domingo, 9 de agosto de 2020

#A248 El Buen Soldado de Cristo

 Nueva Serie: Obedece la Verdad

 

#A248 El Buen Soldado de Cristo

 

 

 

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Introducción

 

Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!

 

Esta mañana el Señor tiene un mensaje especial, en un tiempo especial y en una oportunidad especial.

 

Sabes, en la semana estuve sumergido en una atmósfera de mucha disciplina y simultáneamente de mucho Amor y Comunión.

 

Por actividades ministeriales y del llamado del Señor para mí, atendí una actualización y certificación como Faciltador o Faculty  de Liderazgo del Instituto Haggai de Liderazgo Global Avanzado, en Latino América.

 

En el centro de este tiempo y experiencia, ademas de los increíbles seres humanos, hermanos y hermnaas en Cristo que conocí, el Señor removio fibras profundas y sensibles de mi ser y simultáneamente me volvió a hablar de sencille, de amor, de disciplina, de detalles, de observación a Su Creación.

 

Al respecto algo ha movido en mi corazón en relación con esta porción de Su Palabra que se encuentre en 2ª. Timoteo 2:1-4, que dice:

 

“1 Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. 2 Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. 3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.”

 

Amado en Cristo, querido amigo, observa 3 declaraciones:

 

·      esfuérzate en la gracia

·      encarga a hombres fieles

·      que sean idóneos para enseñar también a otros

 

Además de ello, a manera de consecuencia de lo anterior:

 

“sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.”

 

Oh, hermnao, hermana, la vara la ha colocado alta el Señor y en ello vamos a profundizar por Gracia, en esta ministración.

Este Mensaje lleva por título:

 

El Buen Soldado de Cristo

 

Oremos

 

Esfuérzate en la Gracia

 

Amados en Cristo, quizá todos luchamos para entender el significado y dar una aplicación a esta frase, que Pablo dirigió al joven Timoteo; también podemos estar seguros de una cosa, y es que no pretendió hablar con elocuencia poética.

 

Es un mensaje desde el corazón de un padre espiritual, motivado por un amor intenso, a su hijo en la fe, en quien tuvo el más profundo interés. 

 

Muchas veces decimos que la Gracia es un favor inmerecido.

 

Sin embargo, raras veces consideramos la Gracia aparte del perdón y la salvación.

 

Amados, la gracia a la que Pablo se refiere en este texto es práctica y útil.

 

Él mismo la ha experimentado en el cumplimiento de su misión terrenal: 

 

“He trabajado más que todos ellos (los otros apóstoles); pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo”

1ª. Corintios 15:10

 

Ahora, ¿Cuál es el Diseño de Dios el Fundamento en ello?

 

Muchas veces las historias del Antiguo Testamento nos ayudan a entender principios del Nuevo Testamento.

 

¿Recuerdas alguna que ilustre un esfuerzo que sin duda vino de la Gracia de Dios?

 

Vamos al libro de Jueces.

 

En este libro vemos cómo, reiteradamente, Israel se encuentra bajo el poder de fuerzas pecadoras.

 

Muchas personas hoy están en la misma situación, como algunos de los que, aunque en el futuro llegarán a ser del pueblo de Dios, aún no han sido liberados de la mano de enemigos crueles y destructivos.

 

Otros, sin embargo, ya son del pueblo, aunque por la desobediencia y el pecado, están muy lejos de la vida victoriosa a la que Dios quiere llevarlos.

 

Ahora, el Propósito de Dios en el evangelio de Jesucristo es librarles.

 

La Escritura nos enseña que Dios involucra y utiliza al hombre en todas Sus obras.

 

La historia que vamos a considerar trata de una liberación, y empieza con las siguientes palabras: 

“Había un hombre… el cual se llamaba Manoa”, cuya mujer es “estéril, y nunca había tenido hijos” 

Jueces 13:2

 

El plan de Dios requería el nacimiento de un niño especial, pero la historia no sugiere que Manoa tuviese capacidades especiales que le calificaran como un vaso apto para planes divinos, y tampoco encontramos ningún ingrediente “especial” en su esposa que supliese lo que a él le faltaba.

 

Al contrario, el versículo describe su desventaja.

 

Amados, amigos, ¿Cuántas veces leemos en la Biblia que Dios elige a una mujer estéril para dar a luz a un niño que llevará a cabo los planes de Dios?

 

Él espera que nosotros aprendamos algo de tales ejemplos.

 

El poder para realizar los propósitos celestiales se encuentra en la gracia celestial, no en el esfuerzo humano. 

 

La Revelación de Cristo

 

¡Todo lo que esta pareja necesitaba era una revelación de Jesucristo!

 

Ellos recibieron una visitación del Ángel del Señor.

 

La palabra Ángel, literalmente, significa Mensajero. 

