domingo, 14 de noviembre de 2021

#A311 Hambre de Ser

Hambrientos a la Vista

Nueva Serie




Ps. Jorge Macías Benitez 

14 de Noviembre del 2021


Introducción


Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!


Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!

Ser y estar son quizá los 2 principales Anhelos de la raza humana, de los Creados de Dios.


Ser y estar en la Presencia de quien decide, de quien tiene, de quien crea, de quien puede.


Claro, en el caso de nosotros los Cristianos, esto tiene una muy especial relevancia.


De hecho para poder Ser y estar, es entonces que buscamos Su Presencia.


“Presencia” es una traducción común de la palabra Hebrea “rostro”. 


Literalmente, hemos de buscar su “rostro”. 


Pero esta es la forma hebraica de tener acceso a Dios. 


Estar delante de su rostro es estar ante su presencia.


Pero ¿no están su hijos siempre ante su presencia? 


Sí y no. 


Sí en dos sentidos: 


En primer lugar, en el sentido que Dios es omnipresente y por lo tanto siempre está cerca de todo y de todos. 


Él mantiene todo en su existencia. Su poder siempre está presente en el mantenimiento y gobierno de todas las cosas.


Y en segundo lugar, sí, Él siempre está presente con sus hijos en el sentido de su pacto de compromiso de estar siempre con nosotros, obrar por nosotros y transformar todo para nuestro bien. 


“Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” Mateo 28:20


El título del mensaje este domingo es:


#A311 Hambre de Ser


Oremos


Certeza de la elección eterna


Sabes, hay un sentido en el que la presencia de Dios no está con nosotros siempre. 


Por esta razón, la Biblia repetidamente nos llama a “buscar al Señor… buscar su presencia continuamente”. 


La presencia confiable, consciente y manifiesta de Dios no es nuestra experiencia constante. 


Hay temporadas cuando nos volvemos negligentes para con Dios, no le damos ningún pensamiento, no ponemos nuestra confianza en Él y le encontramos “no-manifestado” – es decir, imperceptible como grande, hermoso y valioso por los ojos de nuestros corazones.


“Dios nos llama para disfrutar del conocimiento continuo de su suprema grandeza, belleza y valor.”


Su rostro – el brillo de su carácter personal – se oculta detrás de la cortina de nuestros deseos carnales. 

Esta condición siempre está dispuesta a sobrepasarnos. 

Esa es la razón por la que se nos dice “buscar su presencia continuamente”. 

Dios nos llama para disfrutar del conocimiento continuo de su suprema grandeza, belleza y valor.

Buscando un significado


Amadas, amados en cristo, esto sucede a través de “buscar”. 

De búsqueda continua. 

Pero ¿qué significa eso en la práctica? 

Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento dicen que es una “fijación de la mente y el corazón” en Dios. 

Es la fijación consciente o el enfoque de nuestra atención de la mente y nuestros afectos del corazón en Dios.

La palabra de Dios nos dice:

“Dispongan ahora su corazón y su alma para buscar al Señor su Dios.” (1 Crónicas 22:19)

“Si ustedes, pues, han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Pongan la mira (la mente) en las cosas de arriba, no en las de la tierra.” (Colosenses 3:1-2)


Esta fijación de la mente es lo opuesto de la relajación mental. 


Es una elección consciente de dirigir el corazón hacia Dios. 


Esto es lo que Pablo dice a la iglesia: 


“Que el Señor dirija sus corazones hacia el amor de Dios y hacia la perseverancia de Cristo” 2 Tesalonicenses 3:5


Este es un esfuerzo consciente de nuestra parte. Pero ese esfuerzo de buscar a Dios es un regalo de Dios.


“Buscar a Dios es el esfuerzo consciente de llegar a Dios mismo a través de medios naturales.”


Nosotros no hacemos este esfuerzo mental y emocional para buscar a Dios porque Él esté perdido. 


Esa es la razón por la que buscaríamos una moneda o una oveja. Pero Dios no está perdido. 


Sin embargo, siempre hay algo a través del cual o en torno al cual debemos ir a Su encuentro conscientemente. 

Este ir ‘a través de’ o ‘en torno a’ es lo que significa buscar. Él a menudo está oculto. 


Velado. 


Debemos ir a través de medios y alrededor de obstáculos.


Los cielos cuentan la gloria de Dios. 


Así que podemos buscarle a través de eso. 


Él se revela a sí mismo en su palabra. 


Así que podemos buscarle a través de eso. 


Él se muestra a sí mismo a nosotros en las evidencias de la gracia en otras personas. 


Así que podemos buscarle a través de eso. 


La búsqueda es el esfuerzo consciente de llegar a Dios mismo a través de los medios naturales – para fijar nuestras mentes hacia Dios constantemente en todas nuestras experiencias, para dirigir nuestras mentes y corazones hacia Él a través de los medios de su revelación. 


Esto es lo que significa buscar a Dios.


Evita los Obstáculos y Cuida tu Corazón


Hay un sinnúmero de obstáculos que debemos sortear a fin de verlo claramente, y así podamos estar en la luz de su presencia. 


Debemos huir de las actividades espiritualmente insípidas. Debemos correr de ellas y esquivarlas. 


Ellas están bloqueando nuestro camino.


Sabemos lo que nos hace vitalmente sensibles a las apariciones de Dios en el mundo y en la palabra. 


Sabemos lo que nos opaca, nos ciega y hace que ni siquiera queramos buscarlo. 


De estas cosas hay que alejarnos y dar la vuelta si queremos ver a Dios. 


Eso es lo que implica buscar a Dios.


“La gran promesa para los que buscan al Señor es que Él será encontrado.”


Y a medida que dirigimos nuestra mente y corazón hacia Dios en todas nuestras experiencias, clamamos a Él. 

Esto es también lo que significa buscarle.

“Busquen al Señor mientras puede ser hallado, llámenlo en tanto que está cerca.” (Isaías 55:6)
“Si tú buscaras a Dios e imploraras la misericordia del Todopoderoso…” (Job 8:5)

Buscar implica llamar e implorar. 

“Oh Señor, abre mis ojos. Oh Señor, quita la cortina de mi propia ceguera. Señor, ten piedad y revélate a tí mismo. Anhelo ver tu rostro.



Humildad Esencial


El mayor obstáculo para la búsqueda del Señor es el orgullo. ”El impío, en la arrogancia de su rostro, no busca a Dios” (Salmos 10: 4). 


Por lo tanto, la humildad es esencial para la búsqueda del Señor.


La gran promesa para los que buscan al Señor es que Él será hallado. “Si Lo buscas, El te dejará que Lo encuentres” (1 Crónicas 28: 9). 


Cuando Él es encontrado, hay gran recompensa. 


“Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que Él existe, y que recompensa a los que Lo buscan” (Hebreos 11: 6). 


Dios mismo es nuestra mayor recompensa. Y cuando lo tenemos, lo tenemos todo. Por lo tanto, “¡Busquen al Señor y su fuerza; busquen continuamente su presencia!”


Conclusión


Oremos


Ps. Jorge Macías Benitez


domingo, 7 de noviembre de 2021

#A310 Hambre de Certeza


Hambrientos a la Vista

Nueva Serie




Ps. Jorge Macías Benitez (colaboración Ps. Julio Ruiz)

4 de Noviembre del 2021


Introducción


Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!


Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!

Aconteció en abril de 1912, y una publicación de la época escribía:


“Podría decirse que todo el mundo civilizado se sintió consternado por el hundimiento del trasatlántico llamado Titanic. 


Una de las causas de esa tragedia fue que los armadores y muchas autoridades marítimas creían que dicho barco no podía hundirse porque estaba perfectamente construido.


Pensaban esto porque el casco de la nave estaba dividido en compartimientos de tal manera que, si uno era averiado, los otros quedarían cerrados herméticamente y el barco permanecería a flote. 


Basados en esta suposición se hizo navegar el barco a toda velocidad, por la noche, en una región donde había grandes masas de hielo flotante.


Contra una de éstas chocó el Titanic y comenzó a hundirse porque despreocupadamente, por ser el primer viaje, los compartimientos no habían sido bien cerrados. 


Muchos creyeron que el barco no se hundiría y … ellos y él se fueron al abismo” 


Amadas, amados en Cristo, el discípulo de Cristo tiene una seguridad no basada en ciertos “compartimientos”, sino en un depósito ya hecho en el cielo, que le permite ir por este mundo navegando y aunque se encuentre con “témpanos de hielo” jamás se hundirá en el abismo porque el barco donde navega está totalmente sellado, cuyo sello es el del Espíritu Santo.


De modo, pues, que la seguridad de quiénes somos no se basa en una mera experiencia emocional, sino en una experiencia de origen divina. Cristo ha perdonado mis pecados y ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús. De eso se trata este tema. Veamos en qué consiste.


El título del mensaje - fundamentado en Romanos 8 - este domingo es:


#A310 Hambre de Certeza


Oremos


Certeza de la elección eterna


 Predestinados por su conocimiento (versículo 29)


La palabra “predestinación” le ha dado muchos dolores de cabeza a algunos pensadores bíblicos. 


De hecho, es una de las doctrinas que más controversia ha traído. 


Pero es tan real y es ella la que tiene que ver con nuestro destino eterno.


En esencia, la predestinación es el acto de destinar una cosa con anterioridad. 


En el contexto espiritual es el acto mediante el cual el designio de Dios escoge, a través de su gracia, a aquellos que han de ser salvos. 


Vamos a verlo bajo la perspectiva de lo que el texto mismo nos ofrece.


Lo primero que resuelve la predestinación es el conocimiento previo. 


Fuimos conocidos desde antes de la fundación del mundo. Por lo tanto, no somos desconocidos para Dios. 


Si esto fuera el caso, Dios jamás tomaría interés en nosotros. ¿Nos es maravilloso saber que él nos conoce desde antes de nuestro nacimiento?


El asunto es que cuando Dios hizo sus planes no nos dejó por fuera.   


Lo que llegamos a ser posteriormente no le tomó por sorpresa. Nos conoce perfectamente bien. 


