martes, 14 de marzo de 2017

#A83 El Poder de la Palabra Declarada

El Poder de la Palabra Declarada

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Hablemos primero de las definiciones y raíces etimológicas de 2 de los vocablos incluidos en el mensaje de esta mañana.

Poder.

El concepto de poder proviene del latín 'posere', refiriéndose al verbo que indica la capacidad, la facultad o habilidad para llevar a cabo determinada acción.
verbo transitivo/verbo intransitivo

  1. Tener la capacidad o facultad de hacer determinada cosa.
  2. Estar [una persona] en condiciones de hacer determinada cosa por no haber nada que lo impida.

Un verbo el citado que vendría a traducirse como “ser posible” o “ser capaz de”, y que emana de la una expresión, pote est, que tiene el mismo significado que la mencionada forma verbal.
El término poder tiene múltiples definiciones y usos. Esta palabra, como sabrán muchos de ustedes, se utiliza para describir la facultad, habilidad, capacidad o autorización para llevar a cabo una determinada acción. El poder implica también poseer mayor fortaleza corporal e intelectual en relación a otro individuo y superarlo en una lucha física o en una discusión.
Por otra parte, tal como se puede leer en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), el concepto de poder señala la posibilidad de que algo ocurra: “Puede que nieve esta noche”.
El uso más habitual del término refiere al control, imperio, dominio y jurisdicción que un hombre dispone para concretar algo o imponer un mandato.
El poder se relaciona con el gobierno de un país o con la herramienta en el que consta la facultad que un ser humano le otorga a otro para que, en representación suya, pueda llevar a cabo un cierto plan.
El poder es, además, una posesión o la tenencia de algo (por ejemplo: “Ya tengo los documentos en mi poder”).
Declaración.

nombre femenino.
  1. Aseveración o exposición que se hace públicamente.
  2. Exposición que, bajo juramento, realiza un testigo o un perito ante un juez u otra autoridad acerca de lo que sabe sobre un asunto, o exposición que sin juramento realiza un reo.

Del latín declaratĭo, declaración es la acción y efecto de declarar o declararse (manifestar, decir, hacer público).
La declaración, por lo tanto, es una explicación de lo que otras personas ignoran o dudan.
Por ejemplo:
  • “La declaración del intendente sorprendió a los periodistas”,
  • “Ante la consulta de los cronistas, el cantante dio la declaración que todos esperaban y confirmó que volverá a cantar el próximo mes”
  • “Roberto hizo una declaración poco feliz en el trabajo y fue sancionado por su jefe”
Dentro del ámbito económico y administrativo, tampoco podemos pasar por alto la existencia de lo que se conoce como declaración de la renta o tributaria. Básicamente la declaración viene a ser un documento donde cada particular o empresa presenta ante Hacienda una relación de toda su actividad económica durante el año correspondiente.
En el ámbito del derecho, una declaración es la manifestación que se realiza bajo juramento para comunicar la situación de un hecho que puede constituir la base para la determinación de un delito. Se trata, en otras palabras, de la manifestación formal de un individuo con efectos jurídicos y realizada en la forma y los lugares establecidos por la ley:
  • “El juez anunció que mañana tomará declaración al acusado del crimen”
  • “La declaración del imputado complicó al hermano de la víctima”
  • “La mujer damnificada cree que el acusado faltó a la verdad en su declaración”
Se conoce como declaración de independencia a la proclamación que realiza un país para declarar su soberanía y autonomía.
De este modo, el Estado en cuestión declara que ya no acepta el dominio o la injerencia extranjera.
Más allá de la declaración, lo importante es la aceptación o el rechazo de dicha condición independiente por parte del resto de las naciones: “La declaración de independencia de Kosovo fue rechazada por varios países europeos”.
Quizás la Declaración de este tipo más importante o relevante de la Historia fue la de los Estados Unidos, creada el 4 de julio del año 1766.
Gracias a ella se marcó un hito dentro de la historia contemporánea mundial pues en ella se vinieron a recoger dos principios que se irían incluyendo en otros documentos, en constituciones…y que han pasado a ser clave de nuestra sociedad actual. En concreto, tenemos que establecer que aquellos dos derechos fundamentales fueron :
  • La libertad  
  • La igualdad
Dado lo hasta Ahora expuesto, el Declarar se fundamenta en la Certeza de algo en lo cual creemos.
Fundamento
Hebreos 11:1
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”

