jueves, 31 de agosto de 2017

#A106 UNA FE REAL

Serie : Nueva Ministración
#A106 UNA FE REAL
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Amados en Cristo, familia natural y de la Fe, a todo buscador de Amor, Verdad, Paz y Esperanza, ¡Bendiciones!
Esta mañana el Señor nos quiere Ministrar y entregarnos Fundamento de Fe.
Su fundamento Bíblico para este mensaje lo encontramos en :
1a. Corintios 13
El título de nuestro Mensaje es : UNA FE REAL
Oremos
Siempre que me encuentro en una reunión de personas que buscan de Dios, me pregunto:
¿Que significa la Fe para ellos?
Entonces, recuerdo mi origen en la iglesia católica y cuando visualizo a los fieles rezando con su rosario, me pregunto :
  • ¿Qué significa para ellos todo esto?
  • ¿Qué impacto tiene en sus mentes y en sus corazones?
  • ¿Qué consecuencias tiene su Fe en la vida diaria ?
Lo mismo me he preguntado al observar a los musulmanes, a los indígenas, a los budistas de Hawaii, y a los fieles en templos de México y los Estados Unidos.
También me he hecho esa pregunta en muchas de mis iniciativas al observar las congregaciones :
  • ¿Qué significa todo esto para ellos?
  • ¿Cómo les ayuda su Fe a afrontar la vida diaria?
Si yo te preguntara qué significa realmente tu Fe :
  • ¿Que responderás?
  • ¿Me contestaras con expre­siones de rutina?
¡Francamente mi expectativa es que no!
Amados en Cristo, hay cuando menos 4 maneras de probar la validez, la realidad, el significado de nuestra Fe :
  1. Prueba Intelectual
  2. Prueba Emocional
  3. Prueba Ética
  4. Prueba de la Experiencia
Algunos dan más análisis a una que a las demás, y eso es peligroso porque se pierde el equilibrio, pero cuando se conserva el equilibrio entre estos cuatro aspectos, la Fe es algo real, significativo, satisfactorio.
Les invito a profundizar en estas dimensiones de la Prueba de nuestra Fe.
I. LA PRUEBA INTELECTUAL
Hay personas que dicen :
"Para mi la Fe es algo mental. He decidido no creer nada que mi inteligencia no pueda probar."
Amados, ¡Cómo se empobrece la vida de quienes así piensan!
No quieren entender que cuando la mente llega hasta el lí­mite máximo a que la razón puede conducirla, todaví­a la mente puede dar el paso de la fe y vislumbrar realidades jamás soñadas ni experimentadas por la razón ni la lógica.
Podemos llegar hasta el límite de la razón y la lógica si así lo queremos, aunque mi Consejo es que no te detengas allá pues nadie obtiene la experiencia de un encuentro con Dios por medio de la razón.
Quizá la lógica pueda ofrecernos las supuestas pruebas de la existencia de Dios, pero nadie puede experimentar a Dios sino por la Fe Verdadera.
Como se ha dicho : el corazón sabe razones que la razón ignora.
Es común pensar que la razón y la fe se contradicen.
No es así. No son como dos cí­rculos separados y en tensión, sino como un cí­rculo pequeño llamado "razón" dentro de otro más grande llamado "fe". La fe no contradice a la razón, sencillamente abarca mucho más.
Si no lo hiciera, no sería fe, ¡serí­a razón!
Podemos aprender todo lo posible, estudiar cuanto podamos, meditar hasta el límite.
Escucha, la Verdad no se opone a Jesucristo, puesto que Él es la Verdad, y la Verdad nunca se contradice.
Las personas que limitan la Fe a la esfera mental, se vuelven fríos y vanidosos; les preocupa tanto la "honradez intelectual" que no disfrutan de la Gloria y la grandeza de la Verdad Espiritual.
