Serie : Una Vida de Oración
#A182 Tiempos de Transición : Retos y Obstáculos
Página Web : http://reino-de-dios-ministerios.org
Página Facebook : Reino de Dios Ministerios
Blog : reinodediosministerios.blogspot.mx
Soundcloud : Jorge Macías Benítez
Twitter : Pastor Jorge Macías Benítez
YouTube : Pastor Jorge Macías Benítez Canal : Reino de Dios Ministerios
Fundamento Doctrinal
Juan 15:4-5
“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”
Introducción
Amados en Cristo, familia natural y de la Fe, a todo buscador de Amor, Verdad, Paz y Esperanza, ¡Bendiciones, Bienvenidos a esta que es parte de la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!
El título del Mensaje y la Ministración del Señor esta mañana es :
Tiempos de Transición : Retos y Obstáculos
Oremos
Inicio
Las personas que llegaron a ser grandes comenzaron en el lugar del anonimato, en el lugar secreto, donde nadie los veía.
No abortaron el proceso de transición, más bien se sometieron y fueron obedientes y le creyeron a Dios por encima de las dificultades. Durante este proceso de transición, no vieron en poco las cosas que Dios estaba haciendo con ellos y en ellos, por lo cual, estas cosas los ayudaron en el momento de tomar las decisiones mas significativas de sus vidas.
Expectativas sobre su Dios
Al conocer a Dios y todas las cosas que había prometido, permitía que tuvieran grandes resultados de parte de Dios, aun cuando la situación se tornaba difícil, sabían que Dios los iba a librar. Tenían una convicción profunda que lo que Dios iba hacer.
Promesas de Dios
Dios constantemente le recordaba al pueblo la promesa y le daba instrucciones de que debían de hacer al momento de poseerla y prometía estar con ellos en el momento de la conquista.
- Éxodo: 23:23
“Porque mi Ángel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir.”
- Éxodo 34:11-12
“Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí que yo echo de delante de tu presencia al amorreo, al cananeo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo.”
Son Personas Malagradecidas, Llenos De Quejas, Miedos y Desconfianza
El que tiene mentalidad de esclavo siempre se acuerda de Egipto y piensa que es mejor que lo que Dios ha prometido. Estas son las quejas de un pueblo que todavía no conoce a Dios, ni se ha ocupado en acercarse a Él.
Éxodo:
- 14:11-12 – Mar Rojo
- 16:3 – Maná del cielo
- 17:3 – Agua de la peña
- 32:3-4 – Becerro de oro
Números:
- 11:5-6 – Codornices
- 12:3 – Aaron y María (lideres) se llenan de orgullo, porque profetizaron.
Y antes de entrar a la tierra prometida dijeron:
Números 14:2-3
“Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: !Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?”
Debemos aprender que antes de llegar a derribar los gigantes y conquistar todo lo que Dios nos ha prometido, debemos tener el deseo y la actitud de acercarnos a él.
Josue tuvo presente en los momentos que Dios hablaba y su presencia se manifestaba.
Éxodo 33:1-11
“Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo.”
Estar cerca nos permite aprender cómo se hacen las cosas, conocer el corazón de Dios, entender el propósito divino.
El Que Habita
Salmos 91:1
“El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.”
Dios no es caprichoso, lo que Dios hace, lo hace por amor, porque él es amor.
La Actitud de un Conquistador:
Obediencia
- Confianza
- Esfuerzo
- Valentía
- Carácter
Éxodo 17:8-11
“Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim. Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano. E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado. Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec.”
Éxodo 24:9-14
“Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando está sereno. Mas no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron. Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles. Y se levantó Moisés con Josué su servidor, y Moisés subió al monte de Dios. Y dijo a los ancianos: Esperadnos aquí hasta que volvamos a vosotros; y he aquí Aarón y Hur están con vosotros; el que tuviere asuntos, acuda a ellos.”