Oremos

Muy Amados en Cristo, les invito a observar con detenimiento al respecto de la Declaración de nuestra fe, manifestada en este que es uno de los versículos más conocidos de la Biblia en Hebreos 11:1.

Sin duda se trata de una inusual y simultáneamente Poderosa Declaración de la Palabra de Dios.

Dicho lo anterior, estoy seguro que los dichos empiezan a Establecer Su Verdad al respecto del mensaje y la Ministración del Señor esta mañana.

Escucha esta otra porción de Su Logos :

“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.” Juan 15:3
En varias etapas de nuestras vidas hemos escuchado palabras o frases como estas: ¡Se lo dije¡, ¡Se lo advertí¡
Algunos quizás han experimentado otras más fuertes y las han vivido en carne propia como: ¡Ojalá que le valla mal¡, ¡Ojalá que le pase algo para que aprenda¡, ¡Igualito a su papá, (o mamá)¡, ¡Es que no cambia¡.
Pero también habrá alguien, que hoy es producto de una Palabra o una serie de palabras que alguien, como sus abuelos, padres, hermanos…, Declararon sobre su vida; por ejemplo :
  • ¡Serás un gran empresario¡
  • ¡Tendrás una gran familia¡
  • ¡Serás productivo¡
Otros muchos, quizá nacieron en cuna de familia que profesa la fe en Cristo y traen una promesa desde el vientre de su madre, o tiene una palabra Decretada sobre sus vidas cuando fueron presentados de niños en la iglesia, como :
  • ¡Servirás a Dios y serás un Ministro Ungido de Su Palabra!
Déjame decirte que no todos tienen ese privilegio, y hoy quiero compartirte que es posible desatarse de toda palabra ociosa, corrompida, y de maldición que alguien haya Declarado sobre tu vida y sobre la vida de tu familia; e inclusive que desate a los que tú mismo, hayas podido atar con tus Declaraciones.
Es mi Anhelo que descubras cómo la palabra que uno Declara es un arma Poderosa, y cómo la Palabra de Dios puesta en nuestra boca para bendecir, lo es aún mucho más.
Es una responsabilidad suya y mía, hacer buen uso de la palabra y en especial de la Palabra de Dios.
Este mensaje tiene como propósito, darte a conocer el Poder que tiene la palabra Declarada por boca de hombres, que se fundamenta en la Palabra y en la Voluntad de Dios.
Entonces en esta línea de Reflexión :
¿Cómo accedemos al Poder de Dios?
“Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.”
Lucas 10:27

¡La Llave al Poder de Dios es el Amar!

¿Por qué el verdadero amor conmueve todo corazón?
¿Por qué la frase sencilla “Te quiero” produce en todos tal Gozo?

El hombre da varias razones, pero la verdadera razón es que toda persona que viene a la tierra es un hijo o una hija espiritual de Dios.

Debido a que todo el Amor emana de Dios, nacemos con la capacidad y el deseo de Amar y ser Amados.

Uno de los vínculos más fuertes que tenemos con nuestra orígen tiene que ver con lo mucho que nuestro Padre y Jesús nos amaron y lo mucho que nosotros los amamos a Ellos.

Pese a que se descorrió un velo sobre nuestra memoria, siempre que percibimos el verdadero amor, se despierta una añoranza que no se puede negar.

