domingo, 14 de marzo de 2021

#A276 Escuchar y Obedecer

Serie: Tras las Pisadas de Jesús

#A276 Escuchar y Obedecer



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Introducción


Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!


Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!!!


Este domIngo 14 de Marzo del año 2021, habiendo vivido una semana de festejos en esta casa – iglesia pastoral, festejando los onomásticos de mis amadas esposita e hija menor, fue también una semana de Gozo y también de Señales de Dios por medio del testimonio en esta casa iglesia y de otros amados hermanos en Cristo, uno de los cuales partió con el Señor.

 

Doy gracias y Gloria a Dios por la vida César Castaños y el asombroso renuevo que por segunda vez en 2 años el Señor ha hecho en él; también celebro la vida de Abdiel Sosa, quien ahora está en su morada eterna, en los brazos del Eterno.

NUESTRO FUNDAMENTO PARA ESTE MENSAJE:

“15Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán. 16Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo. 17Maldita tu canasta, y tu artesa de amasar. 18Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas. 19Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir.”

Deuteronomio 28: 15-19

En nuestro pasaje, fundamento de este mensaje y Su Ministración, no es precisamente el mas querido y popular entre los creyentes. 

Mucha gente al leerlo, se pregunta por qué Dios comunica con tanta dureza; por qué Dios "ofrece" tanto mal.

Amados, Necesitamos entender que todo en esta vida tiene una consecuencia; este pasaje es mas una advertencia de alguien que (siendo Dios) se adelantó en el tiempo y observó las consecuencias que acarrean caminar lejos de los preceptos de Dios.

Hagamos un ejercicio.

Contrastemos el pasaje, con la historia de Jeremías 44, en la que el pueblo le pide al profeta una Palabra de Dios y se comprometen a obedecerla. 

Ni bien Jeremías les da el mensaje ellos responden con la testarudez a la que Deuteronomio 28 hace referencia. 

No sólo se niegan a obedecer lo que Dios les dijo, sino que deliberadamente eligen desafiarlo con sus acciones.

Amados en Cristo, queridos amigos, el título del mensaje hoy es :

Escuchar y Obedecer


Oremos

Amados, retomando la ministración del Señor, Su Pueblo al negarse a Obedecer a Dios es muy parecido a lo que sucede en el mundo hoy; no solamente se ha sacado a Dios del entorno y de ser parte Activa de nuestras vidas - en general -, sino que se le enfrenta desafiándolo o se le culpa de los desastres que vivimos. 

¡Nada más alejado del corazón de Dios!

El hombre de hoy no lo Conoce y parece no solamente no querer conocerlo, sino hacer lo posible por ir en su contra.

El destino de ese camino de desobediencia, es destrucción almática, de carácter, de Identidad y Posición, además de muerte espiritual.

Con ello, la consecuencia está declarada.

¿Qué sucesos del mundo de hoy te recuerdan a la decisión deliberada de Israel de desobedecer y enfrentar a Dios, como lo describe Jeremías 44?

¿Por qué crees que la humanidad escoge el camino de la desobediencia?


Reverencia y Obediencia a Dios


Amados en Cristo, queridos amigos, al continuar escudriñando, profundizando y en concreto, clamando en Su Espíritu por Discernimiento, Dios aumenta y profundiza en las consecuencias de la desobediencia en Deuteronomio 28: 20-57.


Cualquiera que escuche esto podría pensar - en lenguaje de chavos y jóvenes - ¿qué onda con Dios?


Nos es necesario recordar que el Temor a Dios que dice Su Palabra no es tenerle miedo; en realidad de lo que nos habla es de tenerle Respeto y Reverencia. 


Disfruta el amor de Dios que es abundante para tu vida.


De hecho la Palabra de Dios nos exhorta reiteradamente que debemos temer a Dios, que tengamos temor de Él y así vivir en un temor santo. 


