martes, 18 de abril de 2017

#A88 El Rostro de Jesús : Salvación y Renuevo

 El Rostro de Jesús : Salvación y Renuevo

#A88
Mensaje 1
Serie : Nueva Ministración
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Bienvenida

Queridos lectores, familia natural y de la Fe, a todo buscador de Amor, de Verdad, de Paz y Esperanza, ¡Buenos días y Bienvenidos!

Esta mañana el Señor nos Ministrara con un Mensaje Sensible y que invita en este día tan especial, a buscar Su Rostro.

El título del mensaje es : El Rostro de Jesús : Salvación y Renuevo en esta semana 88 ó Asamblea #A88 de estos Sus Ministerios.

Fundamento

Y añadió: No puedes ver mi rostro; porque nadie puede verme, y vivir. Entonces el SEÑOR dijo: He aquí, hay un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y sucederá que al pasar mi gloria, te pondré en una hendidura de la peña y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado.

Números 6:25-26
el SEÑOR haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; el SEÑOR alce sobre ti su rostro, y te dé paz.'"
1 Crónicas 16:11
Buscad al SEÑOR y su fortaleza; buscad su rostro continuamente.

Salmos 31:16
Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; sálvame en tu misericordia.

Salmos 80:19
Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, restáuranos; haz resplandecer tu rostro {sobre nosotros} y seremos salvos.

Salmos 102:2
Versículos Conceptos
No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; inclina hacia mí tu oído; el día en que te invoco, respóndeme pronto.

Ezequiel 20:35
y os llevaré al desierto de los pueblos y allí entraré en juicio con vosotros cara a cara.

Mateo 18:10
Mirad que no despreciéis a uno de estos pequeñitos, porque os digo que sus ángeles en los cielos contemplan siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.

1 Corintios 13:12
Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces {veremos} cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido.

Apocalipsis 22:4
Ellos verán su rostro, y su nombre {estará} en sus frentes.

Jeremías 33:5
``Mientras {ellos} vienen a pelear contra los caldeos y a llenarlas con los cadáveres de los hombres que herí en mi ira y en mi furor, pues yo había escondido mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad,

Miqueas 3:4
Entonces clamarán al SEÑOR, pero El no les responderá; sino que esconderá de ellos su rostro en aquel tiempo, porque han hecho malas obras.

Ezequiel 39:23-24
`Y sabrán las naciones que la casa de Israel fue al cautiverio por su iniquidad porque actuaron pérfidamente contra mí; escondí, pues, mi rostro de ellos, los entregué en manos de sus adversarios y todos ellos cayeron a espada. `Conforme a su inmundicia y conforme a sus transgresiones, {así} los traté, y de ellos escondí mi rostro.'"

