domingo, 7 de junio de 2020

#A239 La Sangre del Pacto

Serie: Tiempo de Transformación

 

#A239 La Sangre del Pacto

 

 

 

 

 

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Introducción

 

A partir de un sermón predicado la mañana del Domingo 2 de Agosto, 1874

por Charles Haddon Spurgeon y fundamento en Hebreos 13

en el Tabernáculo Metropolitano, Newington, Londres.

 

Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!

 

Amados en Cristo, queridos amigos, esta mañana del domingo 7 de junio del 2020, el Señor nos va a Ministrar al respecto de la Oración y la actitud de nosotros Sus Hijos e Hijas al respecto de ella.

 

Nuestro fundamento en Su Palabra lo encontramos en la carta de Pablo a los Hebreos:

 

"Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén."
Hebreos 13: 20-21

 

Amados, nosotros debemos estar preparados para hacer lo mismo que pedimos que hagan los demás.

 

El mandato de Dios no es efectivo a menos que vaya seguido del ejemplo.

 

El apóstol había exhortado a los creyentes hebreos para que oraran por él con las palabras, "Orad por nosotros;" y luego, como para mostrar que él no les estaba pidiendo algo que él mismo no estuviera dispuesto a dar, pronuncia esa extraordinaria oración por ellos.

 

Quien puede pedir con toda confianza a su congregación: "Orad por nosotros," es el que ora con toda su alma y con toda vehemencia, por esa congregación.


La oración del apóstol, como podemos observar, está teñida del tema sobre el cual había estado escribiendo.

 

Esta Epístola a los Hebreos está llena de distinciones entre el antiguo pacto y el nuevo; su esencia es demostrar que el pacto antiguo era únicamente un tipo de la dispensación, esto es la excepción permanente que lo siguió.

 

Únicamente tenía la sombra y no la misma imagen de las cosas celestiales.

 

Amados, el tema del apóstol había sido el pacto y cuando oró, todos sus vestidos exhalaban mirra, áloe y casia, perfumes a los que sus meditaciones lo habían conducido.

 

Esta mañana, el Señor nos va a Ministrar con ese mismo aceite con este mensaje cuyo título es:

 

La Sangre del Pacto

 

Oremos

 

 

Teje tu Oración

 

Amados en Cristo, queridos amigos, conforme a la naturaleza de sus pensamientos, así era la expresión de sus deseos.

 

Pablo, tejió en la textura de su oración las meditaciones y reflexiones de su corazón.

 

Este es un método muy correcto, especialmente cuando la oración es pública, pues asegura la variedad, ayuda a otras personas a estar unidas con nosotros, y tiende a la edificación; de hecho, así como las abejas recogen la miel de muchas flores, y la miel tiene a menudo el sabor del tomillo silvestre o de alguna otra flor especial que abunda en la región de la cual recogen sus mieles, así nuestra alma acopia de todas las fuentes, provisiones exquisitas de la miel de la devoción.

 

Ahora, aquella en la que se detiene más tiempo en sus meditaciones, proporciona un sabor prevaleciente y un matiz para la expresión y el espíritu de su oración.

 

Amados, no importa como lo hagan los demás; tu Oración es primero eso, TUYA, ÚNICA y no importa ni se compara con la de los demás.

 

¡A Dios no le importa!

 

¿Qué era más natural que el mensaje sobre el pacto, fuera seguido por esta oración basada en el pacto: "Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad"?

 

Escucha Amado, el tema de la Epístola a los Hebreos es profundo, pues avanza desde los rudimentos superficiales hacia esas verdades subyacentes que son más misteriosas y profundas que solo se encuentra profundizando, indagando, orando, reflexionando, meditando, discirniendo.

 

Sin duda Hebreos es un libro para las clases superiores en la escuela de Cristo; y de aquí que esta oración no sea para los bebés espirituales, sino para siervos, hijos/hijas de Dios de entendimiento.

 

Amados, queridos amigos, nadie podríamos decir a todos los santos, "Vosotros, pues, oraréis así," pues ni sabríamos lo que estaríamos pidiendo.

 

Sin importar de quien se trate, todos tenemos necesidad de comenzar con algo más simple, tal como "Padre nuestro que estás en los cielos," que se adecua de igual manera a todos los creyentes.



“Los varones maduros espiritualmente, se alimentan de alimento sólido, profundizan en pensamientos sublimes y entonces surgen oraciones poderosas.”

Ps. Jorge Macías Benítez

 

Así como podemos admirar la simplicidad en las oraciones de los niños pequeños, y la vivacidad en la oración de los jóvenes, así en la oración de alguien que se ha convertido en un padre en Cristo y se alimenta del pacto de la Gracia, nos gozamos en su profundidad, su alcance, y su elevación.

