Serie: El Camino del Poder Espiritual
#A226 Viviendo en los Dones del Espíritu Santo
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Introducción
Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!
La semana pasada el Señor nos llevo a experimentar el fundamento de Vivir una Vida con Poder y lo que ello significa en nuestras vidas.
Ahora, Amados en Cristo ello implica el estar expuesto a la Influencia de Sus Dones, conforme a la Palabra de Dios, con lo cuál surge una pregunta:
¿Los Dones del Espíritu son también para Nosotros Hoy?
Pablo el Apóstol de los Gentiles escribió a la Iglesia en Corinto:
“Acerca de los dones espirituales, hermanos no quiero que seáis ignorantes.”
Con tales palabras ciertamente el Apóstol no quería decir nada negativo o deprimente.
Al contrarío, Su Propósito es expresar un amoroso interés por sus hermanos para que no estuvieran ni informados superficialmente, ni errados acerca de una Verdad tan importante como esa.
Amados, Creo es evidente que por algún tiempo nosotros los evangélicos, hemos dejado de evaluar debidamente las más profundas riquezas de la Gracia que Dios separó para nosotros en Sus Santos Propósitos.
El título de este 2do. Mensaje de esta Nueva serie es:
Viviendo en los Dones del Espíritu Santo
Oremos
De la Gracia y los Dones del Espíritu Santo
Amados en Cristo, queridos amigos, en consecuencia de dejar de valorar los Dones a los que por Gracia de Dios tenemos acceso Sus Hijos, hemos sufrido grandemente y aún trágicamente.
Uno de los más grandes tesoros y Bendiciones de que nos hemos privado, es el derecho de Recibir los Dones del Espíritu, los cuales nos son ofrecidos con gloriosa plenitud y claridad en la dispensación del Nuevo Testamento.
Durante todo mi ministerio público que recibí como instrucción de Dios y que vengo predicando con inalterable consistencia donde y cuando siento que mis oyentes las pueden aceptar, he venido compartiendo y el Señor Ministrando Su Verdad que es el mismo:
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¡Háblales de Mí, Él me ha instruido!
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En lo que concierne a las actitudes tomadas para con los Dones del Espíritu, los cristianos este Tiempo, se han dividido en 3 grupos diferentes:
I. Los que magnifican los Dones del Espíritu a punto de ya no consideran nada más.
II. Los que niegan que los Dones del Espíritu son para la Iglesia en este tiempo de la historia.
III. Los que parecen estar totalmente enfadados con tal asunto y ya no quieren gastar tiempo en discutirlo.
Ahora Amados, más recientemente tomamos conciencia de haber aún otro grupo, de número tan reducido que parece no merecer clasificación.
¿A que me refiero?
Este 4to. grupo, esta conformado por los que desean Conocer la Verdad sobre los Dones del Espíritu y experimentar lo que Dios ha preparado para ellos – Su Propósito - dentro del contexto de la saludable Fe Neotestamentaria.
Para estos es que el Señor comparte y Ministra este Mensaje.
Una Iglesia Verdadera
Amados en Cristo, queridos amigos, todo problema espiritual tiene fundamento y orígen teológico, esto es desde nuestra relación personal con Dios y no del etendimiento y razonamiento personal; es relacional, no mental.
La solución del problema, depende de la Revelación de Dios en Su confirmación en Su Palabra; luego de ello – por supuesto – Discernimiento y entonces eventualmente Conocimiento de Dios.
Ahora Amados, ese Conocimiento construye, edifica Su Verdad en cada uno de nosotros que nos significa un terreno de gran ventaja de donde se puede divisar, todo el paisaje, surgiendo cada por menor en su relación propia para con los demás.
Una vez alcanzado ese ventajoso terreno estamos en Posición para evaluar cualquier enseñanza o interpretación que se nos ofrezca en nombre de la Verdad.
