domingo, 1 de agosto de 2021

#A296 Serenidad: Fortaleza en Cristo

Reino de Dios Ministerios

Ps. Jorge Macías benitez



Ministración semanal

Introducción 

Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!

Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!

El Fundamento del Señor para todos este mediodía del domingo 1ro. De Agosto del año 2021, lo encontramos en Isaías 30: 15, que dice:

“'Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis, '


Amados, amadas en Cristo, queridos amigos, este mensaje me lo entregó el Señor el pasado martes, al Ministrarme por medio de un - Ahora - hermano en la Fe que tenía prácticamente 25 años de no ver.

En un de repente de Dios, contactamos, nos reunimos y lo que pesamos sería una reunión del Market Place y Networking, terminó siendo una hermosa reunión  de 2 siervos de Dios, siendo ministrados por el Señor.

El Señor nos empezó a hablar de Gobierno, debido a ese encuentro y con ello, del resultado de que Él Ministre ese Gobierno en nuestras vidas.

El título del Mensaje y Su Ministración este mediodía del 1ro. De Agosto del año 2021, es:

#A296 Serenidad: Fortaleza en Cristo


Oremos

Quédate quieto

Hoy, es un día en el cual muy particularmente Discerniremos que hay ocasiones, cuando el Señor nos pide como discípulos quedarnos quietos y no hacer nada. 

Especialmente cuando parece que todos a nuestro alrededor están tan desesperados y frenéticamente ocupados terminando en cansancio sin lograr lo que quisieron.

Oh, Amadas, amados en Cristo, algunas veces el Señor nos dice que permanezcamos quietos cuando la emergencia llega. 

¡Oh, Si…! Yo sé que quedarse quieto cuando todo alrededor parece derrumbarse, exige una gran cantidad de fortaleza. 

La inactividad parece irracional cuando todos esperan que yo sea activo, pero lo importante es si el Señor me ha dicho como lo dice a través del profeta Isaias. 

"En descanso y en reposo seréis salvo, en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.”

Escucha Amada, amado en Cristo, amigas y amigos en la Fe, hoy necesito recibir y Discernir, ante la presencia de Dios que una emergencia no significa desastre para un Discípulo del Señor, aunque ciertamente implica que nos encontramos ante una encrucijada.

La emergencia nos lleva a preguntarle a Dios: 

¿Que quieres que haga Señor?. 

¿Como es que en esta situación, tu te vas a Gloriar a ti mismo por medio de mi?

¿Cuál es el camino correcto a tomar?

Amadas, amados en Cristo, estas preguntas no se pueden hacer mientras corremos, pero sí cuando nos sentamos y descansamos en Él.

No es sentarme y ser indiferente e ignorar la emergencia; es sentarme pidiendo la Dirección de aquel que todo lo puede.

El Señor nos ha venido Ministrando al respecto, en Romanos 8: 14 que nos dice con contundencia:

“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios.”

Dios se hace cargo de decimos con completa claridad, cuál debe de ser nuestra actitud al respecto de a quien clamar por Dirección; en particular, al tratarse de una condición para SER Su Hija o Hijo.

Su Palabra, y entonces claro, Dios mismo, me recuerda que Jesús en muchas ocasiones abrió su boca y dio respuestas pero también me dice que varias veces cerró sus labios y no contesto ninguna pregunta.

Habrá veces en nuestras vidas - yo puedo darles testimonio de ello -  cuando no debo decir nada sino simplemente sentarme y esperar que Dios me dirija lo que debo hablar o lo que debo hacer. 

Si así lo hago, entonces descubriré que la fortaleza viene a mi…¡por que viene de aquel en quien he puesto mi confianza y me ha guiado!

Mi Señor, Conoce en mi como me cuesta quedarme quieto; siempre quiero correr y tomar acción por mis propia cuenta. 

En mi hay Fuego de Dios, debido a que he creído que siempre tengo Su respuesta; Ahora, entiendo que no tengo todas las respuestas…¿tú las tienes?

¡Solo Él! 

¡Por ello Clamo a Él! : 

Señor, cuando las emergencias llegan he salido corriendo para atenderlas a mi manera y Hoy…no quiero hacerlo mas.

Quiero aprender a quedarme quieto y esperar tu enseñanza y así podré hacer lo que es justo y correcto.

