domingo, 13 de junio de 2021

#A288 El Llamado al Discipulado. parte II

Reino de Dios Ministerios

Ps. Jorge Macías benitez

Ministración semanal

Introducción 

Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!

Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!!!

Hoy continuamos con una Ministración más de esa Serie: Tras las Pisadas de Jesús.

Una semana después recibir como aportación y colaboración una maravillosa obra que Dios le entregara a Su Siervo Dietrich Bonhoeffer y que este manifestara en su libro, “El Costo del Discipulado” y de esa forma, la Ministración del Señor desde el fundamento Bíblico preciso y del texto del capítulo 2, del dicho libro, Ahora continuamos con la 2da. Parte de este mensaje y Su Ministración.

La Palabra de Dios, nos dice en Marcos 2: 14

“Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió.”

Un simple y sencillo acto de Obediencia.

Como nos Ministró el Señor, en el fundamento en Marcos 2: 14, pareciera - si solo lo razonáramos - que nos falta una pieza de conocimiento o al menos una probable relación o conocimiento previo de las personas involucradas.

Por una parte Jesús como él que exhorta y por la otra, Marcos que Obedece.

Amados es en este entorno que el Señor nos hace esta nueva entrega y Su Ministración, con Su Mensaje

El Llamado al Discipulado

Parte II

Oremos

Se trata de tu relación con Él

El Señor nos Ministró la semana pasada, durante la 1ra. Parte de este mensaje, que todo en Su Mover y Reino tiene Su Fundamento en nuestra Relación personal e íntima con Él.

Nuestra hermana Joyce Meyer, ha manifestado su reflexión personal al respecto; la comparto porque concuerdo plenamente con ella.

“Cuando piensas en Fe, ¿qué viene a tu mente? ¿reglas, regulaciones y obligaciones, o una Relación Íntima, profunda con Dios?

En lo personal, me Goza considerarme una persona que tiene una relación personal con Dios a través de Jesucristo.”

Amados en Cristo, queridos amigos, Creo firmemente, de Verdad que Él murió para que nosotros podamos tener una relación viva e importante con Dios, no solo un montón de reglas y regulaciones que estamos obligados a seguir.

Sí, es cierto que también existen pautas que Dios quiere que sigamos; no obstante Su Propósito al darlas, es protegemos de las consecuencias del pecado.

Cuando tenemos Relación de Verdad con Dios a través de Cristo, la vida se vuelve Victoriosa y de Gozo, porque Él despierta una pasión dentro de nosotros para amar a las personas, y no tenemos que luchar para hacer las cosas que Él nos llama a hacer.

Sencillamente suceden de forma natural.

Dios no está enojado contigo

Si hay una cosa que personas necesitan escuchar una y otra vez, es esta: 

Dios te ama. Eso es todo al respecto. 

Puede que a Él no le guste todo lo que haces, pero Él nunca dejará de amarte.

Dios no está impresionado con tus obras. Lo que a Él le importa es tu corazón.

Creo firmemente que la mayor cosa que Dios quiere oír de nosotros es, “Te amo, Señor. Gracias por todo lo que has hecho en mi vida. Quiero hacer lo que es justo. Sigue enseñándome.”

Muchos de nosotros no oramos y pedimos a Dios por lo que necesitamos porque no pensamos que tenemos el derecho de pedir. 

Ahora amados, la Biblia dice que Dios quiere que aprendamos cómo recibir Su Misericordia.

Hebreos 4:15 dice que tenemos un Sumo Sacerdote quién entiende nuestras debilidades. 

Él fue tentado, así como nosotros somos tentados, pero Él nunca pecó.

El verso 16 dice que podemos acercarnos confiadamente antes Dios en oración para recibir Su misericordia y ser perdonados.

Somos nuevas criaturas, hemos sido transformados

“Legalmente” te conviertes en cristiano cuando tomas la decisión de recibir a Jesucristo como tu Salvador. 

Después de que Lo recibiste, Dios comienza a cambiarte, a en Verdad Transformarte en una nueva creación.

No deberíamos estar inventando reglas religiosas para vivir, como el tener que leer nuestra Biblia todos los días, ni tampoco hacer lo que queramos hacer porque sabemos que vamos al cielo cuando muramos.

El cristianismo se trata de vivir una vida vibrante y emocionante con Cristo, y va de la mano con el desarrollo de una relación personal con Él. Jesús quiere que nosotros estemos enamorados de Él.

Conociendo lo que en verdad importa

No hace demasiado tiempo, estaba reflexionando en relación de cuán juicioso solía ser sobre la forma en que algunas personas actuaban, y en particular en la falta de Orden y de Disciplina en su carácter.

Estoy hablando de evidentes falta de carácter, de debilidad en esas áreas.