Él sabe de qué tamaño somos, como reímos y lloramos, pero, sobre todo, él sabe lo que sentimos y pensamos. 


No hay nada en nosotros que Dios no lo haya conocido previamente. Eso es predestinación.


Predestinados conforme a su imagen (versículo 29b)


Pero la predestinación va más allá de un conocimiento previo. 


Este texto nos sorprende al decirnos que el propósito de Dios con su predestinación ha sido traernos para que lleguemos a ser conforme a la imagen de su Hijo. 


Esto sería algo así como la cumbre de todos los propósitos de Dios.


¿Qué significa llevar la imagen de Cristo en mi vida? 


Cuando uno lee esto, la verdad es que comienza a ver que los planes anticipados de Dios para con nosotros son mucho más grandes en la forma como concebimos la salvación.


De hecho, esto va más allá de la salvación por cuando apunta al más completo y ponderado propósito de Dios que fue hacernos conforme a Cristo o parecidos a Cristo en lo que respecta a su fidelidad, obediencia, consagración y entrega a Dios.


Esto significa que la única manera que el mundo verá a Cristo es por medio de nosotros. 


De allí el significado de ser hechos a la imagen de su Hijo. 


¿Y cuál es la bendición final de esto? 


Que por ser elegidos hijos de Dios, donde el Padre honró a Cristo, dándole muchos hermanos, él se constituye en el hermano Mayor. 


¡Que bendición!

Predestinados hasta completar la obra (versículo 30)


La predestinación nos lleva a una consideración mayor. 


Observe como en un solo texto nos encontramos con tres cosas que han sido hechas para nuestra salvación y estado eterno. 


Si bien es cierto que hay una elección previa, hubo un tiempo, un día, una fecha, una ocasión y algún lugar cuando Dios nos llamó para que aceptáramos el regalo de su salvación.


La otra cosa que sucedió fue que, al ser llamados para salvación, Dios nos justificó. 


La doctrina de la justificación por fe, por medio de la gracia divina es lo que sella nuestra salvación eterna. 


Mattew Leighton, en su estudio de la justificación, lo menciona así: 


“Lo que todos merecíamos era una condenación eterna.


La justificación no solo es una doctrina distintiva, sino que viene a ser la única solución al problema más importante de la humanidad: su propia injusticia y la ruptura de su relación con el Creador. 


La justificación por la fe sola es el camino que Dios ha puesto para establecer de nuevo la paz entre Él y sus criaturas. 


Es el corazón del evangelio, la buena noticia de la Biblia”. 


Y a este acto divino Dios le añadió otra cosa más, ¿cuál? Que a “a éstos también glorificó”. 


¿Le faltó algo más a la salvación? 

Esto es predestinación.


Certeza de Protección Eterna

El Dios que está por nosotros (versículo 31)


Otra forma de decir este texto sería: 


“Puesto que Dios está por nosotros, ¿quién puede estar contra nosotros?”. 


La primera impresión que yo tengo de este texto es que hasta ahora nadie supera al Dios que nos ha predestinado.


Dicho de otra forma, si Dios es el “poderoso gigante” 


¿cuál será el Goliat que pretenda amenazarme y destruirme? 


Pablo da por sentado en este capítulo 8 de Romanos que el discípulo de Cristo enfrenta los tiempos de grandes pruebas y reales tribulaciones.


La pregunta sugiere que el cristiano enfrenta siempre una oposición que es real. 


En la carta a los Efesios 6 se nos dice que nuestra lucha no es contra carne ni sangre, sino contra principados y potestades. 


Pero otra vez, la certeza de este versículo nos llena de una gran esperanza, pues quien quiera que sea nuestro enemigo no podrá contra el todopoderoso Dios que está por nosotros.


Desde el momento que conocimos a Cristo como el salvador y Señor contamos con nuestro Dios protector. 


Brunner lo dice así: 


“Es la salvación en contra de la cual todo lo que se oponga a nosotros no puede triunfar” (Comentario Bíblico Beacon: Romanos hasta 2 Corintios (Tomo 8) (Lenexa, KS: Casa Nazarena de Publicaciones, 2010), 189.


El Dios que provee para nosotros (vers. 32)


Este es un pasaje lleno de preguntas. Solo en estos versículos encontramos siete y todas ellas para afirmar las verdades de lo que tiene que ver con la seguridad a la que ha sido llamado el discípulo. 


Cómo vemos esto.


Pablo viene abordando el gran tema de la elección anticipada a la que define como la predestinación del creyente. 


En un texto como esto lo que uno más puede ver es la determinación que Dios tiene para hacernos bien. 


El punto de satisfacer nuestras necesidades, cualquiera que sea, pasa por esta frase “el que no escatimó a su propio Hijo”.


Por lo tanto, si Dios derramó sobre nosotros su “don inefable” en lo que ha sido su más grande demostración de amor, debemos estar seguros de que no nos negará cualquier otra expresión de amor de las que tengamos necesidad.


El asunto es que no debe extrañarnos que detrás de la decisión de Dios por darnos al Hijo amado para que muriera por  nuestros pecados, tenga la disposición de darnos con él todas las cosas. 


“Si nos dio el bien mayor, ¿cómo no habrá de darnos los bienes menores? 


Si nos dio el regalo de la vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (6:23), ¿cómo no nos dará por añadidura las demás cosas?”


c. El Dios que intercede por nosotros (vers. 34)


La Biblia nos dice claramente que una de las cosas que hace nuestro común enemigo es el de acusarnos (vers. 33). 


Sin embargo, aunque Satanás pretenda ser un abogado acusador, ya su acusación ha sido sancionada y defendida por Dios porque él es quien justifica.


Las preguntas de quién nos acusará o quién nos condenará tiene una sola respuesta: nadie. 


¿Por qué decimos esto? 


Porque la obra que hizo Dios por medio de Cristo le da al hijo de Dios una total seguridad que ni el mundo, ni su conciencia y ni Satanás, pueden ahora acusarle para que él viva en vergüenza y derrotado.


Así afirmamos que nadie tiene autoridad ni para acusarnos ni para condenarnos. 


Que, si bien el mundo está bajo el maligno, no lo es para el hijo de Dios por cuanto él ha quedado libre de toda condenación.


Cristo hizo tres cosas por nosotros: lo primero fue morir, luego resucitar y ahora es nuestro sacerdote o intercesor celestial. 


Esto significa que, si bien es cierto que hay los “acusadores de oficio”, también es cierto que ahora contamos con el abogado eterno que está delante de Dios, “el que también intercede por nosotros”.


Certeza de Permanencia Eterna


¿Quién nos separará del amor de Cristo? (versículo 35)


Y en verdad ¿habrá algo que nos pueda separar del amor de Cristo? 


Bueno, en la próxima pregunta del mismo texto, el apóstol menciona siete potenciales cosas que nos podían separar del amor de Cristo.


Obsérvelas: 


“Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada…”. 


Si usted y yo hubiéramos vivido en esa época, debido a la férrea persecución a la que era sometido el discípulo, a lo mejor habríamos retrocedido.


Sin embargo, y, por el contrario, más bien nos va a decir categóricamente que frente a estas posibles cosas a las que no somos ajenos y que nos puede pasar en alguna etapa de nuestras vidas “somos más que vencedores” (vers. 37).


La verdad de este texto en relación con la seguridad eterna del discípulo es que independientemente de cuáles sean las circunstancias, y a pesar de cómo podamos sentirnos, tenemos que apoyarnos firmemente en la verdad de que Dios está con nosotros y por nosotros.


Nada puede separarnos de su amor. 


La promesa es que vamos en un desfile de victoria siempre. 


En esta vida nos enfrentamos a la lista hecha por Pablo, pero la seguridad de hacía donde vamos nos mantiene unidos al amor de Cristo. ¿Le separa esto del amor de Cristo?


 “Por lo cual estoy Seguro…” (versículo 38)


¿De qué es lo que estoy seguro? 


Bueno que a parte de las siete cosas que podamos vivir por nuestra condición humana, consideradas como pruebas comunes, Pablo menciona diez nuevas cosas que tocan otros niveles, que no son los cotidianos y que tienen proporciones de otras dimensiones que podían crear en nosotros inseguridad de nuestro destino eterno.


En ese orden aparece la muerte. 


Bueno, ya ella ha sido vencida (1 Corintios 15). La vida, aquella con sus afanes, tampoco puede separarnos. 


Ni ángeles con sus poderes, porque ya fueron vencidos. 


Ni el presente ni el futuro, porque están en las manos de Dios. 


Ni lo alto ni lo profundo, porque no hay lugar donde Dios no pueda estar.


Es más, aún cualquier otra cosa creada de la que no tengas conocimiento no te separará del amor de Dios, porque nada puede contra el Dios de donde vienen todas las cosas. 


Como alguien lo ha dicho: “Nadie puede quitar a Cristo del creyente; nadie puede quitar al creyente de Cristo, y eso basta”.


Y si bien es cierto que ninguna cosa creada nos podrá separar del amor de Cristo, pudiéramos ser nosotros mismo con nuestras actitudes que nos separemos de él. 


Ni la vida con su sufrimiento, ni lo que hay en el mundo nos separa del amor de Dios. 


Y la razón es porque ahora nuestra vida está en las manos del Hijo y del Padre y nada ni nadie podrá arrebatarnos de su mano (Jn. 10:27-30). Por esto estamos seguros mis hermanos.


Conclusión


Dejé para citar Romanos 8:28 al final de este mensaje. 


La razón es porque de este texto se desprende todo lo dicho. 


Hay que destacar las palabras “los que aman a Dios” y luego “los que conforme a su propósito son llamados”. 


En esto consiste la seguridad eterna del discípulo, aunque le pasen cosas que no entiende.


Volviendo a la historia del Titanic, el dueño del barco había dicho que ni siquiera Dios podía hundir semejante maravilla. 


Pero aquella noche de abril de 1912 (vs Abr. 2022) no solo el barco más grande del mundo se hundía, sino que murieron 1.497 personas de las 2208 que viajan allí.