Números 11:25-29
“Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron. Y habían quedado en el campamento dos varones, llamados el uno Eldad y el otro Medad, sobre los cuales también reposó el espíritu; estaban éstos entre los inscritos, pero no habían venido al tabernáculo; y profetizaron en el campamento. Y corrió un joven y dio aviso a Moisés, y dijo: Eldad y Medad profetizan en el campamento. Entonces respondió Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés, uno de sus jóvenes, y dijo: Señor mío Moisés, impídelos. Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos.”
Números 13:3, 6, 8, 16:
3 “Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, conforme a la palabra de Jehová; y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel.”
6 “De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone.”
8 “De la tribu de Efraín, Oseas hijo de Nun.”
16 “Estos son los nombres de los varones que Moisés envió a reconocer la tierra; y a Oseas hijo de Nun le puso Moisés el nombre de Josué.”
Transición
Una transición es la acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar, a otro muy distinto del anterior. Representa un cambio de un estado a otro.
Existe un proceso de transición, que permite que se desarrolle el carácter divino en nuestras vidas.
No podrás pasar de una mentalidad de esclavo a una mentalidad de conquistador, sin atravesar por este proceso…
Significa que estás en un proceso, que no estás en el mismo lugar que estuviste, pero tampoco estarás en el mismo lugar en que estas.
Vienes de un lugar y te diriges a otro lugar.
Transición de Mentalidad De Esclavo A Mentalidad De Conquistador
La transición es definida por la Real Academia Española como la “Acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar a otro distinto”.
Entiendo también que las transiciones forman parte inseparable de la vida tanto de individuos, como de comunidades enteras.
Es por ello necesaria la búsqueda del consejo ante las transiciones.
Estoy convencido que no hay mejor consejo que se pueda dar, que el que proviene de la Eterna Palabra de Dios.
El apóstol Pablo declara en Romanos 15:4 que “las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron”, y yo encuentro en la Biblia que en muchas ocasiones el pueblo de Dios, Israel, se encontraba en procesos de transición. Y una de las más importantes transiciones que vivió Israel fue la conquista de la tierra prometida.
Usted probablemente conoce la historia: Dios llama a Abraham para hacer de él una nación grande. Viene después Isaac. Viene luego Jacob, y de él, las 12 tribus de Israel. Permanecen en esclavitud durante 400 años en Egipto. Dios levanta a Moisés como libertador del pueblo de Israel y viene el Éxodo de Egipto. La generación liberada de la esclavitud vaga durante 40 años en el desierto y perece sin pisar la Tierra Prometida a causa de su incredulidad.
Pero Moisés es testigo de una nueva generación de israelitas comandados por Josué. Esta nueva generación cumple con el propósito de Dios al poseer la tierra que había sido prometida desde tiempos de Abraham.
4 Consejos
Yo encuentro 4 grandes consejos que esta nueva generación de israelitas puso en práctica al entrar a la Tierra Prometida. Encuentro 4 cosas que la Palabra de Dios nos puede aconsejar de aquella generación que conquistó lo que la generación anterior no pudo conquistar. Consejos para tiempos de transición.
Pasión por Su Presencia
Deuteronomio 6:5 “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”
Deuteronomio significa literalmente “Segunda Ley” o “La Repetición de la Ley”. Seguramente esta nueva generación de israelitas había escuchado algo de la Ley de Dios durante el peregrinaje del desierto.
Seguramente algunos de sus padres les contaban las cosas que Dios había hecho por ellos durante todo ese tiempo. Pero no era suficiente. Esta nueva generación tenía que escuchar por ella misma la instrucción del Señor. Deuteronomio es un libro escrito que narra específicamente la instrucción de la ley de Dios para esta nueva generación.
Antes de comenzar la batalla. Antes de ponerse en marcha. Antes de afilar las espadas, Dios quería que su Pueblo lo amara a Él de todo su corazón, de toda su alma y con todas sus fuerzas
Y lo mismo sucede hoy en día: Antes de que Dios nos llame a la actividad, o a los grandes proyectos y sueños, Dios nos llama a amarlo de todo nuestro corazón, de toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas.