 

El visitante fue el Mensajero del Señor.

 

Él fue la Palabra de Dios que desde el principio del tiempo hablaba de parte de la trinidad. 

 

“Concebirás y darás a luz un hijo”

versículo 3 de Jueces 13

 

Amados, fue Su palabra a la mujer de Manoa.

 

Esa declaración transformó a la mujer y la hizo fructífera.

 

Los nombres de la Biblia revelan la naturaleza de la persona.

 

Manoa preguntó al Ángel sobre Su nombre, porque quería descubrir el carácter de este Ser fascinante. 

 

“¿Por qué preguntas por mi nombre, que es admirable?”

Jueces 13:18 le contestó el Ángel

 

Lo que implica es:

 

“Tú estás pidiendo algo que es demasiado elevado para ti. Es más asombroso de lo que las palabras puedan expresar”.

 

La misma palabra hebrea es utilizada en el libro de Isaías, señalando al Mesías venidero: 

 

“Se llamará su nombre Admirable…”

 

Pero como Isaías no podía describir Su carácter con un solo título, continúa diciendo…

 

“consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”

Isaías 9:6

 

Aun así, este pasaje tampoco le define completamente, porque en otro lugar, Isaías añade: 

 

“Llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros” Mateo 1:23

 

Un ángel ordenó a José, con quien estaba desposada María: 

 

“Llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” Mateo1:21

 

Su nombre es Cristo, el Ungido.

 

Él es Señor de señores y Rey de reyes.

 

El libro de Apocalipsis declara que Él tiene un nombre que ninguno conoce sino Él mismo (Ap.19:12).

 

Durante toda la eternidad estaremos descubriendo atributos de Su carácter. ¡Su nombre es admirable más allá de las palabras!

 

La revelación demostró a la pareja la fuente de la fuerza para su hijo prometido, Sansón. El Ángel “hizo milagro ante los ojos de Manoa y de su mujer” (v.19). En el futuro, cuando Sansón hiciese alguna proeza, siempre podrían recordar que, Aquel que se manifestó a ellos en Su poder, ahora estaba obrando en su hijo.

 

Un Buen Soldado

 

El primer desafío para Sansón vino de un león rugiente que, seguramente, tipificaba al león de quien nos escribió Pedro, que “anda alrededor buscando a quien devorar” 1ª. Pedro 5:8.

Él representaba la fuerza espiritual de los enemigos filisteos.

 

Sansón, primeramente, conquistó a éste, y de ahí en adelante experimentó una victoria tras otra.

 

En una ocasión mató a mil hombres con la quijada de un asno y después la tiró.

 

No quiso asirse a una herramienta o a un método, porque él conocía la Fuente de su poder.

 

Una noche, cuando Sansón visitó la ciudad capital de los filisteos, Gaza, sus ciudadanos pensaron atraparle.

 

No obstante, a medianoche, Sansón se levantó, arrancó las puertas de la ciudad con sus bisagras y escapó.

 

No solamente salió, sino que además dejó las puertas abiertas, por si alguno quería seguirle.

 

Jesús dijo que las puertas del infierno no prevalecerían contra la iglesia.

 

“Él Propósito es que nosotros penetremos en las fortalezas del diablo y removamos las barreras espirituales para librar a los hombres.”

Ps. Jorge Macías Benítez

 

Al llegar al fin de la historia leemos que Sansón quebrantó su pacto con Dios.

 

Nunca debió cortar su cabello, pero fue preso de su lascivia y, su amante, Dalila, rapó su cabello mientras dormía.

 

En ese mismo instante su fuerza le fue quitada.

 

Los filisteos le capturaron, le sacaron los ojos, le ataron con cadenas y le hicieron dar vueltas con el molino.

 

Sansón, perdió su Visión, su libertad y su Propósito.

 

¡Qué experiencia tan extremadamente triste para uno que había andado por la gracia!

 

Sin embargo, quiero dirigirte a las palabras que siguen en esta historia inspirada, en las que la misericordia tierna de nuestro Dios y Su poder maravilloso para restaurar, son demostrados: 

 

“El cabello de su cabeza comenzó a crecer”

Jueces 16:22

 

La Biblia nos enseña que Dios es el Dios de la restauración.

 

Quiero decir una palabra, respaldada por la autoridad del cielo, a cualquier persona cautiva bajo la trampa del diablo:

 

¡Dios puede levantarte y restaurarte otra vez a una posición de utilidad!

 

De nuevo Sansón estuvo en Gaza, la ciudad más armada y defendida de los filisteos.

 

Todas las autoridades filisteas se reunieron para presenciar y saborear la victoria sobre Sansón.

 

Alabaron a su dios, Dagón, y blasfemaron contra el Dios del cielo.