Es así que hoy me encuentro Clamando por su Dirección y preguntando, 

¡Padre si hoy llegan emergencias ayúdame a no olvidar este verso de hoy …ayúdame a controlar mis impaciencias e inquietudes y quiero aprender a sentarme y quedarme quieto, ante ti…porque cuando me acerco a ti…me acerco a la vida y a la fuerza.! 

En el Nombre de Jesús, Amen.

Serenidad y Poder


El secreto de Dios para la fuerza espiritual se encuentra en la Serenidad, tal cual nos indica en Isaías 30:15: 

“En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza”.

En hebreo, la palabra quietud, significa reposo. 

Reposo significa calmado, relajado, libre de toda ansiedad, estar Sereno. 

Amadas, amados en Cristo, queridos amigos, el Pastor David Wilkerson reflexionaba al respecto:

“En estos días, no muchos cristianos tienen el tipo de tranquilidad y serenidad descrito aquí. 

Multitudes de creyentes están involucrados en un frenesí de actividades, precipitándose alocadamente para obtener posiciones, riquezas, posesiones y placeres. 

Aun en el ministerio, muchos corren preocupándose, temiendo, buscando respuestas en conferencias, seminarios, discos, videos del salmista de moda - como si de Dios mismo se tratase - y en los libros de mayor venta.”

Al parecer, todos quieren dirección, soluciones - por cierta y rápidas - algo que calme su espíritu; sin embargo, buscan en todas las fuentes, excepto en el Señor. 

Amadas, amados, Dios ya les ha dado una palabra a través de Isaías; Ahora, si no se vuelven al Señor como su fuente de vida, sus luchas acabarán en sufrimiento y confusión.

El apóstol Pedro habla :

"ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios” 

1a. Pedro 3:4. 

Tal espíritu no tiene nada que ver con el temperamento o la personalidad; después de todo, algunas personas son naturalmente más susceptibles a ser calmadas o tímidas, mientras que otras son simplemente lo contrario. 

No, el espíritu calmado, al que se refiere Pedro, sólo puede SER implantado en nosotros por el Espíritu Santo.  

La buena noticia es que Él lo da a todo aquel que teniendo comunión con el Espíritu Santo, confía completamente en el Señor.

¿Es tu hogar un lugar de calma y paz, o es un lugar de dudas, ansiedad e inquietud? 

Cuando vienen los problemas: 

¿buscas al Señor diligentemente antes de recurrir a cualquier otra fuente? 

Este proceso de confiar en primer lugar en Él, en todas las cosas no es fácil ¡Aunque tiene que ser estimulado! 

Nuestro Señor dice: “Has confiado en mí para ser salvo y ahora quiero que confíes en mí, en todas las cosas de tu vida, tu salud, tu familia, tu futuro. ¡Dámelo todo!” 

Anda a tu lugar secreto de oración y enciérrate con Él; y Él saciará cada una de tus necesidades… ¡y más!




Estad Quietos

Oh Amadas, amados en Cristo. Nos dice el Señor:

“Estad quietos, y conoced que Yo soy Dios” Salmo 46: 10

Escucha este testimonio:

En cierta ocasión el Señor se valió de ese versículo de la Biblia para enseñarme algo muy importante y demostrar Su capacidad para facilitarnos orientación rápida y explícita cuando le prestamos oído en oración.

Tenía que comunicarme con una mujer, pero no tenía su dirección. 

Era un asunto urgente. 

Todo mi ser palpitaba de ansiedad. 

Me parecía que iba a estallar en mil pedazos si no le hacía llegar un mensaje. 

Mientras oraba para saber qué hacer, de repente me vino un pensamiento, una reflexión de un pasaje de las Escrituras: 

“Serénate. Estate quieta y reconoce que Yo soy Dios”.

Cuando me senté, me tranquilicé y le pedí al Señor que interviniera para evitar una catástrofe, Él me habló al corazón: 

«Escribe una nota y llévala al apartamento donde vivía ella antes. Tal vez tenga que volver allí por algún motivo; o a lo mejor un inquilino del edificio que sabe su nuevo domicilio hallará tu nota y le avisará que se comunique contigo».

Total que escribí la nota y fui a su apartamento a entregársela. 

En el preciso instante en que llegué, nota en mano, se presentó nada más y nada menos que la persona con la que tenía que comunicarme.

Amadas, amados en Cristo, es increíble la maestría con que Dios resuelve las cosas. 

Aquello me enseñó que — tal como dice Su Palabra — mi fortaleza reside en la quietud (Isaías 30:7). 

