Serie: Conozcamos a Dios
#A220 Reino
Eterno
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Introducción
Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta
Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!
Amados en Cristo, queridos
amigos, el Propósito y significado verdadero del Reino de Dios es ponerle fin a toda la locura de este
mundo.
En el
Amor de Cristo, quiero darles contexto de que implica lo Eterno y dilatado de Su Reino de lo cual habla en la parte a del versículo 7 de Isaías 9:
“7 Lo dilatado de su imperio…”
Amados,
cuando se establezca el Reino Eterno de Dios, este
universo que es Su Creación, volverá al lugar donde estaba antes de la rebelión, aunque en un estado
avanzado con la estructura humana completa.
Vamos a la parte final de nuestro
Fundamento en Su Palabra de esta Serie, que nos dice en Isaías 9:6-7:
“6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el
principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios
Fuerte, Padre Eterno, Príncipe
de Paz. 7 Lo dilatado de su
imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino,
disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para
siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.”
Este 5to. Mensaje de esta Serie: Conozcamos a Dios, lleva por título:
Reino Eterno
Oremos
Reino Eterno
El Reino de
Dios es sinónimo con el Reino de
los Cielos, que es un Reino
Eterno.
El concepto del Reino de
Dios adquiere diferentes matices en su significado
en diferentes pasajes de las escrituras.
En términos generales, el Reino de Dios es el reinado de nuestro Dios Eterno y soberano sobre todo el universo.
En términos generales, el Reino de Dios es el reinado de nuestro Dios Eterno y soberano sobre todo el universo.
Varios pasajes de las
escrituras demuestran que Dios es el Soberano Eterno e
indiscutible de toda la creación:
"El
Señor ha establecido su trono en el cielo, y su reino gobierna sobre todo"
Salmo 103:19
El rey Nabucodonosor declaró:
"El
reino de Dios es un reino eterno"
Daniel 4:3
Toda autoridad existente ha
sido establecida por Dios; vamos a Romanos 13:1, donde la Palabra de Dios nos
dice:
“Sométase toda persona a las autoridades
superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por
Dios han sido establecidas.”
Amados en Cristo, queridos amigos, concretamente el Reino de Dios es un reinado espiritual en los corazones y en las vidas de aquellos que están dispuestos a someterse a la Autoridad de Dios.
Quienes desafían la Autoridad de
Dios y se niegan a someterse a Él, no son parte del Reino de
Dios; en cambio, aquellos que reconocen el señorío
de Cristo y se rinden alegremente al reinado de Dios en sus corazones, son
parte del Reino de Dios.
En este orden de reflexión,
el Reino de Dios es
espiritual y por lo tanto tiene su orígen adentro.
Jesús de Hecho lo dijo con
claridad; dijo Su Reino no
era de este mundo como lo dice en Juan 18:36; Escucha:
“Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo;
si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera
entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.”
Cristo nos
predica que es necesario el arrepentimiento para ser parte del Reino de Dios;
en Mateo 4:17 nos dice:
“Desde entonces comenzó Jesús a predicar,
y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.”
En Juan 3:5-7 se evidencia
que el Reino de Dios
puede ser equivalente a la salvación, donde Jesús dice que se debe nacer de
nuevo para entrar en el Reino de
Dios.
Amados en Cristo, queridos amigos, al respecto del Reino de Dios en las escrituras nos habla del reinado literal de Cristo en la tierra durante el milenio.
Amados en Cristo, queridos amigos, al respecto del Reino de Dios en las escrituras nos habla del reinado literal de Cristo en la tierra durante el milenio.
En Daniel nos dice que:
"Y en los días de estos reyes el Dios del cielo
levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro
pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre,”
Muchos otros profetas, profetizaron
lo mismo; por ejemplo, Abdías 1:21; Habacuc 2:14; Miqueas 4:2; Zacarías 14:9.
Algunos teólogos se refieren
al futuro, a la manifestación abierta del Reino de
Dios como "el Reino de Gloria",
y en el presente, la manifestación del Reino de
Dios como el "Reino de
la Gracia".
Ambas manifestaciones están
conectadas; Cristo establecerá Su Reinado Espiritual por
medio de Su Ekklesia en
la tierra cuando Su Koinonía, Su
Unidad en Verdad se manifieste; un día él establecerá Su Reinado físico
en Jerusalén.
Dimensiones
del Reino y la Naturaleza del Hombre
El Reino de Dios tiene Dimensiones.
Cristo es Soberano del Universo
que es Su Creación y
por tanto en ese sentido Su Reino es Universal.
En 1ª. Timoteo 6:15, nos
dice el Padre:
“a cual
a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor
de señores,…”
Al mismo tiempo, el Reino de
Dios implica arrepentimiento y el nuevo nacimiento,
en la medida que Dios reina en los corazones de sus hijos en este mundo como
una preparación para el próximo.
La tarea iniciada en la
tierra encontrará su consumación en el cielo.
La Palabra de Dios en Filipenses
1:6, nos dice:
“estando
persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo;…”
Amados en Cristo,
queridos amigos, Dios creó al hombre con un propósito y es necesario estudiar
cuál es ese propósito.
En Génesis
1:27-28, nos dice el Padre:
“27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a
imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y
multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar,
en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la
tierra.”
Es importante no
solo entender, sino además Discernir cuál es la condición de todos los
seres humanos y cuál es nuestra verdadera naturaleza.
Si nos mueve el
corazón Conocer la Obra y Creación de Dios, necesitamos considerar y Discernir tanto la naturaleza del
ser humano como el Propósito de Dios al
crearlo.