Pero en ese barco había muchos cristianos, incluyendo un pastor y unos músicos. 


El nombre de uno de aquel pastor era Robert Bateman quien se quedó de pie en la cubierta mirando como su cuñada, la señora Ada Balls, subía al bote. 


«Si no nos volvemos a ver de nuevo en este mundo -le dijo- nos veremos en el otro». 


Y también estaba allí una orquesta compuesta por varios músicos, que no se conocían, pero se unieron en aquel momento del hundimiento del barco mientras tocaban el himno “¡Más cerca, oh Dios, de ti!”.


Ellos también murieron, pero aquella noche fría en medio del atlántico ellos se fueron para estar “cerca del Señor”. 


Hay una seguridad eterna que no depende de un barco como el Titanic, sino de nuestro poderoso Dios. 


Así dice una de aquellas estrofas del himno tocado esa noche: 


“Más cerca, oh Dios de Ti, más cerca, sí! Aunque una dura cruz me oprima a mí. Será mi canto aquí: ¡Más cerca, oh Dios, de Ti, más cerca, sí!


Oremos


Ps. Jorge Macías Benitez


lunes, 1 de noviembre de 2021

#A309 Visión de Dios para mi vida

Hambrientos a la Vista

Nueva Serie




Ps. Jorge Macías Benitez - 10 de octubre de 2021


Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!


Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!

En el capítulo 15 de Génesis podemos ver el momento en que Abraham deja de dudar para comenzar a creer. Él ya tenía una promesa de parte de Dios, pero se convirtió en más que eso; se convirtió en una visión. Aquí, la visión viene a despertar todas las promesas que Abraham ya tenía.

“MIRA AL CIELO Y, SI PUEDES, CUENTA LAS ESTRELLAS“. GENESIS 15:5 NTV

Dios le dice: “Mira el cielo y cuenta las estrellas”. En capítulos anteriores Abraham recibe la promesa pero, en esta parte del relato, recibe una visión. Por años solamente contaba con esa promesa pero no veía que se cumpliera. Dios consideró necesario añadir a esa promesa una visión. Durante años a pesar de que tenia una promesa lo único que veía era el techo de una carpa, es entonces cuando Dios le dice: “Sal de esa carpa, deja de ver el techo. Mira esta visión de lo que tengo preparado para ti”. Entonces le mostró las estrellas y le pidió que las contara.

Tal vez tú tienes promesas y has estado en etapas o temporadas en las que solo ves el techo de una carpa. Las promesas son grandes pero no ves nada mas. No quiero que solo abraces una promesa, quiero que abraces una visión. Dios sacó a Abraham de su zona pequeña y limitada para mostrarle lo grande que Dios tenía. El Señor le pidió a Abraham que se involucrara, pero no pudo contar las estrellas. Dios le dijo: “lo que tú no puedes hacer, yo lo puedo hacer”. Hay cosas que tú y yo podemos hacer, pero hay otras que tenemos que entregarlas a Dios. Él puede hacer todas las cosas, ¡es Dios! Pero quiere involucrarte a ti.


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Siempre Fuiste Parte del Plan

“TE CONOCÍA AUN ANTES DE HABERTE FORMADO EN EL VIENTRE DE TU MADRE; ANTES DE QUE NACIERAS, TE APARTÉ Y TE NOMBRÉ MI PROFETA A LAS NACIONES”. JEREMÍAS 1:5

Estuve repasando la historia de Jeremías y en este versículo Dios te muestra que no importa de dónde vienes o qué has hecho con tu vida, si fuiste planeado o no por tus padres, lo que importa es que Dios te eligió a ti desde antes de nacer ¡Wow! No solo somos fruto de las circunstancias, de la casualidad o de una noche de “avivamiento” de papá y mamá ¡No! No somos un error.

Mis padres no tenían planeado tenerme. Cuando se enteraron que estaban embarazados comenzaron con temas de aborto. Mi mamá fue con gente que le daba ciertos “remedios” para abortar, y en cuanto más lo intentaba, ese bebé (yo) seguía creciendo. Empezó a soltar la situación porque los meses pasaban y el embarazo seguía avanzando, entonces mi mamá se asustó y finalmente dijo “basta”. Le dijo a mi papá que tendrían al bebé. Las palabras de mamá fueron: “Si este bebé nace bien y sano, se lo voy a dar a Dios para siempre”. Esa fue la oración de una madre que no conocía a Jesús. En ese momento no comprendía lo que estaba haciendo pero años después se entrego a Cristo.

Cuando mis padres me cuentan esto (ya mi mamá era cristiana) entendí que no fue mi mamá, fue Dios quien me eligió desde su vientre, antes de que yo naciera Él ya me había apartado. Aunque mis padres no me habían deseado en un inicio, hay alguien que siempre me deseó y me planeó. Independientemente de cuáles hayan sido tus circunstancias alguien te planeó con un propósito.

Puras Excusas

LO QUE SUCEDE CUANDO DIOS TE HABLA ES QUE EN LUGAR DE RESPONDER CON OBEDIENCIA, RESPONDES CON EXCUSAS.

Dios siempre te va a seguir hablando, es padrísimo, pero te llenas de excusas, como Moisés que puso de excusa su “torpe” manera de hablar cuando Dios le pidió ir con el faraón.

Cuando Jesús se acerca con un paralítico que tenía 38 años en esa condición; él quería entrar al estanque de Betesda para ser sano, pero cuando Jesús se presenta y le pregunta: “che, ¿querés ser sano?”, él le contesta: “Sí, pero no tengo a nadie que me lleve” ¿Te das cuenta? Jesús no le preguntó por sus excusas, le preguntó si quería ser sano. Jesús siempre busca tu corazón, pero nosotros presentamos excusas. Él nos dice: “Yo no necesito sus excusas, necesito un corazón dispuesto”.

Dios nos pide que actuemos. Aquí van tres preguntas acerca de lo que yo tengo que hacer, lo que a mi me toca.


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1- ¿Qué es lo que estás viendo?

“LUEGO EL SEÑOR EXTENDIÓ SU MANO, TOCÓ MI BOCA Y DIJO: «¡MIRA, HE PUESTO MIS PALABRAS EN TU BOCA! ” JEREMIAS 1:9

Esto habla acerca de visión. ¿Cual es tu visión? ¿Qué ves para los próximos años o meses de tu vida? Todos esperamos algo, ya sea un ascenso en tu trabajo, terminar tu licenciatura, pasar el examen de la semana que viene, tal vez a tu pareja, tu “tierra prometida” ¿Cómo ves tu relación con esa tierra prometida? ¿Cómo visualizas un matrimonio o relación? Si tú no ves nada es muy difícil que llegues a lo que Dios planeó para ti. ¿Qué es lo que estás viendo para tu familia y tu casa?

Son muchas preguntas. Pero sucede que muchos alguna vez tuvieron grandes sueños, y hoy solo tienen muchas dudas. Quizás algunos visualizaron para si mismos un futuro brillante, pero hoy, quizás por los tropiezos o cosas del pasado, sienten que ese futuro se opacó. De parte de Dios te digo que eso es lo que tú estas viendo, es tu “techo”. Dios te dice que no quiere que veas ese techo, quiere que veas Su visión. La palabra de Dios enseña que no caminamos por vista sino que nos movemos por fe y obediencia.

Visión Extraordinaria

¿Qué promesas estás viendo? El Dios de las promesas es más grande que tus circunstancias. Hace unos días escuchaba el testimonio de un pastor en medio oriente, que va a lugares donde predicar te puede costar la vida ¡Y plantó 16 iglesias ahí! Pero lo impresionante no son esas iglesias, sino que ese pastor ¡es ciego! Es un hombre que no tiene vista pero cuenta con visión.

Este pastor aunque es ciego no le presentó las excusas a Dios. Te estoy diciendo que este hombre para moverse necesita a una persona y para hablar necesita un traductor. Cuando Dios lo llamó no presentó sus excusas, más bien presentó un corazón dispuesto. Te repito, un hombre sin vista pero con visón. La vista se enfoca en los problemas pero la visión en las promesas de Dios. La gran mayoría de nosotros tenemos vista, pero ¿cuántos de nosotros tenemos visión? Es muy diferente. El desafío es que tú y yo podamos transformar nuestra vista en la visión que Dios tiene para nosotros. ¿Quieres caminar por visión?

2-¿Qué Es lo Que Hablas?

“LUEGO EL SEÑOR EXTENDIÓ SU MANO, TOCÓ MI BOCA Y DIJO: «¡MIRA, HE PUESTO MIS PALABRAS EN TU BOCA!”. JEREMÍAS 1:9

¿Qué estás hablando? ¿Cuáles son tus palabras y tu confesión? Es súper importante hablar lo que estás viendo en esa visión de Dios. Te sorprendería la cantidad de veces que la gente está sentada escuchando un mensaje poderoso de Dios. Un mensaje claro, directo y practico, pero cuando termina el mensaje y le preguntas a la persona “¿cómo estas?”, te contestan: “pues más o menos, aguantando”. Parece que no entendieron el mensaje de Dios.


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¿Te Dejan en Visto?

YO NO CAMINO POR VISTA, SINO POR FE.

¿Cómo te sientes cuando te dejan en visto? Y sumado a eso ves que esa persona responde en los otros grupos de WhatsApp pero a ti no te contesta. Joven vos y yo nunca podemos dejar en visto a Dios. ¿Cuántas veces Dios te da una palabra y lo dejas en visto? Cuando Dios te da una palabra siempre espera una respuesta de ti. Dios no habla por hablar.

Cada vez que escuchas una palabra de parte de Dios, no te puedes levantar igual, te tienes que aferrar a eso y creer en lo que acabas de escuchar, sino estas dejando en visto a Dios.

¿Qué es lo que estás hablando? Esto no se trata de una confesión mágica, sino de confesar lo que la palabra de Dios dice. La visión no niega los problemas, se sobrepone a las circunstancias porque se enfoca en la visión de Dios. En lo que sea que pases, tu visión debe enfocarse en las promesas de Dios.

3-¿Qué Es lo Que Esperas?