 

En el Amor del Señor, hoy les invito a quienes quieren entender, Discernir las cosas profundas de Dios, ¡Clamen por la ayuda del Espíritu Santo, mientras seguimos al apóstol en esta oración del pacto, una oración de la cual el testamento es el hilo conductor, la sustancia y el argumento!

 

Participa del Pacto de la Gracia


Amados en Cristo, queridos amigos, voy a comenzar observando, en primer lugar, LOS NOMBRES DE LOS PARTICIPANTES DEL PACTO que usa el apóstol.

 

Él llama al siempre bendito Padre "el Dios de paz;" y al Redentor que ha asumido el otro lado del pacto, le da el título de, "Nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas."

 

Queridos amigos, todos los que hemos creído en el Señor Jesucristo estamos en Cristo, y Él es nuestra Cabeza y Representante, nuestro Pastor y Defensor.

 

Él hizo un pacto con el Padre a favor nuestro sobre este asunto, que habiendo pecado nosotros, debe recompensarse plenamente la justicia lesionada, y la ley de Dios debe ser honrada en su totalidad; el Padre por Su parte estipula otorgarnos todo el perdón, la aceptación, la adopción, y la vida eterna.

 

Ahora, el pacto ha sido cumplido por parte de Cristo.

 

El texto nos asegura eso, pues Jesús, de conformidad a Su promesa, derramó Su sangre, y ahora al compromiso sólo le falta el cumplimiento por parte del Padre Eterno, y bajo ese aspecto del Pacto, el apóstol llama al Padre, "el Dios de paz."

 

¡Cuán precioso nombre!

 

Él es el Dios de venganza; para los pecadores, Él es el tres veces Santo Dios, terrible fuera de Sus santos lugares.

 

Isaías 32: 1-7 nos dice:

 

1 He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio. 2 Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa. 3 No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos. 4 Y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará rápida y claramente. 5 El ruin nunca más será llamado generoso, ni el tramposo será llamado espléndido. 6 Porque el ruin hablará ruindades, y su corazón fabricará iniquidad, para cometer impiedad y para hablar escarnio contra Jehová, dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento. 7 Las armas del tramposo son malas; trama intrigas inicuas para enredar a los simples con palabras mentirosas, y para hablar en juicio contra el pobre. 8Pero el generoso pensará generosidades, y por generosidades será exaltado.

 

Amados, nuestro Dios es un fuego que consume, es un Rey de Justicia; sin embargo para nosotros, viendo que el acuerdo ha sido cumplido de nuestro lado por nuestro grandioso Representante y Cabeza, Él es únicamente "el Dios de paz."

 

Amado… ¡si tú Cristiano!, Escucha, todo es paz entre tú y Dios; no hay ningún terreno de contienda que permanezca del pasado, ni ningún temor que se levante alguno nuevo.

 

¡El Pacto Eterno garantiza la paz eterna!

 

Nuestro Padre, Cristo, mi Dulce Espíritu Santo, no es el Dios de una tregua falsa, no es el Dios de un olvido parcial de agravios que permanecen sin perdón, sino el Dios de paz en el sentido más profundo; Él mismo está en paz, pues ¡hay una paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento!

 

Es más, por razón de Su misericordia, Su pueblo es conducido a gozar de paz de conciencia en ellos mismos, pues sentimos que Dios se ha reconciliado con nosotros, nuestros corazones descansan en Él, nuestros pecados que nos separaban han sido quitados, y el amor perfecto ha arrojado fuera el miedo que atormenta.

 

Reflexión

 

Oh Amados, en tanto el Señor está en paz Consigo mismo, tú eres llevado a gozar de paz interior por medio de Él, y Él también está en paz contigo, pues Él te ama con un amor inescrutable; Él no ve otra cosa en ti excepto aquello en lo que Se deleita, pues por el pacto Él no te ve como eres en ti mismo, sino en tu Cabeza que es Cristo Jesús.

 

Para el ojo de Dios no hay ninguna vista en el universo tan amable como Su propio amado Hijo, y Su pueblo en Su Hijo.

 

Hay suficiente belleza en Jesús para hacerlo olvidar nuestras deformidades, hay suficientes méritos en Jesús para cubrir nuestros deméritos, y hay suficiente eficacia en la sangre expiatoria de nuestro grandioso Sumo Sacerdote, para lavar todas nuestras transgresiones.

 

¡Amen!