El responder al verdadero amor es parte de nuestro ser verdadero; llevamos en nuestro interior el Anhelo Santo de experimentar aquí en la tierra el Amor que sentimos allá.

Únicamente si sentimos el Amor de Dios y llenamos nuestros corazones de Su Amor podemos ser realmente felices.
El amor de Dios llena la inmensidad del espacio; por lo tanto, no hay escasez de amor en el universo, sólo en nuestra disposición para hacer lo que sea necesario para sentirlo.

Es por ello que para lograrlo, Jesús explicó qué debemos “[amar] al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo” (Lucas 10:27).

Cuanto más obedezcamos a Dios, tanto mayor será nuestro Anhelo de ayudar a los demás; cuanto más ayudemos a los demás, tanto más amaremos a Dios y así sucesivamente.

Por el contrario, cuanto más desobedezcamos a Dios y cuanto más egoístas seamos, tanto menor será el amor que sintamos.

El tratar de encontrar el amor perdurable sin obedecer a Dios es como tratar de saciar la sed al beber de una taza vacía; se cumple con las formalidades, pero la sed no se quita.

De igual forma, el tratar de encontrar el amor sin ayudar a los demás ni sacrificarse por ellos es como tratar de vivir sin comer; va en contra de las leyes de la naturaleza y es imposible lograrlo.

No podemos fingir el amor; éste debe formar parte de nosotros.

Amor no es algo que siento; el Amor es o no lo que yo soy.

Amar inicia con una Declaración.

Ahora profundicemos en algunas situaciones en las cuales se da Inicio al Ser Amor de Dios, por medio de una Declaración en Su Palabra.