“Y ME DIJO JEHOVÁ: BIEN HAS VISTO; PORQUE YO APRESURO MI PALABRA PARA PONERLA POR OBRA”. JEREMÍAS 1:12 RVR1960

¿Cuáles son tus expectativas? Lo que Dios nos dice, quiere que, no solo lo escuchemos sino que lo pongamos por obras. Te sorprendería la cantidad de gente que va a la iglesia y no espera nada. Gente que viene a retiros y canta y salta y todo, pero su corazón no espera nada; no espera que nada suceda.

Te pregunto ¿qué estas esperando que ocurra en tu vida? Lo peor es que hay gente que espera que le vaya mal. Había un niño que se acercó a una heladería a comprar un helado; el hombre que atendía el negocio le preguntó de qué lo quería. El niño contestó: “de lo que sea, total se me va a caer”. ¿Qué estás esperando de lo que Dios te ha hablado?

Has tenido promesas por años y sigues viendo un techo. Pero ¿estás esperando salir de esa carpa y ver lo que Dios tiene para ti, esa visión? ¿Qué estás esperando? ¿Solo esperas encontrar un buen mensaje o esperas que Dios active algo que está dentro de ti y es tiempo de dar a luz?

La palabra de Dios vino a Jeremías diciendo: “Yo sé los pensamientos que tengo acerca de ustedes”. Dios le aclara a su pueblo que sus pensamientos son de bien. Si Dios les tuvo que decir eso es porque el pueblo estaba esperando que cosas malas les llegaran. Pensaban que Dios estaba enojado con ellos y que Sus planes eran malos. Te sorprendería como, dos mil años después, hay gente que cree que Dios no tiene buenos pensamientos para sus vidas, tal vez para otros pero para ellos no. Dios nos dice que sus pensamientos no son de mal, son de bien. Uno dice “Dios, es que no sabes lo que hice”. Pero Dios no mira lo que mira el hombre, Él ve nuestro corazón y en ese corazón ve a Jesús. ¿Qué estás esperando?

Todos Los Días Sale el Sol

“CIERTAMENTE TU BONDAD Y TU AMOR INAGOTABLE ME SEGUIRÁN TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA, Y EN LA CASA DEL SEÑOR VIVIRÉ POR SIEMPRE”. SALMO 23:6.

¿Qué me dices de David? Él era un hombre que tuvo muchos horrores; hizo cosas de las que nos espantaríamos y hasta nos pergsinaríamos. Pero él seguía esperando que la misericordia y el bien le alcanzaran. David todos los esperaba que algo bueno le pasara. ¿Qué estas esperando de parte de Dios? ¿Qué estás viendo y hablando?

Esta palabra tal vez no es para todos, pero sí es para algunos en especifico. Un nuevo día empieza a las 12am; el cielo está oscuro, pero el día ya empezó. No puedes decir que porque está oscuro y no ves nada, el día aún no comienza… el día ya empezó.

Tal vez no veas nada, quizás ya son las 12 de la noche en tu vida, pero el día ya empezó. Puedes estar en lo más oscuro de la noche pero el día ya empezó. Tú estás seguro que vas a ver el sol ¿no? Lo das por hecho porque confías en la creación de Dios. ¡Cuánto mas deberíamos dar por hecho lo que Dios nos ha prometido!

El sol de la mañana y de justicia se va a levantar. Va a nacer algo nuevo. ¿Qué es lo que estás viendo y esperando? ¿Qué estás hablando? Abraham aprendió a ver y hablar. Jeremías aprendió a ver, hablar y esperar. Lo que a mi me toca hacer es aprender a ver conforme a la visión que Dios tiene para mi, hablar conforme a Sus palabras y esperar lo que Dios me ha prometido. El Dios al que servimos siempre cumple Sus promesas.


Oremos


Ps. Jorge Macías Benitez


domingo, 24 de octubre de 2021

#A308 Hambre de Verdad Parte II

Hambrientos a la Vista

Nueva Serie



Ps. Jorge Macías Benitez - 10 de octubre de 2021


Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!


Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!

No son pocos los cristianos que todavía no tienen muy en claro que cosa es la que va al cielo cuando se mueran y que cosa es la que queda. 


El polvo de la tierra es la carne y volverá a la tierra a la hora de la muerte física; es también, el alimento de la serpiente.


Según el entendimiento común, el alma es nuestra personalidad. 


Cuando el espíritu y el cuerpo fueron unidos, el hombre se convirtió en un alma viviente. 


El Título del mensaje y Su Ministración esta mañana del 17 de Octubre del año 2021, es:

Hambre de Verdad

Parte II


Oremos

La Verdad de nuestro Ser

La característica de los ángeles es que son espíritus, y de los animales inferiores, tales como las fieras, es la carne. 


Nosotros los humanos, tenemos ambos: espíritu y cuerpo. Pero nuestra característica no es ni el espíritu ni el cuerpo, sino el alma. 


Tenemos un alma viviente. 


Por eso la Biblia llama al hombre alma.


La Palabra de Dios nos dice:


“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra…” Génesis 2: 7


Este pasaje se refiere al cuerpo del hombre. 


“Y sopló en su nariz aliento de vida…”. 


Esto describe cómo Dios dio el espíritu al hombre; era el espíritu de Adán. 


De esa manera fue formado el cuerpo del hombre del polvo de la tierra y el espíritu le fue dado por Dios. “Y el hombre fue un ser viviente”. 


Después que el aliento de vida hubo entrado en sus narices, el hombre se convirtió en alma viviente.


El espíritu, el alma y el cuerpo son tres entidades separadas. 


“…Y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible” 1a. Tesalonicenses 5: 23


El espíritu es dado por Dios; el alma es un ser viviente y el cuerpo es formado por Dios.


Amadas y amados en Cristo, aquellos que recibieron la palabra de Pedro en el día de Pentecostés fueron bautizados “y se añadieron en aquel día como tres mil almas” (Hechos 2:41). 

De modo que, el alma representa nuestra personalidad, lo cual hace de nosotros, hombres.

Hasta aquí esto es inapelable. 

Efectivamente, la Biblia habla permanentemente de “alma” como elemento vital que identifica a la vida humana. Y allí será, – Lo veremos en este excelente trabajo – donde se centrará el futuro.

¿Cuáles son las distintas funciones del espíritu, alma y cuerpo? 

Andrew Murray - autor cristiano - manifiesta en una de sus obras, una explicación sobre el espíritu, alma y cuerpo en las notas suplementarias. 

Lo que sigue es una cita de una de las notas:

“En la historia de la creación del hombre, leemos que el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra; de esta manera su cuerpo fue formado; y le sopló en las narices aliento de vida, o espíritu de vida, de manera que su espíritu vino de Dios; y el hombre se convirtió en un alma viviente, una persona consciente de sí misma. (Toma debida nota de esto: tú alma es la que te permite tomar conciencia de ti mismo)

El alma era el punto de encuentro, el lugar de unión entre el cuerpo y el espíritu. A través del cuerpo, el hombre (alma viviente), mantenía su relación con el mundo exterior por medio de los sentidos, y podía influenciarlo o ser influenciado por él.

A través del espíritu, él mantenía relación con el mundo espiritual y con el Espíritu de Dios, en donde tenía su origen y podía ser recipiente y ministro de Su vida y poder. Al permanecer por tanto, a medio camino entre esos dos mundos, y perteneciendo a ambos, el alma tenía el poder de autodeterminación, de escoger o rehusar los objetos que la rodeaban y con los cuales mantenía relación.

En la constitución de estas tres partes de la naturaleza del hombre, el espíritu era el más elevado, por estar ligado con el Divino; el cuerpo era el inferior por estar ligado con lo que es sensible y animal; entre ellos permanecía el alma, participante de la naturaleza de los otros, el vínculo que los ligaba y a través del cual podrían obrar el uno sobre el otro.

Su trabajo, como poder central, era mantenerlos en su debida relación; conservar el cuerpo, como inferior, sujeto al espíritu; la propia alma debía recibir del Espíritu Divino, a través del espíritu, lo que le faltaba para su perfección, y asimismo transmitir al cuerpo, aquello que podría hacer de ellos un cuerpo espiritual, por la participación de la perfección del Espíritu de Dios.”

Se escucha muy sencillo, ¿Verdad? 

Sin embargo cuesta bastante. 

Lo que hay para rescatar aquí, es la posición que el cuerpo ocupa en la entidad humana llamada hombre. 

El último lugar, no el primero, como el hedonismo propone y mucha gente adopta, incluidos cristianos.

Hambre en el Espíritu

¿Qué es el espíritu? 


Aquello que nos da conciencia de Dios y nos relaciona con Él. 


¿Qué es el alma? 


Aquello que nos relaciona con nosotros mismos y nos proporciona la auto conciencia. 


¿Qué es el cuerpo? 


Aquello que nos lleva a estar relacionados con el mundo.


C. I. Scofield, en la versión de la Biblia con notas de referencias que lleva su nombre, explica que el espíritu da la conciencia de Dios, el alma la auto conciencia y el cuerpo la conciencia del mundo. 


Un caballo y un buey no tienen conciencia de Dios, porque no tienen espíritu. 


Ellos sólo tienen conciencia de sus propios seres. 


El cuerpo nos lleva a sentir el mundo, así como ver las cosas del mundo, la sensación de frío o caliente y así sucesivamente.


Lo que fue mencionado arriba se refiere a las funciones del espíritu, alma y cuerpo. 


Menciono ahora un problema muy importante. 


Muchos consideran este asunto del espíritu, alma y cuerpo, como relacionado sólo con la vida espiritual; pero es necesario reconocer su relevancia para nuestra obra y batalla espiritual.


Esto es decididamente cierto. 


Cuando se habla en estos términos, la gran mayoría lo relaciona con iglesia y religión. 


Sin embargo la ecuación tiene que ver estrictamente con las razones más concretas y prácticas de nuestras vidas.


Actitud a nuestra Hambre de Verdad

Estos “fenómenos” milagrosos en la religión y en la ciencia son sólo la manifestación del poder latente del hombre, el cual, a su vez, es usado por el espíritu maligno. 


