domingo, 18 de abril de 2021

#A280 Obediencia: Lealtad en Acción II

Serie: Tras las Pisadas de Jesús  Día 14

 #A280 Obediencia: Lealtad en Acción II 





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     Introducción.    


Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!


Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!!!


El fundamento de este domingo, de este mensaje y Su Ministración en específico, lo podemos encontrar en el libro de los Hechos, que dice :


“Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? Se reunieron los reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor, y contra su Cristo. Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.”


Hechos 4:23-31

Amados en Cristo, queridos amigos Los primeros discípulos oraban juntos, comían juntos y hacían vida diaria juntos. 

Este acto de fidelidad fue una respuesta natural de la salvación que habían recibido.

Este domingo 18 de Abril del año 2021, el título del mensaje es :


Obediencia: Lealtad en Acción II

Oremos

   Obediencia y Lealtad 


Amados, sabes, la obediencia te hace leal; la fidelidad, es decir la Lealtad logra cosas impresionantes. 

El concepto de ser fiel o leal, significa también ser perseverante; por lo tanto es un ciclo el que vive el creyente. 

Por ser obediente es fiel y al ser fiel no se da por vencido, lo que lo lleva de nuevo a ser obediente.

Es ahí donde queda patentada la necesidad de una vida de fe al rededor de otros creyentes. 

Nos ayudamos a llevar nuestras cargas mutuamente y así cumplimos la ley de Cristo, obediencia y lealtad tomadas de la mano.

Ahora, lo curioso es que la misma palabra que se traduce, del griego al español, como Lealtad o fidelidad, es la que se traduce en otros pasajes como "fe". 

Entonces podemos entender que la Lealtad es también creer, confiar y depender.

Con razón, las dos cosas que llaman la atención de Dios son la Fe y la Obediencia, porque ambas muestran la condición de nuestro corazón hacia Dios.

Ahora, les invito a hacernos algunas preguntas en relación con esto que estamos reflexionando:

¿Cómo puedes apoyar a tus hermanos a crecer en obediencia?

¿Cómo puedes apoyar a tus hermanos a crecer en fe?

¿Cómo te pueden ayudar tus hermanos a crecer en fe y obediencia?


           Principios de la Obediencia en Acción       


Amados hermanos, amigos, tenemos al menos 3 principios de la Obediencia a Dios, en Acción:

Es preciso someterse a la autoridad de las palabras de Dios. 

Las palabras de Dios son supremas sobremanera; son la orden y el mandamiento más elevados y se les debe obediencia absoluta.

Es preciso someterse a la autoridad de Cristo y aceptar y someterse a todas Sus palabras y obras. 

Se ha de afirmar que Cristo es la verdad, el camino y la vida.

Es preciso someterse a la autoridad de la obra del Espíritu Santo y aceptar y someterse a todo aquello que provenga del esclarecimiento, la iluminación y la guía del Espíritu Santo. 

Se debe rechazar lo que provenga del hombre.

Dice la Palabra de Dios:

“Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.”


Apocalipsis 2:13-17


Amados en Cristo, queridos amigos, la sumisión a la obra de Dios debe ser tangible real y debe vivirse, ser intencional, es pues, una decisión personal.

La sujeción superficial por sí sola no sube como “olor fragante” a Dios, y solamente obedecer los aspectos superficiales de Su palabra, sin buscar el cambio en el propio carácter, no es conforme al corazón de Dios. 

Amados, la Obediencia a Dios y la sujeción a Su obra son la misma cosa. 

Los que solo se someten a Dios, pero no a Su obra, no pueden considerarse personas obedientes, mucho menos, aquellos que no se someten de verdad, sino que son aduladores por fuera. 

Aquellos que se sujetan verdaderamente a Dios pueden alcanzar Victoria y Gozo, alcanzar Discernimiento del carácter y la obra de Dios. 

Solo esas personas se someten verdaderamente a Dios. 

Tales personas pueden obtener un nuevo Conocimiento, Visión Revelación y así, experimentar nuevos cambios a partir de la nueva obra. 

Solo estas personas reciben el regalo del que nos habla, Efesios 1:13-14; solo estas personas son perfeccionadas, y son solo ellas cuyo carácter ha cambiado. 

Durante el tiempo de Dios en la carne, la sumisión que Él exige de las personas no implica abstenerse de emitir juicios ni resistirse, como ellas imaginan, sino que Él exige que las personas usen Sus palabras como principio según el que vivir y el fundamento de su supervivencia, que pongan absolutamente en práctica la esencia de Sus palabras, y que satisfagan por completo Su voluntad. 

El elemento clave para obedecer a Dios es apreciar la nueva luz y ser capaz de aceptarla y ponerla en práctica. 

Solo esto es la verdadera Obediencia. 

Los que carecen de la voluntad de anhelar a Dios son incapaces de someterse intencionalmente a Él; el resultado de ello, es que solo se pueden oponer a Dios debido a su satisfacción con el estado actual de las cosas. 

Que el hombre no pueda obedecer a Dios se debe a que lo posee lo que antes fue. 

Las cosas que vinieron antes les han dado a las personas todo tipo de nociones e imaginaciones acerca de Dios, y estas se han convertido en la imagen de Dios que tienen en su mente. 

Por lo tanto, en lo que creen es en sus propias nociones y en los estándares de su propia imaginación. 

Si mides al Dios que hace una obra real a día de hoy contra el Dios de tu propia imaginación, entonces tu fe proviene de Satanás y está manchada con tus propias preferencias; Dios aborrece esta clase de fe. 

Independientemente de lo elevadas que sean sus credenciales e independientemente de su entrega, incluso si han dedicado toda una vida de esfuerzos a Su obra y se han martirizado, Dios no aprueba a nadie que tenga una fe como esta. 

Amados, por duro que sé escuche, personas como estas no pueden poner en práctica la verdad. 

El Espíritu Santo no obra en su interior y Dios las eliminará a cada una de ellas, una por una. 

Sean viejos o jóvenes, los que no obedecen a Dios en su fe y tienen las intenciones equivocadas son los que se oponen e interrumpen, y Dios eliminará indiscutiblemente a esas personas. 

Los que no tienen la más mínima obediencia a Dios, que solo reconocen Su nombre y tienen cierta idea de Su bondad y hermosura, pero que no mantienen el ritmo de los pasos del Espíritu Santo, y no obedecen la obra y las palabras presentes del Espíritu Santo, esas personas viven en medio de la gracia de Dios y Dios ni las ganará ni las perfeccionará. 

Dios solo perfecciona a las personas por medio de su obediencia, por medio de su comer, beber y disfrutar las palabras de Dios y por medio de la prueba y refinamiento en sus vidas. 

Solo por medio de una fe como esta el carácter de las personas puede cambiar, y solo entonces pueden poseer el conocimiento verdadero de Dios. 

No estar satisfechos con vivir en medio de la gracia de Dios, anhelar activamente la verdad, buscar la verdad y ser ganados por Dios, esto es lo que quiere decir obedecer intencionalmente a Dios y esta es precisamente la clase de fe que Él quiere. 

Las personas que no hacen nada más que disfrutar la gracia de Dios no pueden ser perfeccionadas o cambiadas, y su obediencia, su piedad, su amor y su paciencia, todo es superficial. 

Las que solo disfrutan la gracia de Dios no pueden conocer a Dios realmente, e incluso cuando conocen a Dios, su conocimiento es superficial, y dicen cosas como que “Dios ama al hombre” o que “Dios es compasivo con el hombre”. 

Esto no representa la vida del hombre y no demuestra que las personas conozcan verdaderamente a Dios. 

Si, cuando las palabras de Dios las refinan, o cuando Sus pruebas vienen sobre ellas, las personas no pueden obedecer a Dios —si, en cambio, se vuelven indecisas y caen— entonces no son obedientes en lo más mínimo. 

Estas personas están llenas de cosas humanas, ¿cómo podrían obedecer a Dios? 

Su “obediencia” va de acuerdo a sus preferencias personales, ¿querría Dios una obediencia como esa? 

Esto no es obedecer a Dios, sino adhesión a la doctrina, es satisfacerse y apaciguarse a uno mismo. 

Si dices que esto es obediencia a Dios, ¿acaso no blasfemas contra Él?

Si la gente puede desapegarse de las nociones religiosas, entonces no usará su mente para medir las palabras y la obra de Dios del presente, sino que obedecerá directamente. 

Si eres capaz de entender que debes dar honor a la obra de Dios del presente sin importar cómo fue Su obra en el pasado, en este sentido, serás una persona que realmente obedece a Dios. 

No analizas ni examinas Su obra; es como si Dios hubiera olvidado Su obra anterior, y como si tú también la hubieras olvidado. 

El presente es el presente y el pasado es el pasado, y ya que hoy Dios ha puesto a un lado lo que Él hizo en el pasado, tú no deberías permanecer ahí. 

Solo una persona así obedece a Dios completamente y se ha desapegado por completo de sus nociones religiosas.

Como crees en Dios, debes poner tu fe en todas Sus palabras y en toda Su obra. Es decir, como crees en Dios, debes obedecerle. Si no puedes hacerlo, entonces no importa si crees en Dios o no. Si has creído en Él muchos años, pero nunca le has obedecido y no aceptas todas Sus palabras, y, en cambio, le pides que se someta a ti y actúe según tus propias nociones, entonces eres el más rebelde de todos; eres un incrédulo. 

¿Cómo podría una persona así obedecer la obra y las palabras de Dios, que no se ajustan a las nociones del hombre? 

Los más rebeldes de todos son los que intencionalmente desafían a Dios y se le resisten. Ellos son Sus enemigos y los anticristos. 

Su actitud siempre es de hostilidad hacia la nueva obra de Dios; nunca tienen la mínima disposición de someterse y jamás se han sometido o humillado de buen grado. 

Se exaltan a sí mismos ante los demás y nunca se someten a nadie. 

Delante de Dios, consideran que son los mejores para predicar la palabra y los más hábiles para obrar en los demás. 

De hecho, hay una cierta cantidad de personas de este tipo en la iglesia.

Se podría decir que son “héroes indómitos”, que, generación tras generación, residen temporalmente en la casa de Dios. 

