miércoles, 1 de noviembre de 2017

Serie : Nueva Ministración
#A112 Agotamiento Espiritual : La Batalla de este Siglo
#REINODEDIOS Ministerios


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Introducción

El teléfono suena y es un miembro de la iglesia. “Pastor, ¿nos podríamos reunir? Estoy pasando una situación difícil”. De inmediato siento el dolor de la persona con que estoy hablando, aun sin saber detalles.

Los pastores enfrentamos diversas situaciones con los miembros de nuestra iglesia.
Son los gajes del oficio :
“Lleven los unos las cargas de los otros, y cumplan así la ley de Cristo” (Gal. 6:2)
Amados, no hay semanas predecibles.
  • No sabemos las llamadas que vamos a recibir, de bendición o de adversidad.
  • No tenemos forma de conocer quién va a pasar por nuestra oficina.
  • Ni siquiera tenemos certeza de quienes llegarán cada domingo.
  • Vemos muchas situaciones de consejería que son sumamente pesadas.
  • Aunque planificamos nuestro horario para la semana, Dios nos trae situaciones que jamás hubiéramos planeado.

Regularmente no tenemos el gozo de pasar tiempo con las ovejas saludables.
La mayoría de nuestro tiempo es con ovejas heridas, débiles, dolidas, o enfermas.
Por supuesto, aunque no siempre sea evidente, esto tiene un gran impacto sobre el estado emocional del pastor.
Amados, para estas cosas, ¿quién es suficiente? (2a. Cor. 2:16).
Debido a estas y tantas otras cosas, muchos pastores viven en agotamiento emocional y espiritual.

Amados y también a los pastores que lean o escuchen esto, quiero que sepan algo :

“Tú no fuiste diseñado para llevar las cargas de tu congregación”

Los pastores del redil de Cristo sienten un gran amor por cada congregación. Oramos por ellos. Pensamos en ellos.
Mientras preparamos los sermones, pensamos en personas que necesitan las palabras de Dios que vienen ese domingo. Cuando predicamos, nuestros ojos recorren el salón, viendo caras específicas y conociendo los sufrimientos y los dolores que están por debajo de la sonrisa. Al acostarnos, oramos por las situaciones difíciles que la gente está viviendo.
Muchos pastores llevamos con nosotros el dolor y el pecado de las ovejas (2a. Co. 11:28-30).

Sin embargo, todo ese amor tan bueno y sincero fácilmente se transforma en algo complejo, y queremos ser como Cristo; no en el sentido de querer salvarlos necesariamente, pero sí en el sentido de sentirnos necesarios para ellos.
Podemos llegar a sentirnos imprescindibles para su crecimiento espiritual, indispensables para consolar sus sufrimientos, irremplazables para su aprendizaje de la Palabra. Y ya que no podemos con tal carga, terminamos agotados.

El apóstol Pablo nos muestra algo diferente en 1a. Timoteo 2:5 :
“Porque hay un solo Dios, y también un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre”.
Las ovejas necesitan muchas otras cosas más que a su pastor.
Particularmente, necesitan el Espíritu Santo, el Evangelio del Reino y la Palabra de Dios.
El Evangelio

No hay mayor esperanza para la humanidad que el saber que el Dios que antes estaba airado justamente con nosotros ahora nos ofrece una libre entrada a su Trono por medio del sacrificio de Su Hijo.
Estas son las mejores noticias de todos los tiempos. Y son las noticias que necesitan las ovejas.
Ellas necesitan la esperanza de un Salvador quien ha pagado por su pecado, no solo de un pastor quien les ayuda mortificar su pecado.
El poder del pecado no puede ser liberado por nuestras palabras, ni por nuestros consejos.
Sólo el evangelio entrega libertad del pecado.
Recuérdale a tu alma que, cuando aconsejamos y predicamos, nuestra esperanza no está en nuestra habilidad retórica, sino en el mensaje que compartimos.
De esta manera le estarás dando a tus ovejas lo que más necesitan, y podrás descansar en tu Salvador.

