domingo, 17 de enero de 2021

#A268 Una Exclamación de Fe

Nueva Serie: Tras las Pisadas de Jesús


#A268 Una Exclamación de Fe



 



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Introducción


Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!


Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!!!


Jericó, como en tiempos del Antiguo Testamento, aquí también es el lugar geográfico de un suceso impresionante.

Suponemos que el ciego que aparece en este relato, es el mismo quien Marcos, en su evangelio, describiría con el nombre de Bartimeo.

Varias cosas suceden a la vista de los discípulos: 

La gente suele preocuparse muy poco por las necesidades de otro y se molestan por los gritos del ciego. 

Tenemos a este ciego que hace todo un escándalo con tal de ser atendido por Jesús. 

El Maestro no va hacia Bartimeo, al contrario, pide que se lo traigan. 

El ciego tiene que hacer su propio esfuerzo para ser atendido por Jesús. Una pregunta extraña, un milagro evidente y luego, hasta el más molesto terminó dando gloria a Dios.

Cada uno de estos sucesos contienen una enseñanza en particular.

Así como tú y  yo seguimos a Jesús por alguna razón, así también habrán otros alrededor nuestro que lo buscarán por sus propios motivos. 

Ninguno de estos es perjuicio para tu motivo personal. 

Amados, Dios es los suficientemente capaz de atender la necesidad de cada uno.

El fundamento de hoy en la Palabra de Dios nos dice:

“29Al salir ellos de Jericó, le seguía una gran multitud. 30Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 31Y la gente les reprendió para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 32Y deteniéndose Jesús, los llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 33Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos. 34Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista; y le siguieron.”

Mateo 20: 29-34

Al comparar Mateo 20:29-34 y Marcos 10:46-52. 

o ¿Te parece que ese día hubo dos milagros semejantes de sanidad o que los tres escritores describieron el mismo acontecimiento de diferente manera? 

o ¿Por qué? 


Jesús conocía la necesidad de Bartimeo; era obvio que estaba ciego, entonces, ¿por qué le preguntó: 

o ”¿qué deseas que haga por ti”?


Si Jesús te preguntara en este momento: 

o "¿qué quieres que haga por ti?", ¿qué le responderías?


¿Qué tipo de “ceguera” necesitas que Dios sane en tu vida?


¿Qué aprendemos del carácter perseverante de Bartimeo?


¿En qué momento el ciego demostró su Fe?


El título del mensaje y Ministración del Señor hoy es:


Una Exclamación de Fe


Oración


Ceguera Espiritual


“Oír, oiréis, pero no entenderéis; mirar, miraréis, pero no veréis. Porque se ha embotado el corazón de este pueblo; han hecho duros sus oídos y sus ojos se han cerrado”.

Mateo 13: 14-15


Amados en Cristo, queridos amigos, la ceguera espiritual es una dimensión de la naturaleza humana caída, a causa de la cual la humanidad en lo general se encuentra completamente incapacitada para poder comprender y mucho menos discernir las verdades espirituales y aceptarlas como fe salvadora y, por lo tanto, se mantiene en rebeldía espiritual.

Al contemplar el estado de las cosas en el mundo actual, impresiona profundamente la persistente presencia enfermiza de la ceguera espiritual. 

Es la enfermedad esencial de nuestro tiempo y algo natural en el ser humano, y que forma parte de este desde su nacimiento.

Amados, debemos comprender que hay cosas que no podemos entender y aun menos, Discernir espiritualmente; en ello, nuestra obligación es descubrir cuáles son esas cosas, incomprensibles aún para nosotros. 

Quien no reconoce esta capacidad humana, pone un al Diseño de Dios mismo. 

Se esconde tras una razón que considera soberana pero no se da cuenta de que es una razón esclava. 

El acto supremo de la razón está en comprender que hay cosas que la superan.

Cuando ello ocurre, es justo cuando entramos en el “terreno” de la naturaleza Sobrenatural del Conocimiento de Dios y el Discernimiento que solo en Koinonía con Él, con Cristo y con el Espíritu Santo, podemos recibir.

Es entonces que debemos sustituir el valor de la verdad por el de la búsqueda de la verdad y, por lo tanto, de la sinceridad. 

Ahora, nunca debemos confundir esos términos con la humildad, porque a veces se trata solamente de presunción, que está muy ligada a la ceguera espiritual.

Para explicar de una forma más sencilla lo que es la ceguera espiritual podemos decir que es no ver la vida como Dios la ve, y su resultado lógico y directo es no Discernir las cosas espirituales. 

Este estado termina en el momento en que Dios, por su misericordia, imparte vida y luz espiritual, sin la cual la persona se encuentra incapacitada para comprender y entonces empezar a Discernir las verdades del Evangelio, las cuales únicamente pueden ser recibidas espiritualmente.

En la Biblia existen numerosas referencias que nos hablan y exponen la ceguera espiritual y también a que únicamente Dios puede iluminarnos para desprendernos de ella. 