Ahora, reflexionemos y Discirnamos en Su Espíritu:

"En el acelerado andar de la vida moderna, es más necesario que nunca que nos bañemos en el mar de la Serenidad divina”

Pastor Jorge Macías Benitez 

Para conocer plenamente a Dios es preciso que nuestros pensamientos y nuestro espíritu estén tranquilos y en paz. 

“Estad quietos, y conoced que Yo soy Dios”

¿De qué modo el tranquilizarme me hizo «conocer que Él es Dios»? 

Por el hecho de que cuando Él respondió tan milagrosamente a mi oración se puso de manifiesto una vez más la sublime verdad de que Él es Dios.

Amadas, amados en Cristo, muchas personas tienen el concepto erróneo de que la quietud que menciona ese versículo es algo así como una tensión controlada, una pose ensayada. 

Piensan que de alguna manera pueden reprimir la ansiedad. 

Puede que en algunos casos lo logren, pero aun así, no alcanzan sino una calma superficial; por dentro son un hervidero de pasiones. Esa no es la quietud a la que nos referimos. 

La serenidad divina no es sinónimo de pasividad. 

Se trata de una auténtica paz de espíritu que trae aparejada una formidable lucidez mental. 

Es en esa paz que llegamos a comprender cuál es el designio y la voluntad de Dios.

Sé por experiencia que la serenidad divina suele ser producto de pruebas y tribulaciones. 

¿Por qué? 

Porque los avatares de la vida aplacan el alma; el sufrimiento nos confiere un espíritu humilde. 

¿Estás atravesando un momento difícil? 

Serénate y preséntate con calma ante el Señor. 

Él te indicará cómo obtener dulzura de esa dificultad, te enseñará cosas hermosas por medio de ella; pero debes buscar la quietud. 

En esos gratos momentos de silencio y devoción, Él te hablará al alma.

No fue en el terremoto, ni en el fuego,

ni en el viento, ni en la atroz tormenta,

sino en la quietud, en el sosiego,

cuando escuchó susurros el profeta.

Guarda silencio ante Dios, alma mía.

Aunque te halles sumida en un mar

de afanes que te roban la alegría,

en la calma oirás a Dios hablar a tu vida.

Mary Rowles Jarvis


Conclusión

Amadas, amados e Cristo, vamos finalizando este mensaje y la Ministración del Señor.

¿Qué debe hacer el creyente en tiempos complejos? 

Guardar silencio y escuchar. 

Depositar su confianza en el nombre del Señor, apoyarse en Dios. 

Quedarse quieto, como dice el versículo, quedarse quieto y escuchar. 

Lo primero que conviene hacer es no hacer nada, quedarse quieto. 

Aunque vaya a contrapelo de la naturaleza humana, es lo más atinado que podemos hacer. 

Un viejo adagio popular, dice: 

«Cuando estés nervioso, no te apures». 

Dicho de otro modo, cuando no estés seguro de lo que debes hacer, no reacciones apresuradamente, a tientas y a ciegas, esperando que se dé lo mejor.

En no pocas ocasiones me he encontrado en medio de una neblina espiritual y me esforzado por salir de ella por mis propias fuerzas. 

Mis acciones fueron encaminadas a ponerme a desenmarañar los hilos o a buscar una solución al problema; esto es, en que tenía que hacer algo. 

Mis energías humanas me impulsaban a salir corriendo a resolver la situación. 

Ahora, Dios me ha mostrado y dirigido - Su Espíritu Santo - he aprendido que aunque ponga mi mayor esfuerzo,   eso ayuda en muy poco; es mucho mejor anclar mi nave, no preocuparme de que tironee un rato las amarras y simplemente confiar en Dios.

Amada, amado en Cristo, solo quédate quieto y verás lo que hará Dios. 

Cuando nos serenamos y confiamos en Él, le damos oportunidad de obrar. 

Con frecuencia al preocuparnos le impedimos hacer todo lo que podría hacer. 

Si estamos distraídos y tenemos el espíritu turbado, no le dejamos hacer mucho por nosotros. 

La paz de Dios debe tranquilizarnos y dar reposo a nuestra alma.

Pon tu mano en la mano de Dios y déjate llevar por Él hacia el radiante sol de Su amor. 

Procura la quietud. 

Da lugar a que Él intervenga en tu favor. 

“Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego —aquietando nuestro espíritu delante de Él—, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” Filipenses 4: 6-7

Oración

Dios los bendice