La Palabra

Pablo nos dice en 2a. Timoteo 3 que la Palabra de Dios es “útil”.
La Palabra es útil para enseñar, reprender, corregir, y muchas otras cosas.
Si lo que acostumbramos dar a las ovejas son nuestros consejos y no apuntarles directamente a la Palabra de Dios, entonces nos volveremos necesarios en sus mentes y terminaremos exhaustos.
Es por eso que nunca es pérdida de tiempo usar tiempo de “oficina” para estudiar la Palabra de Dios.
Al estudiar la Palabra tendremos el material verdaderamente útil.

Encontramos y otorgamos descanso estudiando, aconsejando y predicando la Palabra.
También podemos ayudar a nuestras ovejas a que ellas lean la Palabra de Dios, y a enseñarles cómo hacerlo.
Es posible que hayamos elevado la predicación dominical de la Palabra a un nivel más alto que la lectura diaria de la Palabra.
La Palabra es lo que importa; esa Palabra debe ser expuesta los domingos desde el púlpito, y de lunes a sábado en los hogares de nuestra ovejas.
Deberíamos tener mucho cuidado de no generar una dependencia del estudio del Pastor, lo que dejaría a nuestras ovejas hambrientas y a nuestras almas exhaustas.

El Espíritu

Veremos a los miembros de las iglesias pasar todo tipo de sufrimiento. También les veremos luchar con todo tipo de pecado.
A veces se enojan con nosotros, no les gustará nuestro consejo, y se alejaran.
En estos momentos nuestra esperanza y fe tiene que estar arraigada en lo que creemos del Espíritu. Él es el gran consolador y el gran confrontador. Cuando hay dolor, Él es mucho mejor para consolar que nosotros.
Cuando hay pecado, Él es mucho mejor para confrontar que nosotros.

Aquí yace la importancia de la vida de la oración.
Pastor, si solo estás hablando con las ovejas, sin hablar con Dios acerca de las ovejas, seguirás frustrado y cargado.
Dios sabe lo que ellos necesitan.
Pídele a Dios que, por medio de su Espíritu, Él haga la Obra :
  • Que Él les dé el consuelo que necesitan.
  • Que Él les confronte en su pecado.
  • Que Él haga el cambio profundo en sus corazones.
Amados, los pastores vamos a fallar.
Jamás podremos cumplir con la expectativa y exigencia de las ovejas. Tendremos días en que no podremos reunirnos, en que nos enojemos, en que nos falte compasión, en que les hablamos más fuerte de lo que deberíamos.
Poner su esperanza en nosotros es una batalla perdida.
Ellos no necesitan a un pastor imperfecto, ellos necesitan al único pastor perfecto, y es nuestra tarea apuntarlos hacia él, para su gloria y nuestro bien.

Pastor, descansa en que les has comunicado el evangelio, que les has enseñado la Palabra de Dios, y que el Espíritu habita en ellos. Eso es ser fiel al llamado que Dios ha puesto sobre tu vida.

7 señales de agotamiento espiritual


Continuamente me encuentro con líderes de jóvenes que quieren ideas para su ministerio pero más y más seguido también me encuentro con líderes que están muy cansados, nerviosos, frustrados y agotados.

Lo que estos líderes necesitan es una renovación. Un refresco y un regenesis. Pero muchas veces no se han dado cuenta que tienen este agotamiento, e incluso, muchas veces lo niegan.

Por esa razón, aquí les va una lista de 7 señales de que un o una líder necesita un reset, un re inicio espiritual.

  1. Lees la Biblia solo cuando estas en problemas o tienes compromiso

Hace un tiempo me di cuenta que solo la estaba leyendo para preparar mi próximo sermón y me sentí profundamente avergonzado. Leer la Biblia me renueva, me desafía, me saca filo y me corrige.

  1. Falta inversión en tu crecimiento

No estás haciendo nada para especializarte, aprender más, renovarte, conocer otros líderes, otros hermanos nuevos, distintos de otras congregaciones, además de desarrollar tus capacidades, tus dones y talentos.

  1. Solo haces Oración para pedir o quedar bien en público

Llevo años enseñando que la oración es un diálogo y no un monólogo y probablemente alguno me he escuchado bromear con las costumbres evangélicas y modismos a la hora de orar.