En un de repente de Dios, tuve este impacto en mi corazón:

“En Verdad crees que ¿Dios valora más a quienes si son disciplinados por encima de quienes NO lo son?”

Cosas así me toman por sorpresa para que me dé cuenta que solo me estaba aferrando a una actitud religiosa, cuando Dios quería que refrescáramos nuestra mirada para llegar a más personas.

La conclusión es que no deberíamos enfocarnos tanto en la manifestación y resultado de un carácter aun NO Transformado  y que perdamos de vista nuestro objetivo principal: ¡desarrollar una relación cercana y personal con Dios!

Vive y Goza tu vida con Dios

Dios quiere estar en todo lo que hacemos. 

Él quiere que tengamos comunión con Él, lo que significa que debemos comunicarnos con Él a lo largo de nuestro día como lo hacemos con alguien que es nuestro amigo o miembro de la familia.

Saber que Dios nos ama, amarlo, pasar tiempo con Él, y ser agradecido por lo que Él ha hecho y está haciendo en nuestras vidas puede ayudarnos a tener una verdadera relación con Él.

Condiciones al Llamado

Amados en Cristo, queridos amigos, es clara la Palabra de Dios y primero es envídente el Diseño de Dios al Discipulado, que tiene condiciones.

Primero la Obediencia estricta - espartana, si cabe el utilizar el vocablo - al Llamado de Dios, de Cristo por medio del Espíritu Santo.

Junto con esa Obediencia, el cortar terminantemente con la vida anterior a dicho Llamado.

En par de ejemplos, Pedro que dejó la pesca y Mateo que al escuchar “sígueme”, dejo la mesa de recaudación de impuestos y un trabajo seguro y bien remunerado, laborando para los romanos.

Cabe en este momento esta nueva Reflexión: 

“La Palabra salida del Espíritu, Corazón y Mente de Cristo, NO es una doctrina; oh no. 

¡Es algo mucho más grande! 

¡Es la recreación misma de quien recibe el Llamado y Obedece!”

Ps. Jorge Macías Benitez

Amados, él dar este paso Obediencia a Cristo, le da Posición al Llamado, el territorio de la Fe.

Si el Llamado se niega a dar ese paso, se queda atrás y no aprende a Creer.

Amado Escucha:

“Cuando Cristo nos hace ese Llamado, es lo mas común que nos parezca una locura; así lo hizo con Pedro, con Andrés su hermano, con Santiago, con Juan, con Mateo.

Así es como Él presenta una situación imposible y quizá hasta irresponsable; es en medio de una circunstancia así, que Él nos impacta con Su Amor, Su Misericordia y empezamos a Creer.”

Ps. Jorge Macías Benitez

La única señal de que hemos entrado en el Territorio de la Fe, ¡es el haber Obedecido al Llamado!

Nuevamente, escucha: 

“La Fe y la Obediencia, siempre vienen juntas si son el resultado del Llamado de Cristo”

Ps. Jorge Macías Benitez

La Gracia Costosa

Hablemos y permitamos que Dios nos Ministre del centro del mensaje para hoy e intencionalmente, a partir de aquí y Ahora.

Hay varias razones por las que la situación que he descrito es común en la iglesia de hoy. 

La primera es debido al fundamento que se ha venido - en lo general - utilizando; hablo de una teología defectuosa que se ha deslizado sobre nosotros como una neblina amortiguadora. 

Esta teología separa la Fe del Discipulado y la Gracia de la Obediencia. 

Enseña quÉ Jesús puede ser recibido como nuestro Salvador sin ser recibido como nuestro Señor.

Este es un error muy generalizado, en tiempos de prosperidad. 

En días de dificultad, particularmente de persecución, aquellos que están en el proceso de hacerse cristianos cuentan cuidadosamente el Costo del Discipulado, antes de tomar la cruz del Nazareno. 

Los predicadores no los engañan con falsas promesas de una vida fácil o la indulgencia de los pecados. 

Ahora, en los buenos tiempos, en los tiempos prósperos, el costo no parece tan alto, y la gente toma el nombre de Cristo sin experimentar, sin en Verdad Vivir personalmente, la Transformación radical de la vida que implica la verdadera conversión. 

En estos tiempos, los predicadores a menudo los engañan con una Fe “fácil” – un cristianismo sin cruz - para aumentar el número de personas en sus listas y asistencia a las congregaciones, ya sea que las personas añadidas en Verdad sean Transformadas o no.

Dietrich Bonhoeffer, este erudito alemán de la era nazi que finalmente sufrió el martirio por su oposición a las políticas de Hitler, llamó a esta teología errónea “gracia barata”, la cual claro, ¡NO es la Gracia de Cristo, la Gracia de Dios!