Consideran que predicar la palabra (doctrina) es su tarea suprema. 

Nadie se atreve a tocarlos; ni una sola persona se atreve a reprenderlos abiertamente. 

Se convierten en “reyes” en la casa de Dios y causan estragos mientras oprimen a los demás, era tras era. 

Este grupo de demonios busca unirse y derribar Mi obra; ¿cómo puedo permitir que estos demonios vivientes existan delante de Mis ojos? 

Ni siquiera quienes obedecen a medias pueden seguir hasta el final, ¡cuánto menos estos tiranos que no tienen ni una pizca de obediencia en su corazón!

          Conclusión       


Amados hermanos, amigos queridos, todos los que no buscan la obediencia a Dios en su fe están en contra de Él. 


Dios pide que las personas busquen la verdad, que tengan sed de las palabras de Dios, coman y beban de Sus palabras y que las pongan en práctica para que puedan lograr la obediencia a Dios. 


Si estas son tus verdaderas intenciones, entonces con toda seguridad Dios te elevará y con toda seguridad será misericordioso contigo. Esto es indudable y no se puede cambiar. 


Si tu intención no es obedecer a Dios, y si tienes otras metas, entonces todo lo que digas y hagas, tus oraciones ante Dios e incluso cada una de tus acciones, estará en contra de Él. 


Puedes ser de voz suave y de trato afable, cada una de tus acciones y expresiones pueden parecer apropiadas, y puedes parecer alguien que obedece, pero cuando se trata de tus intenciones y tus puntos de vista acerca de la fe en Dios, todo lo que haces está en contra de Él, todo lo que haces es malvado. 


Las personas que parecen tan obedientes como corderos, pero cuyo corazón alberga malas intenciones, son lobos con piel de cordero. 


Ofenden directamente a Dios y Dios no perdonará a ni una sola de ellas. El Espíritu Santo revelará a todas y cada una de ellas y le mostrará a todo el mundo que todos los que son hipócritas serán, con certeza, detestados y rechazados por el Espíritu Santo. 


No te preocupes: Dios se encargará y dispondrá de cada una de ellas, una por una.


Dios, soy un fuego que todo lo consume y no tolero la ofensa. 

Porque los seres humanos fueron, todos, creados por Mí, tienen que obedecer lo que Yo digo y hago, y no pueden rebelarse. 

Las personas no tienen derecho de entrometerse en Mi obra y, más aún, no están calificadas para analizar lo que está bien o mal en Mi obra o en Mis palabras. 

Yo soy el Señor de la creación, y los seres creados deberían lograr todo lo que Yo exijo, con un corazón de reverencia hacia Mí; no deberían intentar razonar conmigo y, en especial, no deberían resistirse. Con Mi autoridad gobierno a Mi pueblo, y todos los que forman parte de Mi creación deben someterse a Mi autoridad.

           Oremos       


¡Dios los Bendice! 


Ps. Jorge Macías Benítez

domingo, 11 de abril de 2021

#A279 Obediencia: Lealtad en Acción. parte I

Serie: Tras las Pisadas de Jesús  Día 14

 #A279 Obediencia: Lealtad en Acción 





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     Introducción.    


Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!


Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!!!


El fundamento de este domingo, de este mensaje y Su Ministración en específico, lo podemos encontrar en el libro de los Hechos, que dice :


“Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? Se reunieron los reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor, y contra su Cristo. Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.”


Hechos 4:23-31

Amados en Cristo, queridos amigos Los primeros discípulos oraban juntos, comían juntos y hacían vida diaria juntos. 

Este acto de fidelidad fue una respuesta natural de la salvación que habían recibido.

Este domingo 11 de Abril del año 2021, el título del mensaje es :


Obediencia: Lealtad en Acción

Oremos

   Obediencia y Lealtad 


Amados, sabes, la obediencia te hace leal; la fidelidad, es decir la Lealtad logra cosas impresionantes. 

El concepto de ser fiel o leal, significa también ser perseverante; por lo tanto es un ciclo el que vive el creyente. 

Por ser obediente es fiel y al ser fiel no se da por vencido, lo que lo lleva de nuevo a ser obediente.

Es ahí donde queda patentada la necesidad de una vida de fe al rededor de otros creyentes. 

Nos ayudamos a llevar nuestras cargas mutuamente y así cumplimos la ley de Cristo, obediencia y lealtad tomadas de la mano.

Ahora, lo curioso es que la misma palabra que se traduce, del griego al español, como Lealtad o fidelidad, es la que se traduce en otros pasajes como "fe". 

Entonces podemos entender que la Lealtad es también creer, confiar y depender.

Con razón, las dos cosas que llaman la atención de Dios son la Fe y la Obediencia, porque ambas muestran la condición de nuestro corazón hacia Dios.

Ahora, les invito a hacernos algunas preguntas en relación con esto que estamos reflexionando:

¿Cómo puedes apoyar a tus hermanos a crecer en obediencia?

¿Cómo puedes apoyar a tus hermanos a crecer en fe?

¿Cómo te pueden ayudar tus hermanos a crecer en fe y obediencia?


            Crecer en Obediencia          


Amados, queridos amigos, hay quienes tratan de predicar el evangelio fácil; dicen que solo es importante creer y que no importa cómo se vive. 

Sin embargo, sabemos, aún más, Conocemos que no es así; por esto, una de las dimensiones que abordaremos el día de hoy es: “Crecer en Obediencia a Dios”.

Cualquier siervo de Dios que es ungido con el Manto de pastor, tiene en sus manos la oportunidad de bendecir la iglesia y también tiene la oportunidad de bloquear la iglesia, ya que es el hombre que ha recibido esa Unción y autoridad.

La Biblia lo describe en Apocalipsis como la estrella en la mano derecha del Señor Jesucristo, antes que llegue el mensaje a la iglesia; es eso lo que el Señor lo da a los pastores.

Para que la iglesia reciba la voz de Dios, siempre será necesario el pastor, porque es un compromiso de y con autoridad.

Si se quiere una iglesia creciente, se necesita un pastor creciente, si el ministro está avivado, el resultado será una iglesia avivada.

Amados, si nuestro Anhelo es una Ekklesia en continuo crecimiento intencional en cada uno de los miembros, el pastor debe estar en continuo crecimiento intencional en lo personal.

Si el pastor es un hombre de fe, la iglesia será una iglesia de fe, si hay visión en el pastor, habrá visión en la iglesia, si el pastor es de metas, la iglesia será de metas.

Amados, es en los pastores que esta la autoridad de bendecir; no obstante, todo depende en cómo se rindan a los pies del Señor.

La Ekklesia es el candelero, pero no se encenderá la luz si el pastor no la enciende; él es la autoridad puesta por Dios.

Si se entra en estado de conformismo, de creer que no se necesita más, que es suficiente y se esta bien de la manera presente, hasta allí llegará el impacto de la iglesia y de cada congregación, grupo pequeño, casa / congregación, etc.

Si tu eres un pastor y es tu Anhelo ser una pieza útil para el crecimiento y mejoramiento personal de cada miembro la iglesia, Dios lo hará y te usará.

Amados, no es posible poner solo una parte; en verdad todo el esfuerzo y las ganas, todo el intelecto y lo que hay en el corazón, debe estar a disposición del maestro.

El Evangelio es Sobrenatural, por lo tanto no cae en las filosofías humanas; cuando el pastor comienza a razonar y filosofar y dejar de lado la palabra de Dios, y a querer enseñar filosofías humanas, está en peligro.

Los pulpitos de nuestras congregaciones deben ser Cristo céntricos, solo Dios debe estar en medio de todo lo que se diga y haga; en cada servicio, se debe exaltar solo el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Se debe predicar la doctrina apostólica, el arrepentimiento, el bautismo y el recibir del Espíritu Santo; se debe predicar, ministrar el cómo vivir en santidad.

Es por todo esto que Pablo le dice a Timoteo: 

“prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.” 1a. Timoteo 4:3

Pero la recomendación especial de parte de Dios es: “tú se sobrio en todo.”

El pueblo le pidió consejo a Jeroboam, querían dirección de los ancianos.

El pueblo de Dios lo que necesita es dirección, antes de la acción; sin embargo, hay quienes reaccionan en vez de dirigir y no es así como debemos de vivir nuestra Fe.

Debemos tener crecimiento y evolución intencional personal con Dios, porque como pastores somos quienes debemos dar esa dirección.

No podemos ser simplemente pastores de reacción o reactivos, que las circunstancias hagan que reaccionemos.

Sansón era un hombre que tenía dones especiales en Dios; tenía bendición, unción y propósito de Dios, pero sí seguimos cada uno de los pasos de Sansón, veremos que fue un hombre de reacción.

Amados, nos es necesario tener mucho cuidado, ser prudentes; el Señor nos ha llamado para dirigir su iglesia y eso es lo que debemos hacer.

           Acompaña el crecimiento en Fe        


Amados en Cristo, queridos amigos, Charles Spurgeon, predicó el 12 de Diciembre de 1867 un mensaje  que guiado por el espíritu Santo, nos ilustra al respecto.


Spurgeon, comparte (colaboración del Ps. Jorge Macías Benitez):


Los apóstoles dijeron: "Señor, auméntanos la fe." 


Amados, la fe es el don de Dios, y nos es otorgada en grados. 

La fe no es siempre la misma en cuanto a su grado, inclusive en el momento del nuevo nacimiento. 


No todos los niños son igualmente fuertes cuando nacen en este mundo.


No toda fe es igualmente fuerte al principio. 


Algunas veces, quienes son primeros al principio, después se convierten en los últimos, y a veces quienes son los últimos al principio, aventajan a los otros. 


Amados era Cristo, queridos amigos, Dios no nos da a todos nosotros la misma dotación de fe cuando empezamos. 


Algunos de nosotros somos muy delicados, muy atribulados, y encontramos muy difícil aferrarnos a la más pequeña de las promesas de Dios. 


Ahora, toda fe es de la misma naturaleza; aunque no toda es de la misma cantidad o grado, toda es de la misma calidad. 