1. LA PALABRA DE DIOS TIENE PODER PARA LIMPIAR.
“Y dijo Jehová: Arrasaré de la faz de la tierra los seres que he creado, desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo; porque lamento haberlos hecho.” Génesis 6:7
La palabra ” Arrasaré” o “raeré” en otras versiones de la biblia, viene de “maká” que aparte de significar destruir, pero también significa LIMPIAR.
Estas palabras fueron dichas por Jehová antes de que se produjese el diluvio; y la motivación de Jehová para propiciar el diluvio, la encontramos en Génesis 6:12-13:
“Dios miró la tierra, y he aquí que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra” y dijo Dios a Noé: “He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y yo los destruiré con la tierra”
Este “destruiré” viene de la palabra “shakját”, que significa destrozar, matar, hacer destrucción.
Por otra parte, cuando el capítulo 1 de Génesis se refiere al agua que cubría la faz de la tierra, usa la palabra “Máim” que significa agua. Esa misma Maím es la que destruye cubre la tierra en Génesis. 7:6.
Luego podríamos interpretar que Dios decidió limpiar con agua, la maldad de la tierra destruyendo al hombre y todo lo que en ella habitaba.
Cuando bajan las aguas, Dios hace pacto con Noé y le dice en Gen.8:21:
“Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho”.
La palabra “destruir”, en este versículo viene del hebreo “naká”, y en este contexto significa matar, hacer morir.
Dios prometió no volver a hacer morir al hombre para limpiar su maldad.
Entonces nos puede surgir una pregunta: ¿Cómo va a limpiar Dios al hombre de su maldad, de su condición pecaminosa, si prometió no volver a destruirlo para tal fin?
Dice la Palabra de Dios en Efesios 5:25-26 :
“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra”
Las novias tenían que lavarse con agua para purificarse antes del casamiento pero Jesucristo vino a la novia que es la iglesia, y bastó solo su palabra para hacer lo mismo que hace el agua, limpiarnos; y tu y yo tenemos el Poder de Declarar la Bendita Palabra de Dios para que esto suceda en la vida nuestra y de los que nos rodean.
¡Siempre que tengas que exhortar, házlo con la palabra que limpia, con la Palabra de Dios¡
Piensa por un instante cuantas cosas desearía que fuesen limpiadas de tus seres queridos, de ese vecino conflictivo, de aquel jefe que quizás no le trata de la forma más correcta, incluso del que le debe dinero.
¿Qué haces al respecto?
Maldice a diario, le desea el peor de los males…. Se la pasa Declarando o afirmando palabras de atadura sobre la vida de ellos, ¡Palabras que ni el mismo Dios dice, porque su promesa ha sido misericordia para la humanidad.!
Papá, mamá, esposa, esposo… no podemos seguir matando a nuestros hijos, a nuestra esposa, o esposo con las palabras que salen de nuestra boca.
No podemos seguir acusando a nuestra familia, a nuestro jefe, a nuestro vecino, a nuestro presidente, a nuestros gobernantes por que el mismo Jesucristo ha decretado en Juan 15:3
“Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.”
La maldad del mundo fue limpiada con agua, pero en la Gracia, por la muerte de Jesucristo; la maldad del mundo solamente puede ser limpiada por la palabra.¡¡
2. LA PALABRA DE DIOS TIENE PODER PARA DAR VIDA.
Génesis 8:14
“Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra.”
El significado de la palabra “secó” en este versículo es “yabésh” en hebreo, que significa seco pero también, AVERGONZADO, MARCHITO, EXTINGUIDO..
Lo que nos deja interpretar, que cuando las aguas bajaron su nivel, el panorama era realmente desagradable, seco, sin vida, de vegetación extinta….
La geología es una profesión muy interesante, porque muestra al mundo una realidad de la historia que nosotros no conocimos y cuando vemos en los museos una serie de fósiles nos asombramos y nos remontamos a que todos estos animales, posiblemente fueron destruidos durante el diluvio. Y algunos podrían afirmar que este diluvio trajo destrucción física.
Toda la tierra quedó cubierta por agua alrededor de 1 año y 10 días aproximadamente.
Si bien hay árboles como los cipreses, que soportan vivir en el agua, ningún árbol puede vivir bajo el agua por tanto tiempo en su totalidad.
La ausencia de sol y la humedad generan una descomposición anaeróbica o putrefacción de la materia orgánica vegetal, produciendo una serie de gases letales, conocidos como gas metano.
Luego de un año de estar cubierta la tierra, cuando el agua aún no había descendido, Noé envía una paloma pero esta regresa pronto. Pasan solamente 7 días, y manda una segunda paloma la cual llega con rama de olivo en su pico.
Escucha esto, físicamente esto no era posible, puesto que los árboles no estarían preservados debajo del agua, encontrándose ya descompuestos.
¿Y si hubiese retoñado la semilla?
¡No pudiese haber dado ramas en 7 días!. Recordemos que la tierra estaba desolada y marchita, “yabésh”.
Piensa por un momento qué persona de tu familia o de la gente que conoces, es hoy tierra seca. Aquel familiar que por siempre lo hemos tildado como la “oveja negra” que no se levanta, que no produce; quizá un hijo o familiar o amigo cercano que se encuentra en las drogas y cuando le miras sólo ves un ser humano marchito.
