Nueva Serie: El Poder de la Esperanza
#A191 Enfrenta al Viento
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Introducción
Amados en Cristo queridos amigos, ¡Bienvenidos
a esta Casa del Señor Reino de Dios Ministerios!
La semana pasada el Señor nos compartió
al respecto de la Esperanza en contra de toda esperanza y con ello de la forma
en que Moisés y el mismo Abraham, vivieron su vida con una Esperanza diferida, y de hecho hasta con
cinismo.
Recordemos a Moisés; llegó un momento en su vida en el cuál
dejó un Testimonio de cinismo y de estar enfermo del corazón – hablo en lo
espiritual y almático – y que incluso rechazó el Creer que Dios lo podría usar
alguna vez.
Ahora bien ¿quién podría culparlo?
¡40 años de aislamiento y fallas, es demasiada Esperanza
diferida!
Solo reflexionemos, profundicemos en su respuesta a Dios
ante la Comisión de Liderar a Israel para salir de Egipto.
“Entonces Moisés respondió
a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de
Israel?”
Sin embargo, el Dios que da Esperanza
al desesperanzado
reestableció su vida por medio de una Zarza ardiente, abrió la circulación de
sus arterias, le dio una carga de adrenalina y le dijo algo así como “vamos
Moisés, aún no he terminado contigo”.
Esta mañana el Señor nos tiene un nuevo Mensaje, el 4to. De esta
Nueva Serie y que lleva por título :
Enfrenta al Viento
Casi 3 años y medio atrás, di inicio con un proceso que primero
fue solo para bajar de peso, para edificar mi salud y con ello, cuidar el
Templo del Espíritu.
Empecé a sencillamente ejercitarme y correr a la hora del
almuerzo o comida; unos meses después y ya en nuevas oficinas, incluí ademas un
tiempo adicional al terminar mi rutina de solo trotar, ejercicio de fuerza con
mi propio cuerpo.
En el proceso, además incluí un cambio en el tipo y la
frecuencia de los alimentos; me explico.
Los unicos vegetales verdes que comía hasta antes de ello eran
la lechuga en las hamburguesas semanales.
Hoy, 30 kilos y 9 tallas menos después, claramente mi estado
físico, mental, emocional y de salud han sido Transfromados radicalmente.
Sin embargo en el proceso, hubo momentos en que en verdad me
ahogaba o tenía esa sensación cuando intentaba extender la distancia, el tiempo
o sencillamente, acelerar el ritmo en mis tiempos de carrera.
¿Alguna vez han visto a alguna persona corriendo y verlo en
un estado de absoluto pánico, parálisis, de espasmo y desespero por “jalar”
aire a sus pulmones?
Mmmmm…¡pienso es muy parecido a cuando nos sentimos con una Esperanza
diferida!
¡Entreguemos este Mensaje en Oración a nuestro Dios, al
Señor y que Su Espíritu Santo Ministre en nosotros con Unción, Gracia, Amor y
Poder…!
Oremos
Síntomas de Enfermedad Cardiaca
o del Corazón
Uno de los primeros síntomas de la
enfermedad cardiaca – que es el final de Esperanza
diferida no
resuelta – es precisamente ¡quedarse corto en nuestro respirar!
Ahora, yo mismo te puedo asegurar que cuando eso sucede te
es imposible correr e inlcuso en ocasiones el caminar, aunque te es imperativo
seguir haciéndolo para recuperarte.
Para ese momento, has perdido toda tu fuerza pues no tienes
más oxígeno en la sangre.
Así es como sucede en la Alta Montaña y arriba de los 7,900 metros de Altura en donde el
aire que puedes respirar tiene la 3ra. Parte de oxígeno que el que respiras a
nivel del mar.
En ese momento, que te quedas sin oxígeno al correr o en esa
altura en la cuál si escalas sin Oxígeno de apoyo, apenas puedes un par de
pasos antes detenerte a tomar aire u fuerza, pues esta última ya se te ha
escapado por completo y te enfrentas al más grave de los riesgos…¡perder incluso la voluntad..!
Amados un corazón débil, si este es el síntoma más evidente de
la Enfermedad Cardíaca en la Esperanza
diferida.
Esta enfermedad sencillamente no te permite continuar entre
las montañas que en esta vida tendrás que enfrentar.
Ahora amados en Cristo, queridos amigos, podemos identificar
claramente señales y fases dentro de este proceso de deterioro en nuestra
sensibilidad en el corazón o enfermedad cardiaca o del corazón.
Fase I: Pérdida de Fe
Cuando nuestro corazón se debilita ante la Esperanza
diferida y
entonces la falta de Fe, perdemos nuestra Fe en la Bondad de Dios y Su Provisión.
Nos podemos encontrar todos los domingos, en nuestros días
de reunión, de estudio discipular, aún en nuestros convivios, hermanos en Cristo,
seres humanos con esa condición.
Estos es, personas que actuando y viviendo como buenos
cristianos, simultáneamente vivien Sin Fe.
¡Estan
vivos aunque completamente desnutridos, anémicos y hambrientos!
Veamos que dice la Palabra de Dios al respecto en 2ª. Timoteo
3:2ª-5
“2 Porque
habrá hombres…
5 que
tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.”
Amados, muchos cristianos van por la vida atravezando
emociones, mostrando un estilo de vida correcto en términos de lo que Dios nos
enseña en Su Palabra, cuando en realidad están extraviados.
Dice la Palabra de Dios en Apocalipsis 3:1-2
“1 Escribe
al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y
las siete estrellas, dice esto:
Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás
muerto.”
Amados, aunque esta condición ha sido causada por auto complacencia
y falta de compromiso y no por una Esperanza
diferida, sin
embargo repersentan el potencial de un creyente que experimenta la forma sin el
contenido.