Un diamante es un diamante, aunque no sea más grande que un chícharo o la cabeza de un alfiler.


La palabra de Dios nos dice:


“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña. Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse solo respecto de sí mismo, y no en otro; El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.”


Lo mismo sucede con la fe. 


Amados, una Fe como un grano de mostaza es igualmente la fe del elegido de Dios como si fuera una montaña. 


¡Es fe viva! 


Es la misma fe, aunque sea más pequeña en cantidad. 


No siempre recibimos la misma cantidad de fe, pero después que la hemos recibido, ¡Crece!

 

La vida posterior de los propios apóstoles nos lo muestran. 


Reflexionemos en Pedro, a manera de ejemplo. 


En un tiempo, pobre Pedro, ¡en verdad, cuán digno de lástima era! 


Pedro se sentó para calentar sus manos junto al fuego en el palacio del sumo sacerdote, y estando sentado en ese lugar, una criada atrevida le dijo: 


"tú también estabas con Jesús el galileo,"


Amados, tan débil era la fe de Pedro que ¡en verdad negó a su Señor! 


Pero pocas semanas después de eso, el Espíritu Santo descendió sobre Pedro, y ahora, el mismo hombre que se sonrojó de temor ante una criada arrogante, está ante miles de personas en las calles de Jerusalén, hablando con el mayor aplomo a favor del Evangelio del Cristo crucificado. 


Ahora no hay ningún temor, ningún temblor, ninguna incredulidad en Pedro, pues Pentecostés había llegado,  había sido fortalecido y hecho valeroso por el Espíritu Santo. 


¡Cuán maravillosamente había cambiado! 


Casi hubieras llegado a pensar que había dos Pedro, en vez de uno. 


Tan maravillosamente había crecido en fe y en valor. 

 

Además, es evidente que la fe crece, pues ha habido, y hay, miles de otras personas que, manifiestamente, han tenido más fe de la que tú o yo hayamos tenido jamás, y que sin embargo han descubierto que su fe no siempre fue fuerte. 


Miren a los mártires: consideren cómo iban a su muerte cantando himnos en el camino. 


¡Cuántos de ellos triunfaron en el anfiteatro, cuando eran soltadas las fieras para que los destrozaran! 


¡Cómo eran arrojados en húmedos y fétidos calabozos, donde permanecían hasta que les crecía moho, siendo abandonados para que murieran de hambre, y sin embargo, cómo murieron allí con gozo en sus corazones e himnos en sus labios! 


Esos eran hombres de fe, a quienes ni tú ni yo somos dignos de desatar la correa de su calzado: ellos eran mucho, mucho más grandes que nosotros. 


Sin embargo, si le hubieran preguntado a cualquiera de ellos, les habrían respondido que no eran mejores que nosotros cuando comenzaron, pero que Dios, por Su gracia, alimentó y cultivó su fe hasta volverse lo que fue. 

 

¿Saben ustedes lo que es este crecimiento en la fe? 


No podemos volvernos padres o madres que alimenten a algunos de nuestros hermanos o de nuestros oyentes, hasta que no tengamos este crecimiento en la fe. 


Bendigo a Dios porque yo he visto a muchos de ustedes crecer en la fe, y mi sincera oración es que cada uno pueda crecer para plena certeza de la esperanza hasta el fin, de tal manera que yo pueda decir de todos: 


"vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás." 


Sí, hermanos, efectivamente vemos que la fe crece en otros de manera tan clara, como hemos visto crecer los arbustos y las plantas en el campo.

 

Además, creo que ustedes y yo estamos conscientes que nuestra propia fe ha crecido. 


Yo sé que la mía ha crecido. 


Sé que algunas veces es más débil, pues podemos retroceder; sin embargo estoy consciente que, a la vuelta de los años, mi fe es más robusta de lo que era.

 

Les diré de qué manera crece la fe. Algunas veces crece en intensidad. 


Ustedes creen en las mismas cosas, pero ahora las creen con mayor firmeza. Un niño tiene una perla en su mano. 


Sí, pero ahora el niño ha crecido y se ha convertido en un hombre, y tiene la misma perla, aunque ahora la sostiene de una manera muy diferente. 


Cuando sostenía la perla siendo un niñito, ustedes tal vez podrían habérsela arrebatado; pero ahora que es un hombre, ¡miren cómo cierra sus puños y aprisiona con fuerza su tesoro! 

 

Lo mismo sucede con el hombre que crece en la fe. Empuña de tal manera las verdades eternas que no podrías arrebatárselas. 


Él ha aprendido a permanecer firme. 


No es sacudido por cualquier viento de doctrina. Mantiene el timón de su alma fijo en la dirección del puerto de su destino, sin importar que soplen los vientos y la tormenta brame y gima a su alrededor. 

 

La fe también crece no solamente en intensidad sino en alcance; de tal forma que creen más de lo que antes lo hicieron. 


Al principio creemos en unas cuantas grandes verdades, y luego el conocimiento viene en nuestra ayuda, y en lugar de sólo tres o cuatro grandes verdades majestuosas, aprendemos diez, y conforme avanzamos más, aprendemos cien verdades.


Sin embargo, a veces, nos duele confesar que conforme nuestra fe crece en alcance, disminuye en intensidad, lo que resulta en una ganancia muy pobre. 


Amados, si creemos más y creemos todo con la misma intensidad que lo hicimos al principio, entonces nuestra fe está creciendo verdaderamente, y estamos avanzando de una forma sumamente saludable y feliz.

 

La fe verdaderamente crece:


Sabemos que crece en esos dos aspectos mencionados, pues algunos de nosotros hemos estado conscientes de ese crecimiento. 


Amados, sería algo muy extraño si la fe no creciera. 


Fue un gran milagro cuando Josué hizo que el sol se detuviera, porque ese día el sol fue la única cosa en todo el mundo que se quedó quieta. 


Todo lo demás se estaba moviendo. 


Es parte de la ley de Dios que cada estrella gire: que no haya nada inerte. Aun el propio sol grandioso gira, y sigue constantemente su poderoso curso. 


Aquel día el sol fue lo único que se detuvo, y por tanto fue un verdadero milagro. Ahora, si la fe no creciera, sería lo único en el cristiano que estaría quieto sin crecimiento, pues todo lo demás en el hombre, ciertamente crece.

 

Además, ¿acaso Cristo no nos enseña esto, cuando habla primero de hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga? 


En otro momento se nos dice que somos niños, que pensamos como niños, y hablamos como niños; pero que cuando nos convirtamos en hombres, dejaremos lo que era de niño. 


En otros lugares algo se dice acerca de los hijitos, y luego acerca de los jóvenes y luego acerca de los padres. 


No voy a mencionar todos los ejemplos (son demasiado numerosos), en los que, tanto por medio de metáforas como por medio de lenguaje directo, somos enseñados por la palabra de Dios que todo en el cristiano crece, y por tanto su fe, que es como su diestra, también debe crecer. La fe, entonces, es susceptible de crecimiento.

¡Dios los Bendice!

lunes, 29 de marzo de 2021

#A278 Un Ejemplo de Fe

Serie: Tras las Pisadas de Jesús  Día 13



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     Introducción.    


Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!


Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!!!


El fundamento de este domingo, de este mensaje y Su Ministración en específico, lo podemos encontrar en Deuteronomio 31: 1-8, que dice:


“1 Fue Moisés y habló estas palabras a todo Israel, 2 y les dijo: Este día soy de edad de ciento veinte años; no puedo más salir ni entrar; además de esto Jehová me ha dicho: No pasarás este Jordán.

 3 Jehová tu Dios, él pasa delante de ti; él destruirá a estas naciones delante de ti, y las heredarás; Josué será el que pasará delante de ti, como Jehová ha dicho. 4 Y hará Jehová con ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, a quienes destruyó.

 5 Y los entregará Jehová delante de vosotros, y haréis con ellos conforme a todo lo que os he mandado. 6 Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.

7 Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar. 8 Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.”


Amados hermanos, queridos amigos, Moisés llegó al borde de la tierra prometida, pero no pudo entrar. 

Surge una pregunta. ¿Porqué? 

Él también desobedeció.

Ahora, el plan de Dios y sus promesas deberían cumplirse. 

Sería Josué, quién encomendado a ser fuerte y valiente, derrotaría a los pueblos enemigos y repartiría la tierra.

Este domingo 28 de Marzo del año 2021, el título del mensaje es :


Un Ejemplo de Fe

Oremos

    Misión y Obediencia  


Amados, Josué completó su misión, en una muestra clara de obediencia. 

Aceptó su misión y la llevó a buen término. 

No fue fácil, cometió errores, pero llevó honrosamente su parte, su responsabilidad y decisión, su compromiso, en este asunto.

Amados, Jesús sigue invitándonos a llevar su yugo; Él asegura que eso nos dará descanso. 

Hoy su "yugo" es muy diferente al que llevó Josué y sin embargo, llevarlo requerirá la misma Obediencia que Moisés necesitó para sacar a Israel de Egipto o la Obediencia que hizo falta para que Josué repartiera la tierra.

La Obediencia sigue siendo clave.

¿Qué "yugo" te invita a llevar el Señor hoy?

¿Por qué crees que Jesús nos ofrece descanso?

Cuando Dios dice: "se fuerte y valiente", ¿qué situación anticipa?

¿En qué necesitas ser fuerte y valiente hoy?


Amados, el Ser obediente a la Voluntad y Propósito de Dios, nos requiere Ser mansos y humildes de corazón.

Observa y Discierne lo que dice Mateo 11: 29-30, al respecto:

“29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;

 30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.”


En esta porción de la Palabra de Dios, Él nos habla de mansedumbre y humildad.


Quien es manso y humilde tiene paz en su corazón. 


En el otro extremo, la persona orgullosa vive enferma interiormente, llevándola a pensar que siempre tiene la razón de todo, y colocando en su corazón una carga que se hace imposible de soportar. 


Podemos decir que estas personas mantienen sus “caprichos” hasta limites inentendibles y pasan momentos de sufrimientos innecesarios. 


Por eso tienen opresión en sus vidas y no saben cómo hacer para vivir en paz.