Amados, siempre que descuidemos la oración estaremos alejados de la fuente de agua viva.

  1. Perdiste tu sentido de asombro

Mantienes una actitud de que ya sabes todo, ya hiciste todo y ya nadie te sorprende.

  1. Es más importante lo que haces que a quién sirves

Amados, nunca olvidemos que las personas son más importantes que los programas y justamente un líder agotado espiritualmente, invierte el orden.

  1. Escuchas en tercera persona

Los líderes agotados espiritualmente escuchan con los oídos de otras personas pensando en lo que estos principios significan en la vida de otros pero no en la propia. En adición, algunos escuchan para compartir pero no para ingerir; es decir, escuchan sermones y conferencias no para crecer sino para brillar más cuando les toque hablar.

  1. Tienes reacciones desproporcionadas

Se cayó internet, te quedaste sin credito del celular o llegó tarde la pizza y es como que se murió tu mascota de toda la vida o que alguien le pegó a tu mamá. Esto es una clara indicación de cansancio.

Consejo

Creo que leer lo anterior e identificar tu propio cansancio ya es una gran ayuda y en cada una de esas verdaderas declaraciones, reside también la solución :

Comienza a hacer lo que NO estás haciendo y Deja de hacer lo que SI estás haciendo y no debieras.

Haz un ALTO y si puedes, ve a un evento con un espíritu de niño para encontrarte con otros líderes o hermanos que tienes al igual que tu y que yo, los mismos desafíos y pasan por los mismos ciclos ministeriales.

Amados, reflexionemos :

“Cuanto mayor es el agotamiento espiritual menor es la calidad del ministerio.”
Pastor Jorge Macías Benítez

Todas las actividades, si no son vividas con equilibrio y madurez, pueden causar serios riesgos a la salud. En el campo espiritual no es diferente.

Con el pasar del tiempo, el exceso de actividades en las comunidades cristiana o en otras áreas de evangelización pueden silenciosamente alcanzar a nuestra alma llevándonos a un agotamiento espiritual.
Muchos están agotados espiritualmente, pero no consiguen admitir una carga así sobre los hombros.

“Quien se ha agotado también agota a quien está a su lado.”

El agotamiento espiritual trae consigo algunas características negativas para una buena marcha del Ministerio.
Muchos comienzan a ejercer un ministerio de forma funcional; ejecutan tareas, pero el amor, que hace tiempo los ha motivaba en el ejercicio de misión, se convirtió en algo que pertenece al pasado.

Cuando eso sucede, nos convertimos en empleados de lo Sagrado y dejamos de ser discípulos.

La misión se vuelve algo funcional, laboral.

Si antes lo que alimentaba el alma era el ardor ministerial y evangelizador, ahora cumplimos obligaciones sin preocuparnos con la calidad de evangelización.

Cuanto mayor es el desánimo, menor es la calidad del ministerio.

Jesús no quiere funcionarios que ejecutan la misión en una empresa; Él quiere amigos, discípulos, apóstoles que se apasionan por la propuesta del Reino y son impulsados por el Espíritu Santo para llevar la Buena Nueva de Salvación a los rincones del mundo.
Un discípulo apasionado es aquel que, día a día, examina su conciencia y busca renovar su amor por el Señor cada mañana.
“Cuanto mayor es nuestra intimidad con Cristo mejor va a ser la calidad de nuestro ministerio.”
Pastor Jorge Macías Benítez

Muchos se enamoran por Jesucristo un día. Con el tiempo, ese amor se enfría porque dejaron de alimentar la relación.
La llama vive de la pasión, que en un principio era un fuego abrasador y con el tiempo se convirtió en brasas, se fue apagando poco a poco y hoy resta solo algunas cenizas de un amor que no fue cuidado.

¡Cuántos desviamos la mirada de Jesucristo, comenzamos a desear a otros dioses! ¡Cuántos fueron seducidos por el poder, por la fama y el egoísmo!
Desvían la mirada de lo esencial y alimentan su vida con cosas superficiales. Amores ilusorios se deshacen como el rocío al nacer el sol. Amores verdaderos desabrochan como flores en el jardín para alimentar la vida con la belleza, que es don divino.