Ahora: 


¿por qué deberíamos tener temor de Dios? 

¿No es Dios amor? 


Escucha lo que nos dice en 1a. Juan 4:18 está escrito claramente que: 


"En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.”


Quizá ahora estás pensando:


¿Cómo podemos creer que Dios nos ama, y que al mismo tiempo debemos temerle?


El temor de Dios no es lo mismo que el miedo a un tirano o un dictador. 


No debemos temerle a su ira, a menos que temamos a el castigo debido a una mala conciencia y un corazón duro a causa del pecado. (Romanos 2: 5-9)


Tener temor de Dios es una absoluta reverencia y admiración por un Dios Todopoderoso, el creador de todas las cosas. 


A través de la Biblia recibimos algunas visiones del cielo, y vemos que las criaturas celestiales lo adoran alrededor de Su trono continuamente, gritando "¡Santo, santo, santo!" cubriendo sus rostros. 


Amados, este Dios Todopoderoso me ha llamado por mi nombre para servirlo, y Él está obrando en mí para que pueda ser salvo y pueda estar con Él por la eternidad. 


¡Esto debiera ser suficiente para causar en mí que el amor, gratitud y una reverencia inexpresable crezcan y aumenten en mi corazón!


Esto nos hace tener “temor” de pecar contra Él, porque no queremos nada más en este mundo que agradarle y Honrar Su Nombre. 


Ahora es que, tememos causarle tristeza o dolor, porque sabemos cuán increíblemente miserable es el pecado, cuanto lo odia Dios, y cuánto le duele cuando pecamos.


Escudriñemos estas porciones de Su Palabra:


"Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?" 

Deuteronomio 10: 12-13.


“El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco.” 

Proverbios 8:13.


Temor de Dios

Amados en Cristo, queridos amigos, el tener la debida reverencia y respeto por Él, es el hacer todo lo que se requiere de parte nuestra para servirlo; así lo podemos reflexionar en Salmos 89: 7 y Hebreos 12: 28-29.

Ahora:


Estar frente a Su rostro en todo lo que hacemos para ser agradables a Él, sin dejarnos influenciar por querer recibir una buena opinión de las personas. (1 Pedro 1: 24-25)

Saber que no debemos cuentas a nadie más que a Dios por nuestras acciones.

Temer actuar en contra de Su voluntad.

Temer deshonrarlo con nuestras acciones. Esto asegurará que actuemos con rectitud, amor y bondad hacia nuestro prójimo.

Temer tergiversarlo a Él o a Su Palabra en el mundo.

Temer tomar a la ligera el peso y la importancia de a lo que Dios nos ha llamado, y del ministerio que nos ha dado.

Odio por el pecado y una seriedad acerca de cuán pecaminoso es. (Romanos 7:13)

Amarlo con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas, y guardar Sus mandamientos. (Deuteronomio 6: 4-5; Deuteronomio 10: 12-13; Mateo 22: 36-38)


Amados, si no tenemos temor de Dios, no tomaremos lo suficientemente serio el pecado. 


Escucha y no dudes:


¡Las consecuencias del pecado son enormes! 


Cuando hemos sido perdonados por nuestros pecados según la justicia de Dios todavía tenemos que cosechar los resultados de haber cometido pecado.


La Palabra de Dios, nos dice en la carta de Pablo a los Gálatas 6: 7-8


“7No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.”


Amados en Cristo, queridos amigos, con absoluta Certeza Dios está inconmensurablemente lleno de Gracia y Misericordia para nosotros, y que Jesús murió por nuestra salvación, para que nuestros pecados sean perdonados cuando nos arrepintamos de ellos. 


Ahora, ciertamente necesitamos esto, ya que la santificación y la libertad del pecado son un proceso en el que estaremos hasta llegar ante Su Presencia. 