En la Iglesia el Discernimiento y posterior Conocimiento de los Dones del Espíritu depende de una correcta concepción de la naturaleza de la Iglesia, es decir que tiene mucho que ver con la forma en como somos iniciados en el proceso para ser en Verdad Discípulos de Cristo.
Amados en Cristo, queridos amigos, el problema de los Dones no puede ser aislado de la cuestión mayor, y ni resuelto por sí.
La verdadera Iglesia es un evento espiritual que surge en la sociedad humana, y que hasta cierto grado se entre mezcla con ella, de ella sin embargo difiriendo bastante por ciertas características vitales.
La Iglesia se compone de personas regeneradas que difieren de otras personas por el hecho de que viven una vida de naturaleza divina, que les fue infundida por ocasión de su renovación interior.
Tales personas son hijos de Dios en un sentido bien diverso en que lo son los demás seres creados.
El origen de ellos es divino, sobrenatural y por ello nuestra ciudadanía está en el cielo.
Adoramos a Dios en el Espíritu, nos regocijamos en Jesucristo y ya no confiamos más en la carne.
Si ya has tomado tu decisión por Cristo – como yo y otros – entonces, Ahora ya formas parte de una generación elegida, de un Real Sacerdocio, de una Nación Santa, y entonces eres parte de un pueblo especial, ¡eres parte del Pueblo de Dios!
Amados, habrá quienes han sido presos a causa de un Hombre rechazado y crucificado que Se dijo Hijo de Dios y que empeñó Su propia Honra y Palabra, diciendo que iría a preparar un lugar para ellos en la casa de Su Padre y que volvería para llevarlos para allá con sumo regocijo.
Mientras aguardamos tan maravilloso acontecimiento amados, vamos cargando Su Cruz, vamos sufriendo todas las indecencias y ofensas que los hombres tiran sobre nosotros por causa de Cristo, y en la tierra debiéramos de actuar como embajadores de Él y hacer a todos los hombres el bien que podamos en Su Nombre que es sobre todo nombre.
Firmemente creemos que participarémos de Su Victoria, y por esa razón, voluntaria y espontánea, tomar también el rechazo de Cristo, de parte de una sociedad que no nos comprende.
Amados, por todo eso, no debemos en ningún momento, guardar ningún resentimiento, sino al contrario, con profundo y sincero Anhelo en nuestros corazones, debemos amar a nuestros opositores y de ellos debemos compadecernos, queriendo que todos los hombres se arrepientan y se reconcilien con Dios.
Reflexión
Amados, este debiera ser un sencillo resumen de un aspecto de la enseñanza neotestamentária sobre la que debiera ser Su Ekklesia.
Ahora, nuevamente una verdad más, aún más reveladora y significativa para todos cuantos buscamos recibir aún mayor Conocimiento acerca de los Dones del Espíritu; esta es que la Iglesia es un cuerpo espiritual, una entidad orgánica unida por la vida que reside dentro de ella.
Amados, cada miembro es reunido en total por una relación de vida.
Así como se puede decir que el alma es la vida de su cuerpo, también la habitación del Espíritu es la vida de la Iglesia.
La idea de que la Iglesia es el cuerpo de Cristo no es errada, pues resulta un énfasis bastante fuerte que se da a una mera figura de lenguaje que él no quería que se tomara muy literalmente.
La enseñanza clara y enfática del gran Apóstol es este:
Cristo es la cabeza de la Iglesia, siendo esta su cuerpo.
Este paralelo aparece cuidadosamente presentado, y de manera continua, en largas porciones de Su Palabra.
Amados, como el hombre normal tiene un cuerpo con varios miembros obedientes, con una cabeza dirigiéndolos, así también es correcto que la verdadera Iglesia es un cuerpo y los cristianos individualmente son miembros, con Cristo a la Cabeza.
La mente, o espíritu, actúa por los miembros del cuerpo, usándolos para cumplir sus inteligentes propósitos.
