domingo, 22 de agosto de 2021

#A299 Viento de Libertad

Reino de Dios Ministerios

Ps. Jorge Macías benitez



Ministración semanal

Introducción 

Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!

Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!

Amadas y amados en la Fe, amigas y amigos en Cristo, a todos los buscadores de Gozo, Amor, Esperanza, Verdad, hoy el Señor nos tiene un Regalo más que particular y Pleno de Su Bendición, en este Tiempo de tanto Anhelo y espera.

Vamos al Fundamento que el Señor nos entrega hoy:

“6Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. 7Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. 8Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo. 9Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos. 10Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región. 11Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo. 12Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. 13Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron.

14Y los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron a ver qué era aquello que había sucedido. 15Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo. 16Y les contaron los que lo habían visto, cómo le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos. 17Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos.”

Marcos 5: 6-17


Cuando Jesús echó a los demonios, Él permitió que entraran en los cerdos, los cuales reaccionaron violentamente. 

Una vez más vemos la clase de influencia que Satanás ejerce sobre cualquier cosa que controla. 

En ese caso los demonios fueron responsables de la destrucción de los cerdos tal como hacen muchas veces con los seres humanos.

En estos días observamos cosas a nuestro alrededor que son difíciles de explicar. 

¿Por qué los crímenes brutales, la inmoralidad, la adicción a las drogas, el increíble aumento de suicidios? 

Mucho de lo que ocurre hoy sólo tiene una explicación espiritual.

El título del Mensaje y Su Ministración este mediodía del 15 De Agosto del año 2021, es:

#A299 Viento de Libertad

Oremos

Enfrentamiento

Lo que parece ser un enfrentamiento entre Jesús y el hombre en realidad fue entre Jesús y los demonios que poseían al hombre. La voz que le habló a Jesús vino de los labios del hombre, pero pronto reconocemos que se originó en los demonios. 

Los cerdos en que se introdujeron los demonios, no estaban seguramente contentos, ¡aunque fueran cerdos!

Todo por que aquellos demonios, tenían terror de Jesucristo, porque estaban conscientes de la completa autoridad y control que Él posee sobre el reino satánico que ellos representaban.

Cuando las personas permiten que Satanás las controle, a veces pierden por completo el sentido de razonar. 

La gente no tiene que estar endemoniada para estar bajo la influencia de Satanás, pero este pasaje nos deja ver esa influencia por un instante. 

Ahora, no importa cuales métodos satanás emplee; el propósito definitivo de este es destruir al hombre y alejarlo de Dios.

Dice la Palabra de Dios:

“7Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. 8Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. 9Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. 10El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”

Juan 10: 7-10


Regresando a nuestro fundamento en Marcos 5: 6-17, los habitantes de Gadara nunca habían visto algo así. 

Cuando se enteraron de ello, se asustaron. 

Parece que todo el pueblo corrió hacia el lugar en que Jesús estaba, y lo que vieron aparentemente los dejó pasmados. 

Allí estaba sentado, vestido y en sus cabales, el que había estado endemoniado. 

Sin embargo, la gente sólo podía pensar en que habían perdido los cerdos y querían que Jesús se fuera antes que ocurriera algo mas.

Surgen algunas preguntas:

¿Cómo sabían los demonios que Jesús es el Hijo de Dios?

¿Qué otras maneras tiene Jesucristo para dar liberación a los que están bajo las garras del pecado?

Leyendo Juan 10: 10 ¿qué podemos concluir de las obras del diablo?


Un efecto Perissos

Amadas y amados en Cristo, amigos y amigas e La Fe, resulta al menos extraordinario el impacto que tiene la Presencia de Cristo en la vida de quien en Verdad se deja Guiar por el Espíritu de Dios.


Ahora, la palabra “transformación” en griego es "metamorphos", que es de donde obtenemos la palabra metamorfósis.


La palabra metamorfósis significa: Transformación que experimentan determinados animales en su desarrollo biológico y que afecta no sólo a su forma sino también a sus funciones y su modo de vida.


Según en lo natural, transformación significa un cambio de una cosa a otra; por ejemplo, esto significa que un árbol de mango se transformó en un árbol de aguacates. 

Sin embargo, la metamorfósis no cambia el diseño original de las cosas, sino que más bien sus procesos de transformación, son para llevarlo del estado presente al resultado final para el que fue diseñado.