Ó una hija soltera embarazada que ha causado una gran vergüenza porque siendo menor de edad, ni su colegio ha terminado.
Aquel esposo que está enfermo de tanto beber licor y no tiene ya ni vida.
Todas estas reflexiones nos invitan a preguntarnos ¿Qué hacemos cuando vemos estas circunstancias?
Acaso gritamos, decimos unas cuantas verdades, utilizamos una de las frases que veíamos al comienzo?…
El agua siendo tipo de la Palabra de Dios, cubrió la tierra y además de matar y destruir todo ser viviente, además de limpiar, TRAJO VIDA.
¿Cómo es esto?
Por que en tan solo 7 días, una segunda paloma pudo traer de la nada, de la tierra seca, de la tierra desolada, de la tierra avergonzada, de la tierra marchita, ¡UNA RAMA DE OLIVO CON VIDA¡
Quiero decirte que si crees, si Declaras la Palabra :
“¡¡¡Solo bastarán 7 días, pueden ser 7 días reales, pueden ser menos, o más; puede ser hoy que habiendo Declarado todo sea limpiado y produzca Vida Nueva en ti, en tu casa, en tus relaciones, en tu economía, en tus negocios…!!!
Quien dice Amén…!!!
El número 7 hace referencia a “la voluntad de Dios” “En la plenitud de Dios” “En la perfección de Dios”.
Puede ser cuestión de horas, de segundos. Si decides creer y Declarar la Palabra de Dios, esa tierra seca tendrá vida.
¡Los hijos volverán los corazones a sus padres, las parejas serán restauradas, la economía será reestablecida, esta nación será una nación justa!
No tengas temor, Declara la Palabra de Dios escrita en la Biblia, la cual es VIDA, sobre esa tierra seca.
Hagámoslo a nuetsros hijos, esposos, familiares, vecinos, a nuestro jefe, nuestros gobernantes, inclusive nuestro trabajo, empresa y economía.
¡Declaremos la palabra de Dios que da vida por que aparte de cambiar su vida presente, ofrece vida eterna.¡
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” Juan 5:24
3. LA PALABRA DE DIOS TIENE PODER PARA MULTIPLICAR
Génesis 1:28
“Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”.
Al igual que en el principio de la creación registrada en el libro del Génesis, y a pesar de la caída del hombre; Dios vuelve a delegar al hombre el Poder de fructificar y multiplicarse, con solo Declarar su palabra; luego de aquel panorama desértico y marchito del diluvio: Génesis 9:1
″Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les DIJO: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra.”
Estas dos palabras en el idioma original hebreo traducen: Fructificad : “pará”, que traduce: llevar fruto (literalmente o figurativamente), aumentar, crecer, fértil, fructífero, fructificar, dar fruto, multiplicar, producir, retoñar.
Y multiplicaos :”rabá” que traduce: Aumentar (en cualquier respecto), abundancia, abundante, amontonar, amplio, aumentar, cantidad, colmar, crecer, criar, dar demasiado, dominar, engrandecer, ensanchar, exceder, exigir, ganancia, mantener, mayor, mucho, multiplicación, multiplicar, numeroso.
Luego el “pará” es crecimiento cuantitativo, en número, en cantidad. Te casas y fructificas en hijos, siembras saco de semilla y recoges 50 sacos… Pero el “rabá”, Declarado sobre el hombre, hace que el pará que ha multiplicado, crezca, domine, se ensanche, exceda, gane, sea mayor.¡¡
Vemos que pese a la condición pecadora del hombre, con sus fallas y defectos, aún cuando caiga y / o tropiece, tiene la oportunidad de volverse a levantar y de recobrar su posición inicial donde está llamado a llevar fruto, a aumentar, a crecer a producir, a retoñar, a dominar, engrandecer, a ganar a mantenerse. Y si Dios lo ha provisto, ¿Quiénes somos nosotros para detener los planes y la obra perfecta de Dios con nuestras ociosas palabras?.
Ahora, quizá te sientas tan espiritual para confesar la palabra y podrás hasta recitar versículos como: Mt 7:19 “Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.” Mt 21:19 “Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera”
Déjame decirte que solo le compete a Dios ese tema.
Pero hoy te digo que en Su Palabra también dice en Mateo 13:23
“Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno”
Tu y yo antes de criticar al hermano, antes de maldecir su vida con ataduras, tenemos el deber con “O” de “Obligación”, de predicarle la Palabra para que esa persona escuche.
Pero no termina ahí, debemos explicarsela puesto que no basta con que la oiga, sino que la entienda, que la Discierna y para esto debemos discipularlo.
Entendamos algo bien importante, nuestras palabras de hombre no van a cambiar la condición de nuestro familiar, vecino, jefe o gobernante.
Solamente tiene ese Poder la Bendita Palabra de Dios.
Cuando Declaramos la Palabra, el “rabá” será visto en esa hija que quizás se embarazó sin terminar la escuela, pero por la misericordia de Dios, terminará su estudio, emprenderá una carrera, será una excelente esposa y servirá a Cristo.
Ese hijo que andaba en malos pasos, volverá su rostro a Dios y será un salmista. ¡¡ El pará es material o físico, pero el “rabá” es Sobrenatural.
La Declaración comienza con una Decisión