 

Amados, Dios está en paz con nosotros, declara que nunca estará airado con nosotros ni nos va a reprender, y nosotros nos gozamos en Él, nos deleitamos en Su ley, y vivimos para Su gloria.

 

Ahora, a partir de este momento, en cada hora de angustia, miremos al Señor bajo este nombre alentador: "el Dios de paz," porque el pacto lo revela como tal.

 

El Sello del Pacto

 

"Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno."

Hebreos 13:20

 

Amados en Cristo, queridos amigos, el Sello del Pacto es la sangre de Jesús.

 

En tiempos antiguos, cuando los hombres hacían pactos entre sí, ellos generalmente utilizaban alguna ceremonia para ligar la negociación, por así decirlo.

 

Ahora, bajo la antigua dispensación de perdón, los pactos con Dios eran siempre confirmados con sangre para cubrir – nunca eliminar – los pecados.

 

Tan pronto como era derramada la sangre y la víctima moría, el acuerdo alcanzado era establecido.

 

Ahora, cuando nuestro Padre celestial hizo un pacto con Jesucristo a favor nuestro, ese pacto fue verdadero y firme, "conforme a las misericordias firmes a David,", dice la Palabra de Dios; no obstante, para hacer que permanezca firme debe haber sangre.

 

La sangre ordenada para Sellar el Pacto no era sangre de toros ni de machos cabríos, sino la ¡Sangre del mismo Hijo de Dios!

 

Esto ha hecho ese Pacto tan firme y obligatorio, que es más fácil que pasen el cielo y la tierra a que falle una tilde de él.

Dios SIEMPRE guarda Sus propias promesas. Él NUNCA falla u omite.

 

Él es un Dios libre, pero Él se obliga a Sí mismo; por 2 cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, Él se ha obligado a Sí mismo a dar las bendiciones del pacto al rebaño representado por el grandioso Pastor.

 

Hermanos, ustedes y yo como Varones Maduros, nos obligamos por medio de nuestra palabra; ¡ese ES el Diseño de Dios!

 

Meditemos en ello.

 

Si hacemos un juramento, y yo espero que no lo hagamos a la ligera, ciertamente nos sentiríamos doblemente obligados por él; y si hubiéramos vivido en los tiempos antiguos, y la sangre hubiera sido derramada sobre un acuerdo al que hubiéramos llegado, habríamos considerado ese signo solemne y no habríamos soñado en arrepentirnos del pacto.

 

Amados, no olvidemos ni por un momento que en nuestro caso, la sangre de Cristo dio testimonio – hizo juramento - no sólo confirmando el pacto, sino que realmente lo cumplió; la estipulación del compromiso era de esta manera:

 

Cristo debía sufrir por nuestros pecados y honrar la ley divina.

 

Cristo, guardó la ley con Su propia vida y fue necesario para el cumplimiento completo del pacto por parte Suya, que su obediencia hasta la muerte y muerte de cruz.

 

El derramamiento de Su sangre, por lo tanto, fue el cumplimiento de Su Obediencia prometida hasta el extremo.

 

De hecho, fue el cumplimiento verdadero del Pacto, por parte de Cristo, a favor nuestro; de tal forma que ahora, todo el compromiso debe permanecer firme, puesto que aquello de lo que dependía está consumado para siempre.

 

Cumplimiento del Pacto

 

"Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno."

Hebreos 13:20

 

Amados,  Jesucristo ha sido resucitado de los muertos por medio de la sangre del pacto.

 

Aquí está la historia.

 

Él hizo el pacto a favor nuestro; Él cargó con nuestro pecado, y Se comprometió a sufrir por ese pecado.

 

Habiendo sido crucificado, Él entregó Su vida, y de la cruz fue llevado al sepulcro, y allí estuvo en vil cautividad.

 

Ahora, era parte del compromiso del lado de Dios el Padre, que Él no abandonaría el alma de Cristo en el Seol, ni permitiría que Su Santo viera corrupción; este acuerdo ha sido guardado fielmente.

 

Cristo nos representó en la cruz a todos los que creemos en Él.

 

De hecho, nosotros fuimos crucificados en Él; Jesús también nos representó en el sepulcro, pues hemos sido enterrados con Él.

 

Todo lo que le pasó a Él, le pasó también al rebaño.

 

Ahora :

 

·      ¿Qué le ocurrirá al cuerpo de Jesús?

·      ¿Mantendrá Dios Su pacto?

·      ¿Se comerá el gusano ese cuerpo hermoso, o desafiará la corrupción?

·      ¿Acaso sucederá que Quien descendió al seno de la tierra nunca regrese?