En su vanidad y arrogancia cierran ellos mismos la posibilidad de llegar a la Verdad Espiritual, la cual sólo los humildes alcanzan.


II. LA PRUEBA EMOCIONAL
Amados en Cristo …¡Es imposible divorciar la emoción y la Fe!
Se ha pretendido hacerlo, pero no se puede.
Nadie puede poseer una verdadera comunión personal con Cristo sin conmoverse emocionalmente.
¿Quién puede pensar seriamente en la Cruz, Su Sangre, y Su Amor, sin emocionarse?
Nunca faltan, por supuesto, en cada congregación los que alegan :
"Bueno, es que yo soy el tipo de persona callada, quieta, frí­a."
Está bien; en todas las ciudades hay miles de esos, muy callados, muy quietos, muy fríos, ¡a 3 metros bajo tierra!
Porque donde hay vida, se expresa. Donde hay vida espiritual, hay expresión espontánea y emocionante de ella.
La expresión será ¡tan original como la persona, pero no faltará¡
Ahora, es peligroso basar nuestra Fe en las emociones por cuando menos dos razones :
Primera, que uno puede caer en la rutina de responder sólo a ciertos himnos, a cierto tipo de sermón, o a cierta clase de servicio religioso; eso no es malo en sí. El peligro reside en que después uno bien puede reaccionar a esos estí­mulos aunque se haya perdido ya la experiencia espiritual.
Segunda, que es fácil acostumbrarse a sentirse uno que es espiritual por temporadas ya sea que esté bien con Dios o no. La naturaleza humana es como un péndulo, siempre oscilando, y el que depende de cómo se siente para definir su expe­riencia espiritual, siempre tendrá altas y bajas en su Fe, porque las emociones fluctúan constantemente.
Las emociones, entonces no son un termómetro de que podamos depender para juzgar nuestras relación con el Señor. El peligro no es ser muy emocional, sino por el contrario, ser tan frío que Dios no pueda inundar de Bendición el corazón.
No seamos de los que dicen :
"Pues para mí la Fe no es asunto mental ni emocional, sino moral."
Y si ese es el caso, examinemos entonces :
III. LA PRUEBA DE LA ÉTICA.
Esta es la única clase de "fe" que muchos cono­cen. Les preguntamos cómo saben que son cristianos, y responden:
"Es que vivo bien. No le hago mal a nadie. Proveo ayuda a los pobres."
Es sólo asunto de Ética o de mora­lidad.
Nadie niega que debe recalcarse el aspecto positivo de la moral cristiana.
Es imposible dar demasiado énfasis a la bondad, porque nadie puede ser demasiado bueno, como no se puede ser demasiado cortés, o demasiado caritativo.
Pero también es cierto que no sólo es posible, sino peligrosamente fácil, recalcar el aspecto negativo de la táctica, al grado de pensar que estamos bien con Dios por lo que no hacemos.
Cristo dijo que esta era la esencia del fariseísmo.
Ellos guardaban todas las reglas y su Fe que resultaba en una lista de prohibiciones.
Hoy también sobra quienes guardan las reglas cuando hace mucho que perdieron la realidad espiritual.
Escucha, cualquiera que basa su Fe sólo en prohibiciones, es un fariseo.
Cuando yo enseñaba un discipulado bíblico en el Instituto dominical, tuve un alumno que juzgaba la vida espiritual de todo mundo por si iban al cine o no y otros comportamientos similares.
En su opinión si no iban, eran cristianos, pero si iban, estaban perdidos. Podemos aceptar que un cristiano no debe andar en lugares mundanos.
Ahora, el cristianismo verdadero no consiste en eso.
Conocemos a muchos que juzgan si alguien es "espi­ritual" o no, según se abstenga de algo muy secundario en el margen de la vida diaria.
Hemos abusado del término "espiritual", usándolo para condenar a otros; debemos recordar que es una palabra muy significativa referente a asuntos fundamentales. Lo triste es que muchos de los que abusan de esta palabra, son los primeros en perder el control espiritual cuando las pruebas duras atacan.