Bonhoeffer, decía - y nos sigue diciendo el Señor - : 

“La gracia barata es la predicación del perdón sin necesidad de arrepentimiento, el bautismo sin disciplina espiritual, la comunión sin confesión, la absolución sin confesión personal. Gracia barata es gracia sin discipulado, gracia sin cruz, gracia sin el Jesucristo vivo y encarnado”.

Ahora amados, ¿entonces cuál es la verdadera Gracia?

Claro amados, ¡es la Gracia Costosa!

La Gracia Costosa es el tesoro escondido en el campo; por ello, el hombre irá gustoso y venderá todo lo que tiene. 

Es la perla de gran precio, para comprar la cual el comerciante venderá todos sus bienes. 

Es la regla real de Cristo, por cuya causa un hombre arrancará el ojo que le hace tropezar.

Es el llamado de Jesucristo en el cual el discípulo deja sus redes y lo sigue. 

La gracia costosa es el evangelio que hay que buscar una y otra vez, el don que hay que pedir, la puerta a la que hay que llamar… 

Tal gracia es costosa porque nos llama a seguir, y es gracia porque nos llama a seguir a Jesucristo. 

Otro enorme General de Dios, posterior al Bonhoeffer, el pastor y autor devocional de Chicago A. W. Tozer declaró:

“La doctrina de la justificación por la fe - una verdad bíblica y un bendito alivio del legalismo estéril y del esfuerzo propio inútil - ha caído en nuestra época en malas compañías y ha sido interpretada por muchos de tal manera que en realidad impide a los hombres el conocimiento de Dios. 

Toda la transacción de la conversión religiosa se ha hecho mecánica y sin espíritu. 

La fe puede ahora ser ejercida sin un frasco para la vida moral y sin vergüenza para el ego adánico. 

Cristo puede ser “recibido” sin crear un amor especial por él en el alma del receptor. 

El hombre es “salvo”, pero no tiene hambre ni sed de Dios. 

De hecho, se le enseña específicamente a estar satisfecho y se le anima a contentarse con poco."

No es sólo una falsa teología la que ha alentado esta fatal falta de discipulado. 

El error también se debe a la ausencia de lo que los escritores devocionales mas antiguos llamaban una “vida auto examinada”.

Ahora amados, actualmente la mayoría de los occidentales viven en un ambiente trágicamente sin sentido. 

La vida es demasiado rápida, y nuestro contacto con otras personas demasiado impersonal para cualquier pensamiento o reflexión real. 

Incluso en la iglesia, en las congregaciones se nos anima mas a menudo a unirnos a este comité, apoyar este proyecto o servir en esta junta que a examinar nuestra relación con Dios y Su Hijo Jesucristo. 

Mientras estemos actuando para la iglesia, pocos cuestionan si nuestro compromiso es genuino o espurio. 

Ahora, los sermones deben sugerir que los miembros de una iglesia pueden no ser salvos, aunque sean miembros. 

Los maestros deben enfatizar que un seguimiento personal, abnegado, costoso y persistente de Cristo es necesario si una persona ha de ser reconocida por Jesús en el día final.

En ausencia de esta enseñanza, millones de personas siguen a la deriva, asumiendo que porque han hecho un reconocimiento verbal de Cristo hace diez, veinte o incluso treinta años y no han hecho nada terriblemente malo desde entonces, son cristianos, cuando en realidad pueden estar lejos de Cristo, desprovistos de Gracia, y en peligro de perecer para siempre.

“Sígueme”

En esta Ministración quiero examinar lo que el Señor Jesús mismo dijo sobre el discipulado. 

Amados, debemos conocer que el Discipulado no es un supuesto segundo paso en el cristianismo, como si uno se convirtiera primero en un creyente en Jesús y luego, si así lo desea, en un discípulo. 

Desde el principio, el Discipulado es parte central y fundamental del Diseño en lo que significa ser cristiano.

Comienzo desde el principio, y el comienzo de esta área de la doctrina cristiana es el mandato de Cristo “Sígueme”. 

Hay muchos textos en los que Jesús explica con más detalle y con otras imágenes lo que significa ser Su Discípulo; aunque el mandato de seguirlo es la primera y más básica explicación.

Lo encontramos en varias historias, principalmente en los llamados de los primeros discípulos. 

En Mateo 4:18-22 (paralelos en Marcos 1:14-20 y Lucas 5:1-11), se nos dice que Jesús estaba caminando por el Mar de Galilea cuando vio a dos hermanos, Simón Pedro y Andrés. 

Jesús le dijo: “Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres”. 

Inmediatamente dejaron sus redes y le siguieron. 

En seguida, se fue un poco más lejos y vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo. 