Sin embargo, esta solución divina, este Diseño Sobrenatural de Dios solamente podemos aplicarla en nuestra vida personal cuando seamos plenamente conscientes de nuestra particular ceguera.

“El hombre no acepta naturalmente las cosas del Espíritu de Dios; son locura para él. Y no las puede entender porque sólo espiritualmente pueden ser juzgadas”.

1ª. Corintios 2:14

Ya hemos visto qué es la ceguera espiritual y cuál es el único medio para combatirla. 

Ahora, muchos no somos conscientes de nuestra propia ceguera y aún creemos que estamos en el camino correcto y que por ello esa enfermedad espiritual no nos concierne. 

No obstante, existen síntomas que, si los analizamos detenidamente y con toda sinceridad, podemos darnos cuenta palpable de nuestro error. 

Escavemos, profundicemos un poco más.

Escavando


“Hagan venir a mi pueblo,

que tiene ojos pero está ciego,

y tiene oídos pero está sordo.”

Isaías 43: 8


La  ceguera espiritual consiste en estar ciegos completamente a los estatutos de Dios. 

Esta ceguera es más que evidente en las personas que aún no ha entregado sus vidas a Dios, ya que estas personas muchas veces no tienen la capacidad de ver las verdades y la voluntad de Dios para vivir una vida agradable ante Él debido a que el enemigo los tiene vendados

Pero, no podemos pensar que solo ellos padecen de ceguera espiritual. 

Lamentablemente, en el pueblo cristiano también puede verse este tipo de ceguera. 

Cuando una persona no ve la vida de la misma manera que Dios, cuando se insensibilizan a la palabra y a las cosas espirituales, y cuando comienzan a pecar continua y deliberadamente, existe ceguera espiritual en la vida de ese cristiano.

Cuando un cristiano está padeciendo de ceguera espiritual por las razones que sean, hay esperanza pues le servimos a un Dios misericordioso y a un Dios que perdona multitud de pecados. 

Lo importante es reconocer; en Latino América existe un refrán o un dicho que dice: 

“No hay peor ciego que el que no quiere ver”

Amados, nosotros los cristianos debemos evitar caer en eso. 

Ese fue el problema de los fariseos; ellos se indignaron cuando Jesús insinuó que ellos estaban ciegos ya que ellos no querían ver ni enfrentar la verdad.

Los fariseos tenían delante de ellos evidencias más que contundentes para creer en el Hijo de Dios; sin embargo se negaron a aceptar la realidad y conocer la Verdad. 

Esto los colocaba en una posición peor a la que estaba el ciego de esta historia, ya que ellos se negaban a ver que creer en Jesús significa ver espiritualmente, en tanto que los que no creen en Él permanecen ciegos.

Síntomas de Ceguera Espirtual


Amados, los Principales síntomas de ceguera espiritual, entre otros, son:

1. La búsqueda de ganancias personales: 

a. Cuando la persona está cegada por consideraciones de carácter personal acerca de cómo le afectarían a él las cosas y cómo podría sacar mayor provecho de ellas, tanto en el terreno espiritual como en el material. 

b. Si un día te preguntas: 

i. “qué voy a ganar o a perder si hago esto o aquello”, estás en grave peligro de ceguera espiritual.

2. El celo religioso exacerbado: 

a. Debemos ser conscientes de que tener especial celo por algo no prueba necesariamente que ese algo sea correcto, ni tampoco que estemos en el buen camino. 

b. Nuestro celo puede ser en sí mismo algo que nos ciega y no nos permite contemplar el entorno de una determinada situación, sino que solamente apreciamos lo que pensamos que es mejor, sin ningún tipo de consideraciones, e incluso a veces sin atender opiniones ajenas e imparciales.

3. El fanatismo religioso: 

a. Aunque al principio la palabra fanático llegó a significar protector del templo ya que proviene del latín ‘fanum’, que significa templo. 

b. Posteriormente adquirió el sentido de una intemperancia desmedida en defensa de la religión. 

c. En otras palabras, el fanatismo es una pasión exacerbada, desmedida y tenaz hacia una determinada causa, en este caso FE.

Amados en Cristo, queridos amigos, la diferencia entre una persona de Fe y una persona fanática reside en el hecho de que la persona de Fe esta como un medio para aprender y salvarse, mientras que el fanático trata la religión como una empresa. 

Además, la persona fanática considera que quien piensa diferente a ella se convierte en una especie de adversario religioso.

El fanático es, por lo general, una persona ignorante e ingenua que no acepta consejos ni opiniones, y que se identifica con la causa que defiende actuando como juez de su verdad.

Efectos de la Ceguera Espiritual


La ceguera espiritual es una condición real en todo ser humano desde su nacimiento y por lo tanto, debemos anhelar y buscar ayuda inmediata para nuestra sanidad en el mismo momento en que somos conscientes de esta ceguera, de esta condición. 