El Apóstol Pablo nos habla del pie, de la mano, del oído, y del ojo como siendo miembros del cuerpo, cada cual con su función propia, aunque limitada; pero es el Espíritu que en ellos opera .
Vamos a 1ª. Cor. 12:1-31
La enseñanza de que la Iglesia es el cuerpo de Cristo encontrado en el capítulo 12 de la Primera Carta a los Corintios se sigue una lista de ciertos Dones espirituales, y ahí se nos revela la necesidad de esos Dones.
La cabeza inteligente sólo puede operar cuando da sus órdenes a los órganos preparados para varias tareas.
Es la mente que ve, pero no puede ver sin los ojos.
Es la mente que oye, pero no puede oír sin oídos.
Así acontece con todos los demás miembros que son instrumentos por intermedio de los cuáles la mente se mueve para el mundo exterior, con el propósito de llevar adelante los planes de la mente.
“Como toda actividad humana se ejecuta a través de la mente, así también la obra de la Iglesia se hace por el Espíritu, y solamente por Él.”
Ahora, para operar, debe tener en el cuerpo ciertos miembros con habilidades específicas que han sido creadas para actuar como medios por los cuáles el Espíritu puede circular para realizar los fines determinados.
Esta es en pocas palabras la Naturaleza Sobrenatural de los Dones espirituales.
¿Cuantos Dones hay?
La Palabra de Dios nos deja ver con claridad que existen nueve dones del Espíritu.
El Apóstol Pablo nos da una lista de nueve en 1ª. Corintios 12.
Ahora, Pablo se refiere por lo menos 17, si tomamos la Palabra en:
· 1ª. Corintios 12:4-11, 27-31
· Romanos 12:3-8
· Efesios 4:7-11
Amados en Cristo, claramente no se trata de talentos naturales, y sí de Dones concedidos o dispensados, entregados y que Recibimos por medio del Espíritu Santo, con el Propósito de Ser Capacitados hacia nuestra Posición e Identidad, en el cuerpo de Cristo.
Amados, los Dones son, por lo tanto, como cuerdas de un gran piano, permitiendo al pianista un vasto alcance y amplitud a punto de producir música de la mejor calidad.
Ahora, nuevamente amados, tales Dones son muhcísimo más que simples talentos naturales.
Son, en la Verdad, Dones espirituales, Dones del Espíritu Santo.
Los talentos naturales capacitan el hombre a actuar dentro del campo de la naturaleza.
En cambio, en el cuerpo de Cristo, Dios opera Su obra Eterna, que es muy superior del reinado de la naturaleza caída.
Eso requiere también una Operación Sobrenatural.
El trabajo o la actividad en la Fe, en el Reino de Dios pueden ser realizados por hombres naturales no dotados de los Dones del Espíritu, y puede muy bien ser hecho, con rara habilidad.
Ahora, toda obra destinada a la eternidad sólo puede ser realizada por el Espíritu Eterno.
Ninguna obra es Eterna, si no fuera hecha por el Espíritu, mediante los Dones que Él aún entregó en las almas y espíritus de personas redimidas y obedientes.
Amados en Cristo, queridos amigos, por toda una generación, maestros evangélicos nos han venido diciendo que los Dones del Espíritu cesaron después de la muerte de los apóstoles, o cuando se completo el Nuevo Testamento.
De hecho, ese mover es conocido como Cesacionista.
Siervos de Dios muy conocidos y a quienes respeto y amo, son parte de ellos; sin embargo, en Cristo y en Su Amor, con toda sinceridad te digo que han estado equivocados en ello.
Ciertamente esta doctrina no tiene a su favor siquiera una sílaba de autoridad bíblica.
Los que defienden tal doctrina, deben asumir entera responsabilidad por dicho entendimiento de la Palabra de Dios.
Amados, el resultado de esa errada enseñanza es este:
Entre nosotros, el número de personas con Dones del Espíritu es lamentablemente pequeño.