 

Sansón oró clamando: “¡Señor Jehová… fortaléceme, te ruego, solamente esta vez!” (v.28), y el Omnipotente se levantó para obrar. 

 

“¡Muera yo con los filisteos!”, clamó de nuevo, y el poder de Dios reposó sobre él.  

 

La casa cayó sobre 3.000 personas, incluidos todos los señores de Gaza. Jueces 16:30

 

Este dramático evento es la razón por la cual esta historia fue preservada; los poderes que habían cautivado al pueblo de Dios fueron demolidos y, en un momento, Israel quedó libre.

 

Esto pasó cuando Sansón dejó a un lado todas las precauciones y estuvo dispuesto, como Pablo, a que fuera “magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte”. Filipenses 1:20.

 

Sansón murió, pero, en verdad, no había otra razón por la que seguir viviendo.

 

La misión para la cual había nacido había terminado. 

 

Hoy en día, semejante evento de liberación puede llevarse a cabo por la Gracia de Cristo Jesús obrando por medio de Su pueblo.

 

Necesitamos, sobre todo, una revelación de quien es Él, que nuestro corazón lo capte fuertemente, y no dejar que nada estorbe, para que Él sea engrandecido por medio de nosotros.

 

Tendremos que dar la espalda a nuestra propia capacidad y fuerza, para poder depender solamente de Su Gracia.

 

Sufre penalidades como buen Soldado

 

El apóstol Pablo le escribe a Timoteo puntualmente que debe sufrir penalidades como un buen soldado de Jesucristo, dando a entender que los buenos soldados son aquellos que padecen durante un servicio o misión a fin lograr el objetivo de la misma. 

 

Es decir que si anhelamos ser buenos soldados para nuestro Señor Jesucristo debemos estar dispuestos a sufrir las penalidades que se presenten durante el servicio o misión que Él nos haya encomendado, y padecer todas las adversidades que demande consumar aquella misión, sean cosas malas, aflicciones, molestias o incomodidades.

 

Superado esto vamos a estar en condiciones de ser llamados buenos soldados, así como suele suceder en cualquier  ejército de soldados que sirven a un país, donde aquellos que se esmeran en las batallas entregando sus fuerzas y valentía por fidelidad a su patria, luego son considerados buenos soldados, y que por causa de aquella entrega y buen desempeño en el campo de batalla son condecorados y reconocidos públicamente con una medalla al valor, porque mencionado esfuerzo los expuso a peligros de muerte en varias oportunidades, pero a pesar de ello mantuvieron su fidelidad al servicio por estar convencidos de un ideal patriótico.

 

Ahora bien, entendiendo que ser un buen soldado, implica participar en batallas, y arriesgar la  vida para que se cumpla la misión encomendada, pregunto: 

 

¿Que tan seguro estas de querer ser un buen soldado para el Señor Jesucristo?

 

Si pudieras elegir entre: ser un soldado raso común designado a tareas sencillas que no tienen ningún riesgo o peligro (como los que existen en la guerra), o un soldado  designado a la guerra conociendo todos los riesgos que existen en el campo de batalla, ¿cual elegirías? 

 

Me atrevo a decir que vas a considerar ser un soldado raso y común antes que elegir sufrir las penalidades de un soldado de guerra.

 

Amados, el apóstol Pablo le escribe a Timoteo puntualmente que debe sufrir penalidades como un buen soldado de Jesucristo, dando a entender que los buenos soldados son aquellos que padecen durante un servicio o misión a fin de consumar la misma. 

 

Realmente ¿QUIERES SER UN BUEN SOLDADO? 

 

·      ¿Estás dispuesto a sufrir penalidades por causa de servir al Señor Jesucristo?

·      ¿Estás dispuesto a ser defraudado, maltratado, golpeado, insultado, injuriado, y tantas otras cosas que no son nada agradables para la carne?

 

Quizá puede ser atractivo anhelar ser un buen soldado cuando observamos los reconocimientos que suelen alcanzar, aunque naturalmente, obviamos todo el sufrimiento que padecieron para lograrlo.

 

A la verdad como soldados de Cristo siempre vamos a estar expuestos a diferentes batallas en este mundo, que se presentarán de muchas formas y en diferentes circunstancias de nuestras vidas, y es allí donde se va a medir nuestra aptitud para el servicio, es allí donde se demostrará si somos buenos soldados o no.

 

Amados, creo que es necesario tener bien presente cual fue el comportamiento de nuestro Señor Jesucristo frente a los padecimientos que sufrió, dejándonos ejemplo para que le imitemos tal como lo declara el apóstol Pedro en su primera carta.

 

Escucha lo que dice la Palabra de Dios:

 

“20 Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. 21Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 22. el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;23quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; 24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

1ª. Pedro 2:20-24

¿Estamos dispuestos a comportarnos como nuestro Señor Jesucristo frente a ese tipo de situaciones que son tan adversas para nuestra condición carnal?

