domingo, 9 de junio de 2019

#A191 Enfrenta al Viento


Nueva Serie: El Poder de la Esperanza
#A191 Enfrenta al Viento





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Introducción

Amados en Cristo queridos amigos, ¡Bienvenidos a esta Casa del Señor Reino de Dios Ministerios!

La semana pasada el Señor nos compartió al respecto de la Esperanza en contra de toda esperanza y con ello de la forma en que Moisés y el mismo Abraham, vivieron su vida con una Esperanza diferida, y de hecho hasta con cinismo.

Recordemos a Moisés; llegó un momento en su vida en el cuál dejó un Testimonio de cinismo y de estar enfermo del corazón – hablo en lo espiritual y almático – y que incluso rechazó el Creer que Dios lo podría usar alguna vez.

Ahora bien ¿quién podría culparlo?

¡40 años de aislamiento y fallas, es demasiada Esperanza diferida!

Solo reflexionemos, profundicemos en su respuesta a Dios ante la Comisión de Liderar a Israel para salir de Egipto.

“Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?”


Sin embargo, el Dios que da Esperanza al desesperanzado reestableció su vida por medio de una Zarza ardiente, abrió la circulación de sus arterias, le dio una carga de adrenalina y le dijo algo así como “vamos Moisés, aún no he terminado contigo”.

Esta mañana el Señor nos tiene un nuevo Mensaje, el 4to. De esta Nueva Serie y que lleva por título :

Enfrenta al Viento

Casi 3 años y medio atrás, di inicio con un proceso que primero fue solo para bajar de peso, para edificar mi salud y con ello, cuidar el Templo del Espíritu.

Empecé a sencillamente ejercitarme y correr a la hora del almuerzo o comida; unos meses después y ya en nuevas oficinas, incluí ademas un tiempo adicional al terminar mi rutina de solo trotar, ejercicio de fuerza con mi propio cuerpo.

En el proceso, además incluí un cambio en el tipo y la frecuencia de los alimentos; me explico.

Los unicos vegetales verdes que comía hasta antes de ello eran la lechuga en las hamburguesas semanales.

Hoy, 30 kilos y 9 tallas menos después, claramente mi estado físico, mental, emocional y de salud han sido Transfromados radicalmente.

Sin embargo en el proceso, hubo momentos en que en verdad me ahogaba o tenía esa sensación cuando intentaba extender la distancia, el tiempo o sencillamente, acelerar el ritmo en mis tiempos de carrera.

¿Alguna vez han visto a alguna persona corriendo y verlo en un estado de absoluto pánico, parálisis, de espasmo y desespero por “jalar” aire a sus pulmones?

Mmmmm…¡pienso es muy parecido a cuando nos sentimos con una Esperanza diferida!

¡Entreguemos este Mensaje en Oración a nuestro Dios, al Señor y que Su Espíritu Santo Ministre en nosotros con Unción, Gracia, Amor y Poder…!

Oremos

Síntomas de Enfermedad Cardiaca o del Corazón

Uno de los primeros síntomas de la enfermedad cardiaca – que es el final de Esperanza diferida no resuelta – es precisamente ¡quedarse corto en nuestro respirar!

Ahora, yo mismo te puedo asegurar que cuando eso sucede te es imposible correr e inlcuso en ocasiones el caminar, aunque te es imperativo seguir haciéndolo para recuperarte.

Para ese momento, has perdido toda tu fuerza pues no tienes más oxígeno en la sangre.

Así es como sucede en la Alta Montaña y arriba  de los 7,900 metros de Altura en donde el aire que puedes respirar tiene la 3ra. Parte de oxígeno que el que respiras a nivel del mar.

En ese momento, que te quedas sin oxígeno al correr o en esa altura en la cuál si escalas sin Oxígeno de apoyo, apenas puedes un par de pasos antes detenerte a tomar aire u fuerza, pues esta última ya se te ha escapado por completo y te enfrentas al más grave de los riesgos…¡perder incluso la voluntad..!

Amados un corazón débil, si este es el síntoma más evidente de la Enfermedad Cardíaca en la Esperanza diferida.
Esta enfermedad sencillamente no te permite continuar entre las montañas que en esta vida tendrás que enfrentar.

Ahora amados en Cristo, queridos amigos, podemos identificar claramente señales y fases dentro de este proceso de deterioro en nuestra sensibilidad en el corazón o enfermedad cardiaca o del corazón.

Fase I: Pérdida de Fe

Cuando nuestro corazón se debilita ante la Esperanza diferida y entonces la falta de Fe, perdemos nuestra Fe en la Bondad de Dios y Su Provisión.

Nos podemos encontrar todos los domingos, en nuestros días de reunión, de estudio discipular, aún en nuestros convivios, hermanos en Cristo, seres humanos con esa condición.

Estos es, personas que actuando y viviendo como buenos cristianos, simultáneamente vivien Sin Fe.

¡Estan vivos aunque completamente desnutridos, anémicos y hambrientos!

Veamos que dice la Palabra de Dios al respecto en 2ª. Timoteo 3:2ª-5

“2 Porque habrá hombres…
5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.

Amados, muchos cristianos van por la vida atravezando emociones, mostrando un estilo de vida correcto en términos de lo que Dios nos enseña en Su Palabra, cuando en realidad están extraviados.