Es triste ver cuántos cristianos están apasionados por la obra del Señor y olvidan su comunión con el Señor de la obra. Es muy fácil que nos enganchemos en planes, en proyectos, en actividades, y descuidemos lo más importante: nuestra relación con Él.
De nuestra relación con Él es de donde surgen nuestras fuerzas:
Juan 15:4-5 “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”
Una de las palabras clave de la vida cristiana victoriosa es: PERMANENCIA
Muchos cristianos creen que la vida cristiana se vive de momentos: campamentos, congresos, un fin de semana, ¡el domingo!, etc. Creen que con un banquete durante la semana es suficiente para llevar una vida cristiana victoriosa.
Un ingrediente básico de la vida cristiana victoriosa es la PERMANENCIA. Nuestra comunión íntima y personal con Dios todos los días. Nuestra lectura bíblica todas las mañanas. Nuestra oración todos los días por las noches. Sólo así podemos estar preparados para comenzar la batalla.
Pasión por la Conquista
Josué 1:9
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”
Una vez persuadido el pueblo con respecto a su relación con Dios, es hora de la conquista. Es hora de pelar. El pueblo de Dios es un pueblo que lucha. No es un pueblo inmóvil, estático o quieto. Cuando Dios ordena ir a conquistar, el pueblo de Dios lo hace.
En lo personal, admiro 3 cualidades que todo buen ejército tiene. Estas 3 cualidades son: La Unidad, La Obediencia y La Lealtad.
La Unidad
Es definida por la Real Academia Española como la “Propiedad de todo ser, en virtud de la cual no puede dividirse sin que su esencia se destruya o altere”.
Un buen ejército no puede ni debe dividirse. No es susceptible a la división. Y tomando prestada una frase popular: “cuando existe más de una visión hay división”.
Todos, como pueblo de Dios, marchamos con una misma visión.
Ahora, eso no significa que todo mundo haga lo mismo.
Eso es “uniformidad”. La Unidad no es uniformidad. Cada uno de nosotros es equipado por el Espíritu Santo para realizar una tarea única y especial en el Cuerpo de Cristo (1era. de Corintios 12).
Haga lo que Dios le ha llamado a hacer conforme a sus dones y talentos. Así que yo definiría la Unidad como la capacidad individual de hacer lo que tenemos que hacer, guiados todos por una misma visión y buscando el bienestar de todos.
Si revisamos nuevamente el pasaje de Josué 1, en los versículos del 12 al 18 notamos que las tribus de Rubén, Gad y media tribu de Manasés, aún cuando se iban a quedar en el lado este del río Jordán, van con sus hermanos a pelear.
¡Aún cuando ellos no iban a disfrutar de los frutos de la tierra del otro lado del Jordán, se unen a las otras tribus y pelean con ellos!
¿Qué nos enseña esto? Que muchas veces sólo queremos pelear cuando vamos a ser beneficiados directamente. Muchas veces escuchamos “ese no es mi ministerio” o “yo porque tengo que ayudarle a tal o cual ministerio en su actividad”.
La Unidad es indispensable para pelear las batallas que Dios tiene para su pueblo.
La Obediencia
La obediencia es una cualidad indispensable para el avance de la Iglesia de Cristo pero también es una de las cosas que más trabajo nos cuesta hacer. Nos cuesta mucho trabajo obedecer. Recordemos que somos un ejército. Es impensable el avance de un ejército que no obedece.
Obedezcamos. Aprendamos a obedecer. Dios honra y actúa cuando Su Pueblo Obedece.
Obedezcamos aún cuando las órdenes parezcan inverosímiles.
Muchas veces me he preguntado: “¿Yo hubiera obedecido a Josué si me hubiera dicho que diera vueltas a una ciudad amurallada y que al séptimo día sólo gritara y que así ganaría? (Josué 6) ¿Hubiera yo obedecido a Gedeón si me hubiera reclutado junto con otros 299 y me hubiera dicho que mis armas serían cántaros vacíos, antorchas y trompetas, y que así derrotaríamos a miles de madianitas? (Jueces 7)” Sinceramente, a mi me hubiera costado trabajo obedecer. Pero necesitamos aprender a obedecer y dejar que Dios haga la obra. Dios bendice nuestra obediencia.
