domingo, 24 de noviembre de 2019

#A215 Palabras de Poder


Serie: El Espíritu de Verdad

#A215 Palabras de Poder







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Introducción

Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!

Amados en Cristo, no nos preocupemos por los desafíos que tengamos en nuestra vida, en toda oportunidad donde necesitemos decidir, reaccionar y hablar de manera correcta, el Espíritu Santo vendrá en nuestro auxilio poniendo palabras de Poder y Gracia en nuestra boca.

La Palabra de Dios nos dice en Mateo 10:19

“Cuando los arresten, no se preocupen por cómo responder o qué decir. Dios les dará las palabras apropiadas en el momento preciso. Pues no serán ustedes los que hablen, sino que el Espíritu de su Padre hablará por medio de ustedes”.
Escucha Amado.
Hay momentos donde se nos presentan oportunidades especiales o donde enfrentamos situaciones de conflicto que debemos saber hablar y reaccionar de forma correcta, momentos decisivos.
Este texto de la biblia, fundamento de este Mensaje del Señor, nos enseña que no nos preocupemos por esos desafíos, ya que el Espíritu Santo nos dará las palabras y la Gracia adecuada para responder de modo tal que las cosas nos ayudan para bien, seamos favorecidos, y la Gracia de Dios se manifieste.
Hay personas que por el contrario, en ciertas oportunidades que se les presentan, no encuentran Gracia, por tener actitudes indebidas o decir cosas que no les convienen y acaban cerrando ellos mismos la puerta de una bendición.
Es importante estar listos para que el Espíritu Santo hable por medio de nosotros.
Su Sabiduría y el Poder de las palabras que salgan de nuestra boca, tendrán un efecto favorecedor en lo que estemos necesitando.
Esta mañana el Mensaje del Señor de esta serie: El Espíritu de Verdad, lleva por título:

Palabras de Poder
 el Espíritu Santo
Oremos

“Padre Dios, me dispongo en este día a ser un instrumento en tus manos, para que puedas hablar a través de mi boca y así pueda llevar adelante tu propósito en este mundo, te lo pido en el nombre de Jesús, amén”

Predica la Palabra guiado por el Espíritu Santo

Amados en Cristo, queridos amigos, un tema descuidado en muchos círculos evangélicos es el papel del Espíritu Santo en la  proclamación de la Palabra.
¿Queremos en Verdad Vidas Transformadas?
¡Necesitamos entonces asegurarnos de que nuestra predicación es con Palabras de Poder!
La Biblia menciona varias veces que la Palabra de Dios es “viva” (Hebreos 4:12; 1 Pedro 1:24).
¿Qué le da a la Palabra este Poder vivificante?
El Único que habla a través de ella, es decir, Dios mismo por el Poder del Espíritu.
Amados, cuando la Palabra de Dios es proclamada y transmitida por el Espíritu, el aspecto “vivo” de la Palabra crea vida en aquellos que reciben la Palabra.
John Woodhouse, Pastor y durante mas de 10 años Director del Instituto Bíblico en Sydney, Australia, describe la relación entre la Palabra y el Espíritu de esta manera:
“Una doctrina bíblica de la Palabra de Dios debe necesariamente ser integrada con la doctrina del Espíritu de Dios, y a la inversa, un entendimiento bíblico del Espíritu de Dios es inseparable del concepto de la Palabra de Dios. La Palabra es el implemento del Espíritu, y el Espíritu el aliento por el cual Dios habla”.
Un buen ejemplo de esto es la predicación de Pedro en el libro de Hechos.
Después de haber sido lleno del Espíritu en Pentecostés, Pedro comenzó a predicar de las Escrituras para probar que Jesús era el Cristo.
¿Cuál fue la respuesta a la Palabra predicada en el Poder del Espíritu?
Tres mil almas creyeron de lo cuál se da testimonio en Hechos 2:41.
Esto no debería ser sorprendente.
¿Qué es lo que el apóstol Pablo describe como la “espada del Espíritu?”
Veamos la Palabra de Dios en Efesios 6:17.
¿Quién inspiró las Escrituras mismas?
Si, el Espíritu Santo como nos dice 2ª. Pedro 1:21.
La Palabra es vida y el Espíritu es el mensajero que imparte esa vida a los oyentes, masajeándola en sus corazones y facultándolos para que crean y obedezcan.
El Espíritu Santo y la Palabra de Dios

 

Amados, necesitamos de ambas Dimensiones.