Una buena ilustración de lo que Ahora les comparto está fundamentada en la apuesta de Pascal que es un argumento creado por Blaise Pascal en una discusión sobre la creencia en la existencia de Dios.

Este argumento está basado en el supuesto de que la existencia de Dios es una cuestión de azar. El argumento plantea que, aunque no se conoce de modo seguro si Dios existe, lo racional es decidir que sí existe.

"La razón es que, aún cuando la probabilidad de la existencia de Dios fuera extremadamente pequeña, tal pequeñez sería compensada por la gran ganancia que se obtendría, o sea, la gloria eterna”
Blaise Pascal.

Así, al decidir creer en Dios y en que Él es el Creador de todo, le otorgamos Soberanía o Poder Absoluto.

Aunque nos gusta creer que estamos completamente sometidos a la Soberanía de Dios, virtualmente todos tenemos algunas áreas que consciente o inconscientemente hemos rodeado con una reja, como si Dios pudiera ser ‘Soberano’ u Omnipotente sólo en algunas áreas de nuestra vida y no en otras.

La mayoría de los cristianos profesan creer en la Soberanía de Dios, pero se rehúsan a concederle que obre en algunas áreas.

Generalmente, la muerte es asignada a la categoría de la Soberanía de Dios, pues no tenemos control alguna sobre ella.

Por ejemplo, los desastres son considerados materia de la Soberanía Divina sobre los cuales incluso los incrédulos se refieren a ellos, como ‘obras de Dios’.

La mayoría de quienes sirven en la Obra Evangélica se rehúsan a otorgar la obra a la Soberanía de Dios cuando llegan a la salvación de los pecadores, aunque ese rechazo podría cambiar el hecho de Su Soberanía.
Están deseando conceder a Dios el crédito por el trabajo de Cristo en la cruz y la del Espíritu Santo, en llevar a los hombres a la fe.

Pero su actuar es el no admitir en Verdad que Dios está en completo control (pues esto es precisamente la Soberanía —el completo control) de la salvación de los pecadores perdidos.

Aunque asintamos que los hombres tienen un rol en este proceso, está absolutamente claro que Dios tiene el control, el completo control del proceso.

¡Él es Omnipotente!

Este debate sobre la relación entre el rol que tiene Dios en la salvación y el que tiene el hombre, puede parecer como que está reservado sólo para los académicos. Pero esto no es verdad, pues la Soberanía de Dios en la salvación es un doctrina demasiado importante; señaló Martín Lutero:

“Por lo tanto, para el cristiano no es irreverente, inquisitivo o trivial, sino que útil y necesario determinar si la voluntad se involucra algo o nada en los asuntos relacionados con la salvación eterna… Si desconocemos estas cosas, no sabremos nada del resto de los asuntos cristianos, y serán peores que cualquier pagano… Por lo tanto, cualquiera que no las conoce, puede confesar que no es un cristiano. Pues si ignoro lo que puedo hacer, cómo hacerlo y cuán lejos puedo llegar en mi relación con Dios, será igualmente incierto y desconocido lo que Dios puede hacer conmigo, cuánto puede hacer Él por mí y cuán lejos puede llegar en relación conmigo… Y cuando la obra y el poder de Dios son desconocidos por mí, no puedo alabarlo, adorarlo, agradecerle y servirle, por cuanto desconozco lo que debo atribuirme a mí mismo y lo que debo atribuirle a Dios. Por lo tanto, nos corresponde a nosotros saber distinguir con certeza entre el poder de Dios el nuestro. Entre la obra de Dios y la nuestra, si deseamos vivir una vida en Él”

¿Qué significa cuando decimos que Dios es Soberano u Omnipotente, Todo Poderoso en la salvación?