Jesús nos dio una enseñanza muy contundente de cómo debemos ser en nuestro interior para poder tener paz en el corazón.


Mateo 11:29 nos dice que “… aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.”


El Señor nos abre su corazón y nos enseña cómo una persona puede alcanzar la paz y el descanso en el alma por medio de la Mansedumbre y la Humildad.


Es muy importante que cada consejo de Jesús lo tomemos muy en serio y lo apliquemos para poder vivir con el alma libre de toda carga innecesaria.              


            El Orgullo          


Amados, queridos amigos, la persona que se maneja con soberbia y no desea ser humilde, es aquella que en manera continua quiere manejar y manipular a las personas que están en su entorno para que hagan lo que él o ella desean.


Esto es sumamente peligroso porque la manipulación es un pecado muy profundo, ya que es querer adueñarse de los demás para que hagan lo que deseas.

Cuando alguien manipula utiliza las herramientas de la seducción, mentira, halagos, u otras; lo hacen para de esta forma poder controlar de la manera que fuese a su entorno.


La Palabra de Dios nos dice en 2a. Corintios 11:14 

“Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.”

Cualquier persona que en verdad es humilde, no presiona a nadie para que hagan lo que el desea, sino que se mueve en la vida enseñando y educando a las personas en la sana doctrina, para que de esa forma sea el Espíritu Santo el que haga la obra en el corazón de los demás.


Pero la persona orgullosa, soberbia, manejada por su ego es capaz de hacer cualquier cosa para engañar y seducir a las personas en falsas doctrinas llevándolas a que hagan su propia voluntad y no la de Dios.


Efesios 4:14, nos dice la Palabra de Dios:


“para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,”


Amados, para vivir en paz, debemos vivir sin controlar y para ello debemos de Conocer que el Espíritu Santo es el único que puede vencer mi orgullo.


La Palabra de Dios nos dice en Salmos 51:10 


“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.”


El Espíritu Santo es el que produce dentro de cada uno de nosotros un corazón LIMPIO. 


Ya que el corazón de los seres humanos se va ensuciando en manera continua por él andar de la vida, y debemos ser limpiados por medio de la sangre de Jesús todos los días para que dé esa manera saquemos toda tiniebla que nos pueda apartar del Señor.


Ahora, no solo trabaja con nuestro corazón el Espíritu Santo, sino que también va dándole a nuestro espíritu, rectitud. 


En nuestro espíritu esta la conciencia, donde radica nuestra moral, que luego es traducida en las acciones que tenemos en la vida. 


Lo que el Espíritu Santo va realizando dentro nuestro, es enseñarnos por medio del Discernimiento qué es lo que esta bien, y qué es lo que esta mal.


La mansedumbre y la humildad son características del carácter de Jesús que debemos Conocer, Discernir, recibir y practicar, pero solo lograremos hacer eso con la ayuda del Espíritu Santo.


En el antiguo Testamento, bajo el Pacto de la Ley, hubo Varones, Siervos de Dios que fueron Manos Y Humildes; veamos Números 12.


“Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra.”

Números 12: 3


Nada en la vida podremos transformar en nuestro interior si no interviene la presencia del Espíritu de Dios. 


Por eso debemos clamar, Anhelar y acudir a su ayuda para que de esa forma todo lo que dentro de nosotros nos limita se transforme para que seamos mansos y humildes de corazón.


Así como Pablo lo expresa, en la 2a. Carta a los Corintios:


“Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros;”

2a. Corintios 10: 1


           Escucha la Voluntad de Dios        


Amados en Cristo, queridos amigos, Juan 6:38 “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.”


El Señor Jesús nos enseña cómo el siendo Dios, se humillo y camino sobre esta tierra con un solo objetivo, que era hacer la voluntad del Padre que lo envío.


¿Y qué pasa con nuestras vidas?

¿Tenemos que hacer la voluntad del Padre?


Acá es la gran pregunta que tiene solo una respuesta muy personal, y es desde adentro de nuestro corazón. 


Nosotros debemos Anhelar hacer su voluntad y decidir.


Jesús llego a decir en un momento de su vida:


Lucas 22:42 


“diciendo: Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.”


Amados hermanos, queridos amigos, seguramente en muchas oportunidades deseamos no entregar nuestras vidas a Dios en forma completa porque nuestro ego interior es el que nos quiere manejar para que hagamos lo que la carne desea y no lo que el espíritu y en Su Espíritu Santo, debemos hacer.


La Palabra de Dios, nos dice en Gálatas 5:17 


“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que no podéis hacer lo que deseáis.”


Los deseos de la carne dentro de cada uno de nosotros, siempre van a qu

erer dominarnos y llevarnos a que no hagamos la voluntad de Dios, sino lo que a nosotros nos parece contradiciendo al Espíritu Santo. 


Por eso es tan importante comprender que nuestra carne no desea hacer la voluntad de Dios NUNCA, solo desea hacer lo que ella quiere.


Juan 3:6, nos dice: 


“Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.”


Amados, llega un tiempo en nuestra vida donde necesitamos tomar conciencia y dedicarnos a las cosas del Espíritu y así poder vivir en plenitud en esta tierra.


           Fe en Acción        


Amados hermanos, amigos, el capítulo 11 de Hebreos es como el “paseo de la Fama” de la Biblia para los grandes personajes de la Fe. 

Piensa en gente como Abraham, Moisés y David, conocidos como los Padres de la fe.  

Escudriñemos cuidadosamente y encontraremos a dos mujeres entre estas famosas figuras, entre las cuales esta Rahab.

Rahab era una extranjera de la famosa ciudad de Jericó que fue conquistada por los israelitas.

Vamos a la Palabra de Dios, en esta parte de la historia del pueblo Hebreo y de la genealogía de Jesús:

“1 Y Josué, hijo de Nun, envió secretamente desde Sitim a dos espías, diciendo: Id, reconoced la tierra, especialmente Jericó. Fueron, pues, y entraron en la casa de una ramera que se llamaba Rahab, y allí se hospedaron[a]. 2 Y se le dio aviso al rey de Jericó, diciendo: He aquí, unos hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche para reconocer toda la tierra. 3 Entonces el rey de Jericó mandó decir a Rahab: Saca a los hombres que han venido a ti, que han entrado en tu casa, porque han venido para reconocer toda la tierra. 4 Pero la mujer había tomado a los dos hombres y los había escondido, y dijo: Sí, los hombres vinieron a mí, pero yo no sabía de dónde eran. 5 Y sucedió que a la hora de cerrar la puerta, al oscurecer, los hombres salieron; no sé adónde fueron[b]. Id de prisa tras ellos, que los alcanzaréis. 6 Pero ella los había hecho subir al terrado, y los había escondido entre los tallos de lino que había puesto en orden en el terrado. 7 Y ellos[c] los persiguieron por el camino al Jordán hasta los vados, y tan pronto como los que los perseguían habían salido, fue cerrada la puerta. 8 Y antes que se acostaran, ella subió al terrado donde ellos estaban, 9 y dijo a los hombres: Sé que el Señor os ha dado la tierra, y que el terror vuestro ha caído sobre nosotros, y que todos los habitantes de la tierra se han acobardado[d] ante vosotros. 10 Porque hemos oído cómo el Señor secó el agua del mar Rojo[e] delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y de lo que hicisteis a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a quienes destruisteis por completo[f]. 11 Y cuando lo oímos, se acobardó nuestro corazón, no quedando ya valor[g] en hombre alguno por causa de vosotros; porque el Señor vuestro Dios, Él es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra. 12 Ahora pues, juradme por el Señor, ya que os he tratado con bondad, que vosotros trataréis con bondad a la casa de mi padre, y dadme una promesa segura[h], 13 que dejaréis vivir a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y a mis hermanas, con todos los suyos, y que libraréis nuestras vidas[i] de la muerte. 14 Y los hombres le dijeron: Nuestra vida[j] responderá por la vuestra[k], si no reveláis nuestro propósito; y sucederá que cuando el Señor nos dé la tierra, te trataremos con bondad y lealtad[l]. 15 Entonces ella los hizo descender con una cuerda por la ventana, porque su casa estaba en la muralla de la ciudad, y ella vivía en la muralla.” 

Josué 2: 1-5

Lo que la hace única no es solamente el hecho de que era extranjera, sino también prostituta; efectivamente, no es exactamente el perfil que uno esperaría ver entre los “grandes” de la Biblia. 

Sin embargo, cuando los dos espías israelíes se colaron en Jericó, fue Rahab quien los escondió y los ayudó a escapar. 

Los rumores de que los israelitas acampaban en el desierto al otro lado del río Jordán habían llegado al pueblo de Jericó. 

Habían oído hablar de los milagros de Dios, pero mientras el resto de Jericó confiaba en su poderoso muro para protegerse de cualquier enemigo, Rahab decidió poner su fe en el Único Dios Verdadero.

¿Qué hace que la historia de Rahab sea tan extraordinaria? 

¡La primera clave es su fe! 

Al igual que tú y yo, Rahab fue salva por la fe. 

Esa fe la movió a la acción, salvando a los dos espías israelitas. 

Del mismo modo, nosotros también estamos llamados a poner la fe en acción, a veces asumiendo riesgos y yendo en contra de la cultura popular, al igual que Rahab.

En segundo lugar, sus acciones para con los espías israelitas nos recuerdan la promesa de Dios a Abraham y a sus descendientes: 

“Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan" 

Génesis 12:3

La tercera clave en la historia de Rahab es la Gracia y Misericordia de Dios. 

Rahab era una mujer con un pasado. 

Ella había vivido una vida llena de pecado y sin embargo Dios la incluyó entre los grandes de la Biblia e incluso la mencionó en el árbol genealógico de Jesús. 

¿Cómo es posible que una prostituta extranjera diera la talla? 

Para recordarnos que no hay pecado demasiado grande o remordimientos tan complicados que Jesús no pueda perdonar y sanar.

Si estás luchando con errores del pasado, remordimientos y pecados, solo déjalos ir. 

Sabes…¡eso también pasará!

Deja de aferrarte a los errores del pasado y dáselos a Jesús. 

¡Comienza dando un paso de fe!


