martes, 8 de agosto de 2017

#A104 Convicción : Impacto del Amor de Dios

Serie : Mensajes de Renuevo
#A104 Convicción : Impacto del Amor de Dios
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Fundamento
Apocalipsis 2 : 2-5
“'Yo conozco tus obras, tu fatiga y tu perseverancia, y que no puedes soportar a los malos, y has sometido a prueba a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos. 'Tienes perseverancia, y has sufrido por mi nombre y no has desmayado. 'Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amor. 'Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las obras que hiciste al principio; si no, vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar, si no te arrepientes.”
Introducción
El doctor Louis Evans, prominente ministro presbi­teriano, dijo: "Para nuestros abuelos la Fe era una experiencia y para nuestros padres fue una tradición; para muchos hoy día se ha vuelto algo conveniente."
De experiencia, a tradición, a algo conveniente. Amados en Cristo, ¡qué lamentable dilución, como arena entre las manos!
Lo más trágico es que esto acontece no sólo de una generación a otra, sino que cada vez más frecuentemente ocurre dentro de una misma vida.
Para muchos la Fe, fue en un tiempo una expe­riencia real; un encuentro personal con Dios en Cristo, incluso una entrega total a Él.
Era algo personal, radiante, aven­turado, satisfactorio.
Luego, con el tiempo aquella Fe se tornó tradición; quizá en algunos casos permanece el ocuparse en cosas reli­giosas porque así lo habían hecho siempre y luego, la vida espiritual descendió a rutina, e incluso ha llegado a ser un hábito.
Finalmente, la Fe se ha vuelto una religión que se quedó en algo que conviene, algo cómodo, que se hace si no molesta; si hay tiempo, y no molesta atender a las cosas de Dios, si no :
¿qué podemos hacer sino dejarlo para "un día de estos"?
Muy amados en cristo, familia natural y de la Fe, a todo buscador de Amor, verdad, Paz y Esperanza, ¡Bendiciones!
Esta mañana del domingo 6 de Agosto del 2017, el Señor nos entrega un Mensaje en Ministración en el cuál nos quiere Exhortar a recordar el respecto de : Convicción : Impacto del Amor de Dios que es el título que lleva este Mensaje de nuestra Asamblea #104.
Hagamos Oración entregando este Tiempo de bendición al Señor.
Oración
Nuevamente Amados en Cristo : De experiencia, a tradición, a algo conveniente.
En cualquier congregación pueden observarse estos 3 niveles en cuanto a la forma en que vivimos lo que quizá creemos es nuestra Fe.
Por ello, surgen al menos estas preguntas :
  • ¿En cuál nivel vives tu?
  • ¿En cuál vives hoy?
Es común reflexionar que la fe cristiana no es suscribirse a un credo, sino en Verdad enamorarse de una Persona.
¡Gloria a Dios!
la vida espiritual cristiana es primordialmente una Relación de Amor.
Es, Estar enamorado de Dios en Cristo.
Cuando la Fe es una experiencia, nuestro Amor es personal, íntimo, apasionado y no deja de Crecer.
Por el contrario, cuando es una tradición, nuestro amor es tibio y disminuye; cuando es algo conve­niente, el amor se enfría y al fin muere.
A esto se refería el Señor cuando reprendió a aquella iglesia diciéndole en Apocalipsis 2 : 4 ...
"Tengo contra ti que has dejado tu primer amor."
O como lo dice otra traducción :
"Que ya no me amas como me amabas antes."
La prueba suprema de cualquier relación es la del Amor, y una de las características obvias y principales del Amor es que busca expresarse por todos los medios.
Aquellos de ustedes que se han enamorado alguna vez, saben...más bien...Conocen en cuantas maneras buscaban expresar Su Amor.
Pero todo Amor humano es un reflejo del Amor Divino, del Amor Sobrenatural de Dios, el cual también busca expresarse (Juan 3: 16).
Jesucristo es Dios diciéndole a la humanidad : "¡Te Amo!"
Ahora examinemos, la respuesta de nuestro co­razón al Amor de Dios expresado en Jesucristo, y con la ayuda del Espíritu Santo pesemos la Convicción de nues­tro Amor a Cristo es mediante la Fe, la Disciplina y la Obediencia.
I. CONVICCIÓN MEDIANTE LA FE.
Cuando la Fe es una experiencia, hay una pro­funda Convicción en nuestro Interior hacia aquello que creemos.
Por otra parte, uno de los primeros síntomas de que la Fe se está volviendo tradición, o algo conveniente, es la indiferencia al ejercicio de nuestra Fe.