La Lealtad
Proverbios 20:6 (NVI) Son muchos los que proclaman su lealtad, ¿pero quién puede hallar a alguien digno de confianza?
¿Somos gente digna de confianza? ¿Somos gente a quien se le puede encomendar una tarea? ¿Somos personas que guardamos discreción cuando nos piden un consejo o nos cuentan una falla? ¿Somos personas que no hablamos mal de otros a sus espaldas?
Una de las cosas que “dieron al traste” a la generación de Moisés fue la murmuración en contra de sus líderes ¿lo recuerda? ¡El pueblo se la pasaba murmurando! Eso no es lealtad.
Aprendamos también a ser leales con la gente que nos dirige. Aprendamos a ser leales unos con otros. Aprendamos a ser hombres y mujeres dignos de confianza.
Ser Agradecidos y tener Memoria
Josué 22:10 “Y llegando a los límites del Jordán que está en la tierra de Canaán, los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de Manasés edificaron allí un altar junto al Jordán, un altar de grande apariencia”
Hay una gran cantidad de monumentos en todo el mundo. Por ejemplo, tan sólo aquí en la ciudad de México hay decenas de monumentos: el monumento a Cuauhtémoc (en Paseo de la Reforma), el Hemiciclo a Juárez (en la Alameda Central), el Monumento a la Independencia (mejor conocido como “El Ángel”), el Monumento a la Revolución, el Monumento a la Madre, el Monumento a La Raza, etc.
Cuando levantamos un monumento estamos reconociendo algo que es importante para nosotros. Los monumentos sirven de recordatorio de algo importante, digno de ser recordado a través de un monumento.
Una buena cantidad de Iglesias Bautistas tiene una hermosa tradición: al finalizar alguna obra o edificio, colocan una placa con un versículo del 1er. Libro de Samuel, capítulo 7, versículo 12:
“Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová.”
El colocar estas placas son un recordatorio de la continua ayuda de Dios. El pasaje nos recuerda eso. Nos recuerda ser agradecidos y exclamar como Samuel: “Hasta aquí nos ayudó Jehová”
Ser Bendición y de Testimonio
Josué 24:14
“Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová”
El propósito de la Iglesia no es tener edificios bonitos. El propósito de la Iglesia no es tener a los miembros más guapos o con mejores carros. El propósito de la Iglesia no es ver quien tiene mayor cantidad de miembros.
El propósito de la Iglesia es ir y hacer discípulos (Mateo 28:19). El propósito de la Iglesia es que las personas que no conocen a Dios, lo conozcan; y aquellas personas que ya lo conocen, lo conozcan mejor. Dios desea que su Iglesia sea el medio para que la salvación y la vida eterna lleguen al mundo.
La Iglesia debe ser un lugar donde las personas encuentren la bendición de Dios y el testimonio de Dios. Nosotros, como Iglesia, necesitamos ser de bendición y de testimonio en cualquier lugar en donde estemos.
El testimonio que la Iglesia predica, es el testimonio que Dios ha dado a los hombres:
1a. Juan 5:11-12
“Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”
Que Dios nos ayude a cumplir con ese propósito
“Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”
Gálatas 5 : 14
Conclusión
Como Dios habla de aquellos que le creen
Números 32:11-12
“No verán los varones que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra que prometí con juramento a Abraham, Isaac y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí; excepto Caleb hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun, que fueron perfectos en pos de Jehová.”
Números 14:24
“Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión.”
Números 27:18
“Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él;”
Deuteronomio 3:28
“Y manda a Josué, y anímalo, y fortalécelo; porque él ha de pasar delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que verás.”
Deuteronomio 31:7
“Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar.”
San Mateo 25:23
“Su señor le dijo: Bien hecho, siervo bueno y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu señor.”
Oremos...
¡Dios los Bendice!
Ps. Jorge Macías Benítez