domingo, 24 de octubre de 2021

#A308 Hambre de Verdad Parte II

Hambrientos a la Vista

Nueva Serie



Ps. Jorge Macías Benitez - 10 de octubre de 2021


Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!


Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!

No son pocos los cristianos que todavía no tienen muy en claro que cosa es la que va al cielo cuando se mueran y que cosa es la que queda. 


El polvo de la tierra es la carne y volverá a la tierra a la hora de la muerte física; es también, el alimento de la serpiente.


Según el entendimiento común, el alma es nuestra personalidad. 


Cuando el espíritu y el cuerpo fueron unidos, el hombre se convirtió en un alma viviente. 


El Título del mensaje y Su Ministración esta mañana del 17 de Octubre del año 2021, es:

Hambre de Verdad

Parte II


Oremos

La Verdad de nuestro Ser

La característica de los ángeles es que son espíritus, y de los animales inferiores, tales como las fieras, es la carne. 


Nosotros los humanos, tenemos ambos: espíritu y cuerpo. Pero nuestra característica no es ni el espíritu ni el cuerpo, sino el alma. 


Tenemos un alma viviente. 


Por eso la Biblia llama al hombre alma.


La Palabra de Dios nos dice:


“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra…” Génesis 2: 7


Este pasaje se refiere al cuerpo del hombre. 


“Y sopló en su nariz aliento de vida…”. 


Esto describe cómo Dios dio el espíritu al hombre; era el espíritu de Adán. 


De esa manera fue formado el cuerpo del hombre del polvo de la tierra y el espíritu le fue dado por Dios. “Y el hombre fue un ser viviente”. 


Después que el aliento de vida hubo entrado en sus narices, el hombre se convirtió en alma viviente.


El espíritu, el alma y el cuerpo son tres entidades separadas. 


“…Y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible” 1a. Tesalonicenses 5: 23


El espíritu es dado por Dios; el alma es un ser viviente y el cuerpo es formado por Dios.


Amadas y amados en Cristo, aquellos que recibieron la palabra de Pedro en el día de Pentecostés fueron bautizados “y se añadieron en aquel día como tres mil almas” (Hechos 2:41). 

De modo que, el alma representa nuestra personalidad, lo cual hace de nosotros, hombres.

Hasta aquí esto es inapelable. 

Efectivamente, la Biblia habla permanentemente de “alma” como elemento vital que identifica a la vida humana. Y allí será, – Lo veremos en este excelente trabajo – donde se centrará el futuro.

¿Cuáles son las distintas funciones del espíritu, alma y cuerpo? 

Andrew Murray - autor cristiano - manifiesta en una de sus obras, una explicación sobre el espíritu, alma y cuerpo en las notas suplementarias. 

Lo que sigue es una cita de una de las notas:

“En la historia de la creación del hombre, leemos que el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra; de esta manera su cuerpo fue formado; y le sopló en las narices aliento de vida, o espíritu de vida, de manera que su espíritu vino de Dios; y el hombre se convirtió en un alma viviente, una persona consciente de sí misma. (Toma debida nota de esto: tú alma es la que te permite tomar conciencia de ti mismo)

El alma era el punto de encuentro, el lugar de unión entre el cuerpo y el espíritu. A través del cuerpo, el hombre (alma viviente), mantenía su relación con el mundo exterior por medio de los sentidos, y podía influenciarlo o ser influenciado por él.

A través del espíritu, él mantenía relación con el mundo espiritual y con el Espíritu de Dios, en donde tenía su origen y podía ser recipiente y ministro de Su vida y poder. Al permanecer por tanto, a medio camino entre esos dos mundos, y perteneciendo a ambos, el alma tenía el poder de autodeterminación, de escoger o rehusar los objetos que la rodeaban y con los cuales mantenía relación.

En la constitución de estas tres partes de la naturaleza del hombre, el espíritu era el más elevado, por estar ligado con el Divino; el cuerpo era el inferior por estar ligado con lo que es sensible y animal; entre ellos permanecía el alma, participante de la naturaleza de los otros, el vínculo que los ligaba y a través del cual podrían obrar el uno sobre el otro.

Su trabajo, como poder central, era mantenerlos en su debida relación; conservar el cuerpo, como inferior, sujeto al espíritu; la propia alma debía recibir del Espíritu Divino, a través del espíritu, lo que le faltaba para su perfección, y asimismo transmitir al cuerpo, aquello que podría hacer de ellos un cuerpo espiritual, por la participación de la perfección del Espíritu de Dios.”

Se escucha muy sencillo, ¿Verdad? 

Sin embargo cuesta bastante. 

Lo que hay para rescatar aquí, es la posición que el cuerpo ocupa en la entidad humana llamada hombre. 

El último lugar, no el primero, como el hedonismo propone y mucha gente adopta, incluidos cristianos.

Hambre en el Espíritu

¿Qué es el espíritu? 


Aquello que nos da conciencia de Dios y nos relaciona con Él. 


¿Qué es el alma? 


Aquello que nos relaciona con nosotros mismos y nos proporciona la auto conciencia. 


¿Qué es el cuerpo? 


Aquello que nos lleva a estar relacionados con el mundo.


C. I. Scofield, en la versión de la Biblia con notas de referencias que lleva su nombre, explica que el espíritu da la conciencia de Dios, el alma la auto conciencia y el cuerpo la conciencia del mundo. 


Un caballo y un buey no tienen conciencia de Dios, porque no tienen espíritu. 


Ellos sólo tienen conciencia de sus propios seres. 


El cuerpo nos lleva a sentir el mundo, así como ver las cosas del mundo, la sensación de frío o caliente y así sucesivamente.


Lo que fue mencionado arriba se refiere a las funciones del espíritu, alma y cuerpo. 


Menciono ahora un problema muy importante. 


Muchos consideran este asunto del espíritu, alma y cuerpo, como relacionado sólo con la vida espiritual; pero es necesario reconocer su relevancia para nuestra obra y batalla espiritual.


Esto es decididamente cierto. 


Cuando se habla en estos términos, la gran mayoría lo relaciona con iglesia y religión. 


Sin embargo la ecuación tiene que ver estrictamente con las razones más concretas y prácticas de nuestras vidas.


Actitud a nuestra Hambre de Verdad

Estos “fenómenos” milagrosos en la religión y en la ciencia son sólo la manifestación del poder latente del hombre, el cual, a su vez, es usado por el espíritu maligno. 


Todos siguen una regla común: romper el cautiverio de la carne y liberar el poder del alma.


La diferencia entre nosotros (los cristianos) y ellos, se encuentra en el hecho de que todos nuestros milagros son realizados por Dios a través del Espíritu Santo. 

Satanás usa la fuerza del alma del hombre para manifestar su fuerza. 

El poder del alma del hombre es el instrumento de operación de Satanás, a través del cual él realiza sus fines malignos.

Dios, sin embargo, nunca opera con el poder del alma, pues es sin utilidad para Él. 

Cuando nacemos de nuevo, nosotros nacemos del Espíritu Santo. 

Dios opera por el Espíritu Santo en nuestro espíritu renovado. 

Él no tiene ningún deseo de usar el poder del alma.

Desde la caída, Dios prohibió al hombre usar nuevamente su poder original del alma. 

Por esa razón es que el Señor Jesús frecuentemente declara que necesitamos perder nuestra vida del alma, esto es, nuestro poder del alma. 

Dios desea que nosotros, hoy, no usemos este poder en modo alguno.

Esto, creo, tiene una enorme similitud con otras pautas vertidas desde esta misma Web por otras vías. 

Porque allí hemos dicho que la ministración actual de las iglesias en su conjunto mayoritario, está dirigido, apuntado y limitado al alma.

Por tanto, siguiendo esta rutina de entendimiento, que no es ni ocurrente ni traída de los cabellos, muy bien podríamos asegurar que más de la mitad de los hechos importantes y prodigiosos que ocurren en nuestras iglesias, no tienen que ver con el Espíritu Santo de Dios sino con ese poder latente que desde el alma es incentivado a salir y manifestarse.

Hambre Espiritual

¿Cuán importante es leer la Palabra de Dios?


Esta es una muy buena pregunta. 


¿Es realmente tan importante leer la Palabra de Dios? 

¿No sabemos lo suficiente; no hemos oído lo suficiente a través de los años?


Podemos de igual forma preguntarnos si realmente es tan importante comer. 


¿No hemos comido lo suficiente? 


Para nuestro cuerpo natural no es suficiente solo comer de vez en cuando, por ejemplo una vez cada domingo. 


¡Estaríamos muriéndonos de hambre! 


De la misma manera, es absolutamente importante y necesario alimentarnos con la Palabra de Dios todos los días, de modo que podamos ser fortalecidos en nuestro espíritu, y desarrollarnos y crecer de una manera sana, de acuerdo a la voluntad de Dios. 


De lo contrario, pronto sufriríamos desnutrición espiritual y mostraríamos signos de enfermedades espirituales.


La Palabra de Dios es una necesidad


Piensa en la actitud de Job en el Antiguo Testamento. 


En Job 23:12 dice: 


"… Guardé las palabras de su boca más que mi comida." 


¡No es de extrañar que Job fuera el hombre que era! 


¿Cómo es nuestro deseo y hambre de la Palabra de Dios? 