Otros aún cuidan con tanto cuidado de las cosas de Dios que se olvidan del propio Dios. Cuando él deja de ser la fuente en la cual el alma sana la sed, se busca aguas en fuentes dudosas que perjudican la salud espiritual del alma.
Cuidar las cosas de Dios es importante,  sin embargo si Él mismo no es la primera fuente de la vida, seremos solo empleados y no Sus amigos.

El agotamiento espiritual trae serios riesgos para el alma de todo cristiano.
Quien quita la mirada de Jesús pierde el horizonte de su Propósito.
Nuestra alma se alimenta de aquello que le ofrecemos.
Solo al cultivar una intimidad profunda con el Señor regresaremos a los orígenes de nuestro primer amor.

FIN DE PRIMER MENSAJE

¿Su Orígen y Cómo Vencerlo?

Todo comienza cuando nos desviamos de la voluntad de Dios.
Amados, reflexionemos en que la actividad constante es muy apreciada en nuestra sociedad.
Las personas ambiciosas son admiradas y premiadas por su interés y dedicación a sus profesiones.
Las madres que hacen malabarismos con todas las actividades de sus niños, y que al mismo tiempo se ocupan del hogar y del trabajo son catalogadas como supermadres.
A los estudiantes sobrecargados que corren de la escuela al deporte, y luego a actividades de enriquecimiento personal se les promete un futuro brillante por sus esfuerzos.
Parecer ser que hemos aceptado el sistema de valores de este mundo, y nos hemos subido en el "carro del ajetreo" con la esperanza de encontrar una vida rica y significativa.  
¿Cuántos de nosotros nos vamos a la cama cada noche completamente agotados, para levantarnos el día siguiente y comenzar la carrera de nuevo?
¿Por qué estoy tan ocupado?
Tal vez es hora de hacer una pausa, tomar nuestra Biblia, y sentarnos con el Señor para hacernos un autoanálisis sincero.
Las personas recargamos nuestras agendas por muchas razones, pero quizás la principal es que vivimos en una cultura acelerada.
Simplemente, hay más cosas que hacer en el día, que tiempo para hacerlas. Muchos nos sentimos abrumados por nuestro agitado estilo de vida, pero no sabemos cómo desacelerar.
Sin embargo, algunas personas con una personalidad motivada, se sienten de las mil maravillas haciendo muchas cosas. Hallan gran satisfacción personal, y siempre están dispuestas a añadir más retos a su día. Cada logro les da una razón de ser y significado a sus vidas.
Luego están las que se mantienen ocupadas para evitar hacer frente a experiencias dolorosas o al pecado no confesado. Esperan silenciar el dolor y el vacío que hay en su interior manteniéndose activas.
¿Qué piensa Dios del ajetreo?
No importan las razones, tenemos que hacer una pausa y reflexionar en lo que piensa Dios de nuestra actividad incesante; al dar un paso atrás y ver nuestro estilo de vida desde la perspectiva de Él, podemos saber si estamos viviendo conforme a su voluntad, o si nos hemos salido del camino.
En primer lugar, estar ocupados no siempre es malo. Dios nos ha dado responsabilidades, tales como suplir para la familia, servir en la iglesia y en la comunidad. Aunque no debemos descuidar estos deberes, tampoco debemos dejar a un lado las cosas más importantes.
Para saber lo que Dios considera la máxima prioridad, examinemos sus propósitos para la humanidad.
Él nos creó para disfrutar de una relación personal con Él, conocerlo y amarlo en verdad. También dispuso tareas específicas para nosotros (Efesios 2.10).
Amados, el cristiano por lo general, se refiere a esta responsabilidad individual como "la voluntad de Dios para mi vida".
Sabiendo esto, tenemos que considerar si nuestra actividad constante es una ayuda o un estorbo para los planes del Señor.
¿Hay tiempo en su agenda para relacionarse con su Creador? ¿Incluye ésta las actividades que Dios pensó para ti? Si quieres tener una vida que el Señor pueda bendecir y recompensar, aparta tiempo para evaluar tus actividades.