Unos años atrás conocí a un joven predicador con mucho potencial y promesa del Señor; eventualmente comenzó a descuidar la Fe, al mover del Espíritu en él y pronto empezó a escuchar nuevamente ideas tradicionales que lo fueron distrayendo y desenfocando del Propósito de Dios que quería usarlo para impactar a la juventud de este país.
Ahora está en el minis­terio aunque Creo, tristemente muy acotado y dependiente de lo que le provee la congregación.
Amados, les ruego no me malinterpreten; ¡Gloria a Dios que lo sirve a Él!
Sólo es que el Plan de Dios para ese joven predicador es muchisisisisimo mas grande a las decisiones que finalmente ha tomado hasta hoy.
Dice la palabra de Dios :
“Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, por el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”
Efesios 4:30
Existe un Remanente Fiel que cree y opera en las doctrinas que Dios nos entregó. Otros sin embargo no sienten Convicción hacia ellas, pero permanecen dentro; todavía asisten por razones sentimentales o de familia, pero consideran a la iglesia como una de sus actividades sociales.
Nuestros abuelos y padres pagaron un elevado precio por sus creencias, más hoy día algunos están dispuestos a vender su Creencia por las algarrobas de la popularidad y el respeto social.
Escucha, en muchos casos nuestros padres fueron perseguidos por su Fe, pero hoy muchos no quieren que nadie los aver­güence.
No es que tengamos mejores doctrinas, sino que se nos han escurrido porque nuestras manos se han hecho suaves, y nuestros espíritus débiles por la falta de Disciplina y Obediencia.
Algunos, profesando Creer todavía las doctrinas de la Iglesia, están, no obstante, dispuestos a vender su valiosa herencia de Fe por las migajas de algunos dizque teó­logos modernos a quienes no les importa en Verdad en lo que Dios nos dice debemos de Creer.
Por ello mis Amados en Cristo, seamos Prudentes al escuchar lo que alguien denomina como una "nueva interpretación"; no olvidemos que nuestra Fe debe de estar fundamentada primero en el Conocimiento de Dios y luego en nuestra Eterna Doctrina que en Verdad es Suya, y que como nos Ministró el Señor la semana pasada tiene Su Piedra Angular en el Arrepentimiento Verdadero y Absoluto.
¿Por qué soy evangélico?
¡Por la Fe!
Creo total­mente en lo que la Biblia dice en cuanto a qué es el hombre y por qué, y qué puede llegar a ser, y cómo.
Debemos pedir a Dios que nos dé más hombres y mujeres que estén bien cimentados en la Fe, porque cuando la Fe es una experiencia, la Doctrina de Dios nos es sólida por medio del Espíritu de Dios.
Necesitamos hoy un avivamiento de énfasis doctrinal, con énfasis en el Arrepentimiento que produzca Convicción en nuestros corazones; que Su pueblo hable sin vacilación ni excusas, sobre lo que Cree.
Amados en Cristo, nos es necesario medir la Convicción de nuestro Amor por Cristo.

Ahora bien :

¿Qué es la Convicción del Espíritu?

La palabra “Convicción” en griego es elogeho y se usa para describir :
“la obra del Espíritu Santo por medio de la cual los hombres son libertados de la ceguera espiritual y satánica que les rodea siendo capacitados de este modo para verse como Dios los ve: culpables, deshonrados y totalmente incapaces de salvarse asi mismos”.
Amados en Cristo, “convencer” tiene el significado de anunciar el Veredicto o de Declarar la culpabilidad del mundo.
1. CONVICCIÓN POR  QUITAR EL PECADO.
  1. El primer asunto respecto del cual el mundo necesita Convicción del Espíritu es el pecado :
    1. El mundo puede llegar a admitir que hay algunas cosas que no son pecado
    2. La Biblia trata con pecados específicos
    3. Llama al Arrepentimiento y la confesión de pecado
    4. Los pecados deben ser limpiados y lavados
    5. El pecado en sí es el verdadero problema
    6. La esencia del pecado es la incredulidad
  2. Cuando vino Jesús, la gente no tenia que hacer nada para condenarse :
    1. Por su incredulidad en el ya estaban condenados. Juan 3:18
    2. Los pecados les impedían llegar a Cristo, pero el verdadero pecado es la incredulidad. Juan 3 : 19-20
  3. La muerte de Jesús nos permite ver también la enormidad del pecado y mediante el Espíritu llegamos a comprender que nuestra incredulidad es en verdad pecaminosa,