Debería ser algo  que necesitamos por encima de todas las demás cosas.


"Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón." Hebreos 4:12


Nuestra inclinación natural es preservar nuestra propia voluntad, nuestros deseos e intereses. 


Es por esto que necesitamos la espada de la Palabra de Dios para ver que no hay nada que vale la pena preservar en nuestra carne. Romanos 7:18


La Palabra de Dios puede darnos la ayuda que necesitamos para negar nuestros deseos y ser transformados.


Es solo a través de la Palabra de Dios que podemos conocer la voluntad y el plan de Dios para nuestras vidas – lo que es agradable delante de Él. 


La Palabra de Dios es nuestra línea de vida, la ayuda que necesitamos para vencer el pecado en nuestra carne y la corrupción que viene de seguir nuestros deseos. 


¿Cómo aprendemos a hacer esto sin la instrucción vital que solo podemos encontrar en la Biblia? 


A través de la obediencia a lo que está escrito allí somos transformados y preparados para el reino de Dios – que es finalmente todo el punto con nuestra existencia aquí en la tierra.


Los salmos hablan a menudo sobre un anhelo de las leyes de Dios, Sus preceptos, Su Palabra. 


"Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino." Salmos 119:105


Con la Palabra de Dios en nuestro corazón como guía encontramos la dirección y orientación para una vida eterna en el reino de Dios.


Una Elección

Quizá podemos decir: 


"La vida es tan ajetreada; no tengo mucho tiempo para leer." 


¿Se escucha eso, familiar? 


Seamos realistas: ¡Si somos honestos con nosotros mismos, es una cuestión de prioridad! 


Si hacemos tiempo para las cosas que son importantes para nosotros, ¿verdad? 


¿Cuánto tiempo, por ejemplo, no pasamos en nuestro celular, en nuestra computadora, o jugando videojuegos, etc.? 


Pero cuando el Espíritu nos recuerda de utilizar tiempo en la Palabra de Dios, pareciera que fuera algo que requiere mucho trabajo. 


"Estoy muy cansado." 


O de repente recordamos algo "más importante" que teníamos que hacer.


Satanás puede hacer que cualquier cosa suene razonable. Utiliza cualquier truco o excusa para alejarnos de la lectura de la Palabra de Dios. 


Para él, está bien y quiere que no conozcamos el corazón de Dios; que nunca encontremos la voluntad de Dios para nuestra vida. 

De esta forma nos engaña con mayor facilidad a vivir para nosotros mismos y nunca llegar a una vida con Dios. 


De esta forma puede controlar nuestras vidas, incluso sin nunca darnos cuenta.


Esto no significa que un pasatiempo u otras actividades son "malas", pero es una cuestión de priorizar correctamente y tomar las decisiones correctas. 


El tiempo es precioso, y tenemos que asegurarnos de utilizarlo para nuestro mayor beneficio.


Conclusión

"Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos." Efesios 5:15-16


Cuando compramos algo (en otras traducciones de la Biblia está escrito "comprando bien el tiempo"), nos cuesta algo, debemos pagar por ello con algo que es valioso para nosotros. 


Puede suceder que, para conocer la Palabra de Dios, debemos renunciar a algo que, naturalmente no queremos. 


Puede ser que debemos sacrificar algo para poder tomar las decisiones correctas sobre nuestras prioridades.


Ahora, si somos fieles haciendo esto, no toma mucho tiempo hasta que empezamos a tener "un apetito" por la Palabra de Dios. 


Mientras más leemos la Palabra de Dios, después más queremos leer; mientras más oramos, después más queremos orar. Comenzamos a tener cada vez más hambre y sed de esto. 


Vemos que lo necesitamos; necesitamos la espada en la Palabra para negar nuestros deseos, para poder vivir una vida que agrada a Dios. 


Necesitamos el consuelo y aliento en la Palabra de Dios para levantar los ojos y ver nuestro futuro eterno.


¡El tiempo es nuestra vida! 


Tomemos decisiones conscientes e inteligentes para utilizar nuestro tiempo de manera rentable, y de esta forma prepararnos para la eternidad en el reino de Dios. 


Hemos recibido una voluntad libre para elegir nuestras prioridades, pero esto conlleva también una gran responsabilidad. 


Tomemos la decisión de alimentarnos con la buena Palabra de Dios, y esto nos llevará por el camino que será para nuestro provecho por la eternidad.


Oremos


Ps. Jorge Macías Benitez


domingo, 17 de octubre de 2021

#A307 Hambre de Verdad

Hambrientos a la Vista

Nueva Serie


Ps. Jorge Macías Benitez - 10 de octubre de 2021

Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!

Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!

Un estudio realizado por el diario El País y la FAO, nos indica que el planeta está sufriendo la mayor demanda de recursos de su historia. 

Amadas, ambos en Cristo, el ser humano no solo lo sobre explota, sino que reparte de manera desequilibrada los beneficios y provoca una contaminación desmedida. 

Este trato desigual está llevando a la Tierra y sus habitantes al colapso. 

¿Estamos a tiempo de salvar nuestro planeta? 

Esta es la primera pregunta que plantea la colección de libros de FAO y EL PAÍS El estado del planeta, que llega a los estantes y puntos de venta en la calle.

Con ello el objetivo es divulgar los retos que la humanidad debe encarar sin demora y ofrecer una guía de cómo puede hacerlo.

El estado del planeta responde a la creciente inquietud de la sociedad por el cambio climático, la crisis alimentaria, la pérdida de biodiversidad, etc. 

Estos asuntos están marcados en la Agenda 2030, adoptada por la Asamblea General de la ONU, para el desarrollo sostenible. 

Los expertos de esta organización abordan en la colección la complejidad de la problemática desde una perspectiva divulgativa, volviéndola accesible a todos los lectores también a través de gráficos e imágenes.

Tu te estarás preguntando, ¿que tiene esto que ver con un Mensaje de la Palabra de Dios?

Amadas y amados en Cristo, escuchemos esto.

El Título del mensaje y Su Ministración esta mañana del 17 de Octubre del año 2021, es:

Hambre de Verdad
Oremos
Grandes Desafíos

Los datos recabados, vaticinan un futuro poco halagüeño: el 41% de los anfibios y el 25% de los mamíferos del mundo están amenazados, en 2050 habrá más plásticos que peces en los océanos y el planeta se enfrentará al reto de albergar a casi 10.000 millones de personas. 

El estado del planeta es la guía para encarar un desarrollo sostenible, respetuoso con las personas y el medio ambiente. 

Desde 1924, Watchman Noe en China escribía:

“…cuando llamé por primera vez la atención de los hijos de Dios sobre la división del espíritu y el alma, varios hermanos bien relacionados pensaron que era sólo un juego de palabras sin grande significado. Ellos no pudieron ver que nuestro conflicto no está relacionado con la palabra, sino más bien con lo que está detrás de ella.”

Amadas y amados en Cristo, el espíritu y el alma son dos órganos totalmente diferentes: uno pertenece a Dios y el otro al hombre. 

Sean cuales fueren los nombres que les demos, la distinción de los mismos en sustancia es completa. 

El peligro del creyente está en confundir el espíritu con el alma y el alma con el espíritu; en consecuencia puedes ser engañado, aceptando las falsificaciones de los espíritus malignos, alterando la obra de Dios.

Este extraordinario hombre de Dios, sorprende con todo lo que al respecto nos va lleva a identificar y descubrir, y con ello el otorgarle razón total en su afirmación: "millones de cristianos andan confundidos entre lo espiritual y lo almático”.

La mayor ventaja en conocer la diferencia entre el alma y el espíritu está en la percepción del poder latente del alma y el entendimiento de su falsificación del poder del Espíritu Santo. 

Tal conocimiento no es teórico sino práctico, para acompañar a las personas a andar en el camino de Dios.

Aquí hay otra enorme y contundente Verdad que no podemos dejar pasar porque será, a lo largo de todo este mensaje, un elemento vital para su entendimiento y puesta por obra: el sentido práctico por encima del teórico al cual tan afectos suelen ser los teólogos.

Unos días atrás, estaba leyendo lo que dijo cierta vez F. B. Meyer en una reunión, un poco antes de su partida de la tierra. 

Aquí está un aparte de lo que él dijo: 

“Este es un hecho sublime, que nunca hubo tanto espiritualismo fuera de la Iglesia de Cristo como lo vemos hoy. ¿No es un hecho que en las áreas inferiores de nuestra naturaleza humana el estímulo del alma es bastante predominante?

Hoy en día la atmósfera está tan cargada con la conmoción de todos los tipos de imitación, que el Señor parece estar llamando a la Iglesia a un nivel más alto”. 

La situación hoy es peligrosa. 

Podamos nosotros “examinarlo todo y retener lo bueno” 1a. Tesalonicenses 5: 21

Es mi Anhelo que entiendas de qué se trata todo esto. 

No es el simple hecho de tomar una reflexión personal o de otro siervo de Dios, agregarle algún que otro comentario bien intencionado, y luego compartirlo con la finalidad de probar posiciones propias. 

Se trata de algo que le fue mostrado al pueblo desde 1933 y ese pueblo no quiso, no pudo o no se atrevió a verlo; como históricamente ha sucedido con la humanidad y desde hace centurias, con los cristianos.