           Ejemplo de Fe       


Amados en Cristo, queridos amigos, en Génesis 32 Jacob, un hombre cuya vida estaba llena de drama familiar es un buen ejemplo de fe. 


Después de engañar a su hermano Esaú (que amenazó con matar a Jacob) de su derecho de nacimiento y herencia, Jacob huyó a la casa de su tío Labán. 


Muchos años más tarde, Jacob decidió volver a casa; que fue cuando él recibió la palabra; Esaú estaba en el camino a su encuentro, con un ejército de 400 hombres. 


Para Jacob, este fue el punto de ruptura. 


Ansiaba una nueva vida, un nuevo comienzo. 


Su pasado lo perseguía. 


Había engañado a su hermano, había mentido a su padre, y su nombre era un constante testigo contra él. 


Escucha, el nombre Jacob significa «suplantador» o «engañador»


Jacob se apartó de toda su familia y pasó la noche solo en el campamento. 


Esa noche, un hombre apareció y un combate de lucha estalló. 


Jacob luchó implacablemente, pero pronto se dio cuenta de que no luchaba contra hombre alguno. 


Estaba luchando con el propio Dios, y sin embargo, aunque no podía ganar, Jacob no se rendiría, gritando «¡No te dejaré ir a menos que me bendigas!»


En respuesta a este acto de fe, a Jacob le fue dado un nuevo nombre: Israel. 


Por fe, a Jacob se le dio un nuevo nombre y su Propósito, le fué revelado.


Ya no sería Jacob el engañador, sino que sería Israel, el nombre dado a la nación elegida de Dios.


           Conclusión       


Amados hermanos, amigos queridos, surge entonces una pregunta en mi corazón:


¿Estás dispuesto a ser tú mismo un ejemplo de Fe?


Jesús dice claramente lo que significa seguirlo: 


“…Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?” (Lucas 9:23–25). 


Nuestra comprensión moderna de la frase "tome su cruz y sígame" es a menudo inadecuada. 


En los días de Jesús, la cruz siempre simbolizada la muerte. 


Cuando un hombre llevaba una cruz, él ya había sido condenado a morir en ella. 


Jesús dijo que, para seguirlo, uno debe estar dispuesto a morir. 


No todos enfrentaremos la muerte de un mártir. 


No todos seremos encarcelados, golpeados o torturados por nuestra fe. 


Entonces, ¿A qué clase de muerte se refería Jesús?


Pablo explica en Gálatas 2:20, 


“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. 


Amados, seguir a Cristo es ser también un Ejemplo de Fe.


Significa morir a nuestra manera de hacer las cosas. Consideramos que nuestra voluntad, nuestros derechos, nuestras pasiones y nuestras metas son crucificados en la Cruz con Él. 


Nuestro derecho a dirigir nuestras vidas está muerto para nosotros (Filipenses 3:7–8). 


La muerte implica el sufrimiento. La carne no quiere morir. Morir a uno mismo es doloroso y va en contra de nuestra inclinación natural a buscar nuestro propio placer. 


Pero no podemos seguir a Cristo y a la carne (Lucas 16:13; Mateo 6:24; Romanos 8:8). 


Jesús dijo: “Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” (Lucas 9:62).


Pablo sufrió más que la mayoría por causa de Jesús. 


Él les dijo esto a los cristianos de Filipos: "Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él" (Filipenses 1:29). 

La palabra concedido aquí significa "mostrar favor, dando libremente como regalo". Pablo no presenta el sufrimiento como una maldición, sino como un beneficio.


El sufrimiento puede tomar muchas formas. Al elegir obedecer al Señor Jesucristo, estamos poniéndonos en desacuerdo con el mundo. Gálatas 1:10 dice, 


"Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo”. 

Al adherirse estrechamente a las enseñanzas de la Biblia, nos preparamos para el rechazo, la burla, la soledad o la traición. 


A menudo, la más cruel persecución proviene de aquellos que se consideran espirituales, pero han definido a Dios según sus propias ideas. 


Si optamos por tomar una firme posición por la justicia y la verdad bíblica, nos aseguramos ser incomprendidos, escarnecidos, o algo peor. Tenemos que tener en cuenta que ninguna amenaza de sufrimiento disuadía a los apóstoles de predicar a Cristo. 


De hecho, Pablo dijo que perder todo valía la pena 


"…a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte" (Filipenses 3:10). Hechos 5:40–41 


Describe la reacción de los apóstoles después de que recibieron otra paliza por predicar acerca de Jesús: “Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre”.


El sufrimiento de alguna forma siempre va a ser una parte de ser un verdadero seguidor de Cristo. 


Jesús dijo que el camino que lleva a la vida es difícil (Mateo 7:14). 


Amados, nuestras dificultades también son una manera de identificarnos de un modo muy reducido con Su sufrimiento.


Jesús dijo que, si le negamos delante de los hombres, Él nos negará ante Su Padre en los cielos (Mateo 10:33; Lucas 12:9). 


Hay muchas maneras sutiles de negar a Cristo. 


Si nuestras acciones, palabras, estilo de vida, u opciones de entretenimiento no reflejan Su voluntad, negamos a Cristo. Si pretendemos conocerlo a Él, pero vivimos como si no, negamos a Cristo (1 Juan 3:6-10). 


Muchas personas eligen esas formas de negar a Cristo porque no quieren sufrir por Él.


A menudo nuestro mayor sufrimiento proviene del interior cuando batallamos para tener control sobre un corazón que debe morir a su propia voluntad y entregarse al señorío de Cristo (Romanos 7:15–25). 


En cualquier forma que se presente el sufrimiento, debemos aceptarlo como una insignia de honor y un privilegio en el cual nos gozamos, tal como los apóstoles, 


“…de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre” (Hechos 5:41).


           Oremos       


¡Dios los Bendice! 


Ps. Jorge Macías Benítez

domingo, 21 de marzo de 2021

#A277 El Costo del Discipulado

Serie: Tras las Pisadas de Jesús

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     Introducción.    

Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!

Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!!!

Continuando en nuestra Serie, Tras las pisadas de Jesús, el Señor nos va a llevar a profundizar en un tema que es en verdad actual y polémico.

El fundamento en Su Palabra hoy, nos lo entrega en el Evangelio de Lucas, que nos dice:

“25 Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: 26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.

 27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.

 28 Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? 29 No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, 30 diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. 31 ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? 32 Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. 33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.”

Lucas 14: 25-33

Escucha amado, Jesús empleó un lenguaje fuerte al referirse al discipulado. 

Mencionó varios intereses que deben tener el segundo lugar después de Él, incluso "su propia vida".

Cuando Jesús empleó la palabra "aborrece" con relación a la familia de uno, Él no quiso decir lo que la palabra significa hoy día. 

Él estaba diciendo que los intereses de la familia nunca deben estar por encima de nuestra lealtad a Él. 

Amados, nuestra devoción y reverencia, el “temor” a Dios del que la semana pasada nos Ministró, debe ser de tal magnitud que nuestros sentimientos hacia cualquier otra cosa sean como sin de  odio hablásemos, en comparación.

Lo que se entiende por llevar la cruz es a menudo superficial. 

No se refiere a alguna experiencia desagradable que enfrentamos. 

En los días de Jesús la cruz era para ejecutar a los criminales, por lo que se asocia con la muerte. 

Si llevamos nuestra cruz en el sentido que Jesús estaba hablando, moriremos a nuestros propios intereses. 

Este domIngo 21 de Marzo del año 2021, el título del mensaje es :

El Costo del Discipulado

Oremos

Disposición de nuestro corazón  

Amados en Cristo, queridos amigos, en el contexto que nos lleva el Señor esta mañana, surge una pregunta:

¿A qué estamos dispuestos para Ser Discípulos suyos en verdad?

Estaremos dispuestos a experimentar incomodidad, inconveniencia o rechazo por el amor de Cristo. 

Esa debe ser una actitud diaria, una forma de vida, no un sentimiento que tenemos sólo en momentos de gran emoción.

A veces nuestra falla espiritual ocurre porque la entrega a Jesucristo se hace sólo basada en la emoción. 

Amado, hermano, querido amigo, las emociones son parte del contexto; Ahora, el compromiso de nuestra voluntad es lo que cuenta. 

Jesús invitó a la gente a considerar el costo, y todavía lo hace. 

Escucha: 

      ¡Ser discípulo tiene un precio!    

Como el rey en la parábola de Jesús, nosotros también debemos reconocer que Ser Su Discípulo, nos expone a guerras espirituales de cuando en cuando ó muy frecuentemente, dependiendo de nuestro nivel de compromiso y relación con Dios. 

Amados, NO es un juego de niños. 

Entraremos en un verdadera batalla espiritual, al tomar esa decisión.

Ahora, reflexionemos:

¿Qué significa “Cargar con la cruz”? 

(Respuesta: Marcos 8: 34 Cargar con la cruz no es otra cosa que “negarse a uno mismo”)

Ser discípulo también tiene recompensas, ¿cuáles son? 

¿Estás dispuesto a cargar con tu cruz y seguir a Jesús? 

¿Cómo?

              Pagar un Precio: Testimonio de vida          

Amados, tal cual les compartía y el Señor les ministraba unos minutos atrás, Ser Su Discípulo tiene un Precio.

Ahora, ¿a qué me refiero y el Señor habla, cuando nos Ministra al respecto?

Profundicemos en ello y entonces nos es necesario, escudriñar en la vida y obra de un General de Dios cuyo nombre a quedado registrado no solo en la Historia del hombre, sino que mucho más relevantemente, está escrito en el Libro de la Vida, en el Reino de Dios.

No tengo duda, que él vivió con esta porción de la escritura, como Rhema para su vida:

“Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.”

Marcos 8:34

El nombre de este General de Dios es, Dietrich Bonhoeffer.

¿Quién fue este Varón de Dios?

Aún más importante y relevante, la siguiente pregunta:

¿Cómo y para qué vivió?

Dietrich fue un líder cristiano alemán que participó en el movimiento de resistencia contra el nazismo. 

Bonhoeffer nació el 4 de febrero de 1906; fué pastor protestante y teólogo luterano, fue arrestado y encarcelado. 