Todos siguen una regla común: romper el cautiverio de la carne y liberar el poder del alma.


La diferencia entre nosotros (los cristianos) y ellos, se encuentra en el hecho de que todos nuestros milagros son realizados por Dios a través del Espíritu Santo. 

Satanás usa la fuerza del alma del hombre para manifestar su fuerza. 

El poder del alma del hombre es el instrumento de operación de Satanás, a través del cual él realiza sus fines malignos.

Dios, sin embargo, nunca opera con el poder del alma, pues es sin utilidad para Él. 

Cuando nacemos de nuevo, nosotros nacemos del Espíritu Santo. 

Dios opera por el Espíritu Santo en nuestro espíritu renovado. 

Él no tiene ningún deseo de usar el poder del alma.

Desde la caída, Dios prohibió al hombre usar nuevamente su poder original del alma. 

Por esa razón es que el Señor Jesús frecuentemente declara que necesitamos perder nuestra vida del alma, esto es, nuestro poder del alma. 

Dios desea que nosotros, hoy, no usemos este poder en modo alguno.

Esto, creo, tiene una enorme similitud con otras pautas vertidas desde esta misma Web por otras vías. 

Porque allí hemos dicho que la ministración actual de las iglesias en su conjunto mayoritario, está dirigido, apuntado y limitado al alma.

Por tanto, siguiendo esta rutina de entendimiento, que no es ni ocurrente ni traída de los cabellos, muy bien podríamos asegurar que más de la mitad de los hechos importantes y prodigiosos que ocurren en nuestras iglesias, no tienen que ver con el Espíritu Santo de Dios sino con ese poder latente que desde el alma es incentivado a salir y manifestarse.

Hambre Espiritual

¿Cuán importante es leer la Palabra de Dios?


Esta es una muy buena pregunta. 


¿Es realmente tan importante leer la Palabra de Dios? 

¿No sabemos lo suficiente; no hemos oído lo suficiente a través de los años?


Podemos de igual forma preguntarnos si realmente es tan importante comer. 


¿No hemos comido lo suficiente? 


Para nuestro cuerpo natural no es suficiente solo comer de vez en cuando, por ejemplo una vez cada domingo. 


¡Estaríamos muriéndonos de hambre! 


De la misma manera, es absolutamente importante y necesario alimentarnos con la Palabra de Dios todos los días, de modo que podamos ser fortalecidos en nuestro espíritu, y desarrollarnos y crecer de una manera sana, de acuerdo a la voluntad de Dios. 


De lo contrario, pronto sufriríamos desnutrición espiritual y mostraríamos signos de enfermedades espirituales.


La Palabra de Dios es una necesidad


Piensa en la actitud de Job en el Antiguo Testamento. 


En Job 23:12 dice: 


"… Guardé las palabras de su boca más que mi comida." 


¡No es de extrañar que Job fuera el hombre que era! 


¿Cómo es nuestro deseo y hambre de la Palabra de Dios? 


Debería ser algo  que necesitamos por encima de todas las demás cosas.


"Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón." Hebreos 4:12


Nuestra inclinación natural es preservar nuestra propia voluntad, nuestros deseos e intereses. 


Es por esto que necesitamos la espada de la Palabra de Dios para ver que no hay nada que vale la pena preservar en nuestra carne. Romanos 7:18


La Palabra de Dios puede darnos la ayuda que necesitamos para negar nuestros deseos y ser transformados.


Es solo a través de la Palabra de Dios que podemos conocer la voluntad y el plan de Dios para nuestras vidas – lo que es agradable delante de Él. 


La Palabra de Dios es nuestra línea de vida, la ayuda que necesitamos para vencer el pecado en nuestra carne y la corrupción que viene de seguir nuestros deseos. 


¿Cómo aprendemos a hacer esto sin la instrucción vital que solo podemos encontrar en la Biblia? 


A través de la obediencia a lo que está escrito allí somos transformados y preparados para el reino de Dios – que es finalmente todo el punto con nuestra existencia aquí en la tierra.


Los salmos hablan a menudo sobre un anhelo de las leyes de Dios, Sus preceptos, Su Palabra. 


"Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino." Salmos 119:105


Con la Palabra de Dios en nuestro corazón como guía encontramos la dirección y orientación para una vida eterna en el reino de Dios.


Una Elección

Quizá podemos decir: 


"La vida es tan ajetreada; no tengo mucho tiempo para leer." 


¿Se escucha eso, familiar? 


Seamos realistas: ¡Si somos honestos con nosotros mismos, es una cuestión de prioridad! 


Si hacemos tiempo para las cosas que son importantes para nosotros, ¿verdad? 


¿Cuánto tiempo, por ejemplo, no pasamos en nuestro celular, en nuestra computadora, o jugando videojuegos, etc.? 


Pero cuando el Espíritu nos recuerda de utilizar tiempo en la Palabra de Dios, pareciera que fuera algo que requiere mucho trabajo. 


"Estoy muy cansado." 


O de repente recordamos algo "más importante" que teníamos que hacer.


Satanás puede hacer que cualquier cosa suene razonable. Utiliza cualquier truco o excusa para alejarnos de la lectura de la Palabra de Dios. 


Para él, está bien y quiere que no conozcamos el corazón de Dios; que nunca encontremos la voluntad de Dios para nuestra vida. 

De esta forma nos engaña con mayor facilidad a vivir para nosotros mismos y nunca llegar a una vida con Dios. 


De esta forma puede controlar nuestras vidas, incluso sin nunca darnos cuenta.


Esto no significa que un pasatiempo u otras actividades son "malas", pero es una cuestión de priorizar correctamente y tomar las decisiones correctas. 


El tiempo es precioso, y tenemos que asegurarnos de utilizarlo para nuestro mayor beneficio.


Conclusión

"Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos." Efesios 5:15-16


Cuando compramos algo (en otras traducciones de la Biblia está escrito "comprando bien el tiempo"), nos cuesta algo, debemos pagar por ello con algo que es valioso para nosotros. 


Puede suceder que, para conocer la Palabra de Dios, debemos renunciar a algo que, naturalmente no queremos. 


Puede ser que debemos sacrificar algo para poder tomar las decisiones correctas sobre nuestras prioridades.


Ahora, si somos fieles haciendo esto, no toma mucho tiempo hasta que empezamos a tener "un apetito" por la Palabra de Dios. 


Mientras más leemos la Palabra de Dios, después más queremos leer; mientras más oramos, después más queremos orar. Comenzamos a tener cada vez más hambre y sed de esto. 


Vemos que lo necesitamos; necesitamos la espada en la Palabra para negar nuestros deseos, para poder vivir una vida que agrada a Dios. 


Necesitamos el consuelo y aliento en la Palabra de Dios para levantar los ojos y ver nuestro futuro eterno.


¡El tiempo es nuestra vida! 


Tomemos decisiones conscientes e inteligentes para utilizar nuestro tiempo de manera rentable, y de esta forma prepararnos para la eternidad en el reino de Dios. 


Hemos recibido una voluntad libre para elegir nuestras prioridades, pero esto conlleva también una gran responsabilidad. 


Tomemos la decisión de alimentarnos con la buena Palabra de Dios, y esto nos llevará por el camino que será para nuestro provecho por la eternidad.


Oremos


Ps. Jorge Macías Benitez


domingo, 17 de octubre de 2021

#A307 Hambre de Verdad

Hambrientos a la Vista

Nueva Serie


Ps. Jorge Macías Benitez - 10 de octubre de 2021

Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!

Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!

Un estudio realizado por el diario El País y la FAO, nos indica que el planeta está sufriendo la mayor demanda de recursos de su historia. 

Amadas, ambos en Cristo, el ser humano no solo lo sobre explota, sino que reparte de manera desequilibrada los beneficios y provoca una contaminación desmedida. 

Este trato desigual está llevando a la Tierra y sus habitantes al colapso. 

¿Estamos a tiempo de salvar nuestro planeta? 

Esta es la primera pregunta que plantea la colección de libros de FAO y EL PAÍS El estado del planeta, que llega a los estantes y puntos de venta en la calle.

Con ello el objetivo es divulgar los retos que la humanidad debe encarar sin demora y ofrecer una guía de cómo puede hacerlo.

El estado del planeta responde a la creciente inquietud de la sociedad por el cambio climático, la crisis alimentaria, la pérdida de biodiversidad, etc. 

Estos asuntos están marcados en la Agenda 2030, adoptada por la Asamblea General de la ONU, para el desarrollo sostenible. 

Los expertos de esta organización abordan en la colección la complejidad de la problemática desde una perspectiva divulgativa, volviéndola accesible a todos los lectores también a través de gráficos e imágenes.

Tu te estarás preguntando, ¿que tiene esto que ver con un Mensaje de la Palabra de Dios?

Amadas y amados en Cristo, escuchemos esto.

El Título del mensaje y Su Ministración esta mañana del 17 de Octubre del año 2021, es:

Hambre de Verdad
Oremos
Grandes Desafíos

Los datos recabados, vaticinan un futuro poco halagüeño: el 41% de los anfibios y el 25% de los mamíferos del mundo están amenazados, en 2050 habrá más plásticos que peces en los océanos y el planeta se enfrentará al reto de albergar a casi 10.000 millones de personas. 

El estado del planeta es la guía para encarar un desarrollo sostenible, respetuoso con las personas y el medio ambiente. 

Desde 1924, Watchman Noe en China escribía:

“…cuando llamé por primera vez la atención de los hijos de Dios sobre la división del espíritu y el alma, varios hermanos bien relacionados pensaron que era sólo un juego de palabras sin grande significado. Ellos no pudieron ver que nuestro conflicto no está relacionado con la palabra, sino más bien con lo que está detrás de ella.”

Amadas y amados en Cristo, el espíritu y el alma son dos órganos totalmente diferentes: uno pertenece a Dios y el otro al hombre. 

Sean cuales fueren los nombres que les demos, la distinción de los mismos en sustancia es completa. 