Muy por el contrario, eligió el camino más tortuoso que, indudablemente, tiene que haberle causado tremendo daño moral y emocional al autor: desconfiar de sus diseños por causa de su ascendencia oriental con la cual se lo vinculara por encima de sus argumentos bíblicos.

Este mensaje que originalmente el Señor entregó a Watchman Nee no necesita ninguna clase de acotaciones ni agregados, ya que en sí es altamente completo. 

Sin embargo, Ahora el señor, recordando a uno más de los tantos que fueron perseguidos y espiritualmente agredidos por mostrar cierta clase de verdades que no convenían a las estructuras eclesiásticas tradicionales, me lleva a compartir y Él a Ministrarlo.

Poder en el Alma

En el Amor del Señor, observemos y discirnamos el siguiente pasaje.

Escucha:

“Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías; mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres” 

Apocalipsis 18: 11-13


La lista de mercadería comienza con oro y plata, caballos y carros y todos los artículos naturales que pueden ser comercializados.

Los esclavos siempre pueden ser comercializados, sin embargo, esto es un comercio con cuerpos humanos. 

Ahora, además de eso, existe un mercado de almas de hombres como mercadería.

Escucha amada, amado en Cristo; te está diciendo que hay un mercado, un comercio, una explotación, una exacerbación de las cuestiones del alma. 

¿En dónde? Si fuera en el mundo importaría muy poco. 

Lo que nos importa a los creyentes, es la iglesia, ¿Verdad?

Así también está escrito: 

“Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual” 

1a. Corintios 15: 45-46

¿Nunca te llamó la atención este texto? 

¿No era medianamente lógico, (Según nuestro entendimiento de la lógica, claro), que dijera que lo primero era lo espiritual y no lo animal como verdaderamente dice?

“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” Génesis 2: 7

En el transcurso de los dos últimos años he sentido intensamente la necesidad de dar un mensaje conforme será dado ahora. 

Es tan complejo como profundo. 

Para el que habla no será fácil, ni para los que oyen será fácil entender.

¿Te identificas? Yo sí, definitivamente. 

Cuando verdaderamente tienes algo del Señor entre tus manos, y te das cuenta que no se parece en nada a lo que tienen la mayoría de los predicadores, allí experimentas esto que Watchman Nee declara aquí: “No es fácil para quien lo tiene que decir ni tampoco para quien lo tiene que oír”

Lo cual por cierto, me sucede con más frecuencia de la que quisiera., a todo lo cual digo al Señor: “Hágase tu voluntad y no la mía, Señor”

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Por ello es que tengo siempre - hasta ahora -  el sentir de exponerlo, especialmente después de haber escuchado y escudriñado en Su Palabra y de distintos Siervos y Generales de Dios a lo largo de la Historia, y haber tenido contacto con personas de este mundo.

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Siento cuán precioso es el mensaje que tuvimos el privilegio de conocer. 

En vista de la situación y tendencia actual de la Iglesia, como también del mundo, somos constreñidos a compartir lo que nos es dado. 

De otro modo estaremos escondiendo la lámpara debajo del almud.

Lo que voy a mencionar en el mensaje para nuestra consideración hoy, tiene relación con el conflicto espiritual y el fin de esta era. 

Por causa de los que no han leído El Hombre Espiritual, tocaré brevemente en la trilogía del espíritu, alma y cuerpo.

Oremos
Ps. Jorge Macías

domingo, 10 de octubre de 2021

#A306 Hambrientos de Justicia

Hambrientos a la Vista

Nueva Serie

Ps. Jorge Macías Benitez - 10 de octubre de 2021

Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!

Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!

La Palabra de Dios nos dice en Mateo:

“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados” Mateo 5: 6

Amadas, amados en Cristo, esta es la cuarta bienaventuranza y nos lleva a buscar lo que Jesús quiso decir con la palabra justicia. 

En el judaísmo antiguo, actuar justamente significaba “exonerar, justificar, restaurar a una relación correcta”.

Los justos son aquellos que mantienen relaciones correctas con Dios y con las personas a su alrededor. 

En las relaciones correctas, los que cometen faltas son absueltos de la culpa.

¿Alguna vez ha tenido la bendición de tener relaciones correctas? 

Esto fluye a partir de la humildad  que es la tercera bienaventuranza, porque solo podemos formar relaciones correctas con otros cuando dejamos de hacer que todas las acciones giren a nuestro alrededor. 

Ahora, ¿has tenido hambre y sed de relaciones correctas con Dios, sus compañeros de trabajo, su familia y su comunidad? 

El Título del mensaje y Su Ministración esta mañana del 10 de Octubre del año 2021, es:

Hambrientos de Justicia

Oremos
Señal de Vida
El hambre es una señal de vida. 

Estamos hambrientos de buenas relaciones si añoramos lo bueno para otros por su propio bien, no solo como un bocado para satisfacer nuestras necesidades. 

Si vemos que tenemos la gracia de Dios para esto, tendremos hambre y sed de relaciones correctas, no solo con Dios sino también con las personas con las que trabajamos y vivimos.

Jesús dice que el apetito de aquellos que tienen esta hambre será saciado. 

Es fácil ver lo malo en nuestro lugar de trabajo y desear luchar para solucionarlo. 

Si hacemos eso, estamos teniendo hambre y sed de justicia, deseando ver que lo malo se corrija. 

La fe cristiana ha sido la fuente de muchas de las más grandes reformas en el mundo laboral, tal vez más especialmente la abolición de la esclavitud en Gran Bretaña y Estados Unidos y el génesis del movimiento de los derechos civiles. 

Pero de nuevo, la secuencia de las bienaventuranzas es importante. 

No debemos hacernos cargo de estas batallas en nuestras propias fuerzas, sino reconociendo nuestro propio vacío, lamentando nuestra propia injusticia, sometiendo nuestro poder a Dios.

Entre 2 mundos

El trabajo es un componente esencial del Reino de Dios. 

Mateo, el recaudador de impuestos que se convirtió en apóstol, relata las acciones y enseñanzas de Jesús para mostrarnos la forma en la que Dios desea que vivamos y trabajemos en Su nuevo reino. 

Como seguidores de Jesucristo, vivimos en dos mundos. 

Tenemos un pie en el mundo humano, en donde nuestro trabajo puede estar sujeto a expectativas tácitas que puede que se ajusten a los caminos de Dios o que vayan en contra de estos. 

Al mismo tiempo, como cristianos, hacemos parte del reino de Dios y estamos comprometidos con Sus valores y expectativas. 

Al relatar la historia de Jesús, Mateo nos enseña a navegar en el mundo humano usando la brújula de Dios y en ese proceso, nos muestra constantemente la verdadera identidad del mundo como el “reino de los cielos” .

Mateo usa “el reino de los cielos” y “el reino de Dios” de forma intercambiable; vamos a Mateo 19: 23-24.

Este reino “ha venido” a la tierra, aunque no se ha establecido aquí totalmente. 

Hasta que esto ocurra, los seguidores de Jesús debemos vivir y trabajar como “extranjeros residentes” en este mundo presente de acuerdo con el llamado de Dios.

Para guiarnos en esta forma de vida y trabajo, Jesús discute temas de trabajo tales como el liderazgo y la autoridad, el poder y la influencia, las prácticas de negocios justas e injustas, la verdad y el engaño, el trato de los trabajadores, la resolución de conflictos, la riqueza y las necesidades de la vida, las relaciones en el trabajo, las inversiones y los ahorros, el descanso y el trabajo en organizaciones con políticas y prácticas que están en desacuerdo con las normas bíblicas.

Alimento para Justicia y Crecimiento

Una persona bienaventurada es la persona en extremo feliz. ¿Quién es la persona feliz en extremo? 

Bueno no es la que tiene salud, dinero y amor. 

Bienaventurada o súper feliz es la persona que tiene hambre y sed de justicia.

En el mundo espiritual rige una ley que también rige en el campo material. 

La persona que come más crece más. 

El crecimiento tiene relación directa con el apetito. 

Cuando una persona se enferma, normalmente pierde el apetito. 

Pero cuando la persona está sana, tiene buen apetito.

Igual podemos decir en el campo espiritual. 

Si una persona tiene gran apetito espiritual crecerá bastante espiritualmente. 

Pero si una persona tiene poco apetito espiritual crecerá poco espiritualmente.

Cuando un creyente esconde pecado en su vida, lo primero que sufre las consecuencias de ese pecado escondido es el apetito espiritual de ese creyente. 

Ese creyente ya no deseará leer y estudiar la Biblia, ya no deseará orar, ya no deseará estar en comunión con otros hermanos en la iglesia. 

Se transformará en una persona de poco apetito espiritual. En consecuencia, crecerá muy poco espiritualmente.

La bienaventuranza que estamos explicando nos habla justamente de esto. 

Bienaventurados o súper felices son los que tienen un gran apetito espiritual. 

Ellos serán saciados por Dios y como consecuencia serán personas maduras espiritualmente hablando.

Un caso así fue Moisés. 

Usted sabe que Moisés llegó a conocer a Dios de una manera tan íntima y personal como pocos hombres sobre la faz de la tierra. 