1 Pedro 3:12
Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal.

Introducción

Mis Amados en Cristo, profundizando en el Evangelio de Juan, resulta al menos sorprendente que la mayoría de las palabras clave en el son de una o dos sílabas: ser, pan, vida, luz, amor, verdad, lavar, agua.
Otras son más largas, como “palabra”, “camino”.
Hay imágenes que hasta el más pequeño de los hijos de Dios puede entender :
  • El viento que sopla de noche
  • Ovejas
  • Un pastor
  • Un manantial
Aún los niños en el espíritu, pueden chapotear en este charco.
Aunque a la vez, la persona que más haya avanzado en el camino puede encontrar aquí una fuente inagotable de Luz, de Unción y Gracia.
En nuestra vida diaria, este es el Evangelio que nos resulta más familiar. Sus expresiones impactantes y sus frases breves y poderosas nos llaman la atención y perduran en nosotros, como las siete declaraciones de Jesús en las que usa la expresión «Yo soy» :
  1. El pan que da vida (6.35)
  2. La luz que alumbra a todos (9.5)
  3. La puerta de las ovejas (10.7)
  4. El buen pastor (10.11)
  5. El que da la vida y el que hace que los muertos vuelvan a vivir (11.25)
  6. El camino, la verdad y la vida» (14.6)
  7. la vid verdadera (15.1)
En Verdad podemos decirnos que ciertos pasajes de este Evangelio están relacionados con determinadas experiencias de nuestras vidas.
De Hecho, es común que en eventos de celebración ó de dolor, los cristianos leamos o nos refiramos del alguna forma a este Evangelio porque sencillamente impactan como bálsamo y nos abrazan sensiblemente en nuestro Gozo o tristeza.
A dos hermanas que estaban de luto, Jesús les dijo :
“Yo soy el que da la vida y el que hace que los muertos vuelvan a vivir. Quien pone su confianza en mí, aunque muera, vivirá. Los que todavía viven y confían en mí, nunca morirán para siempre.” Juan 11.25-26
A los discípulos desconcertados, que trataban de hacerse a la idea de que Jesús iba a morir y a dejarlos, sin que ellos pudieran irse con él, Jesús les dijo:
“No se preocupen. Confíen en Dios y confíen también en mí. En la casa de mi Padre hay lugar para todos. Si no fuera cierto, no les habría dicho que voy allá a prepararles un lugar. Después de esto, volveré para llevarlos conmigo. Así estaremos juntos.” Juan 14:1-3
No es ninguna sorpresa entonces que, en tiempos de crisis, acudamos al Evangelio de Juan y al Jesús - el hijo del Hombre - que encontramos allí para entonces quedar en Posición delante de Cristo el Hijo de Dios.
Este Evangelio es muy distinto en su estructura y hermenéutica, del resto de los Evangelios. Comienza en forma dramática, austera, poética, con lo que es en verdad un himno glorioso. Hay ritmo, cadencia, elocuencia y sobretodo, Poder de Dios.
No comienza con el nacimiento sino que nos remonta a edades antes de ese acontecimiento. No hay relatos del nacimiento de Jesús como los que encontramos en los otros tres Evangelios: magos, pastores, y otras referencias.
Sólo encontramos una declaración simple y profunda:
“Aquel que es la Palabra habitó entre nosotros y fue como uno de nosotros.” Juan 1:14
Jesús, tuvo su hogar entre nosotros.
“El Evangelio de Juan, nos habla acerca del nacimiento de Jesús, no para decirnos cómo sucedió sino para qué, con qué Propósito Divino.”
Pastor Jorge Macías Benítez
No es que Juan no supiera lo que los demás evangelistas habían dicho. Algunos acontecimientos son los mismos.
En una discusión animada con los líderes judíos sobre quiénes son los verdaderos hijos de Dios, le dijeron : ¡Nosotros no somos ilegítimos! Juan 8:41.
No sorprende encontrar en estas palabras una injuria, un dejo de sorna, una burla cuestionando el origen de Jesús.
Hay otras similitudes con los otros tres evangelistas. Jesús es el maestro que Dios ha enviado Juan 3:2. Marcos no es el único que enfatiza la humanidad de Jesús.
Cuando está con las hermanas que estaban de duelo, el texto dice de manera simple y profunda que “se sintió muy triste y les tuvo compasión… Jesús se puso a llorar” (11.33-35).
La palabra que se usa para el llanto de María quiere decir “gemido fuerte” vs 33, pero se utiliza otra distinta al hablar de Jesús :
  • sin poder contener su dolor, “rompió en llanto”.