Por ejemplo, cuando Dios creó la larva, no era con el fin de que fuera larva toda su vida, sino que la creó como larva con el fin de que llegara a ser una mariposa, por eso, es que ella pasa por varios procesos de transformación hasta convertirse en aquello para lo que fue creado.

Lo que significa que según la traducción bíblica de transformación es: un cambio progresivo que atravesamos para llegar a ser aquello que Dios determinó desde el principio que fuéramos.

En otras palabras: Transformación se puede definir en: los procesos que atravesamos en nuestra vida por medio de una relación personal e íntima con Cristo que tiene como fin el convertirnos en aquello que Dios ha determinado que lleguemos a ser.


Esto se produce por medio de la intimidad con Cristo, pero también puede producirse por medio de pruebas que atravesamos en el proceso que producen la madurez necesaria en nuestras vidas para llegar a ser lo que Dios ha determinado y cumplir con la función y el propósito para lo que fuimos creados.

Por eso vemos que el Apóstol Pablo le dice a los Gálatas en Gálatas 4: 19

”¡Oh mis hijos queridos! Siento como si volviera a sufrir dolores de parto por ustedes, y seguirán hasta que Cristo se forme por completo en sus vidas."

Saulo de Tarso, está expresándoles que la salvación no es el resultado final, sino sólo el comienzo; el resultado final es que Cristo sea formado por completo en sus vidas. 

Así mismo, muchas personas cuando se convierten y comienzan a venir a la Iglesia y dejan ciertas costumbres, cambian ciertas conductas, etc.; se quedan en ese estado inicial de transformación; pero ese no es el resultado final, sino el reconocer que somos pecadores y que Cristo es nuestro Señor, es lo que le da comienzo a varios procesos de transformación en nuestras vidas, porque el resultado final es el que Cristo sea formado en nuestras vidas.

Cuando somos conquistados por el amor de Dios, eso da lugar al comienzo de un proceso de transformación en nuestras vidas, el cual nos lleva de nuestro estado presente a cada vez ir avanzando en el proceso de ser más como Cristo. 

Transformación no tiene que ver con los cambios externos y superficiales, transformación tiene todo que ver con un proceso interno que realiza el Espíritu Santo en nuestras vidas.

Vidas Transformadas por el Viento

Escuchen Amadas y amados hermanos y hermanas en La fe, amadas y amados en Cristo, lo que el Señor nos habla


“Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús” 

Hechos 4:13


La iglesia del Nuevo Testamento explotó en crecimiento. Hubo tres mil bautizados en el día de Pentecostés (Hech. 2:41); miles más fueron añadidos a la iglesia unas semanas después (4:4). Pronto las autoridades reconocieron lo que estaba sucediendo. Estos creyentes del Nuevo Testamento habían estado con Cristo. Su vida había cambiado. 

Habían sido transformados por Su Gracia, y no podían guardar silencio.

Vamos a  Hechos 4:1 al 20. 


¿Qué sucedió aquí? 

¿Qué sucedió cuando las autoridades intentaron silenciar a Pedro y a Juan? 

¿Cuál fue su respuesta?


Estos creyentes eran nuevos en Cristo y tenían que contar su historia. 

Pedro, un pescador de carácter fuerte, fue transformado por la gracia de Dios. 

Santiago y Juan, los hijos del trueno que tenían dificultades para controlar su temperamento, fueron transformados por la Gracia de Dios. 

Tomás, el escéptico, fue transformado por la gracia de Dios. 

Los discípulos y los miembros de la iglesia primitiva tenían sus propias historias que contar, y no podían guardar silencio. 

Observa esta poderosa declaración de Elena de White en el libro El camino a Cristo: 

“Tan pronto como uno va a Cristo, nace en el corazón un vivo deseo de hacer conocer a otros cuán precioso amigo ha encontrado en Jesús; la verdad salvadora y santificadora no puede permanecer encerrada en el corazón” (CC 66).

Observa también lo que dijeron los líderes religiosos en el versículo 16. 

Ellos reconocieron abiertamente la realidad del milagro que se había realizado: el hombre sanado estaba de pie justo allí, delante de ellos. Incluso con todo esto, se negaron a cambiar su actitud. Y, sin embargo, a pesar de este desafío abierto, Pedro y Juan no retrocedieron en su testificación.

