Serie : Una Vida de Oración
#A185 Irrupción del Reino
Parte II
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Introducción
Amados en Cristo,
queridos hermanos, decíamos la semana antepasada :
“El Reino de los cielos se hace fuerte
y solo los violentos lo arrebatan. Pero no es violencia de armas o bombas, sino
violencia de vida. La misma violencia que encierra una semilla capaz de
levantar el concreto cuando germina o la violencia de un útero que expulsa un
niño al nacer. Esa es la violencia del Reino”. Serafín Contreras G.
Amados en Cristo, queridos amigos, Cuando el Reino de Dios irrumpe en
cualquier Esfera de Influencia produce cambios profundos y definitivos.
Les compartí que Agustín
de Hipona cuando dijo que, “El Nuevo
Testamento estuvo oculto en el Antiguo Testamento, y el Antiguo está revelado
en el Nuevo”.
Lo que Agustín estuaba
diciendo es que si los cristianos van a entender el Fundamento de su Fe, no
pueden ignorar el Antiguo Testamento porque toda la preparación para la venida
de Cristo toma lugar en esa historia, y el Antiguo Testamento anuncia la venida
de Cristo, predice la venida de Cristo, y establece el marco de referencia para
la venida de Cristo.
Reflexionemos antes de
empezar que sabemos, por ejemplo, que en el Antiguo Testamento, al principio el
rey sobre este mundo era Dios mismo, y cuando Él estableció a Adán y Eva en el
Paraíso, les dio dominio sobre todo el resto de las criaturas en el planeta.
Pero ellos eran delegados,
o lo que conocemos como “vice-regentes” “vice-reyes” “reyes vasallos”; el rey
supremo sobre el cielo y la tierra es Dios mismo.
Uno de los títulos para
Dios en el Antiguo Testamento es el título “Melek”, una palabra hebrea para
“rey”.
Así Amados, al principio,
Dios es visto y es glorificado como el Rey de la Creación, el Dios de los
ejércitos.
Entreguemos este Mensaje
y Su Ministración al Señor…
¡Oremos!
Fundamento Doctrinal
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas”. Mateo 6:33
Amados, un Real Sacerdocio es
uno que está al servicio del monarca, que es Dios mismo.
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación
santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que
os llamó de las tinieblas a su luz admirable;” 1ª. Pedro 2 : 9
Dios iba a ser Su Señor
sobre ellos, y los sacerdotes iban a dar testimonio de su realeza divina, al
resto del mundo.
Lo que pasó muy al
principio fue de que después que Dios creó esta nación, sacándolos de la
servidumbre, de la esclavitud en Egipto y llamándolos su propio pueblo
escogido, dándoles su ley en el Monte Sinaí, entonces el pueblo deambuló en el
desierto por 40 años antes de que fueran capaces de entrar en la Tierra
Prometida.
Luego, hubo un largo
período de conquista en Canaán.
Ahora, durante ese
período, tenemos lo que es llamado como la “anfictionía” o “el período de los
jueces”.
La anfictionía en Israel
era la manera en la cual la nación estaba estructurada políticamente.
No había parlamento, no
había un presidente, no había un rey, o al menos un rey terrestre; Israel
estuvo organizada por un tipo de federación libre de tribus.
Algunas veces ellos
recibirían el llamado de ir de una tribu a otra cuando necesitaban ayuda debido
a que alguna estaba siendo invadida por un poder extranjero.
Ellos siempre actuarían
juntos en Unidad.
Durante ese tiempo, el
líder nacional sería alguien levantado por Dios y consagrado por el Espíritu
Santo con un Poder y Dones
extraordinarios.
Ellos eran llamados
“jueces”.
Gente como Débora, Sansón
y Gedeón, por ejemplo, en el libro de los Jueces estuvieron ejerciendo ese tipo
de liderazgo.
Luego vemos que
finalmente el tiempo de los jueces llegó hasta Elí, y luego de Elí a Samuel.
Ahora, cuando Samuel estuvo juzgando al pueblo, ellos empezaron a
ponerse impacientes y fueron a Samuel con un pedido, singular, espcial :
“Queremos tener un
rey, así como todas las otras naciones tienen reyes”
En otras palabras, lo que
pasó fue que el pueblo judío empezó a despreciar el que habían sido escogidos
por Dios mismo, como Su Pueblo.
Empezaron a rechazar su
vocación, esto es el ser un pueblo especial consagrado por Dios para ser
diferente entre las otras naciones.
Ahora, tuvieron el deseo de copiar a las otras naciones,
conformarse a lo que estuviera de moda, al patrón político en el mundo antiguo.
Dijeron : “queremos un rey. Todos tienen un rey. ¿Por
qué no podemos tener un rey?”
Samuel llevó su pedido a
Dios; y si lo recordamos Dios estaba muy molesto y dijo que el pueblo lo había
rechazado a Él como rey.
Samuel estaba sintiendo
como si ellos lo habían rechazado a él, y Dios le dijo que ellos no lo
rechazaban a él, Samuel, como su juez.
Que en Verdad lo rechazan a Él como su rey.