La tensión dramática que se ve en Marcos se acentúa más en Juan mediante la expresión “Aún no ha llegado el momento” (por ejemplo en Juan 2:4; 7:30, “llegará el día” (por ejemplo, Juan 5:25; 16:2), y “ha llegado el momento” (por ejemplo, 12.23; 17.1).
En Juan, al igual que en Lucas, Jesús derriba las barreras y se acerca a los excluidos y marginados (véase Juan 4:1-42).
Los discípulos “se extrañaron de verlo hablando con una mujer” Juan 4:27, y como si esto fuera poco, ¡con una mujer samaritana!
Sin embargo, hay grandes diferencias.
A primera vista parece que no hay parábolas. No obsatnte en un examen más detallado, encontramos, casi escondidos, dichos breves, puntuales y expresivos en los siguientes versículos del Evangelio de Juan en 3:8,29; 4:35-38; 5:19,20; 8:35; 10:1-5; 11:9,10; 12:24,35,36; 16:21.
Jesús dice que usa “ejemplos y comparaciones” (16:25), y no siempre son fáciles de entender. También hay “parábolas actuadas” como pequeños dramas puestos en escena frente a nosotros (por ejemplo, 13:1-11).
Encontramos además diálogos maravillosos (por ejemplo, 3:1-15) y discursos largos (por ejemplo, 14–16). Las “grandes obras” que Jesús hace no se denominan “milagros”; son “Señales”.
Es un Evangelio Lleno de Señales poderosas.
La Estructura del Evangelio
El prólogo o introducción en Juan 1:1-18, la llegada de la Palabra al mundo, se complementa con el epílogo con la imágen de Jesús en Galilea, preparando un desayuno de pescado asado y pan para unos amigos cansados (21:1-25).
Aquel que es la Palabra estaba en el mundo. Dios creó el mundo por medio de aquel que es la Palabra, pero la gente no lo reconoció. La Palabra vino a vivir a este mundo, pero su pueblo no lo aceptó. Pero aquellos que la aceptaron y creyeron en ella, llegaron a ser hijos de Dios. (1:10-12)
Reflexionemos en esto :
  • Su pueblo no la aceptó…
  • Aquellos que la aceptaron…llegaron a ser hijos de Dios
¡Su pueblo no la aceptó…!
Y no lo hizo a un y a pesar de que ellos o muchos de ellos, vieron o escucharon a quienes habían visto Señales del Poder de Dios en Él.
7 Señales
  1. Jesús convierte el agua en vino en la fiesta de bodas (2:1-11)
  2. Sana al hijo de un oficial (4:46-53)
  3. Sana al paralítico de Betzaida (5:1-9)
  4. Alimenta a cinco mil (6:1-14)
  5. Camina sobre el agua (6:16-21)
  6. Da vista al ciego (9:1-41)
  7. Resucita a Lázaro (11:1-44)
Noten el número siete, al igual que hay siete dichos «Yo soy». Un número simbólico especial en la cultura judía: plenitud, totalidad, perfección.
Casi al final del Evangelio de las Señales (Juan), hay un contraste marcado.
Algunos griegos (¡gente no judía!) que habían venido a Jerusalén para la fiesta de la Pascua se acercaron a Felipe, ¡quien hablaba griego, tenía un nombre griego y era de Betsaida, una región con predominio griego! :
“Señor –dijeron–, queremos ver a Jesús” (12.21).
Había llegado el tiempo - Kairos - de que Jesús fuera glorificado, y la primera Señal es el homenaje que le rinden estas personas no judías.
En contraste, hablando sobre su propio pueblo :
“Jesús había hecho muchos milagros delante de esa gente, pero aun así la gente no creía en él” Juan 12:37
Para ser fieles al relato, algunos sí creyeron:
“…muchos judíos y algunos de sus líderes creyeron en Jesús, pero no se lo decían a nadie porque tenían miedo de que los fariseos los expulsaran de la sinagoga. Ellos preferían quedar bien con la gente y no con Dios.” Juan 12:42-43
Ellos preferían recibir honores de los hombres más que los honores o Gloria de parte de Dios. La siguiente sección del libro habla de esa “Gloria de Dios”.
Pero aquellos que la aceptaron… llegaron a ser hijos de Dios
En el Libro de la gloria, Jesús les enseña a los once el significado del discipulado (15), les promete la ayuda y la presencia del Espíritu Santo (14.15-31) y ora por ellos y por los que se convertirán en sus seguidores a través del testimonio de ellos (18).
Luego, mediante la experiencia de su muerte (18–19) y resurrección (20:1-29), les revela su gloria verdadera.
De cara a la cruz, les había dicho: «Ha llegado la hora para que el Hijo del hombre sea glorificado» (12.23 RVR), el momento de que todos supieran de verdad quién era él.
Cristo subió a la cruz como un rey que se instala en su trono.
El Rostro de Jesús
