el seno de una familia se murió la abuela y alguien de la familia sintió que le entró algo”. 

Cuando permitimos que el pecado domine algún área de nuestras vidas, abrimos la puerta – literalmente – a que satanás manipule nuestro actuar; es decir, le damos derechos legales.

Dice la Biblia que “el que hace pecado, es esclavo del pecado”. 

Ese pecado se enseñorea de la persona, ésta se muere, entonces el demonio busca un territorio donde entrar y dominar y el territorio más apto para entrar y dominar es la misma familia. 

Amados, en el mundo espiritual, tanto en el reino de los cielos como en el de las tinieblas, la descendencia, es un mismo árbol genealógico, un mismo linaje. 

¡Los demonios van operando a través de las generaciones! 

Dice Dios en su palabra:

“…yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”

Deuteronomio 5:9

Amados, aun así es el Anhelo de Dios es que se corte la maldición; si cuando llega a la cuarta generación, ésta no ha conocido a Cristo, no ha venido a Dios ni se ha humillado ni le ha pedido perdón, entonces esa maldición se repite por cuatro generaciones más. 

Se mueren los tíos, los hermanos, y los primos después “se sacan los ojos”, como dice el dicho popular. 

Es necesario guardar el vínculo familiar, es necesario guardar la unidad entre los hermanos, para poder bendecir las generaciones que vienen debajo de nosotros.

Regresemos al Testimonio de Edom (que es Esaú) y quien era hermano gemelo de Jacob, pero hubieron problemas entre ellos. 

El pueblo de los edomitas, siempre se llevó mal con el pueblo judío y viceversa. 

Un buen día, cansado Dios de los pecados de su pueblo Israel, decide juzgarlo y usa a los babilonios para efectuar su castigo; vienen pues, los babilonios y arrasan Jerusalén destruyéndola. 

Por causa de sus pecados Dios permite el juicio sobre Jerusalén, entonces los babilonios se llevan cautivo al pueblo de Dios a Babilonia. 

Amados, en el día de la cautividad estaban los edomitas presenciando todo, ¡más contentos! 

De hecho, ellos arrebataban lo que podían, se gozaban y alegraban del desastre que Babilonia le provocó al pueblo de Dios.

Claro quete podrás preguntar: 

“Pero, ¿cómo? ¡Dios se enoja con Edom pero Él mismo le da con un palo por la cabeza a Judá!” 

Esto en verdad es simple; las enseñanzas prácticas que nos ayudan a entender estas cosas, suceden todos los días en nuestros hogares. 

¡Qué enseñanza más sencilla nos brinda la Biblia! Dios estaba enojado con Judá, trajo juicio sobre él, y el hermano festejaba lo que le estaba pasando. 

No obstante Dios es Justo, perdonó a Judá y castigó a Edom y no solo eso, sino que hizo que nunca más tuviera descendencia.

Oremos

Ps. Jorge Macías Benítez