Los llamó de la misma manera, y ellos también dejaron su barca y le siguieron. 

Varios capítulos mas tarde en Mateo 9:9-13 (paralelos en Marcos 2:13-17 y Lucas 5:27-32), hay un relato del llamado de Mateo, también llamado Leví. 

Mateo era un recaudador de impuestos. 

Fue despreciado por la gente por su colaboración con las autoridades romanas. Pero él obedeció a Cristo y lo siguió. Cuando la gente protestó por la asociación de Jesús con este “pecador”, Jesús respondió: “Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. Mas id, y aprended lo que significa: 

““Misericordia quiero y no sacrificio”; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.” 

Esta explicación muestra que el mandato de seguir a Jesús no fue entendido por Él como un mero seguimiento físico o incluso una invitación a aprender más acerca de Él y luego ver si uno quería ser un discípulo permanente o no. Jesús lo entendió como pasar del pecado a la salvación. 

Fue un llamado a la sanidad por parte de Dios.

El evangelio de Juan hace las cosas de manera diferente a los sinópticos, pero el llamado a seguir a Cristo no es menos prominente allí.  

De hecho, hay un sentido en el que proporciona un marco para el evangelio. 

En el capítulo 1 hay una larga narración en la que Juan el Bautista da testimonio de Jesús como Hijo de Dios y Cordero de Dios. 

Como resultado, dos de sus discípulos comienzan a seguir a Jesús físicamente. 

Cuando Jesús los ve, les hace la invitación: “Venid” (v. 39), sinónimo de “seguid”. Seguir a Jesús es el tema de este capítulo. 

Entonces, al final del evangelio, Jesús le dice a Pedro, a quien acaba de volver a poner en servicio, “Sígueme”. (Juan 21:19). 

Cuando Pedro deja de prestar atención a su propio llamado para preguntar por el del discípulo amado, Jesús le responde:

“Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a ti, qué? Tú, sígueme.” (v. 22). 

Llegando al final del evangelio, estas palabras son una declaración a todos los futuros cristianos de que él Discipulado significa seguir a Jesús de una manera personal y generalmente costosa.

En total, las palabras “sígueme” aparecen 13 veces en los evangelios. 

Además hay decenas de referencias en las que se dice que una persona u otra ha seguido a Cristo. Claramente es un concepto muy básico.

Conclusión

En los últimos años del siglo XVII un aristócrata francés escribió un libro sobre el discipulado que se convirtió en un clásico en el campo. 

En una época, el libro fue quemado públicamente en Francia. 

Sin embargo, ha sido recibido por millones de personas que lo han considerado uno de los libros más útiles jamás escritos. 

Fue amado por Fénelon, el Conde Zinzendorf, John Wesley y Hudson Taylor. 

Esta aristócrata era Madame Jeanne Guyon. 

Su libro lleva el título Experimentando las Profundidades de Jesucristo (título en francés: Le Moyen Court et Tres Facile de Faire Oraison). 

Mientras escribía este clásico, Madame Guyon tenía en mente un alto nivel de discipulado, pero al mismo tiempo era consciente de que el llamado a seguir a Cristo no era una invitación circunscrita a ser entregada sólo a un cuerpo especial de creyentes o a todos los creyentes sólo como un segundo paso en su experiencia religiosa. 

Al contrario, es la esencia de la fe, y la invitación a venir a Cristo como discípulo es para todos. Ella escribió:

“Si tienes sed, ven a las aguas vivas. No pierda su precioso tiempo cavando pozos que no tienen agua. . . .

Si te mueres de hambre y no encuentras nada que satisfaga tu hambre, entonces ven. Ven, y estarás lleno.

Tú que eres pobre, ven.

Tú que estás afligido, ven.”

Amados, todos quienes estén cargados con su carga de miseria y su carga de dolor, vengan. ¡Serán reconfortados!

Tú que estás enfermo y necesitas un médico, ven. 

No dudes porque tienes enfermedades; ven a tu Señor y muéstrale todas tus enfermedades, y serán sanadas.

Esa es la invitación que el llamado de Cristo al Discipulado tiene para cada persona. 

Amados, ser cristiano no es una cuestión ligera. 

Es un llamado a una vida transformada y a la perseverancia a través de cualquier problema que pueda surgir. 

Puede que sea lo más difícil que alguien pueda hacer. 

Sin embargo, cualquiera puede hacerlo, con Cristo proveyendo la fuerza necesaria. Al final es lo único que realmente importa.

¿Tomarás ese camino?

El Maestro se va antes que tú. Él te está mirando con una mirada de lo más convincente. Él dice: “¡Ven!” Él ordena: “¡Seguidme!”

Oremos

¡Dios los bendice!