Amados en Cristo,
queridos amigos, el cambio que
sufrió la humanidad por la
introducción del mal, y el plan de Dios para cumplir, sin embargo, su glorioso propósito en
la formación de Su Creación, conforme a Génesis.
Propósito de
la Creación
Amados en Cristo, queridos amigos, la Creación del hombre y de este planeta no fue
por pura casualidad.
Dios tiene un Propósito que se va a cumplir cuando la gran controversia entre el bien y
el mal llegue a su fin.
Les invito a reflexionar en esto, tomado de una referencia
pública:
“Dios creó al hombre para la Gloria divina, para que
después de pasar por la prueba y la aflicción la familia humana pudiera llegar
a ser una con la familia celestial.”
El Propósito de Dios era repoblar el Reino con la familia humana; para ello nos es necesario mostrar Obediencia a cada palabra divina.
Adán mismo fue probado en Obediencia; si hubiese
soportado la prueba, hubiera instruido a sus hijos tan solamente en un sendero
de lealtad.
Su mente y sus pensamientos habrían sido como la mente y
los pensamientos de Dios.
Habría sido enseñado por Dios como su labranza y edificio.
Su carácter habría sido modelado de acuerdo con el
carácter de Dios.
El Propósito de Dios al crear a Adán y Eva era que
la simiente de ellos ocupe el lugar de los ángeles caídos, que según la Biblia
fueron la tercera parte.
“y su cola arrastraba la tercera parte de
las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró
frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan
pronto como naciese.”
Apocalipsis 12:4
Si, nos habla de la 3ra. parte de
millones de millones en este Diseño Eterno.
En Daniel 7:10, nos dice:
“Un río de fuego procedía y salía de
delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían
delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.”
Amados en Cristo, queridos amigos, el hombre entonces y
ahora, tiene que pasar la prueba de Obediencia a cada palabra divina, no solamente a lo que le gustaba o le
convenía, y esa es la decisión que nos corresponde decidir a cada uno de
nosotros.
Un Nuevo
Pacto
Amados en Cristo, la Obediencia es una decisión de carácter personal e individual.
El Nuevo Pacto se estableció sobre ‘mejores
promesas,’ la promesa del perdón de los pecados y de la Gracia de Dios para renovar los principios de la ley de Dios.
El Profeta Jeremias nos dice en el capítulo 31, verísculos
33 y 34:
“33 Pero este es el pacto que haré con la
casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente,
y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por
pueblo. 34 Y
no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce
a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más
grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más
de su pecado.”
La condición de Obediencia a la palabra de Dios no ha cambiado.
Sigue siendo la misma condición para nosotros como lo fue
para Adán y Eva.
Es importante comprender también que, después de la caída
de Adán, Dios tiene otro Propósito más para el hombre.
La Palabra de Dios nos dice en 1ª. Corintios 3:9 :
“Porque nosotros somos colaboradores de Dios; y
vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.”
Es parte de nuestro Propósito ser colaboradores con Dios en el plan de
redención, para cumplir Su Propósito que es el de repoblar el Reino, Su Reino con todos los hombres y
mujeres redimidos de todas las edades.
Reflexión
¿Deben los que siguen a Cristo ser menos inteligentes, y
mientras profesan dedicarse a su servicio ignorar los medios y recursos que han
de emplearse?
La empresa de ganar la vida eterna es superior a toda
consideración terrenal.
A fin de conducir a las almas a Cristo, debe
conocerse la naturaleza humana y estudiarse la mente
humana, que son Diseño de Dios.
Se requiere mucha reflexión cuidadosa y ferviente Oración para saber cómo acercarse a los hombres y las mujeres a fin de
presentarles la Verdad del Evangelio del Reino.
Debemos profundizar en el Diseño de la naturaleza humana y ser colaboradores con Dios con el fin
de “llevar almas a Cristo,” no al hombre.
La salvación de la humanidad caída no se encuentra en una
institución religiosa humana.
La salvación se encuentra únicamente en el trabajo de
Cristo como Sumo Sacerdote en el Santuario Celestial, gracias a los medios que
él consiguió en su primera venida a esta tierra:
Su Vida de Obediencia perfecta a la Ley y su sangre derramada en la Cruz.
En Hechos 4:12, nos dice Dios:
“En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre debajo
del cielo dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”
Conclusión
Amados en Cristo, queridos amigos, ¿Estamos llevando almas a los hombres o a Cristo?
El trabajo de la Ekklesia debe ser el de llevar almas a Cristo, para que
aprendan a confiar en el trabajo que Él realiza como Mediador de la Creación en
Su Reino.
Sin embargo lo que en verdad esta sucediendo hoy, es que el trabajo de la iglesia está siendo
el de llevar almas a la organización u organizaciones creada(s) por el hombre –
en la mayoría de los casos con excepciones, sin duda - para que pongan la
confianza de salvación en la institución y sus ritos, en lugar de hacerlo en
Cristo.
Muchos hoy profesan ser siervos de Cristo, aunque en verdad no están dejandose utilizar por Dios, para llevar almas a Sus
pies, pues la Gran Comisión es para
todos, no solo para un Ministerio…el de Evangelismo; de hecho, en la Palabra de
Dios no nos habla de Ministerios.
De lo que si nos habla es de Oficios y Llamado.
En Verdad el Diseño de Dios es Establecer Su Reino por medio de Su Ekklesia y en ello Su Gobierno desde Su Espíritu Santo Gobernando nuestras vidas.
Oremos
¡Dios
los Bendice!
Ps.
Jorge Macías Benítez
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