Algunos se enfocan solo en ser “guiados por el Espíritu” y no quieren que la Palabra se interponga en el mover del Espíritu.
Esta forma de pensar es incorrecta; ello por que entonces nos faltaría Discernimiento.
Profundicemos en ello.
Primero, pensemos cuando las palabras del predicador llegan a depender de su propia experiencia subjetiva con Dios.
Esto no sigue el mandato de la Escritura que dice “Predica la Palabra” conforme a 2ª. Timoteo 4:2.
Amados, esto puede guiar a la gente por un mal camino, al motivarlos a buscar experiencias especiales con Dios apartadas de las directrices de Su Palabra.
Además, también muestra una doctrina errónea del Espíritu.
El Espíritu es quien nos ilumina la verdad de las Escrituras y nos muestra a Cristo
Vamos a Juan 16:13-14 que dice:
“13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. 14 Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.”

Un error sería mantener la Verdad solo en un nivel intelectual, pensando que todo lo que se necesita es una explicación fiel de las Escrituras sin el Poder del Espíritu que las conecte con los corazones y las vidas de los oyentes.
Amados, NO estoy diciendo que la Palabra puede ser genuinamente predicada separada del Espíritu: esa no es la idea
Isaías 55:11 nos recuerda que la Palabra de Dios alcanzará los propósitos que Él tiene para ella.
Podemos estar tan enfocados en el aspecto intelectual de la predicación y el estudio de las Escrituras que nos olvidamos de nuestra necesidad de ser hombres que buscan Su rostro para traer Su Mensaje viviente a nuestra congregación.
La tarea de la predicación NO es solo un ejercicio académico, es también algo que fluye de nuestras vidas al estar con el Señor.
Escucha lo que nos dice en Lucas 9:1-2
“Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos. Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades.”

Un velero puede ser estructuralmente confiable, increíblemente útil y también rápido.
Ahora, solo se moverá cuando el viento sople en sus velas y lo empuje sobre el agua; de manera similar, la Palabra de Dios y su poderosa Verdad pueden ser expuestas claramente – aquí recordemos el método expositivo tan popular hoy en día - , aunque si no está acompañada por el Poder del Espíritu, la Verdad de la Palabra puede ser objetivamente escuchada, pero careciendo del Poder y aplicación Transformadora para nuestras vidas.
Un predicador entonado con el corazón de Dios trabajará diligentemente para estudiar y proclamar las Escrituras y depender del mover del Espíritu de Dios a través de la Palabra para alcanzar Su Poder vivificador.
Debemos de mover las velas de nuestra predicación para que el viento del Espíritu pueda mover y atrapar las velas de la Palabra, y así hacer llegar poderosamente Su Verdad a los oyentes.
Predicar la Palabra en el Poder del Espíritu

Amados en Cristo, queridos amigos, NO hay una fórmula ó método único para predicar la Palabra por el Espíritu.
Sin embargo, tenemos algunos fundamentos.

1. Oremos a través de todo el proceso de predicación

Los predicadores deberían estar en oración, buscando la dirección del Espíritu durante la preparación, proclamación, y después de la predicación, pidiendo al Espíritu de Dios que convenza y anime a través de la Palabra.
La oración es una forma en que mostramos nuestra total dependencia en el Señor.
¿Cómo puede un predicador traer vida a personas espiritualmente muertas?
Veamos que nos dice Efesios 2:1
Un predicador solo no puede; solo el Espíritu de Dios puede dar vida a lo muerto (como en Ezequiel 37).
Permitamos que esa Verdad lo mueva a depender constantemente en el Señor en Oración.

2. Preparémonos en la Palabra

Depender en el Espíritu no es excusa para ser perezoso en el estudio.
Los predicadores necesitamos ser diligentes en su estudio de las Escrituras, para que podamos Discernir lo suficiente como para explicarlas y aplicarlas claramente.
En 2ª. Timoteo 2:14-15, dice la Palabra de Dios:
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes.”

Oremos para que el Espíritu nos dé Discernimiento, Revelación de Su Verdad y podamos ver áreas de aplicación para nuestros oyentes.
Permitamos que la Verdad de la Palabra de Dios obre poderosamente en nuestro corazón y luego prediquemos Su Verdad con pasión.

3. Caminemos en el Espíritu

Amados en Cristo, queridos amigos, caminamos en el Espíritu cuando ponemos nuestros coraznes, mentes, nuestra voluntad y decisiones en las cosas del Espíritu, y evitamos contristar al Espíritu al desobedecerlo.
Cuando caminamos en el Espíritu Santo, Su Poder santificador nos limpia de pecado y nos prepara para buenas obras como dice Su Palabra en 2ª. Timoteo 2:21, incluyendo la tarea de predicar.