¿Cuáles son las consecuencias del ajetreo?
Daña nuestra relación con el Señor.
¿Ha pensado alguna vez cómo haces sentir al Señor?
Él anhela tener relación estrecha con nosotros, pero cuando nuestras actividades lo excluyen, su corazón se aflige por nuestra falta de interés.
Aunque todo creyente puede relacionarse con Cristo, cada uno tiene la responsabilidad de hacerlo activamente.
Amados, para ayudarnos a entender lo que esto requiere, pensemos en qué se necesita para destruir una relación.
Es muy sencillo : no reunirse ni hablar con la otra persona.
Esto es lo que, desgraciadamente, muchos de nosotros hacemos cuando dejamos que las cosas de este mundo tengan prioridad sobre el tiempo con el Señor.
La única manera que tienen las personas ajetreadas de acrecentar su relación con Dios, es dándole lo que más valoran: tiempo a solas, sin interrupciones y sin prisa, en su presencia.
Amado, Escucha :
¡Incluso el servicio al Señor no es un sustituto de la comunicación con Él!
En Lucas 10.38–42 (NVI), leemos que cuando Jesús se detuvo a visitar a sus buenos amigos, "Marta se sentía abrumada, porque tenía mucho que hacer", pero María "sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía".
Aunque Marta hacía algo bueno al servir a Cristo, había perdido de vista la mejor parte : estar quieta y escuchar al Señor.
Como cristianos, es fácil estar tan ocupados haciendo la obra de Dios, que ya no tenemos tiempo para simplemente estar con Él.
El ajetreo también nos impide involucrarnos en la voluntad de Dios.
Recordemos que el Señor ha ideado tareas específicas para que las realicemos. Sin embargo, hay dos maneras en que podemos desaprovechar esto.
Primero, si estamos demasiado ocupados para apartar un tiempo de quietud y buscar la dirección del Señor, no tendremos idea de si estamos haciendo lo que Él quiere.
Segundo, si nuestro objetivo es solamente realizar nuestros planes, no tendremos tiempo para los suyos.
¿Quién está controlando tus actividades? ¿Has dejado que los valores de la sociedad o de la iglesia o de la denominación o del Pastor o del hombre, determinen tu agenda?
Los planes de Dios para ti nunca se alinearán con los planes del mundo, los cuales están bajo la dirección de Satanás (2a. Co 4.4) y manejados conforme a sus propósitos y valores.
La influencia de la sociedad es poderosa; estimula los deseos que tenemos, y promete placeres y recompensas que lucen irresistibles.
Ahora, si nos dejamos engañar por estas mentiras, el mundo dictará nuestras actividades y nos esclaviza a un ajetreo improductivo.
Por otro lado, hay quienes ceden el control de sus actividades a otras personas que tienen demasiada influencia sobre sus decisiones.
Puesto que todos estamos saturados de demandas de tiempo y energía, la capacidad de decir no tiene un valor incalculable.
No todas las oportunidades son la voluntad de Dios para nosotros.
Por eso es tan importante estar conectados a Él; así podremos discernir su voluntad agradable y perfecta. Pero, por más fuerte que sea las fuerza externa que nos lleva a un estilo de vida agitado, la mayor culpable puede ser nuestra desobediencia.
Todos deseamos, de alguna manera, ser nuestro propio jefe y determinar nuestra propia agenda, pero la única manera de vivir en la voluntad de Dios es entregrle a Él nuestros planes.
Solo ten presente que Sus Planes son siempre buenos y perfectos (Jeremías 29:11), que es mucho más de lo que puede decirse de los tuyos.
Aunque es posible que el plan del Señor no sea fácil, puedes saber con certeza que obedecerlo te producirá sensación de bienestar y fruto que permanece por toda la eternidad.
¿Cuál es el costo de mi ajetreado estilo de vida?
El mundo cree que las personas que están en actividad constante son productivas, pero esto no siempre es cierto.