Buscar el rostro de Dios —expresión tan repetida en la Biblia— es decidir familiarizarse con Dios, sobre todo en la Oración, en un diálogo íntimo de Amor entre El y nosotros.
El rostro de Jesús que vemos es el del Amor, porque es el rostro de Dios.
Nadie ha visto a Dios jamás; pero el Hijo único, que está más cerca del Padre y que es Dios mismo, nos deja Ver cómo es Dios. (Juan 1:16-18)
No fue casualidad que Jesús usara la expresión «Yo soy», pero sí conmocionaba a sus oyentes porque era eco de lo que sabían de la historia de Moisés, y de lo que Dios le había respondido tantos siglos atrás cuando Moisés le preguntó qué debía decir a los que le preguntaran quién lo había enviado:
Diles que soy el Dios eterno, y que me llamo YO SOY. (Éxodo 14-16)
Por eso la gente comenzó a tomar piedras para apedrear a Jesús cuando este dijo: “Les aseguro que mucho antes de que naciera Abraham, yo soy” Juan 8.58-59. Para ellos era una blasfemia.
¿Quién es este Dios? ¿Por qué vino Jesús? Él mismo dijo:
Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo… (3:16)
¿Cómo amó?
El capítulo 13:1-12 es una parábola que Jesús protagoniza ante sus seguidores incrédulos. “Él siempre había amado a sus seguidores que estaban en el mundo, y los amó de la misma manera hasta el fin”, hasta las últimas consecuencias (13:1).
Ahora les iba a mostrar la magnitud de su amor.
Jesús sabía que había llegado el momento de que volviera al Padre. “Dios había enviado a Jesús, y Jesús lo sabía; y también sabía que regresaría para estar con Dios” Juan 13:3.
Jesús está sentado a la mesa; se quita el manto y se pone una toalla; toma una palangana de agua y se arrodilla; en el punto más bajo de la “parábola”, toma el lugar de un siervo para lavar pies sucios; luego se pone el manto y se vuelve a sentar: regresa a su lugar.
Conclusión
El que lava es aquel “que quita el pecado del mundo” (1:29). Jesús “se quitó” el manto, les lava los pies y “se puso otra vez” el manto.
En el texto griego, los verbos para “quitarse” (tithenai) y “ponerse” (labein) el manto son los mismos que Jesús, el Buen Pastor, empleó al hablar de su muerte y resurrección:
“El buen pastor está dispuesto a morir por sus ovejas… También yo estoy dispuesto (tithesin) a morir para salvar a mis seguidores… Mi Padre me ama porque estoy dispuesto a entregar (tithemi) mi vida para luego volver a recibirla (labo). Nadie me quita la vida, sino que yo la entrego (tithemi) porque así lo quiero. Tengo poder para entregar (tithemi) mi vida, y tengo poder para volver a recibirla (labein).” Juan 10:11,14-15,17,18
El motivo de la narrativa es la limpieza. “Si no te lavo los pies, ya no podrás ser mi seguidor.”
El significado es que :
“No hay lugar al lado de Jesús para los que no aceptan la limpieza que les ofrece mediante su muerte.
El llamado al discipulado es el reflejo de lo que hizo Jesús como Siervo de Dios.
Esta doble parábola anticipa la cruz.
A los discípulos los hace “participar del Poder del Cristo inmolado”.
Si queremos ver El Rostro de Jesús, al igual que los griegos que acudieron a Felipe, en el Evangelio de Juan nuestra mirada se fijará en el Rostro del Amor : el inimaginable, Infinito, Eterno Amor de Dios.
En Apocalipsis 22:4, que es un versículo muy especial dice la Palabra de Dios :
“y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.”
Es la culminación de la Revelación de Dios.
“Ver el Rostro de Dios” será una experiencia y momento increíbles, y no es irracional sugerir que esto es más que lo un hombre haya experimentado en su vida.
Esta experiencia tendrá lugar en el Nuevo Cielo y la Nueva Tierra.
Esto significa que el versículo es para creyentes y que estarán en sus cuerpos resucitados y glorificados.
Pablo, en 1ª Corintios 15:50-58, lo llama “la transformación”. Una conclusión bíblica sencilla de la revelación de Dios al hombre, mostrará que el hombre en su estado actual no puede ver el Rostro de Dios y vivir ó al menos no podría experimentarlo en Su plenitud.
Oración
Querido Señor Jesús, como Andrés y su amigo te preguntamos:
¿Dónde vives?
Y escuchamos tu respuesta : “Ven y lo verás.” Como ellos y como los griegos, queremos ver…, verte con más claridad, amarte más y más, seguirte más cerca, cada día. Amén.
Adoremos...
¡Dios los Bendice!
Pastor Jorge Macías Benítez.