Exodo 33:9 dice: 

“Cuando Moisés entraba en el tabernáculo, la columna de nube descendía y se ponía a la puerta del tabernáculo, y Jehová hablaba con Moisés.”

¡Gloria a Dios!

Moisés era un hombre con tal comunión con Jehová que Jehová literalmente hablaba con él. 

Quizá alguien pudiera decir que Moisés llegó a la cumbre, al máximo de la comunión con Dios y que ya no existe nada más que Moisés podría esperar de Dios.

Bueno, no fue ese el caso de Moisés. 

Moisés fue bienaventurado, súper feliz, porque tenía hambre y sed de justicia. 

Moisés quería conocer a Dios más de lo mucho que ya le conocía. 

Fue así como desde el tabernáculo, Moisés elevó a Dios una oración cargada de significado.

Parte de esa oración la tenemos en Éxodo 33:13 donde dice: 

“Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo.”

Qué hambre y sed de justicia que tenía Moisés. 

No estaba conforme con lo que ya sabía de Dios. Quería conocerle más. 

Te ruego que me muestres ahora tu camino.

Más adelante, en Éxodo 33:18 dice a Jehová: 

“Te ruego que me muestres tu gloria”

Esto es tener hambre y sed de justicia. En consecuencia, Dios sació el apetito espiritual de Moisés.

Ponga atención a lo que dice Éxodo 33:19-23 

“Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre y vivirá. Y dijo aun Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro.”

Amadas y amados en Cristo, queridos amigos y amigas en la Fe, Dios concedió a Moisés tanto como Moisés quiso. 

Esto es tener hambre y sed de justicia. 

La promesa es que Dios saciará esa hambre y esa sed por conocerle.

Pero no se confunda. 

Recuerde que es el hombre quien tiene que manifestar esa hambre y esa sed de justicia. 

Si Usted hoy mismo reconoce que ha perdido el apetito espiritual. 

Si Usted reconoce que tiene más hambre y sed por las cosas de este mundo que por las cosas espirituales, es necesario que hoy mismo investigue su vida para encontrar qué es lo que ha echado a perder su apetito espiritual. 

A lo mejor hay algún pecado que solo Usted y Dios lo saben, o a lo mejor hay un pecado descubierto, que todos saben que Usted está cometiendo.

El pecado, oculto o abierto echa a perder el apetito espiritual. 

Confiese hoy mismo su pecado, apártese de ese pecado y decida tener hambre y sed de justicia. 

En respuesta Dios le mostrará tantas buenas cosas de él que Usted quedará totalmente saciado.

Permite el desarrollo de la Justicia

Es indispensable tener una necesidad cuando vemos nuestras propias carencias y defectos. 

Esto es lo que nos lleva a tener hambre y sed de justicia, ¡y la promesa para los que tenemos hambre y sed es que seremos saciados con justicia! 

Es a través de la fe y la paciencia que heredamos las promesas. (Hebreos 6:12). 

Es un desarrollo, un proceso en el que entramos por medio de la fe.

Jesús tenía muchas cosas que quería decirle a Sus discípulos, pero sabía que no podían sobrellevarlas y tampoco tenían el poder para vencerlas todavía (Juan 16:12). 

Ese poder lo recibirían a través del Espíritu Santo cuando Jesús se los enviara. 

De la misma manera, Dios no nos revelará más de nuestra injusticia de la que podamos soportar a la vez (1 Corintios 10:13). 

Pero cuando nos la muestre, recibiremos el poder para vencer si amamos y obedecemos la verdad. 

Este proceso avanza más y más dependiendo de nuestra hambre y sed. 

Necesitamos el mismo sentir y mente que tenía Pablo: “… pero una cosa hago… prosigo a la meta…” Filipenses 3:13-14. 

De esta manera progresaremos continuamente hacia la plenitud de las virtudes de Cristo.

 ¿Qué otra cosa importa realmente más que eso?

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” 

Mateo 6:33-34.

Conclusión

Vive esta bienaventuranza es ser y se saciado(a)!!! 

Amada, amado en Cristo, me Goza que otra vez, las palabras no son aleatorias, “serán saciados” implica que alguien más va a saciar esta hambre, no dice “Dichosos los que tienen hambre porque van a encontrar comida” como si nosotros fuéramos los responsables de encontrar lo que tanto anhelamos. 

Dios es quien va a saciarnos, por eso lo opuesto en esta bienaventuranza es buscar sólo satisfacer mis deseos personales. 

Nos podemos desgastar tratando de llenar este vacío y de satisfacer esta hambre natural que tenemos por Dios con cosas materiales, pero no vamos a ser realmente saciados, sólo Dios puede saciarnos.

Cuando tú y yo nos damos cuenta de nuestro verdadero estado espiritual, algo pasa en nuestro corazón, y lo único que nos puede ayudar a seguir adelante es el consuelo y el amor del Espíritu Santo, que nos da esperanza y nos ayuda a levantarnos y recibir el sacrificio de Jesús, el mismo Espíritu Santo es quien nos fortalece para tomar la decisión firme de sujetarnos a la autoridad de Cristo, y al buscar hacer su voluntad en la tierra como en el cielo un hambre por Él nos invita a buscar su justicia, y nos invita a obedecerle cada día.

¡Que lindo ver estas cualidades que Jesús busca en sus discípulos! 

¡Dichosos los que ven su condición espiritual! 

¡Dichosos los que aceptan el consuelo del Espíritu Santo! ¡Dichosos los que sujetan su fuerza a la autoridad de Cristo! Y ¡Dichosos los que anhelan ser justificados por Cristo cada día!

Oremos

Ps. Jorge Macías Benitez


domingo, 3 de octubre de 2021

#A305 Hambrientos en el Futuro

Nueva Serie: Hambrientos a la Vista


Ps. Jorge Macías Benitez - 3 de octubre de 2021

Introducción

Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!

Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!

A lo largo del libro de Lucas, Jesús enseña que vivir en el reino de Dios significa ver a Dios, y no al esfuerzo humano, como la fuente esencial de todo lo que necesitamos para la vida. Nuestra labor no es opcional, pero tampoco es absoluta. 

Nuestra labor siempre es una participación en la gracia de la provisión de Dios.

Jesús demuestra esta idea con sus acciones antes de enseñarla con palabras. 

Al alimentar a los cinco mil (Lc 9:10–17), Dios, en la persona de Jesús, asume la responsabilidad de satisfacer la necesidad de alimento de las personas y lo hace porque ellas tienen hambre. 

No encontramos una explicación exacta de la forma en la que Jesús hace este milagro. 

Él usa comida común —cinco panes y dos peces— y, por el poder de Dios, un poco de alimento se convierte en lo suficiente para alimentar a muchos. 

Algunos de los discípulos (los pescadores) trabajaban en el oficio del servicio de alimentos y otros (como Leví, el recaudador de impuestos) eran funcionarios públicos. 

Jesús usa su trabajo usual mientras ellos organizan la multitud y sirven el pan y los peces. 

El incorpora (no reemplaza) los medios humanos comunes para proveer alimento y los resultados son milagrosamente exitosos. 

El trabajo humano es capaz de hacer el bien o hacer el mal. 

Cuando hacemos lo que Jesús pide, nuestro trabajo es bueno. 

Como vemos frecuentemente en el Evangelio de Lucas, Dios trae resultados milagrosos a partir del trabajo común, en este caso, el trabajo de proveer para las necesidades de la vida.

El Título del mensaje y Su Ministración esta mañana del 3 de Octubre del año 2021, es:

Hambrientos en el Futuro

Oremos


La Provisión de Dios

Jesús enseña acerca de la provisión de Dios: 

“os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis… ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida? Si vosotros, pues, no podéis hacer algo tan pequeño, ¿por qué os preocupáis por lo demás?” Lucas 12.22, 25-26

Jesús lo plantea como simple sentido común. 

Si preocuparse no puede agregarle una hora a la vida, ¿para qué preocuparse? 

Jesús no dice que no se debe trabajar, solo dice que no nos debe preocupar si el trabajo proporcionará lo suficiente para satisfacer nuestras necesidades.

En una economía de abundancia, este es un consejo excelente. 

Amadas y amados e la Fe, a muchos de nosotros, la preocupación nos lleva a trabajar en empleos que no nos gustan, en horas que desvirtúan nuestro disfrute de la vida, descuidando las necesidades de otras personas a nuestro alrededor. 

Para nosotros, la meta no parece ser “más” dinero sino “suficiente” dinero, suficiente como para sentirnos seguros. 

Aun así, en realidad es poco común que nos sintamos seguros, sin importar cuánto dinero más podamos ganar. 

De hecho, con frecuencia ocurre que entre más exitosos seamos en ganar más dinero, menos seguros nos sentimos porque ahora tenemos más que perder. 

Es casi como si fuera mejor si tuviéramos algo genuino de qué preocuparnos, como les ocurre a los pobres, “Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados”, Lc 6:21. 

Para salir de este bache, Jesús nos dice, “Mas buscad Su reino [el de Dios], y estas cosas os serán añadidas” (Lc 12:31). 

¿Por qué? Porque si su finalidad principal es el reino de Dios, entonces tiene la garantía de que su meta suprema será cumplida. 

Al sentir esa seguridad, puede reconocer que el dinero que gana en realidad es suficiente, que Dios está proveyendo para sus necesidades. 