Charles H. Spurgeon lo ha señalado, al igual que puede ser señalado por los hombres :

“Primero, entonces, la Soberanía Divina Ejemplificada en la Salvación. Si cualquier hombre es salvo, lo es por la gracia divina y sólo por la gracia divina; la razón de su salvación no se encuentra en él, sino en Dios. No somos salvos como resultado de algo que hagamos o que deseemos, sino que haremos y desearemos como resultado de la buena voluntad de Dios y de la obra de Su gracia en nuestros corazones. Ningún pecador puede obstruir a Dios; es decir, el hombre no puede adelantársele, no puede anticipársele. Dios está siempre primero en la salvación. Él está antes que nuestras convicciones, antes que nuestros deseos, antes que nuestros temores y esperanza. Todo lo que es bueno en nosotros o lo será bueno, está precedido por la gracia de Dios y es el efecto de una causa divina en ella”

“Nuevamente, la gracia de Dios es soberana. Lo que significa que Dios tiene el derecho absoluto de otorgar esa gracia donde Él quiera y para quitarla cuando Él quiera. No está limitado a darla a algún hombre determinado y menos a todos los hombres; si Él determina otorgarla a alguien en especial y no a otro, Su respuesta es: “¿Es tu ojo ruin porque el mío es malo? ¿No puedo hacer lo que yo deseo? Tendré misericordia con el que tendré misericordia”“

Las Escrituras dicen lo mismo, enfática y claramente:

“Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero” (Juan 6:44).

“Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre” (Juan 6:65).

“Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna” (Hechos 13:48).

“Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía” (Hechos 16:14).

“Porque, ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque del, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” (Hechos 11:34-36).

“Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor” (1ª Corintios 30:31).

“…porque estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).

“Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:5).

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2).

Aquellos que son salvos, los son porque Dios les ha elegido para salvación.

El Espíritu Santo ha dado vida a un espíritu muerto y comprensión a una mente cegada por el pecado y por Satanás. Los que son salvos pueden decir que han decidido por Dios; pero sólo después que Dios les ha elegido para salvación:

“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé” (Juan 15:16).

Conclusión

Se debe comprender bien lo que aquí dijimos y el Señor ha Ministrado. Para ser salvos, los hombres deben confiar y decidir en Jesucristo, como la provisión de Dios para salvar a los pecadores que estaban perdidos.

Cuando lo hacen, es porque han Declarado con su boca y Creído en su corazón que Jesús es Su Señor y Salvador.

Hombres que han ejercitado la fe fuera del corazón, Dios les ha hecho creer:

“Y circuncidará Jehová tu Dios t corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas” (Deuteronomio 30:6).

“Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo” (Jeremías 31:33).

De la misma manera, cuando los hombres están eternamente perdidos, se debe a que han elegido rechazar la revelación de Dios (Romanos 1:8) y Su provisión para la salvación en Jesucristo.

¿Por qué los pecadores se van al infierno?

Mueren porque no han elegido a Dios. También porque Dios no les ha elegido para rescatarlos de su pecado y de su rebelión. En términos más simples, los hombres no sólo van al infierno porque Dios lo ha decretado, sino porque lo merecen (ver Apocalipsis 16:4-7).

La salvación no es obra nuestra, sino de Dios y nosotros no contribuimos en nada a lo que Él todavía no nos ha dado mediante Su Gracia, ¡excepto por el fundamento en que radica el Poder de la Palabra Declarada y que empieza con una Decisión!

En Cristo, ¡Dios los Bendice!

Pastor Jorge Macías Benítez.