El peligro del creyente está en confundir el espíritu con el alma y el alma con el espíritu; en consecuencia puedes ser engañado, aceptando las falsificaciones de los espíritus malignos, alterando la obra de Dios.

Este extraordinario hombre de Dios, sorprende con todo lo que al respecto nos va lleva a identificar y descubrir, y con ello el otorgarle razón total en su afirmación: "millones de cristianos andan confundidos entre lo espiritual y lo almático”.

La mayor ventaja en conocer la diferencia entre el alma y el espíritu está en la percepción del poder latente del alma y el entendimiento de su falsificación del poder del Espíritu Santo. 

Tal conocimiento no es teórico sino práctico, para acompañar a las personas a andar en el camino de Dios.

Aquí hay otra enorme y contundente Verdad que no podemos dejar pasar porque será, a lo largo de todo este mensaje, un elemento vital para su entendimiento y puesta por obra: el sentido práctico por encima del teórico al cual tan afectos suelen ser los teólogos.

Unos días atrás, estaba leyendo lo que dijo cierta vez F. B. Meyer en una reunión, un poco antes de su partida de la tierra. 

Aquí está un aparte de lo que él dijo: 

“Este es un hecho sublime, que nunca hubo tanto espiritualismo fuera de la Iglesia de Cristo como lo vemos hoy. ¿No es un hecho que en las áreas inferiores de nuestra naturaleza humana el estímulo del alma es bastante predominante?

Hoy en día la atmósfera está tan cargada con la conmoción de todos los tipos de imitación, que el Señor parece estar llamando a la Iglesia a un nivel más alto”. 

La situación hoy es peligrosa. 

Podamos nosotros “examinarlo todo y retener lo bueno” 1a. Tesalonicenses 5: 21

Es mi Anhelo que entiendas de qué se trata todo esto. 

No es el simple hecho de tomar una reflexión personal o de otro siervo de Dios, agregarle algún que otro comentario bien intencionado, y luego compartirlo con la finalidad de probar posiciones propias. 

Se trata de algo que le fue mostrado al pueblo desde 1933 y ese pueblo no quiso, no pudo o no se atrevió a verlo; como históricamente ha sucedido con la humanidad y desde hace centurias, con los cristianos.

Muy por el contrario, eligió el camino más tortuoso que, indudablemente, tiene que haberle causado tremendo daño moral y emocional al autor: desconfiar de sus diseños por causa de su ascendencia oriental con la cual se lo vinculara por encima de sus argumentos bíblicos.

Este mensaje que originalmente el Señor entregó a Watchman Nee no necesita ninguna clase de acotaciones ni agregados, ya que en sí es altamente completo. 

Sin embargo, Ahora el señor, recordando a uno más de los tantos que fueron perseguidos y espiritualmente agredidos por mostrar cierta clase de verdades que no convenían a las estructuras eclesiásticas tradicionales, me lleva a compartir y Él a Ministrarlo.

Poder en el Alma

En el Amor del Señor, observemos y discirnamos el siguiente pasaje.

Escucha:

“Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías; mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres” 

Apocalipsis 18: 11-13


La lista de mercadería comienza con oro y plata, caballos y carros y todos los artículos naturales que pueden ser comercializados.

Los esclavos siempre pueden ser comercializados, sin embargo, esto es un comercio con cuerpos humanos. 

Ahora, además de eso, existe un mercado de almas de hombres como mercadería.

Escucha amada, amado en Cristo; te está diciendo que hay un mercado, un comercio, una explotación, una exacerbación de las cuestiones del alma. 

¿En dónde? Si fuera en el mundo importaría muy poco. 

Lo que nos importa a los creyentes, es la iglesia, ¿Verdad?

Así también está escrito: 

“Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual” 

1a. Corintios 15: 45-46

¿Nunca te llamó la atención este texto? 

¿No era medianamente lógico, (Según nuestro entendimiento de la lógica, claro), que dijera que lo primero era lo espiritual y no lo animal como verdaderamente dice?

“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” Génesis 2: 7

En el transcurso de los dos últimos años he sentido intensamente la necesidad de dar un mensaje conforme será dado ahora. 

Es tan complejo como profundo. 

Para el que habla no será fácil, ni para los que oyen será fácil entender.

¿Te identificas? Yo sí, definitivamente. 

Cuando verdaderamente tienes algo del Señor entre tus manos, y te das cuenta que no se parece en nada a lo que tienen la mayoría de los predicadores, allí experimentas esto que Watchman Nee declara aquí: “No es fácil para quien lo tiene que decir ni tampoco para quien lo tiene que oír”

Lo cual por cierto, me sucede con más frecuencia de la que quisiera., a todo lo cual digo al Señor: “Hágase tu voluntad y no la mía, Señor”

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Por ello es que tengo siempre - hasta ahora -  el sentir de exponerlo, especialmente después de haber escuchado y escudriñado en Su Palabra y de distintos Siervos y Generales de Dios a lo largo de la Historia, y haber tenido contacto con personas de este mundo.

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Siento cuán precioso es el mensaje que tuvimos el privilegio de conocer. 

En vista de la situación y tendencia actual de la Iglesia, como también del mundo, somos constreñidos a compartir lo que nos es dado. 

De otro modo estaremos escondiendo la lámpara debajo del almud.

Lo que voy a mencionar en el mensaje para nuestra consideración hoy, tiene relación con el conflicto espiritual y el fin de esta era. 

Por causa de los que no han leído El Hombre Espiritual, tocaré brevemente en la trilogía del espíritu, alma y cuerpo.

Oremos
Ps. Jorge Macías

domingo, 10 de octubre de 2021

#A306 Hambrientos de Justicia

Hambrientos a la Vista

Nueva Serie

Ps. Jorge Macías Benitez - 10 de octubre de 2021

Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!

Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!

La Palabra de Dios nos dice en Mateo:

“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados” Mateo 5: 6

Amadas, amados en Cristo, esta es la cuarta bienaventuranza y nos lleva a buscar lo que Jesús quiso decir con la palabra justicia. 

En el judaísmo antiguo, actuar justamente significaba “exonerar, justificar, restaurar a una relación correcta”.

Los justos son aquellos que mantienen relaciones correctas con Dios y con las personas a su alrededor. 

En las relaciones correctas, los que cometen faltas son absueltos de la culpa.

¿Alguna vez ha tenido la bendición de tener relaciones correctas? 

Esto fluye a partir de la humildad  que es la tercera bienaventuranza, porque solo podemos formar relaciones correctas con otros cuando dejamos de hacer que todas las acciones giren a nuestro alrededor. 

Ahora, ¿has tenido hambre y sed de relaciones correctas con Dios, sus compañeros de trabajo, su familia y su comunidad? 

El Título del mensaje y Su Ministración esta mañana del 10 de Octubre del año 2021, es:

Hambrientos de Justicia

Oremos
Señal de Vida
El hambre es una señal de vida. 

Estamos hambrientos de buenas relaciones si añoramos lo bueno para otros por su propio bien, no solo como un bocado para satisfacer nuestras necesidades. 

Si vemos que tenemos la gracia de Dios para esto, tendremos hambre y sed de relaciones correctas, no solo con Dios sino también con las personas con las que trabajamos y vivimos.

Jesús dice que el apetito de aquellos que tienen esta hambre será saciado. 

Es fácil ver lo malo en nuestro lugar de trabajo y desear luchar para solucionarlo. 

Si hacemos eso, estamos teniendo hambre y sed de justicia, deseando ver que lo malo se corrija. 

La fe cristiana ha sido la fuente de muchas de las más grandes reformas en el mundo laboral, tal vez más especialmente la abolición de la esclavitud en Gran Bretaña y Estados Unidos y el génesis del movimiento de los derechos civiles. 

Pero de nuevo, la secuencia de las bienaventuranzas es importante. 

No debemos hacernos cargo de estas batallas en nuestras propias fuerzas, sino reconociendo nuestro propio vacío, lamentando nuestra propia injusticia, sometiendo nuestro poder a Dios.

Entre 2 mundos

El trabajo es un componente esencial del Reino de Dios. 

Mateo, el recaudador de impuestos que se convirtió en apóstol, relata las acciones y enseñanzas de Jesús para mostrarnos la forma en la que Dios desea que vivamos y trabajemos en Su nuevo reino. 

Como seguidores de Jesucristo, vivimos en dos mundos. 

Tenemos un pie en el mundo humano, en donde nuestro trabajo puede estar sujeto a expectativas tácitas que puede que se ajusten a los caminos de Dios o que vayan en contra de estos. 

Al mismo tiempo, como cristianos, hacemos parte del reino de Dios y estamos comprometidos con Sus valores y expectativas. 

Al relatar la historia de Jesús, Mateo nos enseña a navegar en el mundo humano usando la brújula de Dios y en ese proceso, nos muestra constantemente la verdadera identidad del mundo como el “reino de los cielos” .

Mateo usa “el reino de los cielos” y “el reino de Dios” de forma intercambiable; vamos a Mateo 19: 23-24.

Este reino “ha venido” a la tierra, aunque no se ha establecido aquí totalmente. 

Hasta que esto ocurra, los seguidores de Jesús debemos vivir y trabajar como “extranjeros residentes” en este mundo presente de acuerdo con el llamado de Dios.

Para guiarnos en esta forma de vida y trabajo, Jesús discute temas de trabajo tales como el liderazgo y la autoridad, el poder y la influencia, las prácticas de negocios justas e injustas, la verdad y el engaño, el trato de los trabajadores, la resolución de conflictos, la riqueza y las necesidades de la vida, las relaciones en el trabajo, las inversiones y los ahorros, el descanso y el trabajo en organizaciones con políticas y prácticas que están en desacuerdo con las normas bíblicas.

Alimento para Justicia y Crecimiento

Una persona bienaventurada es la persona en extremo feliz. ¿Quién es la persona feliz en extremo? 

Bueno no es la que tiene salud, dinero y amor. 

Bienaventurada o súper feliz es la persona que tiene hambre y sed de justicia.

En el mundo espiritual rige una ley que también rige en el campo material. 

La persona que come más crece más. 

