Serie: La Gracia de Dios
#A264 Gracia y Fe II
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Introducción
Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!
Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!!!
La semana pasada el Señor nos llevó a sumergirnos en lso fundamentos y luego nos llevó a Fondó en cuanto a la Gracia, la Fe y la Certeza, todo a partir prácticamente de un solo versículo en Romanos 4:16.
Así, también nos llevó en Koinonía a Hebreos 11:1.
Hoy, quiere completar este maravilloso Mensaje y Su Ministración.
https://www.youtube.com/watch?v=ZrXtdK6mMds
Si, ¡no ha acabado!
“¡No ha acabado, Su Obra en mí, en tí, en nosotros, no ha acabado la vida en este Tiempo y Lugar, en este planeta, entonces no ha acabado la Transformación y Metanoia del Señor para nuestra vida!”
Ps. Jorge Macías Benitez
La Palabra de Dios nos dice en Romanos:
“16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros 17 (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. 18 Él creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. 19 Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. 20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, 21 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido;”
Romanos 4: 16-21
Así, es como me llevó a en la misma reflexión discernir lo que era Su Mensaje y Ministración para este domingo 29 de noviembre del 2020, que lleva por título:
Gracia y Fe
Oración
¿Qué es esta Gracia?
Amados, en verdad quiero que prueben la Gloria de esta poderosa Gracia que garantiza la promesa.
Ahora, ¿Qué es esta Gracia? ¿Cómo nos garantiza que obtengamos nuestra Herencia?
Vayamos a Romanos 4:4-5.
“4 Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino cómo deuda; 5 más al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.”
Pablo está hablando aquí acerca de cómo ser justificados, de cómo tener ante Dios una justicia que nos permita heredar la promesa.
Reflexionemos en esto; que es lo opuesto a la gracia y a la fe en estos versículos.
Lo opuesto a la fe es obrar, y lo opuesto a la gracia es la deuda (o saldo, o merecido).
Sí en lugar de confiar en Dios, tratamos de obtener la justicia mediante las obras; Pablo dice que recibirá un salario que se le debe, y eso no está “de acuerdo con la gracia”.
Más bien es lo opuesto a la gracia.
Ahora, si intentamos el trabajar por justificación ante Dios, sino que mas bien creemos en aquel que justifica al impío, la justicia de Dios nos será acreditada como un regalo.
Eso se llama Gracia y la única condición del corazón que se corresponde con ella es la fe.
Así que la Gracia es el Propósito de Dios de darle la justicia y la promesa que no merecemos.
Es por eso que la Gracia es la garantía a la promesa.
Amados, la Gracia hace caso omiso a nuestro demérito.
Oh, ¡Despertemos a esta Verdad!
¿Qué condición del corazón se “corresponde con” la Gracia?
¡Sólo la fe!
Amados, la fe es la experiencia relajante de la Gracia obrando en nuestras vidas.
Si pensamos en este primer acto de fe justificadora en Cristo, entonces podemos decir que la fe está relacionada con la Gracia como la vista lo está con la luz, como el oído lo esta al sonido, como el despertar lo está al reloj despertador.
Amados, la fe está relacionada a la Gracia como la dulzura del paladar está relacionada con la miel en su lengua.
¿Por qué lo expreso así?
Conozco que en este Tiempo esa no es una forma muy común de hablar sobre la fe.
Aunque, ¿lo era hace trescientos años? ¿hace mil? ¿hace 2 mil?
Hoy, existe una falta de conocimiento, aun más, de Discernimiento generalizado acerca de la naturaleza Divina de la Gracia y de la fe.
En la actualidad muchos de los cristianos que asisten a las iglesias están tan desinteresados en una comunión verdadera con Dios y entonces la doctrina bíblica y en vivir conforme al Propósito de Dios, que han perdido muchas verdades y con ello muchas bendiciones.
¡Oh, cuánto ansío que Dios sea misericordioso para con nosotros, y nos despierte de ese inconcebible sopor!
Amados, Ahora, pregunto de nuevo:
¿Por qué digo que la fe está relacionada con la Gracia como la vista lo está a la luz, como el oído al sonido, y como la dulzura del paladar al sabor de la miel en su lengua?
¿No implica esto que la Gracia de Dios ciertamente, despierta la fe cómo la luz despierta la vista, y el sonido despierta al oído, y la miel despierta la dulzura en el paladar?
La respuesta a esa pregunta es, sí.
En lo personal, no tengo ninguna duda que eso es exactamente lo que la Gracia de Dios hace.
De hecho, es la segunda razón por la que la Gracia de Dios es la que nos garantiza que obtengamos la promesa.
Pueden ver una ilustración de esto en los versículos 17 y19 de Romanos 4
Reflexionemos detenidamente en el final del versículo 16; Pablo dice que la Gracia garantiza la promesa para todos los descendientes de Abraham, para los creyentes hebreos, judíos y para los creyentes gentiles, ya que Abraham es el padre de todos nosotros.