No obstante, el utilizar eso como una excusa para el pecado mostraría una falta de temor absoluta; una falta de amor por Dios  y de hecho, esta es la razón por la cual tememos y amamos a Dios:


"JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? Pero en ti hay perdón, Para que seas reverenciado." 

Salmos 130: 3-4.


Amados, cuando ponemos nuestras palabras y Fe en Acción en la balanza del temor divino, obtenemos sabiduría, Visión, revelación, Discernimiento, y entonces aprendemos a hacer la voluntad de Dios. 


La falta de temor nos lleva a hacer nuestra propia voluntad. 


Esta indiferencia hacia Dios nos vuelve “tontos”, ciegos y sordos espirituales lo cual no conduce a ningún tipo de crecimiento espiritual.


Si realmente tenemos temor de Dios, esto nos llevará a una profunda relación personal de amor con Dios. 


Por ello es que está escrito: 


“Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.” 

Lucas 4:8


Esta relación que tenemos con Él la llevaremos hasta la eternidad.


“Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia.”

Hebreos 12:28


“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.”

Eclesiastés 12:13


Fruto de la Obediencia


Según el nuevo testamento Obedecer, significa poner seria atención a la palabra de Dios, someterse a Su Autoridad y practicar sus instrucciones. 


Amados, la Obediencia, en este sentido es casi una letra muerta en el cristianismo moderno.


Se puede enseñar de vez en cuando de una manera lánguida, pero no se destaca suficientemente como para darle Poder a la vida de los cristianos y discípulos.


Nos dice el Señor en Su Palabra:


“Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y los cumplas” 

Deuteronomio 28:13


Para que una doctrina sea efectiva, además de ser recibida y sostenida por la iglesia; tiene que estar respaldada por tal fuerza de convicción moral que el hincapié caiga como un golpe fulminante, para que haga estallar la energía que esta latente dentro de ella. 


Amados en Cristo, queridos amigos, la iglesia de nuestro tiempo ha suavizado la doctrina de la Obediencia, bien descuidándola por completo o mencionándola solo en forma apologética, como si fuera de paso. 


Al descartar la falsa doctrina de la salvación por medio de las obras, hemos caído en el error opuesto de la salvación sin obediencia. 


Pablo dio testimonio que él fue enviado a predicar “la obediencia a la fe en todas las naciones”.


Él les recordó a los cristianos de Roma que habían sido libertados del pecado por la siguiente razón: 


“…habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados”.


En el nuevo testamento no hay contradicción entre la Fe y la Obediencia, pero sí entre la fe y las obras de la ley, así como también entre la Ley y la Gracia. 


La Biblia no reconoce ninguna fe que no conduzca a la obediencia, ni ninguna obediencia que no brote de la fe.


Las dos son los lados opuestos de la misma moneda.


Amados, la Fe y la Obediencia están unidas para siempre y ambas pierden su valor cuando se separan; lo mismo sucede con él Escuchar la voz e instrucción de Dios y Obedecer lo que de Él escuchamos.


El problema que muchos tenemos hoy consiste en que estamos tratando de creer, sin intentar obedecer.


El Mensaje de la Cruz


El mensaje de la cruz contiene dos elementos: 


  • Promesas y declaraciones que deben creerse
  • Mandamientos que deben obedecerse


Obviamente, la fe es necesaria para las primeras y la obediencia, para lo segundo. 


De hecho lo único que podemos hacer con una promesa o una declaración es creerla; físicamente es imposible obedecerla, porque no se refiere a nuestra voluntad, sino a nuestro entendimiento. Igualmente es imposible creer en un mandamiento, porque no esta dirigido esencialmente a nuestro entendimiento, sino a nuestra voluntad. 


Ciertamente, podemos tener fe en su justicia; confiar en que es un mandamiento bueno y correcto; pero eso no es suficiente. 


Mientras rehusemos obedecer, no hemos hecho nada con respecto al mandamiento.