Ganar un millón de dólares y tener miedo de perderlos es como tener una deuda de un millón de dólares. 

Ganar mil dólares y saber que al final usted estará bien, es como recibir un regalo de mil dólares.

Ahora, ¿qué si usted no tiene mil dólares? 

Cerca de un tercio de la población mundial subsiste con menos de mil dólares al año.

Estas personas pueden tener lo suficiente para vivir hoy, pero enfrentan la amenaza del hambre o algo peor en cualquier momento, sean creyentes o no. 

Es difícil conciliar la dura realidad de la pobreza y el hambre con la promesa de provisión de Dios. 

Jesús no ignora esta situación y dice, “Vendan sus bienes y den a los pobres” (Lc 12:33, NVI), ya que sabe que algunas personas están en una situación desesperada de pobreza. 

Es por eso que debemos proveer para ellos. 

Tal vez sí todos los seguidores de Jesús usáramos nuestro trabajo y riquezas para mitigar y prevenir la pobreza, nos convertiríamos en el medio de provisión de Dios para los que se encuentran en una situación desesperada. 

Sin embargo, como los cristianos no lo han hecho, no pretenderemos hablar en nombre de las personas que son tan pobres que su provisión está en duda. 

En cambio, preguntémonos si nuestra propia provisión está en duda en el presente. 

¿Nuestra preocupación es proporcional al peligro genuino de que nos falte lo que en realidad necesitamos?

 ¿Las cosas por las que nos preocupamos son necesidades genuinas? 

¿Lo que nos preocupa que nos pueda faltar es remotamente comparable con lo que necesitan quienes están en una situación desesperada de pobreza, a quienes no ayudamos de ninguna manera? 

Si no es así, lo único sensato es el consejo de Jesús de no preocuparnos por las necesidades de la vida.

Ama a tu Prójimo

El tema de la provisión de Dios por medio del trabajo humano continúa en la parábola del buen samaritano. 

En esta parábola, la provisión de Dios para la víctima de un crimen viene por medio de la compasión de un viajero extranjero, quien evidentemente tiene suficiente riqueza para pagar por la atención médica de un extraño. 

Esta es quizá la más conocida de todas las parábolas de Jesús, aunque solo se encuentra en el Evangelio de Lucas, inmediatamente después del relato del Gran Mandamiento. 

En los Evangelios de Mateo y Marcos, Jesús dice que el mandamiento mayor en toda la Escritura es “amar a Dios” y “amar al prójimo”. 

En Lucas 10:25–37, la discusión sobre el gran mandamiento continúa directamente en la parábola del buen samaritano. 

En el relato de Lucas, el abogado comienza preguntándole a Jesús qué debe hacer para heredar la vida eterna. 

Jesús le pide que resuma lo que está escrito en la ley y el anciano o sabio responde con el Gran Mandamiento, “Amarás al Señor tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo”. 

Jesús responde que esta es en verdad la clave de la vida.

Entonces, el anciano o elder le hace una pregunta de seguimiento a Jesús, “¿Y quién es mi prójimo?” 

Jesús le responde por medio de una historia que ha sido llamada “la parábola del buen samaritano”. 

Esta historia es tan cautivante que se ha extendido al conocimiento popular más allá de los círculos cristianos. 

Las personas que nunca han tenido una Biblia en las manos reconocen el significado del término “buen samaritano” como alguien que cuida a un extraño en necesidad.

Ya que culturalmente se cree que el “buen samaritano” es alguien con un talento extraordinario para la compasión, podemos estar tentados a pasar por alto al samaritano real de la historia de Jesús. 

Además, examinar por qué el samaritano que Jesús describe era un hombre de negocios, es importante para la perspectiva de nuestro propio trabajo.

El samaritano en la historia de Jesús se encuentra con el judío que fue herido por algunos ladrones en una ruta de negocios reconocida. 

Es probable que el samaritano transitara por esa ruta comercial con frecuencia, como lo evidencia el hecho de que lo conocían en una posada cercana y el administrador lo consideraba tan confiable como para concederle una extensión de servicios a crédito. 

Sea cual fuere la naturaleza de su negocio, el samaritano era lo suficientemente exitoso como para comprar aceite y vino con propósitos médicos y pagar el alojamiento en la posada para un completo desconocido. 

Está dispuesto a gastar su dinero y su tiempo en alguien que no conoce y además, hace esperar a sus otros negocios con el fin de velar por las necesidades de un desconocido herido.

Entonces, la parábola del buen samaritano se puede interpretar como una historia que nos anima a usar nuestro éxito material para el beneficio de otros. 

El héroe de la parábola gasta su dinero en un extranjero sin ninguna obligación directa de hacerlo ya que no tienen un parentesco y tampoco comparten la misma fe. 

De hecho, los samaritanos y los judíos eran hostiles unos con otros. Y aun así, en la mente de Jesús, amar a Dios es convertir en nuestro “prójimo” a todo aquel que necesite nuestra ayuda. 

Jesús enfatiza este punto invirtiendo el sentido de la pregunta original del sabio. Las palabras del sabio son, “¿quién es mi prójimo”, una pregunta que comienza concentrándose en él mismo y agrega la cuestión de a quién está obligado a ayudar. 

Jesús la invierte diciendo, “¿Cuál de estos tres piensas tú que demostró ser prójimo del que cayó en manos de los salteadores?”, lo cual se centra en el hombre en necesidad y pregunta quién está obligado a ayudarle. 

¿Comenzar pensando en la persona necesitada y no en nosotros mismos nos da una perspectiva diferente acerca del llamado de Dios a ayudar?

Esto no significa que el llamado sea a estar disponibles de manera absoluta e infinita. 

Nadie está llamado a suplir todas las necesidades del mundo, lo cual va más allá de nuestra capacidad. 

El samaritano no renuncia a su trabajo para ir a buscar a todos los viajeros heridos en el Imperio romano. Sin embargo, cuando se cruza en el camino —literalmente— con alguien que necesita una ayuda que él puede dar, decide actuar. 

“El prójimo”, dice el predicador Haddon Robinson, “es alguien que tiene necesidades que usted puede suplir”.

El samaritano no solo ayuda al hombre herido dándole algunas monedas. 

En cambio, se asegura de que se suplan todas las necesidades del hombre, tanto las necesidades médicas inmediatas como la de un espacio para recuperarse. 

Por tanto, el samaritano cuida al hombre como cuidaría de sí mismo. 

Esta acción cumple Levítico 19:18, “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. 

El samaritano asume un riesgo extraordinario para ayudar a este desconocido, ya que se arriesga a que los mismos bandidos lo ataquen cuando se detiene a ver qué le pasó al hombre, se arriesga a que el administrador de la posada lo engañe, se arriesga a llevar la carga del gasto y el peso emocional de cuidar a un enfermo crónico. 

Con todo, decide asumir estos riesgos porque actúa como si su propia vida fuera la que estuviera en peligro. 

Este es el mejor ejemplo de Jesús de lo que puede significar ser el prójimo que “ama a su prójimo como a sí mismo”.

Otra característica de la historia que pudo sorprender a la audiencia de Jesús es la etnicidad del héroe, un samaritano. 

El pueblo de Jesús, los judíos, consideraban que los samaritanos eran inferiores étnica y religiosamente. 

Aun así, el samaritano actúa más acorde con la ley de Moisés que los líderes religiosos judíos que pasaron al lado del hombre en el camino. 

Su presencia en el territorio judío no es un peligro que se deba temer sino una gracia salvadora bien recibida.

En el trabajo, tenemos muchas oportunidades de ser el prójimo de nuestros compañeros, clientes y otras personas de toda etnia o cultura. 

Ser un buen samaritano en el lugar de trabajo implica cultivar una conciencia específica de las necesidades de los demás. 

¿Existen personas en su lugar de trabajo a quienes se les está robando de alguna manera? 

Con frecuencia, a ciertos grupos étnicos se les priva del reconocimiento o el ascenso. 

Un cristiano consciente debería ser quien dijera, “¿le estamos dando un trato justo a esta persona?”

De forma similar, así como la enemistad había crecido entre los judíos y los samaritanos, la administración y los empleados se consideran unos a otros como dos tribus distintas, aunque no debería ser así necesariamente. 

En una historia y a manera de ejemplo, cierta compañía no lo vio de esa manera en lo absoluto. 

Arthur Demoulas, Director ejecutivo de la cadena de supermercados Market Basket decidió tratar a sus empleados de una forma excepcional, pagándoles mucho más que el salario mínimo y negándose a eliminar el plan de distribución de utilidades incluso cuando la empresa perdió dinero durante una crisis económica. 

Él se relacionó de forma directa con sus trabajadores memorizando los nombres de todos los que pudo, lo cual no era algo insignificante en una compañía de 25.000 empleados. 

Cuando la junta directiva de Market Basket despidió a Arthur Demoulas en el 2014, en gran parte por causa de sus prácticas generosas, los empleados de la cadena de supermercados hicieron una huelga. 

Ellos se negaron a surtir los estantes hasta que Arthur Demoulas volviera a tener el control de la compañía. 

Esta fue quizá la primera instancia conocida en la que los trabajadores de una compañía grande se organizaron a nivel de las bases para escoger a su propio Director ejecutivo, lo cual fue alimentado por la generosidad abnegada de Arthur Demoulas.