Desde la perspectiva del Señor, más actividad no significa necesariamente más fruto.
A menos que nos ocupemos de las tareas que Él tiene para nosotros, nuestros esfuerzos no tendrán valor duradero. Después de trabajar duro y por mucho tiempo, podríamos llegar al cielo y descubrir que hemos perdido recompensas porque desperdiciamos nuestro tiempo y nuestras energías en actividades inútiles (1 Co 3.10-15).
El ajetreo es un ladrón que nos roba oportunidades preciosas para disfrutar del Señor y servirlo.
Sería trágico desobedecer al Señor, y preguntarnos por el resto de nuestras vidas qué pudiera Él haber hecho en y por medio de nosotros.
Mucho mejor sería someter nuestro tiempo y nuestros planes a Él, y tener la satisfacción que resulta de hacer aquello para lo cual fuimos creados.
¿Cómo hago una pausa?
Muchas personas se sienten atrapadas por la velocidad de la vida, pero no ven la manera de desacelerar y escapar del ritmo enloquecedor de este mundo. Algunos principios bíblicos pueden enseñarnos a cómo decir no, y comenzar a vivir en la libertad de la voluntad de Dios.
Privilegia tu Tiempo con Dios.
Una de las estrategias más efectivas de Satanás para mantenernos atrapados, es lograr que dejemos nuestro tiempo con Dios e ignoremos Su Palabra. Si estamos demasiado ocupados para estar con Él, pasaremos la vida yendo tras los vacíos tesoros de las sociedad. ¿Cómo podemos tomar buenas decisiones sin buscar la guía del Señor? Solo conociendo la verdad seremos capaces de discernir las mentiras del enemigo y reconocer sus trampas.
Espera en el Señor.
Esta es una tarea difícil para una persona ajetreada, pero tomar decisiones apresuradas sin una dirección clara te llevaran nuevamente al ajetreo. Si quieres invertir en aquello que es eterno, toma tu Biblia y reserva un tiempo para estar a solas con el Padre celestial.
Pídele que evalúe tus actividades actuales, y que te muestre qué desea Él para su vida. Obedece a Dios y deja las consecuencias en sus manos. Una vez que hayas recibido una dirección clara, se obediente.
Nuestra tendencia humana es querer saber todo el plan antes de avanzar, pero ese no es el método de Dios.
Él dice que su Palabra es lámpara a nuestros pies (Sal 119.105), no un reflector.
Si tu automóvil estuviera en un estacionamiento en la noche, no esperarías hasta la salida del sol para ver el camino que te lleve a casa. No; encendemos las luces y conducirás sin saber lo que te espera en la oscuridad. Asimismo, la voluntad de Dios viene a nosotros por lo general en pequeños incrementos. Después que damos un paso, Él nos revela el siguiente.
Amados, el propósito del Señor es enseñarnos a confiar en Él.
Una de las grandes ventajas de la Obediencia, es que Él asume toda la responsabilidad por lo que suceda después. No hay necesidad de temer, porque nunca perderemos si obedecemos a Dios.
Sin embargo, en el momento que te comprometes a obedecer al Señor y a hacer las cosas a la manera de Él, satanás lanzará pensamientos de ansiedad a tu mente : Si le doy a Dios la primera parte del día, ¿cómo podré terminarlo todo? Si cambio de trabajo, ¿cómo voy a mantener a mi familia y pagar las cuentas?
Conclusión
Amados, al confiar en Él y en la Verdad de Su Palabra, siempre tendrás una respuesta efectiva : "Mi tarea es obedecer; de las consecuencias, Dios es el responsable. Él es fiel y dará lo que se necesite".
Aunque cambiar un estilo de vida ajetreado no será fácil, vale la pena el esfuerzo.
La búsqueda de aceptación, realización y Propósito puede llevarnos a sobrecargar nuestras agendas.
Pero el frenesí terminará cuando encontremos el Gozo de una relación con Cristo, y la emoción de buscar Su propósito para nuestras vidas.
Hagamos una pausa y pasemos tiempo con el Señor.
¡El resultado final será una vida de Gozo, Propósito y Victoria!
¡Dios te Bendice!
Oremos
Pastor Jorge Macías Benítez