Cuando tan desesperadamente necesitamos de verdaderos Líderes de Reino, dotados, equipados, por ejemplo, de Discernimiento, no los tenemos y entonces somos sencillamente coaccionados a valernos de las técnicas del mundo.
Eso esta ocurriendo Ahora, en medio de Su Iglesia.
Esta hora, que se vive en medio de temor y angustia, exige personas equipadas con Visión Profética.
Bien al contrario, sólo tenemos hombres que presiden a informes, votaciones, y reuniones de discusiones explosivas y estériles.
¡Amados….!
¡Necesitamos de hombres que tengan el Don del Conocimiento!
En vez de eso, tenemos muchos estudiados y preparados, doctores, sabelotodos y nada más.
¡Mucha letra sin Dones del Espíritu, mucho Estudio sin Revelación!
Amados, podemos estar preparándonos para la trágica hora en que Dios pueda ponernos de lado como evangélicos de rótulo y suscitar otro movimiento – Sí, la Reforma de que tanto me usa Ministrar el Señor, Dios el Padre y mi Dulce Espíritu Santo - para perpetuar el cristianismo del Nuevo Testamento, conservándolo vivo sobre la faz de la tierra.
"Seremos hijos de Abraham. Dios puede de estas piedras levantar hijos de Abraham."
En este asunto la Verdad es esta:
Las Escrituras Sagradas de modo muy claro inculcan el deber de poseer los Dones del Espíritu.
El Apóstol Pablo nos exhorta a Anhelar y aún a codiciar los Dones espirituales.
Vamos a 1ª. Corintios12:31 y 1a Corintios 14:1.
Parece que no se trata de cuestión de elección para cada uno de nosotros, o materia facultativa, y sí ¡un mandamiento escritural que todos buscan Ser Llenos del Espíritu!
Amados, no obstante toda esta Su Verdad, encuentro que debo añadir una Palabra de advertencia de parte de Dios.
Los diferentes Dones Espirituales no tienen todos los mismos valores, como el Apóstol Pablo esclareció muy cuidadosamente.
Ciertos hermanos han exaltado desproporcionalmente un Don más que los otros dieciséis.
Entre esos hermanos se cuentan muchas almas buenas y bien intencionadas, aunque en general los resultados de ese adoctrinamiento no ha sido bueno.
En la práctica, han redundado en condenable y vergonzoso exhibicionismo, tendiéndose a depender de experiencias, en emociones, en lugar de depender de Cristo.
No pocas veces se hace ausente la capacidad de distinguir, de Discernir y entonces de separar las obras de la carne de las operaciones del Espíritu.
Conclusión
Amados en Cristo, queridos amigos, aquellos que niegan que los Dones del Espíritu sean para nosotros, los de hoy, y aquellos que insisten en tomar como su pasatiempo favorito uno de esos Dones, están del todo equivocados; y todos nosotros estamos sufriendo las consecuencias de estos errores.
Hoy no existe más motivo o salvedad para permanecer en la duda.
Nos asiste todo el derecho de esperar que nuestro Señor conceda a Su Iglesia los Dones Espirituales que Él de hecho jamás nos negó, pero que ¡hemos dejado de recibir únicamente a causa de nuestro error o incredulidad!
Amado, Escucha, Dios está concediendo y distribuyendo los Dones del Espíritu a quien Él quiere y en la medida en que Él quiere, aunque las condiciones por Él exigidas sean imperfectamente satisfechas.
Si Dios actuara de otro modo, la antorcha de Su Verdad se apagaría y acabaría muriendo.
Sin embargo, debemos ver claramente lo que Dios hará por Su Iglesia, si todos nos postramos delante de Él, con La Biblia abierta delante de nuestros ojos, y le decimos: “Señor, he aquí tu siervo! Sea hecho en mí aquello que Tú quieres."
Oremos
¡Dios los Bendice!
Ps. Jorge Macías Benítez
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