Dice la Palabra de Dios en Apocalipsis 3:1-2

“1 Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto:
Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.

Amados, aunque esta condición ha sido causada por auto complacencia y falta de compromiso y no por una Esperanza diferida, sin embargo repersentan el potencial de un creyente que experimenta la forma sin el contenido.

¿Y la Iglesia..?
Encuentro por lo menos interesante que al reflexionar en esto que claramente esta sucediendo en la que debiera de ser Su Ekklesia, esta no actúa como tal.

No tenemos mas que solo observar como su reputación sigue intacta.

Eso sí, críticas por acá y por allá, tirando el hacha a matar a uno u otro Pastor o Predicador, reclamando autenticidad, sana doctrina y otros argumentos en el nombre de la Fe o mas sensiblemente aun, en el Nombre de la Fe y en defensa de la Palabra.

¡Como si la Palabra o Dios mismo requiriesen ello; de hecho el Evangelio es Claro y Su Reino y el Rey, lo son aún más!

Amados, nos podemos engañar entre nosotros mismos, esto es hombres engañando hombres; ¡Oh Amado, aunque a Dios es imposible engañarlo!

Oh, Jesús puede ver dentro de nuestros corazones…no lo olvidemos. Además el nos creo, el Diseñó el Propósito para nuestras vidas.

Escucha Amado.

Zacarías, el padre de Juan el Bautista, fue una más de las víctimas de la Esperanza diferida.
Zacarías era sacerdote del Templo; de hecho dice en Lucas 1:5-6 al respecto :

5 Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet. 6 Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.

¡Wooow…!

Buenas referencias. Entonces… ¿Qué sucedió?

Cuando el Ángel se le aparece a Zacarías, informándole que junto con Elizabeth tendrían un hijo; sencillamente no podía creerlo.

¿Porqué? ¡Esperanza diferida!¡ Habían perdido su Fé!
No perdamos de vista que seguía siendo sacerdote; Zacarías era Siervo de Dios y sin embargo, sencillamente no tenía Fe suficiente.

Pienso en la escena. Quizá dijo algo como: “Imposible” ó “2 personas a nuestra edad ¿van a tener un hijo?...no lo creo.”.

Elizabeth su esposa, había sido una mujer estéril y ahora además era ya muy avanzada en edad como para estar fértil.

La desesperanza estaba bien instalada y Zacarías no podía responder en Fe, no incluso tomando en cuenta que había tenido una visitación de un Ángel.

Su Esperanza diferida pesaba demasiado.
Amados en Cristo, queridos amigos, es común que nosotros mismos reaccionemos como Zacarías.

Vamos todos los domingos al templo, a la congregación, a la reunión, a la “congre”, cada semana, cumplimos con nuestros deberes cristianos.

Como Zacarías, adoramos, ofrendamos, y sin embargo siendo honestos debemos admitir que tenemos áreas en nuestro corazón con Esperanza diferida.
Esta, nos ha robado la habilidad de Creer en cualquier acto Sobrenatural. Es decir, tenemos solo las formas aunque hemos perdido el PODER Sobrenatural de Dios.

Condenación o Bendición

Amados en Cristo, queridos amigos, es común que ante una situación así, alguien pueda sentirse señalado, aunque por supuesto ese no es el Propósito de Dios y nunca Su Instrucción para Su Siervo.

Sin embargo, todo cristianso ha pasado o esta viviendo al menos por momentos, en esa forma tristemente.

Recordemos brevemente la historia del hombre cojo en el estanque de Bethesda quien, después de muchos años de esperar un milagro, había perdido toda Esperanza.

Dice la Palabra de Dios :

“6 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? 7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. 8 Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. 9 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.
Juan 5:6-9
Amado, ¡observa, discierne en el Nombre de Jesús, lo que Él hace…!

Jesús primero lo trae de regreso a la Esperanza; le pregunta claramente: “¿Quieres ser sano?”;

Amado, claro que No es que no lo sepa;solo que Él nada hará si tu no se lo permites.

¿Lo dudas?

Déjame llevarte a Apocalipsis 3:20

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Conclusión

Amados en Cristo, queridos amigos, cuando la Esperanza diferida envenena el corazón podemos permanecer aunque en reelidad no tenemos Fe suficiente para permanecer, para continuar conforme al Propósito de Dios.

Estando así, puedes imponer manos conforme a lo que el propio Jesús nos dice en Marcos 16:14-18, y nada sucederá sencillamente porque Su Espíritu no encontrará la puerta abierta en nuestro corazón.

Ahora mismo, quizá estamos – toda la Iglesia, todo el país – clamando por un Avivamiento y ¡este no vendrá porque nuestra Fe no es conforme a la que Cristo nos dice debido a nuestra Esperanza diferida!
Podrás estar levantando tus manos o quedándote tendido durante la adoración del domingo, aunque Amado, tu corazón esta frío y tu tiempo y comunión con Dios es poca el resto de la semana.

Amado, si te encuentras en esta condición, no caigas en condenación propia y ¡no te rindas!

¡Persevera! ¡Permanece!

¡Tu eres mas que Vencedor por medio de la Sangre de Aquel que la dio toda por ti en esa Cruz!
¡Tu tienes Su Sangre y Su ADN!

“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.
1ª. Juan 5:4

Oremos

¡Dios los Bendice!

Ps. Jorge Macías Benítez