En este caso, ser un buen samaritano potenció el éxito de Arthur Demoulas. 

Tal vez cuando Jesús dice, “ve y haz tú lo mismo”, no solo está dando un buen consejo espiritual, sino también un buen consejo de negocios.

Oremos

Ps. Jorge Macías Benitez

domingo, 26 de septiembre de 2021

#A304 Verdadero o Falso Parte II

Reino de Dios Ministerios

Ps. Jorge Macías benitez



Ministración semanal

Introducción 

Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!

Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!

Hablemos de la Verdad conforme a lo recibido de parte de Dios la semana pasada.

La Verdad es lo que funciona

Para algunas personas, esto significa que al final, la verdad realmente no importa. 

¿Qué es lo que importa? 

Ya sea que podamos o no saber lo que realmente está “allá afuera.” Mientras hagas lo que te hace feliz y dejes a otros hacer lo mismo, ¿qué importa la verdad?

Desde este punto de vista, si la creencia de que algo es verdad parece una ayuda útil para vivir una vida feliz, entonces no hace ningún daño creerla—siempre y cuando no intentes hacer a otros que lo crean, también.

La visión de que “la verdad es lo que funciona” es básicamente una indiferencia a la cuestión de la verdad. Existen variaciones mucho más sofisticadas de esta posición.

Sin embargo para la mayoría de la gente hoy en día, una actitud pragmática hacia la verdad no es tanto una convicción filosófica como una conveniencia práctica. 

Con tantas afirmaciones contrapuestas de la verdad allá afuera, ¿no sería más sencillo ir con la corriente? ¿Si no se puede estar de acuerdo acerca de la verdad, qué tan importante puede ser entonces?

El Título del mensaje y Su Ministración esta mañana del 26 de Septiembre del año 2021, es:

Verdadero o Falso

Parte II

Oremos

La Verdad es lo que tú haces que sea verdad

Esto es similar a la primera opinión pero más radical. Desde esta perspectiva, todos construimos nuestras propias verdades, y la palabra “verdad” en sí misma es sólo un referente. En otras palabras, la verdad en realidad no es algo que está “allá afuera.”

Algunas veces la gente sostiene este punto de vista porque ven el idioma como una jaula de cristal: Se ve transparente, pero realmente estamos atrapados dentro de ella. Si todos nuestros pensamientos sobre el mundo son mediados a través del lenguaje, no podremos sobrepasar el idioma para lo que realmente está allá afuera. 

“La verdad” es sólo una palabra que utilizamos para describir el juego del lenguaje que usamos cuando hablamos sobre el mundo.

Otros señalan que lo que pensamos sobre el mundo es, en gran medida, determinado por la sociedad que habitamos. 

Nuestra visión del mundo sirve para permitir interacciones sociales coherentes. 

La “verdad” o “realidad” es simplemente una construcción social, una empresa imaginativa compartida que permite vivir juntos pacíficamente. Por lo tanto, la verdad no es necesariamente lo que un individuo la hace, sino lo que una sociedad la hace.

A un nivel más popular, la gente tiende a tratar la verdad como propiedad privada. Tengo mi propia verdad de la misma manera que tengo mi propio auto. Pero lo más importante, la verdad de otros es inviolable. La única verdad universal es que siempre está mal decir que la verdad de otra persona no es verdad. Dentro de esta visión, la verdad es algo bueno, aunque sólo sea una construcción social.

La Verdad es lo que nos dice la Ciencia

Una tercera postura común hoy en día es que la verdad es lo que la ciencia nos dice. Mira cuán lejos han llegado los seres humanos en la comprensión del mundo, dice este argumento. Podemos escalar montañas, volar alrededor del mundo y cartografiar rincones distantes del cosmos. Nosotros podemos clonar animales, curar enfermedades, construir robots microscópicos, enviar información a cualquier lugar en cualquier momento. La ciencia claramente funciona. ¿Por qué no confiar en ella para darnos la verdad?

No es sólo que la ciencia funciona; también promete un lugar firme para tomar nuestra posición intelectual. La ciencia trabaja por comprobación de hipótesis, sometiéndolos despiadadamente a pruebas repetibles y observables y eliminando explicaciones que no pueden soportar el peso de los datos fríos y duros. Y el método científico ha demostrado ser tan útil en varios frentes que algunas personas lo ven como la clave de todo conocimiento.

En última instancia, algunos pensadores han formalizado esta postura general en la creencia de que las declaraciones científicas son las declaraciones únicas y verdaderas porque son verificables por la observación. Afirmaciones científicas (por ejemplo, “el hielo se derrite a 32 grados Fahrenheit”) son significativas porque pueden ser probadas empíricamente. Las afirmaciones religiosas (por ejemplo, “Jesús es Dios”) no tienen sentido porque ningún experimento puede decirnos si son verdaderas o falsas.

La Verdad es la tiranía y debe de ser rechazada

Finalmente, muchas personas piensan que la verdad es tiranía que debe ser resistida. 

Ellos consideran que todas las afirmaciones de verdad son como un poder de opresión. Cuando tienes a alguien que dice que ellos conocen la verdad, ahí tienes a alguien que intenta dominar, explotar u oprimir a otras personas con el pretexto de traerlos en consonancia con “la verdad.”

Como lo expuso Friedrich Nietzsche: “No hay hechos, sólo interpretaciones.” 

Y si ese fuera el caso, entonces la única manera en que una interpretación finalmente derrotará a otra es apuntando con un arma a su cabeza. Como tal, la verdad es un instrumento de coacción violenta, incluso una tortura.

Por lo tanto es nuestro deber resistir todas las afirmaciones de verdad subvirtiéndolas, exponiendo sus motivos ocultos y sometiéndolas a una crítica radical. 

Si no existen criterios por los cuales un acuerdo sobre la verdad puede ser negociado pacíficamente, entonces la comunicación es la guerra—y la verdad es la artillería pesada.

La Única Verdad

Entonces, ¿qué dice la Biblia acerca de la verdad? 

Tal vez te sorprenda que la pregunta “¿Qué es la verdad?” es encontrada en sí misma en las páginas de las Escrituras. 

Cuando Jesús fue sometido a juicio ante el gobernador romano Pilato, Jesús le dijo a Pilato, 

“Yo para esto nací, y para esto vine al mundo: Para dar testimonio de la verdad. Todo el que está de parte de la verdad escucha mi voz.” 

Pilato respondió preguntando: “¿Y qué es la verdad?”

Si tan solo Pilato hubiera sabido que la verdad estaba parada delante de él, mirándolo a los ojos.

Entonces, ¿Cuál es la Verdad?

La Verdad es una Persona.

Escucha, la Biblia enseña que la verdad no es solo una idea abstracta o rompecabezas filosóficos. 

Más bien, la verdad es una persona—la persona de Jesucristo, para ser exactos. 

Jesús dijo a sus discípulos: 

“Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre sino por mí.” Juan 14: 6

El Apóstol Juan, reflexionando sobre la vida de Jesús completa, escribió, 

“Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.”

En Jesús, la verdad tomó una naturaleza humana.

Si somos honestos, todos debemos admitir que nuestras vidas están estropeadas, de una manera u otra, por el engaño y la mentira. 

Todos nos hemos alejado de la verdad en nuestros pensamientos y acciones. 

Como el Apóstol Pablo lo dijo, “obstruimos la verdad” con nuestros propios deseos pecaminosos y nuestras acciones.

Aun así, Jesús vivió una vida perfectamente veraz. 

Mirando hacia delante esperando la venida de Jesús a la tierra, el profeta Isaías dijo que Jesús sería condenado a muerte,

“aunque nunca cometió violencia alguna, ni hubo engaño en su boca.” Isaías 53: 9

Amadas, amados en Cristo, para los cristianos, Jesús es mucho más que sólo una persona sincera; es la verdad encarnada. 

El Apóstol Pablo nos dice que en Jesús, 

“toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo.” 

Colosenses 2: 9

Así que Jesús está en la verdad en forma humana, porque él es Dios en forma humana. 

En Jesús, la verdad vino a la tierra para confrontar nuestras mentiras, transformar nuestras mentes, sanar nuestros corazones, llenarnos de alegría y liberarnos de la esclavitud del engaño.

Dios es la Verdad.

Ahora, tenemos que abrir la lente un poco. 

Para poder entender más completamente lo que la Biblia quiere decir cuando dice que Jesús es la verdad, tenemos que entender que la verdad es un atributo de la naturaleza de Dios. 

Dios es la verdad.

La Biblia nos dice esto una y otra vez: 

“El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que en él se refugian.” 

2a. Samuel 22: 31

Cada palabra que él dice es verdadera, porque proviene de su propia naturaleza. 

Podemos correr hacia él, descansar en él y depender totalmente de él, porque Él es verdadero. 

Sus palabras son verdaderas y sus caminos son verdaderos. No hay nada falso en Dios.

Al hablar al respecto de su propio testimonio escrito acerca de Jesús, el Apóstol Juan escribe: 

“El que lo recibe certifica que Dios es veraz.” Juan 3: 33

Creer en Jesús es reconocer que Dios es lo que dice que es: 

El Dios verdadero, fiel y digno de confianza.