 

Espere, ¡Ya pasó la tercera mañana!

 

El tiempo prometido pasó.

 

Todavía ningún gusano se ha atrevido a alimentarse de esa forma semejante a Dios, y sin embargo yace entre los muertos; pero en la tercera mañana, el que dormía despertó como uno que ha sido refrescado por el sueño.

 

Él se levantó.

 

La piedra fué removida.

 

Los ángeles lo escoltaron en libertad.

 

Él Salió al aire libre del huerto, y habló a sus discípulos.

 

Jesús que se desangró, dejó a los muertos para no morir más.

 

Él esperó durante cuarenta días para permitir que Sus amigos vieran que realmente había resucitado, pero tuvo que elevarse más alto aún para ser llevado plenamente de regreso a sus honores anteriores.

 

¿Le sería fiel Dios y lo ascendería de regreso todo el tramo que tuvo que descender?

 

Sí, pues en el Monte de los Olivos, cuando se cumple el tiempo, Él comienza a ascender; cortando el aire que le rodeaba, Él se remonta desde el grupo de discípulos que le adoraban, hasta que una nube lo recibe.

 

¿Pero se remontará completamente hasta el punto desde el cual descendió?

 

¿Acaso obtendrá Él, en Su propia persona, una recuperación total para Su iglesia de toda la ruina de la caída?


¡Ah, véanlo cuando entra por las puertas que son de perlas!

 

¡Cómo es bienvenido por el Padre!

 

Vean cómo se eleva y se sienta en el trono del Padre, pues Dios lo ha exaltado también a lo sumo, y le ha dado un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla.

 

Conclusión

 

Amados, las ovejas nunca están lejos de ese grandioso Pastor de las ovejas, ellas siempre están en Su mano, y ninguna es arrebatada de allí.

 

En la tierra estuvieron con Él, y han sido resucitadas con Él.

 

Si Jesús hubiera permanecido en el sepulcro, todas Sus ovejas habrían perecido; pero cuando el Padre lo resucitó por la sangre, también nos resucitó por la sangre, y dio a nuestras almas la esperanza viva que nunca morirán, y a nuestros cuerpos la esperanza de la resurrección.

 

Jesús está en el cielo como nuestro representante, y Su rebaño lo sigue.

 Yo quisiera que ustedes pudieran visualizar las colinas del cielo levantándose desde estas tierras bajas.

 

Nosotros nos estamos alimentando aquí por un rato bajo Su ojo protector, y por allá hay un río que corre al pie de las colinas celestiales, que nos separa de los pastos del cielo.


Uno a uno, nuestros seres queridos están siendo llamados por la voz del Buen Pastor para que atraviesen la corriente, y ellos cruzan el río a Su llamado con
Gozo, de tal forma que se puede ver una larga fila de Sus ovejas pasando la corriente y subiendo por la colina donde se encuentra el Pastor que las recibe.

 

Esta línea une al rebaño que está arriba con el que está abajo, formando de esta manera un solo grupo.

 

¿Acaso no ven que continuamente están subiendo a Él, pasando nuevamente bajo la mano de aquél que les dice que sean alimentadas por el Cordero y que reposen para siempre allí donde los lobos no pueden llegar nunca?


Amados, un único rebaño está en este momento con su Pastor, pues para Él es una sola pastura, aunque a nosotros nos parezca dividida por el torrente del Jordán.

 

Cada una de las ovejas está marcada con la sangre del pacto eterno; cada una de ellas ha sido preservada, porque Jesús vivió; y así como Él fue resucitado de los muertos por la sangre, lo mismo debe ocurrir con ellas, pues eso establece el pacto.

Queridos amigos, recuerden entonces que el castigo del rebaño fue soportado por el Pastor, que el rebaño murió en el Pastor, y que el rebaño vive ahora porque el Pastor vive; que la vida de ese rebaño es por consiguiente una nueva vida; que Él traerá a todas Sus ovejas que todavía no han sido llamadas, sacándolas de su muerte en el pecado, así como Él ha sido resucitado de Su propia muerte; que Él conducirá hacia delante y hacia arriba a quienes son llamados, de la misma forma que Él fue hacia delante y hacia arriba del sepulcro al trono; que Él los preservará a todos a lo largo de todo su camino, así como Él fue preservado por la sangre del pacto eterno; y que Él los perfeccionará así como Él es perfecto.

 

¡De la misma manera como el Dios de paz ha glorificado a Su Hijo, así también Él traerá a todos Sus elegidos a la gloria eterna con Él!

 

Oremos

 

¡Dios los Bendice!

 

Ps. Jorge Macías Benítez