Mientras estaba preso fue acusado de - supuestamente - haber formado parte en los complots planeados por miembros de la Abwehr (Oficina de Inteligencia Militar) para asesinar a Adolf Hitler y por esa razón fue finalmente ahorcado el 9 de abril de 1945, en el contexto de una Berlín ya invadida por los rusos, una Alemania Nazi derrotada.

Bonhoeffer nació en Breslau, Alemania - hoy Wrocław, Polonia - en el seno de una familia de la alta burguesía prusiana que integraba la élite cultural berlinesa.

Su padre, Karl Ludwig Bonhoeffer (1868-1948), era profesor de psiquiatría y neurología, director de la clínica psiquiátrica de la Universidad de Breslau; y su madre, la pianista Paula von Hase, nieta del teólogo Karl von Hase — predicador de la corte del Kaiser Guillermo II — e hija de Klara von Hase que había sido pupila de Clara Schumann y Franz Liszt, tomó parte en la educación de sus ocho hijos (Karl-Friedrich, Walter, Klaus, Ursula, Christine, Dietrich, Sabine, Susanne).

La familia se mudó a Berlín en 1906, donde su padre ocupó la cátedra más importante de psiquiatría y neurología de Alemania. 

Dietrich, a los 8 años de edad, vive los horrores de la Primera Guerra Mundial, en la que mueren uno de sus hermanos y tres primos.

Estudia en el Gymnasium de Grunewald junto con su hermano Klaus y Hans von Dohnanyi.

A los 17 años comienza sus estudios de teología en la Universidad de Tubinga y 2 años después los continúa en la Universidad de Berlín.

En 1927, a la edad de 21 años, se doctoró con distinción summa cum laude con la tesis Sanctorum communio, la que el teólogo Karl Barth consideró como un milagro teológico. 

Se traslada a Barcelona para asumir la vicaría de la Iglesia Luterana en Barcelona, posteriormente vuelve a Berlín y presenta en 1930 su tesis de habilitación titulada Akt und Sein: Traszendentalphilosophie und Ontologie in der systematischen Theologie. 

Como aún era muy joven para ser ordenado, aprovecha para viajar ese año a Nueva York para tomar algunos cursos de especialización en el Union Theological Seminary. 

Finalmente, el 11 de noviembre de 1931, a la edad de 25 años, es ordenado como pastor luterano.

              Fe en Acción          

En la Universidad de Berlín enseñó Teología y escribió varios libros. 

Dietrich, se opuso firmemente al nazismo y a la claudicación de las iglesias alemanas frente a Hitler; participó junto con Karl Barth, Martin Niemöller y otros en la fundación de la Bekennende Kirche (Iglesia Confesante o Iglesia de la Confesión, de teología luterana pero no oficial). 

En abril de 1933, en una conferencia ante los pastores berlineses, Bonhoeffer insistió en que la resistencia política se hacía imprescindible. 

Entre finales de 1933 y 1935 sirvió como pastor de dos iglesias protestantes en Londres.

Volvió a Alemania para encabezar un seminario no autorizado, para pastores de la Iglesia Confesante, en Finkenwalde, Pomerania —hoy Szczecin, Polonia a orillas del río Óder —, donde recibió el apoyo incondicional de la condesa Ruth von Kleist Retzow. 

Allí conoció a su nieta Maria von Wedemeyer, que sería su prometida.

Regresó a los Estados Unidos brevemente y retornó a Alemania en uno de los últimos barcos que hicieron la travesía antes del comienzo de la guerra.

La Gestapo clausuró el seminario en 1937, le prohibió predicar, enseñar y finalmente hablar en público. 

El seminario funcionó entonces en el estadio von Blumenthal de Gross Schlönwitz, pero fue nuevamente cerrado al estallar la guerra. 

La resistencia, con la que colaboraba Bonhoeffer, era activa desde antes de la Segunda Guerra Mundial. 

Durante este período, Bonhoeffer mantuvo estrechos contactos con Carl Friedrich Goerdeler y trabajó mano a mano con numerosos opositores a Hitler.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Bonhoeffer desempeñó un papel clave de acaudillamiento en la Iglesia de la Confesión, que se oponía a las políticas antisemitas de Hitler. 

Estaba entre aquellos que apelaban a la abierta resistencia de la Iglesia al tratamiento que Hitler daba a los judíos. 

Aunque la Iglesia de la Confesión no era grande, representaba un foco considerable de oposición cristiana al régimen nazi en Alemania.

En 1939 se unió a un grupo clandestino de la resistencia, que incluía militares de alto rango con base en Abwehr, la Oficina de Inteligencia Militar, quienes, encabezados por el almirante Wilhelm Canaris, querían derrocar el régimen nacionalsocialista de Hitler.

Lo arrestaron en abril de 1943, después de que condujera hacia él el dinero del Proyecto 7, usado para ayudar a escapar a judíos a Suiza. 

Fue acusado de conspiración y encerrado en la cárcel de Tegel, en Berlín, durante un año y medio.

Tras el infructuoso atentado del 20 de julio de 1944, Bonhoeffer fue sindicado de complicidad por sus conexiones con los conspiradores, algunos de los cuales eran familiares suyos, como su tío, el comandante de la ciudad de Berlín, Paul von Hase, ejecutado el 8 de agosto de 1944.

El 8 de octubre fue trasladado a la prisión de la Gestapo en la calle Prinz-Albrecht para interrogarlo y el 7 de febrero de 1945 al campo de concentración de Buchenwald. 

En abril de 1945 fue llevado al Campo de concentración de Flossenbürg.

El 8 de abril de 1945, por órdenes de Ernst Kaltenbrunner, un tribunal militar condenó a la horca a Dietrich Bonhoeffer y a su cuñado Hans von Dohnanyi, quien fue ejecutado al día siguiente en Sachsenhausen.

En el amanecer del lunes 9 de abril de 1945, Bonhoeffer, que el día anterior había dirigido un servicio religioso a petición de los demás presos, fue ejecutado con la horca. 

Debió desnudarse para subir al cadalso. 

Sus últimas palabras fueron: 

“Este es el fin; para mí el principio de la vida". 

El doctor del campo - testigo de la ejecución - anotó: 

"Se arrodilló a orar antes de subir los escalones del cadalso, valiente y sereno. En los cincuenta años que he trabajado como doctor nunca vi morir un hombre tan entregado a la voluntad de Dios”.

Su cadáver fue incinerado.

Su hermano Klaus Bonhoeffer, también condenado por participar en la conspiración, fue ejecutado en Berlín junto con otros doce conspiradores, entre ellos Rüdiger Schleicher y Friedrich Justus Perels.

Al escudriñar la Palabra de Dios y visualizar el como vivió Dietrich, veo esta porción de la Biblia:

“28 Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. 29 Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, 30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.”

Marcos 10: 28-30

              Gracia y su precio         

Amados en Cristo, queridos amigos, ¿cuál es la razón de darle este espacio a la vida de este tremendo Varón, Siervo y Discípulo de Cristo?

Entre los libros que escribió, están 2 obras que de suyo son consideradas como fundaméntales en el cristianismo como hoy lo vivimos o al menos lo debiéramos de vivir.

Sus títulos son:

El Precio de la Gracia

El Costo del Discipulado

El Costo del Discipulado, es una invitación a reflexionar sobre el llamado a la conversión, al discipulado comprometido y a nuestra disposición a asemejarnos a Cristo, a vivir siendo verdaderos cristianos.

En esta obra Dietrich Bonhoeffer presenta un análisis minucioso de la dicotomía entre la gracia barata y la Gracia verdadera, la Gracia costosa.

Basta con leer, reflexionar y clamar por Discernimiento al Señor, en algunas de sus frases memorables, en este libro que tengo certeza, fue inspirado por el Espíritu Santo, en Bonhoeffer:

“La gracia de alto costo es el Evangelio que debe ser buscado, el don que debe pedirse; la puerta que un hombre debe golpear” (45).

“Felices son aquellos que saben que la gracia puede vivir en el mundo sin pertenecer a él, quienes al seguir a Jesucristo, están tan seguros de su ciudadanía celestial que son verdaderamente libres para vivir sus vidas en este mundo” (58).

“Cristo llama, el discípulo sigue: eso es gracia y mandato todo en uno” (63).

“La única forma de vencer el legalismo es por medio de una obediencia real a Cristo cuando Él nos llama a seguirlo; porque en Jesús la ley al mismo tiempo se cumple y se cancela” (92).

“El discipulado significa adherir a la persona de Jesús y, por lo tanto, someterse a la Ley de Cristo, que es la ley de la cruz” (97).

“Negarse a uno mismo es estar solamente consciente de Cristo y no más del yo, únicamente verlo a Él, que va adelante y no más el camino que es demasiado difícil para nosotros. Una vez más, todo lo que la autonegación puede expresar es esto: ‘Él guía el camino, síguelo de cerca’” (97).

“La voluntad de Dios, a la cual la ley da expresión, es que los hombres deben derrotar a sus enemigos, amándolos” (167).

“Nuestra actividad debe ser visible, pero no debe hacerse jamás con el fin de que se haga visible” (179).

“¿Qué deben hacer los discípulos cuando enfrentan a la oposición y no pueden penetrar los corazones de los hombres? Deben admitir que en ninguna circunstancia poseen ningún derecho o poder sobre otros y no tienen acceso directo a ellos” (211)

“La única manera de alcanzar a otros es a través de Aquel en cuyas manos están ellos mismos, igual que todos los demás hombres” (211).

“El objetivo del mandato de Jesús siempre es el mismo: evocar una fe sincera; hacer que amemos a Dios y nuestro prójimo con todo nuestro corazón y alma. Este es el único rasgo inequívoco en su mandato” (258).

“Si la Iglesia se niega a enfrentar la severa realidad del pecado, no conseguirá credulidad cuando hable del perdón” (329).

              Gracia Barata          

Amados hermanos, amigos, la tesis de esta obra - el Costo del Discipulado - es una exposición a la luz del Sermón del Monte en Mateo capítulo 5.