La Biblia usa una gran cantidad de imágenes y términos para describir la verdad de Dios. 

Considera esta parte de un poema escrito por Moisés: 

“Él es la Roca, sus obras son perfectas, y todos sus caminos son justos. Dios es fiel; no practica la injusticia. Él es recto y justo.” Deuteronomio 32: 4

Más tarde, el profeta Jeremías consideró los llamados dioses de plata y oro que los vecinos de Israel se crearon para ellos, y los contrastó con el Dios verdadero y viviente: 

“Pero el Señor es el Dios verdadero, el Dios viviente, el Rey eterno. Cuando se enoja, tiembla la tierra; las naciones no pueden soportar su ira.”

Jeremías 10:10

Según la Biblia, el Señor es el Dios verdadero, el que realmente vive y reina. Porque él es el Dios verdadero, tiene poder soberano sobre todo. 

Cuando la Biblia dice que Dios es fiel, implica que realmente existe, que es perfectamente veraz en todo lo que dice y hace, y que él por sí sólo conoce toda la realidad perfecta e inmediatamente. 

Reuniendo muchos pasajes bíblicos y temas como estos, el teólogo holandés del siglo XIX, Herman Bavinck escribió: 

“Por lo tanto, él es el principal, la verdad original, la fuente de toda verdad, la verdad en toda la verdad. Es la base de la verdad—del ser verdadero—de todas las cosas. . . . Dios es la fuente y el origen del conocimiento de la verdad en todos los ámbitos de la vida; la luz en la que solos podemos ver la luz, el sol de todos los espíritus.”

Porque Dios es verdad, toda la verdad se deriva y corresponde a él. 

Si nuestros pensamientos son ciertos, es porque corresponden al mundo como Dios lo hizo y lo conoce. Si nuestras acciones son verdad, es porque se ajustan a la manera en la que Dios mismo actúa.

Porque Dios es verdad, toda la verdad le pertenece a él, y toda la verdad encuentra su significado máximo en él.

Todo lo que Dios dice es Verdad

Hemos visto anteriormente que debido a que Dios es verdadero, todo lo que dice es cierto. En una carta dirigida a uno de sus compañeros, el Apóstol Pablo dice que Dios “no miente.”

Como dice uno de los Salmos, 

“La suma de tus palabras es la verdad; tus rectos juicios permanecen para siempre.” Salmo 119: 16


Pero, ¿dónde tenemos acceso al discurso de Dios? En la misma Biblia. 

Pablo nos dice: 

“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia.” 2a. Timoteo 3: 16

Dios mismo hablaba las Escrituras. Dios trabajó a través de los autores humanos de las Escrituras de tal manera que libremente escribieron precisamente lo que Dios quería que escribieran. 

Lo que dicen las Escrituras, Dios lo dice. 

¿Cómo es esto posible?

Jesús nos dice que el Padre logró esto por medio del poder del Espíritu Santo: 

“Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir.” 

Juan 16: 13

De las palabras de Jesús, podemos entender que el Espíritu Santo es el Espíritu de la verdad. 

Así que el Espíritu revelado a los Apóstoles es verdad. 

¿Alguna vez te has preguntado por qué deberíamos confiar en que los relatos bíblicos de la vida de Jesús son verdaderos? 

Jesús dijo a sus discípulos, 

“el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho.” Juan 14: 26

Las memorias de los apóstoles de Jesús fueron protegidas por el Espíritu Santo—y ellos mismos fueron enseñados por el espíritu.

Esto da confianza a los cristianos de que lo que dice la Biblia acerca de Jesús es cierto. 

En última instancia, nos da confianza de que todo lo que enseña la Biblia es cierto. 

Como dice el Apóstol Pedro, refiriéndose al Antiguo Testamento entero como una escritura profética, 

“Porque la profecía no ha tenido su origen en la voluntad humana, sino que los profetas hablaron de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo.” 2a. Pedro 1: 21

En resumen, la Biblia es verdadera porque cada palabra de ella es la palabra de Dios. 

Dios inspiró las Escrituras de una manera en la que en realidad respiraba las palabras de la escritura, por el Espíritu Santo, a través de la libre intervención de autores humanos.

Debido a que la Biblia es la palabra de Dios y quien es verdadero, la misma Biblia es verdadera. 

Nos dice el teólogo Scott Swain, “La palabra de Dios es totalmente verdadera. En su Palabra, Dios no esconde nada de nosotros que provocaría que nos sintiéramos engañados. Además, la palabra de Dios es solamente verdad. En su palabra, Dios incluye nada que nos lleve por mal camino.”

Por lo tanto podemos confiar en la Biblia completamente. Podemos — y debemos — permitir que la Biblia de forma y remodele nuestros pensamientos acerca de Dios, nosotros mismos y nuestro mundo.

Verdad es pesar los pensamientos de Dios después de Él

La Biblia cuenta una narrativa épica y desgarbada. 

Comienza con la creación de todas las cosas y concluye con la recreación de todas las cosas. 

Cuenta la historia de cómo Dios creó a las personas para gobernar el mundo bajo su dominio y así disfrutar de una comunión con él y que la creación fuera fructífera.

Sin embargo, la Biblia nos dice, que la gente se rebeló contra Dios, eligiendo desobedecerlo. 

Con esta decisión, el pecado entró en el mundo.

Consecuentemente, estamos sujetos a pecar y a estar bajo el juicio de Dios.28

Pero desde el principio, Dios tenía un plan para rescatar a la gente — y al final, a la misma creación — de la situación del pecado, enviando a su hijo Jesús al mundo como un hombre.

Jesús — la encarnación de la verdad — vivió una vida perfectamente veraz en nuestro lugar. 

Él obedeció a Dios perfectamente, satisfaciendo los requisitos justos de Dios.

Sin embargo, Jesús fue crucificado por la gente que, como todos nosotros, amaba las mentiras en lugar de la verdad. 

Pero la crucifixión de Jesús fue un trágico accidente — era Dios derramando el castigo que nosotros merecíamos en Jesús. 

¿Por qué? Porque sí nos apartábamos del pecado y confiábamos en Jesús, podríamos reconciliarnos con Dios, ser perdonados y adoptados en su familia.

Al tercer día después de su muerte, Jesús resucitó de la tumba. 

Ahora gobierna a la diestra de Dios y un día él se enseñoreará de una creación renovada. Todas las personas en todas partes están llamadas a acatar, confiar y seguir a Jesús.

Este es el punto principal de la Biblia. 

Nos dice cómo ser salvos del pecado y cómo llegar a la salvación. 

Pero no nos dice todas las cosas. La Biblia es verdad, pero no es exhaustiva. Entonces, ¿cómo sabemos lo que es cierto además de la Biblia?

En resumen, verdad es pensar los pensamientos de Dios después de él, aunque esto pueda sonar un poco confuso. Esto significa, en primer lugar, que nada que contradiga la Biblia es verdadero. Pero también recuerda que Dios conoce perfectamente todas las cosas. 

Todo lo que sabemos, él ya lo sabe. Si descubrimos la estructura de una célula, estamos discerniendo lo que Dios diseñó. 

Si solucionamos un problema de matemáticas, estamos descubriendo un pedazo de tela de la lógica que Dios ha tejido en la creación.

Así que la Biblia ofrece una base sólida para la búsqueda de la verdad en todos los reinos de la investigación: Matemáticas, lenguaje, ciencias, historia, incluso las artes.

Debido a que Dios está “allá afuera,” la verdad realmente existe y verdaderamente podemos conocerla.

Debido a que Dios nos creó para habitar el mundo, podemos confiar que nuestros sentidos median los conocimientos reales del mundo en lugar de una mera ilusión.

Debido a que Dios hizo el mundo, refleja su propia sabiduría y verdad. Por lo tanto el orden que la investigación científica de la naturaleza revela no es al azar o un espejismo—es un reflejo de su creador.

Debido a que Dios es un Dios que habla, podemos usar el lenguaje para comunicarnos con él y con los demás. El idioma no es una jaula de cristal, sino un medio genuino de comunión personal.

Creer en un Dios absolutamente verdadero que se ha revelado en una Biblia absolutamente verdadera no aplasta la investigación intelectual — de hecho es justo lo contrario. 

La Biblia en si misma celebra una clase temprana de la ciencia cuando dice que el rey Salomón “disertó acerca de las plantas, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que crece en los muros. 

También enseñó acerca de las bestias y las aves, los reptiles y los peces.” 

Ofrece ejemplos de la naturaleza para darnos información sobre la manera en que funciona la vida.

Creer en un Dios racional es una motivación enorme para investigar racionalmente el mundo que él hizo.

Aunque nunca podremos conocer algo perfectamente o exhaustivamente, podemos conocerlo verdaderamente. Podemos conocer a Dios. 

Podemos conocernos unos a los otros. Podemos conocer el mundo que Dios ha creado. Atendiendo a lo que Dios ha dicho en las Escrituras y hecho en la creación, podemos pensar los pensamientos de Dios después de él y así conocer la verdad.

Conclusión

En Cristo tenemos Victoria; la Verdad nos Hace Libres

Finalmente, la Biblia enseña que la verdad no es sólo para pensarla, sino para hacerla. 

El Apóstol Pablo dice que la verdad es destinada para ser obedecida.

La verdad no es para jugar con ella. 