El crecimiento tiene relación directa con el apetito. 

Cuando una persona se enferma, normalmente pierde el apetito. 

Pero cuando la persona está sana, tiene buen apetito.

Igual podemos decir en el campo espiritual. 

Si una persona tiene gran apetito espiritual crecerá bastante espiritualmente. 

Pero si una persona tiene poco apetito espiritual crecerá poco espiritualmente.

Cuando un creyente esconde pecado en su vida, lo primero que sufre las consecuencias de ese pecado escondido es el apetito espiritual de ese creyente. 

Ese creyente ya no deseará leer y estudiar la Biblia, ya no deseará orar, ya no deseará estar en comunión con otros hermanos en la iglesia. 

Se transformará en una persona de poco apetito espiritual. En consecuencia, crecerá muy poco espiritualmente.

La bienaventuranza que estamos explicando nos habla justamente de esto. 

Bienaventurados o súper felices son los que tienen un gran apetito espiritual. 

Ellos serán saciados por Dios y como consecuencia serán personas maduras espiritualmente hablando.

Un caso así fue Moisés. 

Usted sabe que Moisés llegó a conocer a Dios de una manera tan íntima y personal como pocos hombres sobre la faz de la tierra. 

Exodo 33:9 dice: 

“Cuando Moisés entraba en el tabernáculo, la columna de nube descendía y se ponía a la puerta del tabernáculo, y Jehová hablaba con Moisés.”

¡Gloria a Dios!

Moisés era un hombre con tal comunión con Jehová que Jehová literalmente hablaba con él. 

Quizá alguien pudiera decir que Moisés llegó a la cumbre, al máximo de la comunión con Dios y que ya no existe nada más que Moisés podría esperar de Dios.

Bueno, no fue ese el caso de Moisés. 

Moisés fue bienaventurado, súper feliz, porque tenía hambre y sed de justicia. 

Moisés quería conocer a Dios más de lo mucho que ya le conocía. 

Fue así como desde el tabernáculo, Moisés elevó a Dios una oración cargada de significado.

Parte de esa oración la tenemos en Éxodo 33:13 donde dice: 

“Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo.”

Qué hambre y sed de justicia que tenía Moisés. 

No estaba conforme con lo que ya sabía de Dios. Quería conocerle más. 

Te ruego que me muestres ahora tu camino.

Más adelante, en Éxodo 33:18 dice a Jehová: 

“Te ruego que me muestres tu gloria”

Esto es tener hambre y sed de justicia. En consecuencia, Dios sació el apetito espiritual de Moisés.

Ponga atención a lo que dice Éxodo 33:19-23 

“Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre y vivirá. Y dijo aun Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro.”

Amadas y amados en Cristo, queridos amigos y amigas en la Fe, Dios concedió a Moisés tanto como Moisés quiso. 

Esto es tener hambre y sed de justicia. 

La promesa es que Dios saciará esa hambre y esa sed por conocerle.

Pero no se confunda. 

Recuerde que es el hombre quien tiene que manifestar esa hambre y esa sed de justicia. 

Si Usted hoy mismo reconoce que ha perdido el apetito espiritual. 

Si Usted reconoce que tiene más hambre y sed por las cosas de este mundo que por las cosas espirituales, es necesario que hoy mismo investigue su vida para encontrar qué es lo que ha echado a perder su apetito espiritual. 

A lo mejor hay algún pecado que solo Usted y Dios lo saben, o a lo mejor hay un pecado descubierto, que todos saben que Usted está cometiendo.

El pecado, oculto o abierto echa a perder el apetito espiritual. 

Confiese hoy mismo su pecado, apártese de ese pecado y decida tener hambre y sed de justicia. 

En respuesta Dios le mostrará tantas buenas cosas de él que Usted quedará totalmente saciado.

Permite el desarrollo de la Justicia

Es indispensable tener una necesidad cuando vemos nuestras propias carencias y defectos. 

Esto es lo que nos lleva a tener hambre y sed de justicia, ¡y la promesa para los que tenemos hambre y sed es que seremos saciados con justicia! 

Es a través de la fe y la paciencia que heredamos las promesas. (Hebreos 6:12). 

Es un desarrollo, un proceso en el que entramos por medio de la fe.

Jesús tenía muchas cosas que quería decirle a Sus discípulos, pero sabía que no podían sobrellevarlas y tampoco tenían el poder para vencerlas todavía (Juan 16:12). 

Ese poder lo recibirían a través del Espíritu Santo cuando Jesús se los enviara. 

De la misma manera, Dios no nos revelará más de nuestra injusticia de la que podamos soportar a la vez (1 Corintios 10:13). 

Pero cuando nos la muestre, recibiremos el poder para vencer si amamos y obedecemos la verdad. 

Este proceso avanza más y más dependiendo de nuestra hambre y sed. 

Necesitamos el mismo sentir y mente que tenía Pablo: “… pero una cosa hago… prosigo a la meta…” Filipenses 3:13-14. 

De esta manera progresaremos continuamente hacia la plenitud de las virtudes de Cristo.

 ¿Qué otra cosa importa realmente más que eso?

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” 

Mateo 6:33-34.

Conclusión

Vive esta bienaventuranza es ser y se saciado(a)!!! 

Amada, amado en Cristo, me Goza que otra vez, las palabras no son aleatorias, “serán saciados” implica que alguien más va a saciar esta hambre, no dice “Dichosos los que tienen hambre porque van a encontrar comida” como si nosotros fuéramos los responsables de encontrar lo que tanto anhelamos. 

Dios es quien va a saciarnos, por eso lo opuesto en esta bienaventuranza es buscar sólo satisfacer mis deseos personales. 

Nos podemos desgastar tratando de llenar este vacío y de satisfacer esta hambre natural que tenemos por Dios con cosas materiales, pero no vamos a ser realmente saciados, sólo Dios puede saciarnos.

Cuando tú y yo nos damos cuenta de nuestro verdadero estado espiritual, algo pasa en nuestro corazón, y lo único que nos puede ayudar a seguir adelante es el consuelo y el amor del Espíritu Santo, que nos da esperanza y nos ayuda a levantarnos y recibir el sacrificio de Jesús, el mismo Espíritu Santo es quien nos fortalece para tomar la decisión firme de sujetarnos a la autoridad de Cristo, y al buscar hacer su voluntad en la tierra como en el cielo un hambre por Él nos invita a buscar su justicia, y nos invita a obedecerle cada día.

¡Que lindo ver estas cualidades que Jesús busca en sus discípulos! 

¡Dichosos los que ven su condición espiritual! 

¡Dichosos los que aceptan el consuelo del Espíritu Santo! ¡Dichosos los que sujetan su fuerza a la autoridad de Cristo! Y ¡Dichosos los que anhelan ser justificados por Cristo cada día!

Oremos

Ps. Jorge Macías Benitez


domingo, 3 de octubre de 2021

#A305 Hambrientos en el Futuro

Nueva Serie: Hambrientos a la Vista


Ps. Jorge Macías Benitez - 3 de octubre de 2021

Introducción

Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!

Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!

A lo largo del libro de Lucas, Jesús enseña que vivir en el reino de Dios significa ver a Dios, y no al esfuerzo humano, como la fuente esencial de todo lo que necesitamos para la vida. Nuestra labor no es opcional, pero tampoco es absoluta. 

Nuestra labor siempre es una participación en la gracia de la provisión de Dios.

Jesús demuestra esta idea con sus acciones antes de enseñarla con palabras. 

Al alimentar a los cinco mil (Lc 9:10–17), Dios, en la persona de Jesús, asume la responsabilidad de satisfacer la necesidad de alimento de las personas y lo hace porque ellas tienen hambre. 

No encontramos una explicación exacta de la forma en la que Jesús hace este milagro. 

Él usa comida común —cinco panes y dos peces— y, por el poder de Dios, un poco de alimento se convierte en lo suficiente para alimentar a muchos. 

Algunos de los discípulos (los pescadores) trabajaban en el oficio del servicio de alimentos y otros (como Leví, el recaudador de impuestos) eran funcionarios públicos. 

Jesús usa su trabajo usual mientras ellos organizan la multitud y sirven el pan y los peces. 

El incorpora (no reemplaza) los medios humanos comunes para proveer alimento y los resultados son milagrosamente exitosos. 

El trabajo humano es capaz de hacer el bien o hacer el mal. 

Cuando hacemos lo que Jesús pide, nuestro trabajo es bueno. 

Como vemos frecuentemente en el Evangelio de Lucas, Dios trae resultados milagrosos a partir del trabajo común, en este caso, el trabajo de proveer para las necesidades de la vida.

El Título del mensaje y Su Ministración esta mañana del 3 de Octubre del año 2021, es:

Hambrientos en el Futuro

Oremos


La Provisión de Dios

Jesús enseña acerca de la provisión de Dios: 

“os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis… ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida? Si vosotros, pues, no podéis hacer algo tan pequeño, ¿por qué os preocupáis por lo demás?” Lucas 12.22, 25-26

Jesús lo plantea como simple sentido común. 

Si preocuparse no puede agregarle una hora a la vida, ¿para qué preocuparse? 

Jesús no dice que no se debe trabajar, solo dice que no nos debe preocupar si el trabajo proporcionará lo suficiente para satisfacer nuestras necesidades.

En una economía de abundancia, este es un consejo excelente. 

Amadas y amados e la Fe, a muchos de nosotros, la preocupación nos lleva a trabajar en empleos que no nos gustan, en horas que desvirtúan nuestro disfrute de la vida, descuidando las necesidades de otras personas a nuestro alrededor. 

Para nosotros, la meta no parece ser “más” dinero sino “suficiente” dinero, suficiente como para sentirnos seguros. 

Aun así, en realidad es poco común que nos sintamos seguros, sin importar cuánto dinero más podamos ganar. 

De hecho, con frecuencia ocurre que entre más exitosos seamos en ganar más dinero, menos seguros nos sentimos porque ahora tenemos más que perder. 

Es casi como si fuera mejor si tuviéramos algo genuino de qué preocuparnos, como les ocurre a los pobres, “Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados”, Lc 6:21. 