El argumento de Dietrich Bonhoeffer, es evidenciar lo que significa profesar una fe abstracta, legalista y desencarnada del verdadero compromiso y la transformación que exige Jesús como el corazón del Reino de Dios para sus seguidores o más bien, para Sus Discipulos.

Una fe que no toca el alma ni la consciencia, un cristianismo sin Cristo y sin cruz, es una fe estéril, inútil y hueca porque al final no es sostenible. 

A esto Bonhoeffer lo llamó: “la gracia barata”.

“La gracia barata es la predicación del perdón sin requerir arrepentimiento, el bautismo sin la disciplina de la iglesia, la Comunión sin la confesión, la absolución sin la confesión personal. La gracia barata es la gracia sin discipulado, la gracia sin la cruz, la gracia sin Jesucristo, vivo y encarnado” (pág.16).

Han transcurrido casi 100 años desde que este verdadero Discípulo de Cristo, inspirado por el Espíritu Santo, escribiera esto, en un contexto de tribulación por defender su posición; es triste reconocer que en la actualidad muchos partes de la Ekklesia, del cuerpo de Cristo, caminan por este mismo sendero que pretende abaratar la fe.

La fe se vuelve barata cuando se ofrece como producto de consumo para satisfacer a las masas que buscan un mensaje acomodado a la realidad de sus deseos personales. 

Cuando se ofrece como espectáculo para un público que desea que se le endulcen los oídos y se le prometa estabilidad para su “Statu Quo” y cuando  se promueve la identidad de ser hijo o hija de Dios como una garantía para reclamar las promesas materiales a cambio de una módica suma o transacción monetaria que algunos llaman: “La ley de la siembra y la cosecha”, o el “pacto con Dios.”

Bonhoeffer afirmaba que la “gracia barata es el enemigo mortal de la iglesia”.

Como creyentes no podemos permanecer callados ante estas falsas enseñanzas que continúan permeando a la iglesia y encarecen la fe. 

Pero lo más preocupante es que continúan arrastrando a miles de seguidores a beber de estas aguas turbias e ilusorias; Y aún más preocupante es que están dejando un legado a las próximas generaciones de un discipulado que en nada refleja el corazón del Reino.

Bonhoeffer no calló porque reconoció que su deber como discípulo del Señor era pronunciarse.   

¿Acaso Dios espera algo menos de cada uno de nosotros hoy en día?

              Gracia Cara          

Amados en Cristo, queridos amigos, escribió nuestro amado hermano Dietrich, prácticamente un siglo atrás:

La Gracia cara, la Gracia verdadera, la Gracia de Dios, es el tesoro oculto en el campo por el que el hombre vende todo lo que tiene; es la perla preciosa por la que el mercader entrega todos sus bienes; es el Reino de Cristo por el que el hombre se arranca el ojo que le escandaliza; es la llamada de Jesucristo que hace que el discípulo abandone sus redes y le siga.

La Gracia cara, es el Evangelio que siempre hemos de buscar, son los dones que hemos de pedir, es la puerta a la que se llama. 

Apocalipsis, capítulo 3, nos dice:

“19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. 20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. 21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”

Énfasis por el Ps. Jorge Macías Benitez

Y continuó:

Es cara porque llama al seguimiento, es Gracia porque llama al seguimiento de Jesucristo; es cara porque le cuesta al hombre la vida, es Gracia porque le regala la vida; es cara porque condena el pecado, es Gracia porque justifica al pecador. 

Sobre todo, la Gracia es cara porque ha costado cara a Dios, porque le ha costado la vida de su Hijo -

“habéis sido adquiridos a gran precio”

Amados, lo que ha costado caro a Dios no puede resultamos barato a nosotros. 

Es Gracia, sobre todo, porque Dios no ha considerado a su Hijo demasiado caro con tal de devolvernos la vida, entregándolo por nosotros. 


              Conclusión          

Amados hermanos, amigos queridos, la Gracia cara es la encarnación de Dios.

Nuestro hermano Bonhoeffer, escribió:

La Gracia cara es la Gracia como santuario de Dios que hay que proteger del mundo, que no puede ser entregado a los perros; por tanto, es la Gracia como palabra viva, palabra de Dios que él mismo pronuncia cuando le agrada. 

Esta palabra llega a nosotros en la forma de una llamada misericordiosa a seguir a Jesús, se presenta al espíritu angustiado y al corazón abatido como una palabra de perdón.

La Gracia es cara porque obliga al hombre a someterse al yugo del seguimiento de Jesucristo. 

Amados hermanos, queridos amigos, concluyamos diciendo y afirmando con completa certidumbre que es Gracia el que Jesús diga: “Mi yugo es suave y mi carga ligera”.

Dios te está llamando a que vengas a Él y si ya estás en Él, que te animes y seas firme en este caminar. 

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” 

Mateo 11:28-30

Amados hermanos, ¡esto es real! 

El yugo de Cristo es más ligero que el peso de nuestros pecados, y además, Él mismo está a nuestro lado ayudándonos a halar y halar, hasta el final. 

Pero recuerda, ¡Su Gracia es Costosa, lo más costoso!

              Oremos          

¡Dios los Bendice! 

Ps. Jorge Macías Benítez

domingo, 14 de marzo de 2021

#A276 Escuchar y Obedecer

Serie: Tras las Pisadas de Jesús

#A276 Escuchar y Obedecer



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Introducción


Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!


Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!!!


Este domIngo 14 de Marzo del año 2021, habiendo vivido una semana de festejos en esta casa – iglesia pastoral, festejando los onomásticos de mis amadas esposita e hija menor, fue también una semana de Gozo y también de Señales de Dios por medio del testimonio en esta casa iglesia y de otros amados hermanos en Cristo, uno de los cuales partió con el Señor.

 

Doy gracias y Gloria a Dios por la vida César Castaños y el asombroso renuevo que por segunda vez en 2 años el Señor ha hecho en él; también celebro la vida de Abdiel Sosa, quien ahora está en su morada eterna, en los brazos del Eterno.

NUESTRO FUNDAMENTO PARA ESTE MENSAJE:

“15Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán. 16Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo. 17Maldita tu canasta, y tu artesa de amasar. 18Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas. 19Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir.”

Deuteronomio 28: 15-19

En nuestro pasaje, fundamento de este mensaje y Su Ministración, no es precisamente el mas querido y popular entre los creyentes. 

Mucha gente al leerlo, se pregunta por qué Dios comunica con tanta dureza; por qué Dios "ofrece" tanto mal.

Amados, Necesitamos entender que todo en esta vida tiene una consecuencia; este pasaje es mas una advertencia de alguien que (siendo Dios) se adelantó en el tiempo y observó las consecuencias que acarrean caminar lejos de los preceptos de Dios.

Hagamos un ejercicio.

Contrastemos el pasaje, con la historia de Jeremías 44, en la que el pueblo le pide al profeta una Palabra de Dios y se comprometen a obedecerla. 

Ni bien Jeremías les da el mensaje ellos responden con la testarudez a la que Deuteronomio 28 hace referencia. 

No sólo se niegan a obedecer lo que Dios les dijo, sino que deliberadamente eligen desafiarlo con sus acciones.

Amados en Cristo, queridos amigos, el título del mensaje hoy es :

Escuchar y Obedecer


Oremos

Amados, retomando la ministración del Señor, Su Pueblo al negarse a Obedecer a Dios es muy parecido a lo que sucede en el mundo hoy; no solamente se ha sacado a Dios del entorno y de ser parte Activa de nuestras vidas - en general -, sino que se le enfrenta desafiándolo o se le culpa de los desastres que vivimos. 

¡Nada más alejado del corazón de Dios!

El hombre de hoy no lo Conoce y parece no solamente no querer conocerlo, sino hacer lo posible por ir en su contra.

El destino de ese camino de desobediencia, es destrucción almática, de carácter, de Identidad y Posición, además de muerte espiritual.

Con ello, la consecuencia está declarada.

¿Qué sucesos del mundo de hoy te recuerdan a la decisión deliberada de Israel de desobedecer y enfrentar a Dios, como lo describe Jeremías 44?

¿Por qué crees que la humanidad escoge el camino de la desobediencia?


Reverencia y Obediencia a Dios


Amados en Cristo, queridos amigos, al continuar escudriñando, profundizando y en concreto, clamando en Su Espíritu por Discernimiento, Dios aumenta y profundiza en las consecuencias de la desobediencia en Deuteronomio 28: 20-57.


Cualquiera que escuche esto podría pensar - en lenguaje de chavos y jóvenes - ¿qué onda con Dios?


Nos es necesario recordar que el Temor a Dios que dice Su Palabra no es tenerle miedo; en realidad de lo que nos habla es de tenerle Respeto y Reverencia. 


Disfruta el amor de Dios que es abundante para tu vida.


De hecho la Palabra de Dios nos exhorta reiteradamente que debemos temer a Dios, que tengamos temor de Él y así vivir en un temor santo. 


Ahora: 


¿por qué deberíamos tener temor de Dios? 

¿No es Dios amor? 


Escucha lo que nos dice en 1a. Juan 4:18 está escrito claramente que: 


"En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.”


Quizá ahora estás pensando:


¿Cómo podemos creer que Dios nos ama, y que al mismo tiempo debemos temerle?


El temor de Dios no es lo mismo que el miedo a un tirano o un dictador. 


No debemos temerle a su ira, a menos que temamos a el castigo debido a una mala conciencia y un corazón duro a causa del pecado. (Romanos 2: 5-9)


Tener temor de Dios es una absoluta reverencia y admiración por un Dios Todopoderoso, el creador de todas las cosas. 


A través de la Biblia recibimos algunas visiones del cielo, y vemos que las criaturas celestiales lo adoran alrededor de Su trono continuamente, gritando "¡Santo, santo, santo!" cubriendo sus rostros. 


Amados, este Dios Todopoderoso me ha llamado por mi nombre para servirlo, y Él está obrando en mí para que pueda ser salvo y pueda estar con Él por la eternidad. 


¡Esto debiera ser suficiente para causar en mí que el amor, gratitud y una reverencia inexpresable crezcan y aumenten en mi corazón!


Esto nos hace tener “temor” de pecar contra Él, porque no queremos nada más en este mundo que agradarle y Honrar Su Nombre. 