Esforzarnos para creer aquello que se dirige a nuestra obediencia es enmarañarnos desesperadamente en un laberinto de imposibilidades.


Amados, la debilidad del mensaje que predicamos hoy está en hacer más hincapié en la fe que en la obediencia. 


Se ha producido una multitud - millones - de “cristianos” mentales cuyos caracteres están mal formados y sus vidas se encuentran fuera de proporción. 


La desobediencia los ha paralizado y no ponen su Fe en Acción. 


Incluso pueden estar en verdad creyendo con fuego en su corazón y NO estar en Obediencia. 


Además, piensan o hasta les han hecho creer que son los únicos que han usado bien la palabra de verdad. 


Desafortunadamente esta forma de vivir y “creer”, ha capturado a los seminarios e institutos bíblicos; ha venido determinando el contenido de la predicación evangélica y hasta ha llegado a decidir que clase de cristianos debemos ser; todo esto pudiéramos pasarlo por alto y tomarlo como solo una cosa mas.

Amados, tengo la convicción que el falso concepto moderno de la función de la fe y el hecho que quienes así enseñan y/ó predican y que no insisten en la obediencia, han debilitado a la iglesia y retardado lamentablemente el avivamiento, la última Reforma en este ultimo siglo y en concreto en México. 


Esto a traído Pobreza al Evangelio.


La única cura consiste en eliminar la causa. 


Para esto se necesita valor. 


Siempre estamos en peligro de ser víctimas de las palabras. 


Una frase toma a menudo el lugar de la realidad espiritual; por ejemplo “seguir al señor” o “seguir al cordero” (Apocalipsis 14:4). 


No podemos, cómo los primeros discípulos seguir al maestro en determinada área geográfica.


Tenemos la tendencia de pensar en esto con sentido literal, pero al mismo tiempo sabemos que es imposible y esto ha llegado a significar poco más que un acuerdo manifestado con movimientos afirmativos de la cabeza a las verdades del cristianismo. 


Amados, esto pudiera sorprendernos por el hecho de saber que el verbo “seguir” es una palabra en el nuevo testamento que se usa para referirse al hábito establecido de obedecer los mandamientos de Cristo.


Conclusión


Un tremendo siervo de Dios de nombre A.W. Tozer Reflexionaba al respecto de que Dios nos enviara las lluvias de bendición tan pronto como comencemos a obedecer sus claras instrucciones.

Tozer, escribía que no necesitamos una nueva doctrina, ni un nuevo movimiento, ni una “clave”, ni siquiera un evangelista importado o un “curso” costoso para que nos muestren el camino. 


Esta claro delante de nosotros como una autopista moderna, con señalización e iluminación. 


A cualquiera que pregunte, le diría: 


“Sencillamente haga lo que usted sabe que debe hacer a continuación, para poner en practica la voluntad del Señor. Si hay pecado en su vida, abandónelo. 

Apártese de la mentira, murmuración, deshonestidad o de cualquier pecado. 

Abandone los placeres mundanales, la extravagancia en el gasto, la vanidad en el vestir, en su carro, en su hogar. Póngase en armonía con cualquier persona a la que haya hecho algún mal. 

Perdone a cualquiera que haya actuado mal con usted. Comience a usar su dinero para ayudar a los pobres y llevar adelante la causa de Cristo. 

Tome la cruz y viva con sacrificio. Ore, de, asista al servicio del Señor. 

Testifique de Cristo, no solo cuando sea conveniente, sino también cuando comprenda que debe hacerlo. 

No considere el costo, ni tema las consecuencias. 

Busque todos los días a Dios de todo corazón.

Clame por comunión, visión, revelación en la llenura del Espíritu Santo.

Escudriñe y profundice en Su Palabra para conocer la voluntad de Dios y luego hágala tal como la Discierne. Comience ahora, dando el paso siguiente y prosiga”


Oremos


¡Dios los Bendice! 


Ps. Jorge Macías Benítez.