    1. “El que no conoció pecado fue hecho pecado por nosotros” 2a. Corintios 5 : 21
2. CONVICCIÓN POR LA JUSTICIA.
  1. Junto con la Convicción de pecado, el mundo necesita ser convencido por el Espíritu respecto a justicia tal como se ve en Jesús
    1. Su justicia aquí incluye una rectitud siempre honesta, legal que siempre hace lo que es correcto delante de Dios
    2. Una vez que somos convencidos de pecado, necesitamos saber que hay un abogado para con el Padre, Jesucristo el Justo, quien es la ofrenda por nuestros pecados y también por los de todo el mundo. 1a. Juan 2 : 1-2
3. CONVICCIÓN POR MEDIO DEL JUICIO.
  1. El mundo necesita ser convencido mediante el Espíritu respecto de Juicio.
    1. El evangelio de Juan muestra un constante conflicto entre la Fe y la incredulidad
    2. Este no ha de durar para siempre
    3. Hay un fin, porque el día de juicio viene
    4. El pensamiento humano de evitar la idea de un verdadero comienzo o de un verdadero final presente.
    5. Es necesaria la obra del Espíritu Santo para hacer que los hombres vean la Verdad
  2. El mundo debe ser convencido de juicio por medio de reconocer quien es “el príncipe de este mundo” y que el juicio nunca estuvo destinado al hombre, pues el lago de fuego fue preparado para el diablo y sus Ángeles. Mateo 25 : 41
    1. Debemos reconocer que en esencia el juicio es para satanás, y que él ya ha sido juzgado
    2. La victoria de Cristo sobre la muerte en el calvario selló su condenación. Hebreos  2 : 14
    3. Nos asegura que el mundo también será juzgado en justicia. Hechos 17:31
    4. En Hechos encontramos muchos ejemplos de cómo el Espíritu Santo cumple esta obra de Convicción mediante la predicación de los Apóstoles
    5. El día de Pentecostés en Hechos 2 : 22-23, mediante esta Convicción la gente experimentó primeramente desesperación (2:37) y luego se rindió y aceptó gustosamente la verdad (2:41)
II. CONVICCIÓN MEDIANTE LA DISCIPLINA.
Ahora Amados en Cristo, por supuesto que no es suficiente Creer algo.
Los fari­seos eran muy fieles a sus doctrinas, pero Jesús les preguntó : "¿Qué hacéis más que los demás".
Juan por otra parte, nos exhorta en su 1a. carta a expresar nuestro Amor por Cristo no sólo con palabras, sino con Hechos.
Podemos, medir la Convicción de nuestro Amor a Cristo por la Disciplina de la Mayordomía.
Profundicemos un poco en la Mayordomía de nuestro tiempo.
Al­gunos han tirado una raya donde termina lo que conviene y comienza el sacrificio.
En su mayoría, han decidido no pasar más allá de esa raya; lo condicionan.
Me explico, si no incomoda asistir a la iglesia ó a la reunión de oración ó a la sociedad misionera, etc., iré.
Por el contrario, si incomoda, no cuenten conmigo...así es como muchos piensan y actúan.
Algunos que profesan ser salvos y aun “llenos” del Espíritu Santo, están dispuestos a asistir a los servicios de una campaña de evangelismo si no hay inconveniente.
Amados en Cristo, si Cristo hubiera pensado igual, nunca hubiera venido al mundo.
Ahora, ¿qué dice de la Mayordomía de “nuestro” dinero?
Este es uno de los mejores instrumentos para medir nuestro Amor a Cristo.
Cuando en Verdad vivo en Fe, me pregunto :
"¿Cuánto puedo dar para la obra de Dios"
Cuando se ha vuelto una tradición, pregun­tamos :
"¿Cuánto están dando los demás? ¿Cuánto hemos dado antes"
Entonces es que nuestra vida espiritual está por los suelos cuando y decimos :
"Yo no voy a dar tanto. Y, además, me molesta que todos los domingos recojan tanta ofrenda."
Amados…¡el diezmo es muy poco dar a Aquel que lo dio todo!  
Nadie da un céntimo a Dios, sino hasta que ha depositado su diezmo, pues el diezmo ¡Es del Señor!
Dios nos pide los diezmos y también ofrendas.
Nadie puede decirte cuánto debes dar para la causa del Señor; lo que sí puedo decirte es que la Bendición y el Gozo de Dios en tu corazón ¡permanecerán mientras le dés a Dios todo lo que Él pida!
III. CONVICCIÓN MEDIANTE LA ORACIÓN.
Nuestra vida de Oración es nuestra comunión de Amor con Dios.
Cuando la Fe es una experiencia, los mo­mentos más dulces y preferidos son los pasados con Dios en Oración o leyendo su Palabra.
Cuando la Fe se hace tradición, seguimos "repitiendo" nuestras oraciones, pero pierden "sabor" y significado; es entonces que la Biblia pierde su atractivo.  