De no hacerlo, jamás tendremos una fe vívida sobre las verdades del Evangelio y, por ello, nuestra salvación espiritual será cada día más difícil de vivir en Gozo.


Por otra parte, una persona que no acepta sinceramente su ceguera espiritual nunca tendrá a su alcance el arrepentimiento de sus acciones, ni verá con claridad el mensaje que Cristo quiere comunicarle para mejorar su vida cristiana. 

Esta propia ceguera espiritual entonces, nos hundirá más aún en el entorno del diario vivir.

“En definitiva, las personas verdaderamente ciegas espiritualmente son aquellas que creen únicamente en lo que miran, y deliberadamente prefieren no ver nada. 

Miran el mundo que existe a su alrededor, pero se rehúsan a ver en el mismo cualquier orden o significado. 

Están ciegos porque deciden serlo; inclusive negarían su vida antes que confesar su enfermedad. 

Prefieren seguir siendo ciegos antes que ser salvos.”

Ps. Jorge Macías Benítez 

Prefieren ser su propio dios antes que confesarse con el Dios verdadero.

En otras palabras, perder la visión espiritual es perder el rango sobrenatural de la vida espiritual y quedar totalmente incapacitados para una efectiva y afectiva espiritualidad. 

El ciego no alcanzará a ver lo que Dios quiere hacer en su vida ni tampoco la situación por la que está atravesando, lo cual le conducirá irremediablemente hacia su propia destrucción.

Recuperar nuestra Visión Espiritual


Amados, nunca habrá sanación espiritual si no somos plena y sinceramente conscientes de nuestra enfermedad. 

Si sabes que estás padeciendo de algún tipo de ceguera espiritual, no te lo niegues a ti mismo. 

Humíllate ante la presencia de Dios y pídele Clama a Dios que te abra los ojos espirituales, todos los “sentidos” espirituales para que puedas ver lo que El tiene reservado para tu vida. 

No permitas que el enemigo te ponga una venda en los ojos y te robe tu salud espiritual. 

Abres tus ojos y muévete dentro de la voluntad divina y verás que Dios cumplirá sus propósitos en tu vida y así podrás andar en los caminos que El ha marcado para ti.

Esta es la única fórmula para la sanación espiritual: 

Humillarte ante Dios, reconocer tu ceguera y pedirle a El que sane tu vista espiritual y traiga luz a tu corazón.

Amados, la visión espiritual es siempre un milagro del cielo. 

El que verdaderamente ve espiritualmente ha experimentado un milagro, justo en el fundamento de su vida. 

Entonces toda su vida espiritual brota de un milagro: 

El de habérsele impartido vida a unos ojos que antes no veían. 

Es justamente aquí donde comienza la vida espiritual: viendo.

Pídele siempre y en todo momento al Espíritu Santo que obre en ti este milagro para que puedas ver y Discernir; así Jesús no tendrá que decirte: 

“por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo ni oyen ni entienden” Mateo 13:13

Conclusión


“Hijo del hombre, tú vives en medio de una casa rebelde; tienen ojos para ver, pero no ven; oídos para oír, y no oyen, porque son una casa rebelde”. Ezequiel 12: 2

Amados, existe un refrán que dice: 


"El que no sabe es como el que no ve"


Hoy, cuando vivimos en un mundo secularizado, este dicho parece cobrar un sentido tan real. 


Se ha vuelto una especie de muletilla decirle a las personas "Dios lo bendiga", o "yo tengo a Dios en mi corazón; sin embargo, reflexionemos. 


¿Que tanto le conocemos realmente? 

¿Que tanto le estamos siguiendo con sinceridad y entrega? 


A la pregunta que Jesús hace a sus discípulos: "- quien dicen que soy yo -" Mateo 16:15, muchos no sabríamos contestarla. 


Seguramente, la mayoría de las respuestas que escucharíamos, serían cosas superfluas, ya que estamos tan ciegos que esa misma "enfermedad" no nos permite ni siquiera saber quienes somos y terminamos siendo "ciegos que guían otros ciegos" como dice la Palabra de Dios en Lucas 6: 39.


La ceguera en la biblia indica poca fe, dureza de corazón. 


Somos tan ciegos ante las necesidades del otro, hasta para decirle con amor en que ha fallado, pero también en la falta de humildad para saber aceptar los errores, en no perdonar y no entender que pidiendo perdón se sanan los corazones heridos, en no saber amar pero también en no amarnos. 


En dar la espalda cuando lo que se necesita es el hombro. 


Amado, en el Nombre de Jesús, quiero invitarte, exhortarte a que te preguntes lo que estas viendo en tu nivel mas intimo, mas personal, mas espiritual, mas desde tu corazón, en tu relación con Dios.


Oremos


¡Dios los Bendice!


Ps. Jorge Macías Benítez