 

¿Estamos dispuestos a sufrir por Él?

 

¿Queremos ser buenos soldados para el Señor Jesucristo?

 

Si enfatizamos el verso 20 y 21 de esta cita, el apóstol expresa claramente que haciendo lo bueno vamos a sufrir adversidades, y que hemos sido llamados a transitar un camino que está rodeado de penalidades; es decir que es un hecho que en nuestras vidas van a existir muchas situaciones adversas para nuestra condición carnal, “y esto debe ser así”, por la sencilla razón de que estamos en una constante guerra en este mundo, servimos a un reino que no es de este mundo, y por esta causa el mundo nos va aborrecer así como aborrecieron a nuestro Señor Jesucristo matándole en la cruz.

 

¿Quieres ser un buen Soldado de Cristo?

 

Esta es la condición, sufrir penalidades por amor a Él a fin de terminar la misión, de la misma forma que todos aquellos buenos soldados que le sirvieron en batallas, sufriendo grandes adversidades por amor a Él, del cual las escrituras dan breve testimonio destacando sus hazañas como ejemplo para nosotros, pasando por alto sus nombres a fin de recibir la gloria del Padre en aquel día.

 

Dice la Palabra de Dios en Hebreos 11: 36-38

 

“36 Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles.37Fueron apedreadosaserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; 38 de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.

 

Esta más que claro que si verdaderamente anhelamos ser buenos soldados para nuestro Señor Jesucristo debemos reunir esta condición, la de estar predispuestos a sufrir penalidades en todo servicio por amor a Él, a fin de que Él sea glorificado en todo, más allá de que esto represente nuestra humillación.

 

Tomando el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo y seguir sus pisadas, porque de eso se trata el ser cristianos, el de imitar a Cristo, y tener el mismo sentir de humillación, no haciendo nada con altivez, presunción, orgullo o soberbia, sino imitando a Cristo en todo, no buscando glorias terrenales, sino que Él sea glorificado en todo.

 

Dice la Palabra de Dios en 1ª. Pedro 4: 1

 

“Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado

 

Amados, Dios se glorifica en la obediencia de sus siervos, es por ello que debemos armarnos del mismo pensamiento de nuestro Señor, el de sufrir penalidades por amor  a Él, y ser contados como buenos soldados, como siervos obedientes, que verdaderamente anhelan glorificar a su Señor mas allá que esto represente una humillación para nosotros, porque no debemos olvidar que todo se trata de Cristo y no de nosotros, y mientras más busquemos imitarle más va a ser glorificado nuestro Señor.

 

Esa es nuestra carrera, esa es nuestra bienaventuranza, así es el camino, donde los que sufren por Él son los bienaventurados, los dignos de Él.

 

Conclusión

 

Amados en Cristo, queridos amigos, esta es la vida del buen soldado de Cristo, que desde el punto de vista humano, no es algo conveniente, no es algo agradable, no es algo atractivo, pero desde lo espiritual, es lo que todos deberíamos desear, es lo que deberíamos por naturaleza anhelar, serle fieles como buenos soldados, atravesar todos los problemas y sufrimientos que se presenten, porque Él es digno de ello y más.

 

También debes saber que no hay ninguna gloria para ti que se pueda cosechar en este mundo, si eres un buen soldado, para Dios lo eres, y no para el mundo, así que no esperes ni anheles ningún reconocimiento en el mundo, porque mientras más imites a Cristo, mas te van a aborrecer.

 

Jesús para este mundo en generela no es un modelo, Él no escribió libros, no gano títulos, no tenía diplomas, no era empresario, no tenía lujos, antes por el contrario, siendo el dueño de todo lo que existe, anduvo caminando como un hombre común, sus amistades no eran de la realeza ni de las altas sociedades, sino que como Rey de todo el universo vino y se junto con lo vil y menospreciado, con hombres del vulgo.

 

Así que su vida según el mundo no tiene ningún merito, Él no era un hombre exitoso para ellos, murió crucificado entre dos ladrones, como un malhechor indigno de ser recordado, Él que es el Rey de reyes y Señor de señores fue injuriado, burlado y asesinado por hombres pecadores.

 

Y sin embargo Amados, Él es el modelo, Él es el camino, Él es la verdad y la vida.

 

Así que mientras más anheles ser como Cristo, mas problemas te van a rodear, pero nunca olvides que Él es digno de que tú entregues tu insignificante vida en el campo de batalla, defendiendo el evangelio, defendiendo tu verdadera patria.


“13 Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio; 14 porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.”

 

Oremos

 

¡Dios los Bendice!

 

Pastor Jorge Macías Benítez.