Ahora es que, tememos causarle tristeza o dolor, porque sabemos cuán increíblemente miserable es el pecado, cuanto lo odia Dios, y cuánto le duele cuando pecamos.


Escudriñemos estas porciones de Su Palabra:


"Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?" 

Deuteronomio 10: 12-13.


“El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco.” 

Proverbios 8:13.


Temor de Dios

Amados en Cristo, queridos amigos, el tener la debida reverencia y respeto por Él, es el hacer todo lo que se requiere de parte nuestra para servirlo; así lo podemos reflexionar en Salmos 89: 7 y Hebreos 12: 28-29.

Ahora:


Estar frente a Su rostro en todo lo que hacemos para ser agradables a Él, sin dejarnos influenciar por querer recibir una buena opinión de las personas. (1 Pedro 1: 24-25)

Saber que no debemos cuentas a nadie más que a Dios por nuestras acciones.

Temer actuar en contra de Su voluntad.

Temer deshonrarlo con nuestras acciones. Esto asegurará que actuemos con rectitud, amor y bondad hacia nuestro prójimo.

Temer tergiversarlo a Él o a Su Palabra en el mundo.

Temer tomar a la ligera el peso y la importancia de a lo que Dios nos ha llamado, y del ministerio que nos ha dado.

Odio por el pecado y una seriedad acerca de cuán pecaminoso es. (Romanos 7:13)

Amarlo con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas, y guardar Sus mandamientos. (Deuteronomio 6: 4-5; Deuteronomio 10: 12-13; Mateo 22: 36-38)


Amados, si no tenemos temor de Dios, no tomaremos lo suficientemente serio el pecado. 


Escucha y no dudes:


¡Las consecuencias del pecado son enormes! 


Cuando hemos sido perdonados por nuestros pecados según la justicia de Dios todavía tenemos que cosechar los resultados de haber cometido pecado.


La Palabra de Dios, nos dice en la carta de Pablo a los Gálatas 6: 7-8


“7No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.”


Amados en Cristo, queridos amigos, con absoluta Certeza Dios está inconmensurablemente lleno de Gracia y Misericordia para nosotros, y que Jesús murió por nuestra salvación, para que nuestros pecados sean perdonados cuando nos arrepintamos de ellos. 


Ahora, ciertamente necesitamos esto, ya que la santificación y la libertad del pecado son un proceso en el que estaremos hasta llegar ante Su Presencia. 


No obstante, el utilizar eso como una excusa para el pecado mostraría una falta de temor absoluta; una falta de amor por Dios  y de hecho, esta es la razón por la cual tememos y amamos a Dios:


"JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? Pero en ti hay perdón, Para que seas reverenciado." 

Salmos 130: 3-4.


Amados, cuando ponemos nuestras palabras y Fe en Acción en la balanza del temor divino, obtenemos sabiduría, Visión, revelación, Discernimiento, y entonces aprendemos a hacer la voluntad de Dios. 


La falta de temor nos lleva a hacer nuestra propia voluntad. 


Esta indiferencia hacia Dios nos vuelve “tontos”, ciegos y sordos espirituales lo cual no conduce a ningún tipo de crecimiento espiritual.


Si realmente tenemos temor de Dios, esto nos llevará a una profunda relación personal de amor con Dios. 


Por ello es que está escrito: 


“Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.” 

Lucas 4:8


Esta relación que tenemos con Él la llevaremos hasta la eternidad.


“Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia.”

Hebreos 12:28


“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.”

Eclesiastés 12:13


Fruto de la Obediencia


Según el nuevo testamento Obedecer, significa poner seria atención a la palabra de Dios, someterse a Su Autoridad y practicar sus instrucciones. 


Amados, la Obediencia, en este sentido es casi una letra muerta en el cristianismo moderno.


Se puede enseñar de vez en cuando de una manera lánguida, pero no se destaca suficientemente como para darle Poder a la vida de los cristianos y discípulos.


Nos dice el Señor en Su Palabra:


“Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y los cumplas” 

Deuteronomio 28:13


Para que una doctrina sea efectiva, además de ser recibida y sostenida por la iglesia; tiene que estar respaldada por tal fuerza de convicción moral que el hincapié caiga como un golpe fulminante, para que haga estallar la energía que esta latente dentro de ella. 


Amados en Cristo, queridos amigos, la iglesia de nuestro tiempo ha suavizado la doctrina de la Obediencia, bien descuidándola por completo o mencionándola solo en forma apologética, como si fuera de paso. 


Al descartar la falsa doctrina de la salvación por medio de las obras, hemos caído en el error opuesto de la salvación sin obediencia. 


Pablo dio testimonio que él fue enviado a predicar “la obediencia a la fe en todas las naciones”.


Él les recordó a los cristianos de Roma que habían sido libertados del pecado por la siguiente razón: 


“…habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados”.


En el nuevo testamento no hay contradicción entre la Fe y la Obediencia, pero sí entre la fe y las obras de la ley, así como también entre la Ley y la Gracia. 


La Biblia no reconoce ninguna fe que no conduzca a la obediencia, ni ninguna obediencia que no brote de la fe.


Las dos son los lados opuestos de la misma moneda.


Amados, la Fe y la Obediencia están unidas para siempre y ambas pierden su valor cuando se separan; lo mismo sucede con él Escuchar la voz e instrucción de Dios y Obedecer lo que de Él escuchamos.


El problema que muchos tenemos hoy consiste en que estamos tratando de creer, sin intentar obedecer.


El Mensaje de la Cruz


El mensaje de la cruz contiene dos elementos: 


  • Promesas y declaraciones que deben creerse
  • Mandamientos que deben obedecerse


Obviamente, la fe es necesaria para las primeras y la obediencia, para lo segundo. 


De hecho lo único que podemos hacer con una promesa o una declaración es creerla; físicamente es imposible obedecerla, porque no se refiere a nuestra voluntad, sino a nuestro entendimiento. Igualmente es imposible creer en un mandamiento, porque no esta dirigido esencialmente a nuestro entendimiento, sino a nuestra voluntad. 


Ciertamente, podemos tener fe en su justicia; confiar en que es un mandamiento bueno y correcto; pero eso no es suficiente. 


Mientras rehusemos obedecer, no hemos hecho nada con respecto al mandamiento.


Esforzarnos para creer aquello que se dirige a nuestra obediencia es enmarañarnos desesperadamente en un laberinto de imposibilidades.


Amados, la debilidad del mensaje que predicamos hoy está en hacer más hincapié en la fe que en la obediencia. 


Se ha producido una multitud - millones - de “cristianos” mentales cuyos caracteres están mal formados y sus vidas se encuentran fuera de proporción. 


La desobediencia los ha paralizado y no ponen su Fe en Acción. 


Incluso pueden estar en verdad creyendo con fuego en su corazón y NO estar en Obediencia. 


Además, piensan o hasta les han hecho creer que son los únicos que han usado bien la palabra de verdad. 


Desafortunadamente esta forma de vivir y “creer”, ha capturado a los seminarios e institutos bíblicos; ha venido determinando el contenido de la predicación evangélica y hasta ha llegado a decidir que clase de cristianos debemos ser; todo esto pudiéramos pasarlo por alto y tomarlo como solo una cosa mas.

Amados, tengo la convicción que el falso concepto moderno de la función de la fe y el hecho que quienes así enseñan y/ó predican y que no insisten en la obediencia, han debilitado a la iglesia y retardado lamentablemente el avivamiento, la última Reforma en este ultimo siglo y en concreto en México. 


Esto a traído Pobreza al Evangelio.


La única cura consiste en eliminar la causa. 


Para esto se necesita valor. 


Siempre estamos en peligro de ser víctimas de las palabras. 


Una frase toma a menudo el lugar de la realidad espiritual; por ejemplo “seguir al señor” o “seguir al cordero” (Apocalipsis 14:4). 


No podemos, cómo los primeros discípulos seguir al maestro en determinada área geográfica.


Tenemos la tendencia de pensar en esto con sentido literal, pero al mismo tiempo sabemos que es imposible y esto ha llegado a significar poco más que un acuerdo manifestado con movimientos afirmativos de la cabeza a las verdades del cristianismo. 


Amados, esto pudiera sorprendernos por el hecho de saber que el verbo “seguir” es una palabra en el nuevo testamento que se usa para referirse al hábito establecido de obedecer los mandamientos de Cristo.


Conclusión


Un tremendo siervo de Dios de nombre A.W. Tozer Reflexionaba al respecto de que Dios nos enviara las lluvias de bendición tan pronto como comencemos a obedecer sus claras instrucciones.

Tozer, escribía que no necesitamos una nueva doctrina, ni un nuevo movimiento, ni una “clave”, ni siquiera un evangelista importado o un “curso” costoso para que nos muestren el camino. 


Esta claro delante de nosotros como una autopista moderna, con señalización e iluminación. 


A cualquiera que pregunte, le diría: 


“Sencillamente haga lo que usted sabe que debe hacer a continuación, para poner en practica la voluntad del Señor. Si hay pecado en su vida, abandónelo. 

Apártese de la mentira, murmuración, deshonestidad o de cualquier pecado. 

Abandone los placeres mundanales, la extravagancia en el gasto, la vanidad en el vestir, en su carro, en su hogar. Póngase en armonía con cualquier persona a la que haya hecho algún mal. 

Perdone a cualquiera que haya actuado mal con usted. Comience a usar su dinero para ayudar a los pobres y llevar adelante la causa de Cristo. 

Tome la cruz y viva con sacrificio. Ore, de, asista al servicio del Señor. 

Testifique de Cristo, no solo cuando sea conveniente, sino también cuando comprenda que debe hacerlo. 

No considere el costo, ni tema las consecuencias. 

Busque todos los días a Dios de todo corazón.

Clame por comunión, visión, revelación en la llenura del Espíritu Santo.

Escudriñe y profundice en Su Palabra para conocer la voluntad de Dios y luego hágala tal como la Discierne. Comience ahora, dando el paso siguiente y prosiga”


Oremos


¡Dios los Bendice! 


Ps. Jorge Macías Benítez.