Luego en el versículo 17, Pablo cita Génesis 17:5 para mostrar que Abraham iba a ser el padre de muchas naciones.
Después en el resto del versículo 17, dice que la fe de Abraham estaba:
“delante de aquel en quien creyó, es decir Dios, que da vida a los muertos y llama a las cosas que no son, como si fueran”
Ahora, ¿Por qué Pablo nos dice esto? ¿Por qué llama la atención a esta clase de actividad soberana y divina?
Este es el Propósito:
Que Abraham pudiera tener la garantía de que heredaría la promesa, Dios tendría que dar vida a los muertos, y llamar a existir a las cosas que no existen.
Esta es una Gracia soberana, omnipotente, y gratis.
Aquí Pablo está describiendo qué quiere decir con la “gracia que garantiza la promesa”.
Lo que está muerto debe venir a la vida y lo que no existe debe existir.
Eso es lo que hace la Gracia.
Eso no lo puede hacer el hombre.
El hombre no puede resucitar a los muertos; y no puede crear algo de la nada.
Ahora, Dios si puede, y lo hace, para garantizar la promesa para su pueblo.
Amados, eso es lo que significa Gracia.
La Gracia que hace posible lo imposible
Sin el nacimiento de Isaac, la promesa hecha a Abraham hubiera fracasado.
Isaac no existe, y humanamente no puede existir.
Su padre tiene noventa y nueve años.
Su madre tiene noventa y ha sido estéril toda la vida.
Se ha probado con obras y recursos humanos: una concubina llamada Agar y un hijo llamado Ismael.
Pero Dios dice, No.
La promesa no será cumplida y garantizada por mi cooperación con tus recursos humanos, sino por mi soberana gracia de hacer posible lo humanamente imposible.
Pablo indica lleno del Espíritu Santo, en el versículo 19:
“Y sin debilitarse en la fe [Abraham] contempló su propio cuerpo, que ya estaba como muerto puesto que tenía como cien años, y la esterilidad de la matriz de Sara”.
Amados, si la promesa va a ser garantizada, Dios debe hacer lo imposible.
Debe hacer lo que los humanos no pueden hacer:
“[Dios] da vida a los muertos y llama a las cosas que no son, como si fueran”.
Eso es lo que significa Gracia.
El nacimiento sobrenatural de Isaac es una ilustración de cómo Dios crea a los hijos de la promesa, como tu y yo.
Pablo dice en Gálatas 4:28:
“Y vosotros, hermanos, como Isaac, sois hijos de la promesa”.
No como Ismael, nacido de lo que los humanos pueden hacer.
Isaac nació por un milagro del Espíritu; nosotros nacimos por un milagro del Espíritu.
Isaac fue generado de lo estéril; todos nosotros también.
Él fue llamado a existir de la nada.
Nosotros también.
La fe de Abraham salió de la nada; la de nosotros también.
Eso es lo que quiere decir Gracia.
Es por ello que la Gracia garantiza la promesa.
La Gracia hace lo que los recursos humanos no pueden hacer nada.
La Gracia no solo nos da cosas mejores que las que merecemos (Romanos 4:4-5); la Gracia nos da cosas que no podemos producir:
La resurrección de la muerte, nos permite ver la gloria, escuchar la verdad divina, saborear la dulzura espiritual.
Todo ello surge por la dulce y soberana Gracia de Dios.
Conclusión
Amados, Permítanme concluir ilustrando un pasaje paralelo que no está en Romanos que nunca antes había notado; pero es tremendamente poderoso en esta reflexión para Discernimiento de lo que es la Gracia.
Efesios 2:4-5 nos dice que la Gracia es precisamente esto; es la obra de Dios de resucitar espiritualmente a los muertos—hacer por nosotros aquello que nunca hubiésemos podido hacer:
“Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, 5 aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados).”
El hecho de que Pablo inserte las palabras “por gracia habéis sido salvados” justo después de “aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida”, muestra que la Gracia es justo lo que Romanos 4:17 da a entender que es:
Es la obra de Dios “da vida a los muertos y llama a las cosas que no son, como si fueran”.
¿Y qué es lo que Dios hace que exista para nosotros?
Efesios 2:8:
“Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios”.
Amados la fe es un regalo de la Gracia de Dios; como ver es el don de la vista, y como escuchar es el don del sonido, y la dulzura del paladar es el don de la miel.
La luz del evangelio está resplandeciendo en esta mañana.
La palabra del evangelio está sonando en esta mañana; el amoroso mandamiento de Dios es:
Miren y vean; oigan y escuchen; prueben y disfruten la gloria de la gracia de Dios.
Esto es fe; esta fe está de acuerdo con la Gracia que da vida a los muertos y hace que exista lo que no existe.
Esa Gracia soberana garantiza, por encima de toda la volubilidad y flaqueza humana, que heredará el mundo.
Oremos
¡Dios los Bendice!
Ps. Jorge Macías Benítez