Es para transformar nuestras vidas para que de esta manera se ajusten a la vida de Jesús.

El rey David oró, 

“Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo; en lo secreto me has enseñado sabiduría.” Salmo 51: 6 

Dios quiere que seamos verdaderos en lo más profundo. 

Él quiere declaraciones verdaderas de corazones falsos, u obras “verdaderas” de motivos engañosos. 

Quiere que la esencia de nuestro ser sea verdad—igual que él.

Cuando conocemos y vivimos la verdad de Dios, sabemos y vivimos como Dios siempre ha querido que lo hagamos. 

Esto no trae monotonía obediente, sino libertad alegre. Jesús dijo, 

“Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” Juan 8. 31-32

Los verdaderos discípulos de Jesús son aquellos que hacen lo que él dice. 

Toman sus palabras como verdad, sus mandatos como verdaderos, sus promesas como verdaderas. Sostienen sus enseñanzas de la misma manera en que un hombre ahogándose sostiene una balsa salvavidas; igual que un niño sostiene a sus padres. Y cuando lo hacen, ellos conocen la verdad. ¿Por qué? Porque lo conocen a él, quien es la verdad en persona.

Jesús es la verdad. 

¡Conocerlo es conocer la verdad. Vivir como él vive es vivir la verdad.! 

Conocer y vivir la verdad es ser libre, ¡verdaderamente libre!

Oremos

Dios los bendice

Ps. Jorge Macías benitez

domingo, 19 de septiembre de 2021

#A303 Verdadero o Falso

Reino de Dios Ministerios

Ps. Jorge Macías benitez

Ministración semanal

Introducción 

Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!

Soy el Pastor Jorge Macías Benítez, su hermano e Hijo de Dios; también de corazón te tiendo la mano, te abro el corazón y te quiero recibir, dar un abrazo…¡¡¡¡en el Amor del Señor…!!

La mayoría de las veces la oración que levantamos a Dios está llena de pedidos personales y de acuerdo a nuestros deseos y anhelos, deseamos que el Señor nos conceda las cosas nacidas en nuestro ego. 


La verdad es que muy pocas veces preguntamos ¿Señor cuál es tu voluntad? 


Lamentablemente por esto es que con facilidad el enemigo de los hijos de Dios engaña sus corazones y se toman malas decisiones. 


La Palabra de Dios nos enseña que en el Edén la serpiente antigua, el diablo, usó con mucha astucia sus engaños e hizo caer a Adán y a Eva. 


Por eso el Señor nos advierte: “no podemos ignorar las maquinaciones del enemigo”. 


Con la verdad de Cristo podemos superar la mentira…


El título del Mensaje y Su Ministración este mediodía del 19 De Septiembre del año 2021, es:


#A303 Verdadero o Falso

Oremos

Filosofía o Teología

La mentira se opone a la veracidad o sinceridad. No es lo mismo verdad que veracidad. 

Ahora, ¿en qué consiste filosófica y teológicamente la mentira? 

La veracidad es la correspondencia o adecuación entre lo que la persona cree que es verdad y lo que la persona dice que es verdad. 

Veraz es la persona que dice aquello que ella cree que es verdad, aunque realmente lo que enuncia no sea verdad.

No miente quien no dice la verdad, sino quien dice aquello que no cree que sea verdad. 

La verdad es la correspondencia o adecuación entre lo que dice un enunciado, independientemente de quien lo profiera, y aquello a lo que se refiere dicho enunciado. 

Ahora, la veracidad y la falsedad, la sinceridad o la falta de sinceridad dependen del entendimiento de la verdad que se tenga y del análisis del acto lingüístico que profiere aquel interlocutor a quien consideramos como veraz o mentiroso.

Surgen así, preguntas:

¿Qué es la verdad? 

¿En qué consiste la verdad? 

¿Qué queremos decir cuando decimos que un enunciado, un libro o una expresión es verdadera?


La respuesta no es fácil, no es simple, ya que en el panorama filosófico nos encontramos con diferentes teorías sobre la definición de verdad. 

Siguiendo a García Suárez (1997) podríamos clasificar del siguiente modo las teorías de la verdad más desarrolladas o sistematizadas. 

En primer lugar habría que distinguir entre las teorías substanciales y las teorías deflacionarias. 

Las teorías substanciales son aquellas que definen la verdad en términos de alguna propiedad o conjunto de propiedades. 

Se oponen a las teorías deflacionarias. 

Una teoría deflacionaria de la verdad considera que el predicado “es verdadera” no es un predicado genuino. 

Las teorías substanciales de la verdad pueden dividirse, a su vez, en teorías realistas y no realistas.

Las teorías realistas afirman que un enunciado es verdadero si y sólo si se da el estado de cosas que expresa, con independencia de la existencia de cualquier mente o de cualquier esquema conceptual. 

Las teorías no realistas, por el contrario, niegan que el estado de cosas expresado por un enunciado sea independiente de nuestras mentes o de nuestro esquema conceptual. 

La mayoría de las teorías de la verdad como correspondencia o adecuación pertenecen a las teorías realistas. 

La noción de verdad que está en la base de la teología clásica es la de la verdad como correspondencia o adecuación entre el enunciado y la realidad. 

El origen del término “correspondencia” parece ser medieval. 

Tomás de Aquino usó “correspondencia” de este modo al menos una vez, aunque prefería la definición que atribuía al filósofo judío neoplatónico del siglo IX Isaac Israelí: 

“Veritas est adaequatio rei et intellectus”

La verdad expresa la correlación o adecuación entre un contenido conceptual o un enunciado lingüístico y aquello con lo que se pone en relación.

Otra teoría de la verdad es aquella que la identifica con la coherencia. 

Según Brand Blanshard, un conjunto de creencias es coherente si y sólo si es un conjunto consistente y además, si cada miembro del conjunto es implicado (deductiva o inductivamente) por todos los demás en conjunción, o por cada uno de los demás individualmente. 

Un juicio dado es verdadero en el grado en que su contenido podría mantenerse a la luz de un sistema completo de conocimiento, y falso en el grado en el que su aparición allí exigiría transformación. 

Según el autor, el contenido de una creencia consiste en pensar en sus relaciones esenciales. 

No podemos pensar en una aorta sin pensar en los demás órganos corporales con los que conecta o a los que sirve. 

Así, en su teoría, una creencia sería verdadera en grado n si en el n% de su contenido formara parte de un sistema de creencias puramente verdadero.


¿Mentiras verdaderas?

En el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento se consideran la verdad y la mentira a la luz de la fidelidad del Dios de la Alianza que nunca falla ni abandona a su pueblo. 


En la Biblia, la falsedad se designa, entre otros términos, con los de pseudos, skotos y skotia y se refiere a una actitud de incoherencia e inautenticidad y no tanto a un decir cómo fueron o sucedieron de manera exacta y literal una serie de hechos.


La palabra hebrea emet designa, a la vez, verdad, coherencia de vida y fidelidad y, en este sentido, en la Biblia, la mentira no se refiere primeramente a una voluntad de no describir con exactitud unos hechos, sino a la actitud de una persona que no inspira confianza. 


Más importante que la verdad como adecuación del entendimiento y la realidad, en la Biblia la verdad es, ante todo, confianza, autenticidad y Lealtad…..emet.!!!!


Además, según la Biblia, la Verdad es descubrimiento, manifestación del Ser siempre luminoso y sobrenatural de Dios y por eso nunca podremos expresar adecuadamente la realidad, es por ello que - al menos en lo natural - que “nunca” podremos estar del todo ciertos sobre los confines de la ficción y la realidad. 


La verdad no se dice; la verdad se muestra, se descubre o, mejor aún, se acoge, ya que la verdad de las cosas, del mundo, del ser humano es Dios que se manifiesta y se revela. 


La mentira consiste, por tanto, en no querer acoger ni dejarse iluminar por la verdad y el amor de Dios.


Tú que quieres ser…?


Emet..Leal, verdadero, confiable..!!!


Sotos…mentiroso, desconfiado, incongruente, desleal..?


Victoria sobre la Falsedad

La verdad es un territorio disputado hoy en día, como siempre lo ha sido. 


Afirmar saber la verdad es afirmar saber lo que todos en todas partes deberían pensar. 


Dar una respuesta a una pregunta “verdadera” es dar a entender que al menos algunas otras respuestas son falsas; esto tarde o temprano siempre se hace personal. 


Si tienes razón, entonces alguien, en algún lugar está mal.


No es de extrañar que los ánimos puedan caldearse sobre una competencia de opiniones sobre la verdad. Peor aún, guerras enteras han sido motivadas—al menos en parte—por afirmaciones contrarias de la verdad.

El occidente del siglo XXI sufre de lo que se podría llamar “fatiga de la verdad.” 

Hemos atravesado una historia interminable de batallas debido a la verdad. 

Estamos cansados de pelear por ella; no obstante, la gente no parece alejarse de la pregunta. 

Todo el mundo tiene una opinión sobre la  verdad—incluso si la opinión es que no existe tal cosa.

Planteemos 4 posible escenarios de la Verdad.

Continuaremos la próxima semana, ¡¡en la siguiente Ministración del Señor, nuestro Dios!!

Oremos

Dios los bendice

Ps. Jorge Macías benitez