Consecuencia
del Rechazo al Rey y Su Reino
Amados, esto era de lejos
mucho más serio que el ser solo sediciosos y rebeldes contra un juez en
particular que estuviera sobre ellos, es decir Samuel; en vez de eso había un
completo rechazo de Dios como su monarca y como su rey.
Dios acciona e instruye a
Samuel. Ahora vamos a dejar que ellos tengan un rey, y les daremos un rey.
Dile al pueblo que ellos
pueden tener su rey, pero que sus reyes los oprimirán, les impondrán impuestos
pesados, tomarán sus carruajes, tomarán los caballos, y peor aún, ellos
reclutarán a sus hijos para sus ejércitos.
Y ellos que pensaban que
iban a tener una vida mucho mejor, en realidad reciben una vida mucho peor tan
pronto como ellos empiecen a imitar los patrones de vida que encuentran en las
naciones paganas alrededor de ellos.
Con ello la monarquía fue
establecida, y fue un gran problema desde el mismo inicio.
El primer rey que fue
ungido fue Saúl, y sabemos que Saúl llegó a ser terriblemente malo.
Luego, finalmente, David
fue elevado al trono de Israel luego de años y años de lucha.
Él fue amigo de Dios y se
nos dice que fue un hombre conforme al corazón de Dios.
Aunque aun David cometió
toda clase de pecados, pero al menos condujo a una edad de oro para Israel, y
estuvo consagrado al Dios del Pacto tal como lo revela tan claramente el Libro
de los Salmos.
Tan pronto como David
murió, su hijo Salomón subió al trono y él instituyó la “leva”, que era una
norma que esclavizaba a su propia gente con el fin de tener mano de obra barata
para ser usada en los inmensos proyectos de construcción de Salomón.
La ironía de
todo esto es que el pueblo judío tenía la llave de la cerradura cuando ellos
habían sido todos rescatados y liberados de la esclavitud en la que habían
estado por el Faraón en Egipto.
El faraón los usó como
mano de obra esclava para construir las ciudades almacén del antiguo Egipto.
Salomón hizo lo mismo, y
luego después de Salomón, podrían decir que el reino, estoe es la monarquía
judía, alcanzó su pináculo durante su segundo rey.
La edad de oro de Israel
fue durante David.
El período dorado empezó
a perder brillo y empezó a tener serios defectos ya con el reinado de Salomón.
Después del reino de
Salomón, el oro se oxidó completamente mientras el reino es dividido entre el
hijo de Salomón, Roboam, y el líder de Israel, Jeroboam.
Llega entonces un
conflicto y una guerra civil sin fin entre las dos partes de la nación, el
reino del norte y el reino del sur, hasta que finalmente el reino del norte
cae, y el pueblo es tomado y llevado a la cautividad.
Más tarde, el reino del
sur cae, y ellos son tomados y llevados a la cautividad; durante ese período de
desintegración, los profetas estuvieron dando un buen mensaje acerca del futuro
junto con un mensaje de juicio.
Ellos decían que algún
día el lugar caído de David sería restaurado; que la gloria regresaría con un
rey como David, y aquí es donde tenemos el desarrollo total de las profecías
del mesías que vendría.
Esto tenía intrigado al
pueblo de Israel porque ellos esperaban la recuperación de esos buenos días
antiguos, la restauración de la unidad de la nación, de la fortaleza de la
nación, de la grandeza de la nación, la gloria de la nación, tal como fue bajo
el reinado del rey David.
Es así que ellos
anhelaban la venida del Mesías que restauraría la monarquía en toda su gloria.
Luego la voz de la
profecía termina en el Antiguo Testamento con la muerte de Malaquías, y entre
las páginas finales de la profecía de Malaquías y las primeras páginas del
Nuevo Testamento, ¡un período de tiempo
de 400 años!
Si Amados..entre
Malaquías y Amteo hubo 400 años de Silencio de Dios.
¡Consecuencia del rechazo al Rey y Su Reino!
Reflexionemos nuevamente.
El Silencio de Dios
Como humanos, tenemos la
tendencia a comprimir la historia antigua y pensar en ese pueblo que podría
estar separado por 300 o 400 años como si fueran contemporáneos, cuando, de
hecho, el Antiguo Testamento cubre un par de miles de años de historia judía.
Solo pensemos en este
paréntesis de 400 años donde no hay una palabra de Dios :
· Ninguna profecía es escuchada en la tierra.
· Dios está callado a su pueblo.
Ellos habían estado
acostumbrados a las profecías de Jeremías y de Isaías, Miqueas y Nahúm, Joel y
todos los demás, y ahora, de repente, Dios está callado por ¡400 años! Piénsalo.
Vayamos atrás 400 años.
Estamos de vuelta en el
siglo XVI.
Estás de vuelta en los
1590´s.
Eso es más o menos 30
años antes de que los peregrinos pongan pie en Norteamérica.
Hay un montón de historia
que toma lugar en los últimos 400 años en el mundo.
Por todo ese período de
tiempo, Dios está absolutamente callado hasta que el rol y el oficio de profeta
es instituido nuevamente en medio del pueblo judío.
Oremos
¡Dios
los Bendice!
Ps.
Jorge Macías Benítez