¿Y la Iglesia..?
Encuentro por lo menos
interesante que al reflexionar en esto que claramente esta sucediendo en la que
debiera de ser Su Ekklesia, esta no actúa como tal.
No tenemos mas que solo observar
como su reputación sigue intacta.
Eso sí, críticas por acá y por
allá, tirando el hacha a matar a uno u otro Pastor o Predicador, reclamando
autenticidad, sana doctrina y otros argumentos en el nombre de la Fe o mas sensiblemente
aun, en el Nombre de la Fe y en defensa de la Palabra.
¡Como si la Palabra o Dios mismo requiriesen ello; de hecho el Evangelio es
Claro y Su Reino y el Rey, lo son aún más!
Amados, nos podemos engañar entre
nosotros mismos, esto es hombres engañando hombres; ¡Oh Amado, aunque a Dios es
imposible engañarlo!
Oh, Jesús puede ver dentro de
nuestros corazones…no lo olvidemos. Además el nos creo, el Diseñó el Propósito
para nuestras vidas.
Escucha Amado.
Zacarías, el padre de Juan el Bautista,
fue una más de las víctimas de la Esperanza
diferida.
Zacarías era sacerdote del
Templo; de hecho dice en Lucas 1:5-6 al respecto :
“5 Hubo en los días de Herodes, rey de
Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las
hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet. 6 Ambos eran justos delante de Dios,
y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.”
¡Wooow…!
Buenas referencias. Entonces… ¿Qué
sucedió?
Cuando el Ángel se le aparece a Zacarías,
informándole que junto con Elizabeth tendrían un hijo; sencillamente no podía
creerlo.
¿Porqué? ¡Esperanza
diferida!¡ Habían perdido
su Fé!
No perdamos de vista que seguía siendo sacerdote; Zacarías
era Siervo de Dios y sin embargo, sencillamente no tenía Fe suficiente.
Pienso en la escena. Quizá dijo algo como: “Imposible” ó “2
personas a nuestra edad ¿van a tener un hijo?...no lo creo.”.
Elizabeth su esposa, había sido una mujer estéril y ahora
además era ya muy avanzada en edad como para estar fértil.
La desesperanza estaba bien instalada y Zacarías no podía
responder en Fe, no incluso tomando en cuenta que había tenido una visitación
de un Ángel.
Su Esperanza
diferida pesaba
demasiado.
Amados en Cristo, queridos amigos, es común que nosotros
mismos reaccionemos como Zacarías.
Vamos todos los domingos al templo, a la congregación, a la
reunión, a la “congre”, cada semana, cumplimos con nuestros deberes cristianos.
Como Zacarías, adoramos, ofrendamos, y sin embargo siendo
honestos debemos admitir que tenemos áreas en nuestro corazón con Esperanza
diferida.
Esta, nos ha robado la habilidad de Creer en cualquier acto
Sobrenatural. Es decir, tenemos solo las formas aunque hemos perdido el PODER Sobrenatural de Dios.
Condenación o Bendición
Amados en Cristo, queridos amigos, es común que ante una situación
así, alguien pueda sentirse señalado, aunque por supuesto ese no es el Propósito
de Dios y nunca Su Instrucción para Su Siervo.
Sin embargo, todo cristianso ha pasado o esta viviendo al
menos por momentos, en esa forma tristemente.
Recordemos brevemente la historia del hombre cojo en el
estanque de Bethesda quien, después de muchos años de esperar un milagro, había
perdido toda Esperanza.
Dice la Palabra de Dios :
“6 Cuando Jesús lo vio
acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? 7 Señor, le respondió el
enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre
tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. 8 Jesús le dijo: Levántate,
toma tu lecho, y anda. 9 Y al instante aquel hombre
fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.”
Juan 5:6-9
Amado, ¡observa, discierne en el Nombre de Jesús, lo que Él
hace…!
Jesús primero lo trae de regreso a la Esperanza; le pregunta
claramente: “¿Quieres ser sano?”;
Amado, claro que No es que no lo sepa;solo que Él nada hará
si tu no se lo permites.
¿Lo dudas?
Déjame llevarte a Apocalipsis 3:20
“He aquí,
yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a
él, y cenaré con él, y él conmigo.”
Conclusión
Amados en Cristo, queridos
amigos, cuando la Esperanza
diferida envenena
el corazón podemos permanecer aunque en reelidad no tenemos Fe suficiente para
permanecer, para continuar conforme al Propósito de Dios.
Estando así, puedes imponer manos
conforme a lo que el propio Jesús nos dice en Marcos 16:14-18, y nada sucederá sencillamente
porque Su Espíritu no encontrará la puerta abierta en nuestro corazón.
Ahora mismo, quizá estamos – toda
la Iglesia, todo el país – clamando por un Avivamiento y ¡este no vendrá porque
nuestra Fe no es conforme a la que Cristo nos dice debido a nuestra Esperanza
diferida!
Podrás estar levantando tus manos o quedándote tendido
durante la adoración del domingo, aunque Amado, tu corazón esta frío y tu
tiempo y comunión con Dios es poca el resto de la semana.
Amado, si te encuentras en esta condición, no caigas en
condenación propia y ¡no te rindas!
¡Persevera!
¡Permanece!
¡Tu eres mas que Vencedor por
medio de la Sangre de Aquel que la dio toda por ti en esa Cruz!
¡Tu tienes Su Sangre y Su ADN!
“Porque
todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que ha
vencido al mundo, nuestra fe.”
1ª. Juan 5:4
Oremos
¡Dios
los Bendice!
Ps.
Jorge Macías Benítez