Cuando por fin la Fe llega a lo conve­niente, oramos sólo cuando nos conviene, lo que quiere decir que perdemos el contacto con Dios por semanas y meses.
En esa atmósfera enrarecida y extraña es que la Biblia permanece cerrada; todavía nos llama­mos "cristianos," y llamamos "hermanos" a los de la iglesia, y guardamos algunas reglas de conducta moral, pero no hay comunión ninguna con Dios y por supuesto menos Convicción.
El famoso psicólogo William James dijo :
"Para la mayoría de la gente la Fe es un hábito aburrido, siendo que debería ser una fiebre aguda."
¡Cuán cierto es!
Para la mayoría este desliz de una experiencia real, a una tradición y a algo conveniente, no es algo súbito.
Es más bien un proceso lento.
Un anciano pastor de ovejas dijo que ninguna oveja brinca el cerco y se va de pronto a perderse; en realidad poco a poco se va alejando mientras come hasta que se pierde del pastor.
Así sucede con nosotros.
Nadie decide de pronto : "Me voy a perder en el pecado."
Lo que acontece es que nos vamos involu­crando más y más en un enjambre de ocupaciones secu­lares en el trabajo, la escuela, la oficina o el hogar; es decir que nos vamos involucrando en cosas que no son necesariamente perversas, sino incluso responsabilidades legítimas.
Repentinamente un día descubrimos que hemos perdido de vista al Pastor de nuestras almas, y que nuestro corazón está frío.
Les comparto una historia que conozco que ocurrió en una campaña de evangelismo; una noche se acercó al altar un líder laico importante de la iglesia.
Era miembro de la junta oficial, es decir un anciano y maestro de escuela dominical, fiel miembro de la iglesia.
Antes de arrodillarse, se volvió a la congregación, y dijo :
"Creo que todos aquí me conocen y saben que he procurado vivir una vida buena. Pero desde hace varios meses he comprendido que no hay victoria en mi corazón como antes. No me he entre­gado al pecado; ni siquiera he tenido deseos de hacerlo. Pero esta noche Dios me ha mostrado que entre Él y yo se ha estado desarrollando un distanciamiento, y que por esta razón no he podido ganar a otros para Cristo. No porque me haya vuelto malvado, sino porque soy un cristiano que no está en el nivel espiritual que le corres­ponde. Por eso quiero venir al altar a orar. Y si hay alguno aquí que reconozca estar en la misma condición mía, le ruego que se una a mí para que oremos juntos."
Ante aquella invitación, un número grande de hombres, mujeres y jóvenes se levantaron y pasaron a orar :
  • ¿Otros miembros de la junta oficial? Sí
  • ¿Otros maestros de escuela dominical? Desde luego
Amados en Cristo, ningunos de nosotros es inmune al peligro del enfriamiento espiritual.
A veces, sin darnos cuenta se entra a nuestras almas un adormecimiento, un resfrío espiritual, y ya no somos lo que éramos.
Posible­mente no hayamos perdido todavía a Dios, pero estamos en camino de hacerlo.
Quizá ahora mismo el Señor Jesús te está diciendo :
"Tienes muchas cualidades dignas de admiración, eres fiel a la doctrina, eres activo en la iglesia, pero tengo algo contra ti: que ya no me amas como me amabas antes."
Y gracias a Dios que no viene a nosotros con un garrote ni con un látigo; Él viene con ternura y Amor, para regresarnos de una Fe de tradición o comodina, a una Relación, a una Comunión, íntima, satisfactoria, pro­funda y Gozosa con El.

Conclusión
Amados en Cristo, la Convicción en el pecador es la obra del Espíritu Santo.
Solo así somos capaces de vernos a nosotros mismos como Dios nos ve.
Sin duda alguna somos culpables, estamos corruptos y somos totalmente incapaces de salvarnos a nosotros mismos como nos dice el señor en Juan 16 : 8.
La Convicción obra de forma diferente para el Cristiano y el no Cristiano.
Para este último, la Convicción revela pecado, culpa y trae temor del justo juicio de Dios.
Por otra parte, la Convicción trae en el creyente una conciencia de pecado dando como resultado el Arrepentimiento, la confesión y la limpieza.
La Convicción se produce por el Espíritu Santo como dice Juan 16 : 8.
La Convicción de pecado trae al hombre a la cruz  mostrándole la necesidad para la redención y el perdón.
En el Amor del Señor, Creo y Declaro que esta Palabra llega a tí llena de Su Unción, Gracia, Amor y Poder, en el Nombre de Jesús.
Oremos
¡Dios los Bendice!
Pastor Jorge Macías Benítez