Ese fue el error de los fariseos, daban tanta atención a lo secundario, que se volvieron expertos.
Haciéndolo se alejaron por completo del centro, del amor, la comprensión, la bondad, la cortesí­a, la caridad, la paciencia.
Una buena pregunta que debemos hacernos regular­mente es :
  • ¿Cómo está influyendo mi Fe en mi carácter?
  • ¿Está aumentando mi semejanza a Jesucristo?
Si no es así­, algo anda mal con mi Fe.
No tengo la Fe Verdadera, o no la estoy aprovechando hasta el máximo, porque la Fe establecida sobre la comunión con Dios en Cristo jamás será un estorbo, sino una ayuda para hacernos como Cristo.
Otros dicen :
"Para mi la Fe es pasar al frente, al altar, y ser salvo, y luego volver a pasar y ser bautizado con el Espíritu Santo para santificación."
Amados…¿y tu que es lo que en Verdad estás buscando?
IV. LA PRUEBA DE LA EXPERIENCIA
Personalmente, nunca he menospreciado la realidad ni la necesidad de una vida espiritual intensa.
Sinceramente Creo que todo hombre, por pecador que fuere, puede arrodillarse, Arrepentirse, aceptar a Jesucristo como Salvador per­sonal y recibir el perdón y nacer de nuevo.
Creo también que ese mismo individuo puede venir al altar por segunda vez, arrodillarse, rendir enteramente su vida a Dios, y ser purificado y lleno del Espíritu Santo.
Creo que alguien puede saber que ha sido salvo, y que ha sido santificado y que el Espíritu Santo mora en Él.
Si no lo creyere, no serí­a Evangelista.
Ahora, reflexionemos :
  • ¿Son esas dos experiencias la Propósito del pecador?
  • ¿Es eso todo lo que la Fe significa?
¡Claro que No!
Lo que queremos es una comunión nueva y permanente con Dios; la experiencia de la decisión por la Salvación, no es más que la puerta de entrada.
El pecador no sólo puede ser salvo, puede ser hijo.
Para serlo, necesita nacer de nuevo, pero el nacimiento no es el fin, ¡sino el principio!
Cuántas vidas han fracasado por hacer de las dos experiencias de Fe, básicas un fin y no un medio. El fin es la comunión continua, profunda, rica, abundante, con Dios.
La Fe que es real, es una relación de Amor con Dios.
Es algo que puede Crecer constantemente.
Desde que me casé con mi esposa, la he Amado. Ahora la Amo mucho más, de una manera más significativa, más real, más profunda, más intensa.
Así debemos Amar al Señor Jesús. Cuando somos salvos nos enamoramos de Él; cuando somos llenos del Espíritu Santo, un Amor mucho más profundo nos embarga.
Con el correr de los años, y el compartir de tristezas y alegrías, pruebas y tentaciones, victorias y triunfos con Él, el Amor que se desarrolla no tiene igual ni descripción.
¿Cómo será el cielo?
Mucho más que calles de oro y palacios de rubí­. Será el lugar donde conoceremos al Maestro como es en realidad, y le amaremos mucho más que ahora.
¿Cuál es el fin del asunto Si nuestra Fe ha de ser real, válida, significativa y llena de satisfacción?
Debe tener cimientos de razón, una dimensión emocional, demandas morales, y experiencias transformadoras.
Si conservamos el equilibrio entre estos cuatro aspectos, y los unimos con el vínculo de la perfección, que es el Amor, estaremos viviendo la Verdadera Fe.
Esto es lo que el Maestro nos quiso enseñar cuando dijo:
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo."
Cuando esta Declaración se hace Verdad en tu vida es que Su Fruto se manifiesta y empiezas a caminar en lo Sobrenatural.
¡DIOS LOS BENDICE!