¿Qué relación hay entre conocer a Cristo y compartirlo? 

¿Por qué conocer a Cristo personalmente es tan esencial para que podamos ser testigos de él?


Podemos Reflexionar, y de la hermana White, tomamos algunos comentarios:

En la vida del discípulo Juan se ejemplifica la verdadera santificación. Durante los años de su íntima asociación con Cristo, a menudo fue amonestado y prevenido por el Salvador, y aceptó sus reprensiones. 

A medida que el carácter del divino Maestro se le manifestaba, Juan vio sus propias deficiencias, y esta revelación le humilló. 

Día tras día, en contraste con su propio espíritu violento, contemplaba la ternura y la tolerancia de Jesús y oía sus lecciones de humildad y paciencia. 

Día tras día su corazón fue atraído a Cristo hasta que se perdió de vista a sí mismo por amor a su Maestro. 

El poder y la ternura, la majestad y la mansedumbre, la fuerza y la paciencia, que vio en la vida diaria del Hijo de Dios llenaron su alma de admiración. 

Sometió su temperamento resentido y ambicioso al poder modelador de Cristo, y el amor divino realizó en él una transformación de carácter (Los hechos de los apóstoles, p. 445).

Amadas y amados en Cristo, cuando Jesús mismo por medio del Espíritu Santo, mora en el corazón, el alma rebosa de tal manera de su amor y del gozo de su comunión, que se aferra a El; y contemplándole se olvida de sí misma. 

El amor a Cristo es el móvil de sus acciones.

Los que sienten el amor ardiente de Dios, no preguntan cuánto es lo menos que pueden darle para satisfacer lo que él requiere; no preguntan cuál es la norma más baja que acepta, sino que aspiran a una vida de completa conformidad con la voluntad de su Redentor. 

Con ardiente deseo lo entregan todo y manifiestan un interés proporcional al valor del objeto que procuran. 

El decir que se pertenece a Cristo sin sentir ese amor profundo, es mera plática, árido formalismo, gravosa y vil acción o trabajo mundano y común.

Amadas y amados, Dios nos ha dado el don del habla para que podamos relatar a otros cómo él nos trata, para que su amor y compasión pueda conmover a otros corazones, y que de otras almas puedan elevarse también alabanzas a Aquel que nos ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. 

El Señor ha dicho: “Vosotros sois mis testigos”. Isaías 43:10. 

Ahora, todos los que son llamados a testificar por Cristo, deben aprender de él a fin de ser testigos eficientes. 

Como hijos del Rey celestial, deben educarse para dar testimonio en voz clara y distinta, y de tal manera que nadie pueda recibir la impresión de que les cuesta hablar de la misericordia del Señor

Conclusión

El Poder de una Vida Transformada

Nos dice la Palabra de Dios:

“Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba?.”

 Juan 9:8

No existe mayor argumento en favor del Evangelio que una vida transformada por Jesús. 

El hombre de nuestros días está cansado de oír teorías y filo­sofías huecas. 

Todo el mundo habla, todo el mundo pro­mete, pero el Evangelio va más allá de la simple teoría. 

El Evangelio se hace vida, carne, experiencia, sale del roman­ticismo de la filosofía barata y entra en la vida práctica.

La vida transformada del ciego perturbó a la sociedad de sus días. Había en él algo diferente. 

Todos lo podían ver.

 No era tanto lo que él decía, era el hecho incontesta­ble de haber recuperado la visión. 

Cualquiera puede con­tradecir tus palabras, pero nadie puede refutar tu vida. Contra los hechos no hay argumentos.

Los vecinos que otrora lo habían visto cuando era men­digo, ahora se preguntaban unos a otros:

“¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? Unos decían: El es; y otros: A él se parece. El decía: Yo soy” 

Juan 9: 8-9


No existe mayor argumento en favor del Evangelio que una vida transformada por Jesús. 

El hombre de nuestros días está cansado de oír teorías y filosofías huecas. 

Todo el mundo habla, todo el mundo pro­mete, pero el Evangelio va más allá de la simple teoría. 

El Evangelio se hace vida, carne, experiencia, sale del romanticismo de la filosofía barata y entra en la vida práctica.

¡Ameeennnn….!

Oremos

Dios los bendice

Ps. Jorge Macías benitez