4. Invita a la congregación a Orar por tí

Pablo pide por las oraciones de su pueblo varias veces, y específicamente pide por una puerta abierta para el evangelio en Colosenses 4:3, por una proclamación clara en Colosenses 4:4, y por denuedo en la proclamación del evangelio en Efesios 6:19.
Amados, invitemos a la Ekklesia a orar de la misma manera por nosotros y paraque el Espíritu entregue Palabra con Poder.

5. Confía en Dios

Aun cuando no sentimos el mover del Espíritu como resultado de nuestra predicación, podemos descansar seguros de que Dios está haciendo su obra.
El enemigo querrá desanimarnos en nuestro trabajo; no obstante confiemos en Dios, en que Él hará su obra por medio de Su Palabra y por Su Espíritu.
Cuando predicamos, nos preparamos para predicar, o pensamos en predicar, nuestro pensar debe de ser como el de Charles Spurgeon, quien subía a su púlpito constantemente diciéndose a sí mismo, “Creo en el Espíritu Santo… Creo en el Espíritu Santo…”.

Conclusión

Amados en Cristo, queridos amigos, Charles Spurgeon predicó en el Púlpito de la Capilla New Park Street
acerca del Poder del Espíritu Santo.

Fue el número 30 Sermón predicado el Domingo 17 de Junio de 1855 por Charles Haddon Spurgeon.


En la Capilla New Park Street, Southwark, Londres.


"El Poder del Espíritu Santo" -- Romanos 15:13

Escirbió el Pastor Spurgeon:

“El Poder es una prerrogativa exclusiva y especial de Dios y sólo de Dios.

"Dos veces he oído esto: que de Dios es el poder."

Dios es Dios, y el Poder le pertenece.

Aunque delegue una porción de él a Sus criaturas, sigue siendo Su Poder.

El sol, aunque sea "como un esposo que sale de su tálamo, que se alegra como gigante para correr el camino," no tiene el poder para ejecutar sus movimientos sino de la manera como lo dirija Dios.

Las estrellas, aunque viajan en sus órbitas y nada las puede detener, no tienen ni poder ni fuerza propios, excepto aquel que Dios les otorga diariamente.

El alto arcángel que está junto a Su trono y que brilla más que un cometa resplandeciente, -aunque sea uno de aquellos que destacan en fuerza y que escucha la voz de los mandamientos de Dios- no tiene sino el Poder que su Creador le da.

Cuando pensamos en el hombre, y evaluamos si tiene fuerza o Poder, todo lo que posee resulta ser tan poco e insignificante que apenas si podemos llamarlo Poder.

Sí, cuando está en la cumbre, cuando empuña su cetro, cuando está al mando de sus ejércitos, cuando gobierna naciones, el Poder que tiene todavía le pertenece a Dios.

Esto es verdad: "Dos veces he oído esto: que de Dios es el poder."

Esta prerrogativa exclusiva de Dios se encuentra en cada una de las tres Personas de la gloriosa Trinidad.

El Padre tiene Poder, pues por Su palabra fueron hechos los cielos y todo lo que contienen.

Por Su fuerza todas las cosas se mantienen y por Él cumplen con su destino.

El Hijo tiene Poder pues, como Su Padre, Él es el Creador de todas las cosas, y "sin él no fue hecho nada de lo que ha sido hecho." Y "en él todas las cosas subsisten." Y el Espíritu Santo tiene Poder.”

En el Nombre de Jesús.
Oremos

Oh Dios, te agradecemos por haber enviado a tu Hijo a morir por nosotros y sellar nuestros corazones con tu bendito Espíritu Santo.
Enséñanos Oh Señor, a caminar, a ministrar, y a predicar en el poder de tu Santo Espíritu.
Que nuestras palabras sean valientes, claras, vivificantes, y que exalten a Cristo. Por favor, haz tu obra de convencer, santificar y facultar a tu pueblo a través de la predicación de tu Palabra.
Permite que tu Palabra caiga en buena tierra y que tu Espíritu produzca nueva vida en los corazones de personas que no te conocen aún.
Que todos podamos recibir tu Palabra con corazones gozosos y agradecidos y bendecir tu Nombre al amarte y disfrutar de ti.
En el poderoso Nombre de Jesús, Amén.
¡Dios los Bendice!

Ps. Jorge Macías Benítez