Para salir de este bache, Jesús nos dice, “Mas buscad Su reino [el de Dios], y estas cosas os serán añadidas” (Lc 12:31). 

¿Por qué? Porque si su finalidad principal es el reino de Dios, entonces tiene la garantía de que su meta suprema será cumplida. 

Al sentir esa seguridad, puede reconocer que el dinero que gana en realidad es suficiente, que Dios está proveyendo para sus necesidades. 

Ganar un millón de dólares y tener miedo de perderlos es como tener una deuda de un millón de dólares. 

Ganar mil dólares y saber que al final usted estará bien, es como recibir un regalo de mil dólares.

Ahora, ¿qué si usted no tiene mil dólares? 

Cerca de un tercio de la población mundial subsiste con menos de mil dólares al año.

Estas personas pueden tener lo suficiente para vivir hoy, pero enfrentan la amenaza del hambre o algo peor en cualquier momento, sean creyentes o no. 

Es difícil conciliar la dura realidad de la pobreza y el hambre con la promesa de provisión de Dios. 

Jesús no ignora esta situación y dice, “Vendan sus bienes y den a los pobres” (Lc 12:33, NVI), ya que sabe que algunas personas están en una situación desesperada de pobreza. 

Es por eso que debemos proveer para ellos. 

Tal vez sí todos los seguidores de Jesús usáramos nuestro trabajo y riquezas para mitigar y prevenir la pobreza, nos convertiríamos en el medio de provisión de Dios para los que se encuentran en una situación desesperada. 

Sin embargo, como los cristianos no lo han hecho, no pretenderemos hablar en nombre de las personas que son tan pobres que su provisión está en duda. 

En cambio, preguntémonos si nuestra propia provisión está en duda en el presente. 

¿Nuestra preocupación es proporcional al peligro genuino de que nos falte lo que en realidad necesitamos?

 ¿Las cosas por las que nos preocupamos son necesidades genuinas? 

¿Lo que nos preocupa que nos pueda faltar es remotamente comparable con lo que necesitan quienes están en una situación desesperada de pobreza, a quienes no ayudamos de ninguna manera? 

Si no es así, lo único sensato es el consejo de Jesús de no preocuparnos por las necesidades de la vida.

Ama a tu Prójimo

El tema de la provisión de Dios por medio del trabajo humano continúa en la parábola del buen samaritano. 

En esta parábola, la provisión de Dios para la víctima de un crimen viene por medio de la compasión de un viajero extranjero, quien evidentemente tiene suficiente riqueza para pagar por la atención médica de un extraño. 

Esta es quizá la más conocida de todas las parábolas de Jesús, aunque solo se encuentra en el Evangelio de Lucas, inmediatamente después del relato del Gran Mandamiento. 

En los Evangelios de Mateo y Marcos, Jesús dice que el mandamiento mayor en toda la Escritura es “amar a Dios” y “amar al prójimo”. 

En Lucas 10:25–37, la discusión sobre el gran mandamiento continúa directamente en la parábola del buen samaritano. 

En el relato de Lucas, el abogado comienza preguntándole a Jesús qué debe hacer para heredar la vida eterna. 

Jesús le pide que resuma lo que está escrito en la ley y el anciano o sabio responde con el Gran Mandamiento, “Amarás al Señor tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo”. 

Jesús responde que esta es en verdad la clave de la vida.

Entonces, el anciano o elder le hace una pregunta de seguimiento a Jesús, “¿Y quién es mi prójimo?” 

Jesús le responde por medio de una historia que ha sido llamada “la parábola del buen samaritano”. 

Esta historia es tan cautivante que se ha extendido al conocimiento popular más allá de los círculos cristianos. 

Las personas que nunca han tenido una Biblia en las manos reconocen el significado del término “buen samaritano” como alguien que cuida a un extraño en necesidad.

Ya que culturalmente se cree que el “buen samaritano” es alguien con un talento extraordinario para la compasión, podemos estar tentados a pasar por alto al samaritano real de la historia de Jesús. 

Además, examinar por qué el samaritano que Jesús describe era un hombre de negocios, es importante para la perspectiva de nuestro propio trabajo.

El samaritano en la historia de Jesús se encuentra con el judío que fue herido por algunos ladrones en una ruta de negocios reconocida. 

Es probable que el samaritano transitara por esa ruta comercial con frecuencia, como lo evidencia el hecho de que lo conocían en una posada cercana y el administrador lo consideraba tan confiable como para concederle una extensión de servicios a crédito. 

Sea cual fuere la naturaleza de su negocio, el samaritano era lo suficientemente exitoso como para comprar aceite y vino con propósitos médicos y pagar el alojamiento en la posada para un completo desconocido. 

Está dispuesto a gastar su dinero y su tiempo en alguien que no conoce y además, hace esperar a sus otros negocios con el fin de velar por las necesidades de un desconocido herido.

Entonces, la parábola del buen samaritano se puede interpretar como una historia que nos anima a usar nuestro éxito material para el beneficio de otros. 

El héroe de la parábola gasta su dinero en un extranjero sin ninguna obligación directa de hacerlo ya que no tienen un parentesco y tampoco comparten la misma fe. 

De hecho, los samaritanos y los judíos eran hostiles unos con otros. Y aun así, en la mente de Jesús, amar a Dios es convertir en nuestro “prójimo” a todo aquel que necesite nuestra ayuda. 

Jesús enfatiza este punto invirtiendo el sentido de la pregunta original del sabio. Las palabras del sabio son, “¿quién es mi prójimo”, una pregunta que comienza concentrándose en él mismo y agrega la cuestión de a quién está obligado a ayudar. 

Jesús la invierte diciendo, “¿Cuál de estos tres piensas tú que demostró ser prójimo del que cayó en manos de los salteadores?”, lo cual se centra en el hombre en necesidad y pregunta quién está obligado a ayudarle. 

¿Comenzar pensando en la persona necesitada y no en nosotros mismos nos da una perspectiva diferente acerca del llamado de Dios a ayudar?

Esto no significa que el llamado sea a estar disponibles de manera absoluta e infinita. 

Nadie está llamado a suplir todas las necesidades del mundo, lo cual va más allá de nuestra capacidad. 

El samaritano no renuncia a su trabajo para ir a buscar a todos los viajeros heridos en el Imperio romano. Sin embargo, cuando se cruza en el camino —literalmente— con alguien que necesita una ayuda que él puede dar, decide actuar. 

“El prójimo”, dice el predicador Haddon Robinson, “es alguien que tiene necesidades que usted puede suplir”.

El samaritano no solo ayuda al hombre herido dándole algunas monedas. 

En cambio, se asegura de que se suplan todas las necesidades del hombre, tanto las necesidades médicas inmediatas como la de un espacio para recuperarse. 

Por tanto, el samaritano cuida al hombre como cuidaría de sí mismo. 

Esta acción cumple Levítico 19:18, “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. 

El samaritano asume un riesgo extraordinario para ayudar a este desconocido, ya que se arriesga a que los mismos bandidos lo ataquen cuando se detiene a ver qué le pasó al hombre, se arriesga a que el administrador de la posada lo engañe, se arriesga a llevar la carga del gasto y el peso emocional de cuidar a un enfermo crónico. 

Con todo, decide asumir estos riesgos porque actúa como si su propia vida fuera la que estuviera en peligro. 

Este es el mejor ejemplo de Jesús de lo que puede significar ser el prójimo que “ama a su prójimo como a sí mismo”.

Otra característica de la historia que pudo sorprender a la audiencia de Jesús es la etnicidad del héroe, un samaritano. 

El pueblo de Jesús, los judíos, consideraban que los samaritanos eran inferiores étnica y religiosamente. 

Aun así, el samaritano actúa más acorde con la ley de Moisés que los líderes religiosos judíos que pasaron al lado del hombre en el camino. 

Su presencia en el territorio judío no es un peligro que se deba temer sino una gracia salvadora bien recibida.

En el trabajo, tenemos muchas oportunidades de ser el prójimo de nuestros compañeros, clientes y otras personas de toda etnia o cultura. 

Ser un buen samaritano en el lugar de trabajo implica cultivar una conciencia específica de las necesidades de los demás. 

¿Existen personas en su lugar de trabajo a quienes se les está robando de alguna manera? 

Con frecuencia, a ciertos grupos étnicos se les priva del reconocimiento o el ascenso. 

Un cristiano consciente debería ser quien dijera, “¿le estamos dando un trato justo a esta persona?”

De forma similar, así como la enemistad había crecido entre los judíos y los samaritanos, la administración y los empleados se consideran unos a otros como dos tribus distintas, aunque no debería ser así necesariamente. 

En una historia y a manera de ejemplo, cierta compañía no lo vio de esa manera en lo absoluto. 

Arthur Demoulas, Director ejecutivo de la cadena de supermercados Market Basket decidió tratar a sus empleados de una forma excepcional, pagándoles mucho más que el salario mínimo y negándose a eliminar el plan de distribución de utilidades incluso cuando la empresa perdió dinero durante una crisis económica. 

Él se relacionó de forma directa con sus trabajadores memorizando los nombres de todos los que pudo, lo cual no era algo insignificante en una compañía de 25.000 empleados. 

Cuando la junta directiva de Market Basket despidió a Arthur Demoulas en el 2014, en gran parte por causa de sus prácticas generosas, los empleados de la cadena de supermercados hicieron una huelga. 

Ellos se negaron a surtir los estantes hasta que Arthur Demoulas volviera a tener el control de la compañía. 

Esta fue quizá la primera instancia conocida en la que los trabajadores de una compañía grande se organizaron a nivel de las bases para escoger a su propio Director ejecutivo, lo cual fue alimentado por la generosidad abnegada de Arthur Demoulas.

En este caso, ser un buen samaritano potenció el éxito de Arthur Demoulas. 

Tal vez cuando Jesús dice, “ve y haz tú lo mismo”, no solo está dando un buen consejo espiritual, sino también un buen consejo de negocios.

Oremos

Ps. Jorge Macías Benitez