lunes, 8 de abril de 2019

#A183 Ya no Soy Esclavo


Serie : Una Vida de Oración
#A183 Ya no Soy Esclavo


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Fundamento Doctrinal

“1 Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; 2 sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre. 3 Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. 4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, 5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. 6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! 7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.”
Gálatas 4 : 1-7


“1What I am saying is that as long as an heir is underage, he is no different from a slave, although he owns the whole estate. 2The heir is subject to guardians and trustees until the time set by his father. 3So also, when we were underage, we were in slavery under the elemental spiritual forces4:3 Or under the basic principles of the world. 4But when the set time had fully come, God sent his Son, born of a woman, born under the law, 5to redeem those under the law, that we might receive adoption to sonship.4:5 The Greek word for adoption to sonship is a legal term referring to the full legal standing of an adopted male heir in Roman culture. 6Because you are his sons, God sent the Spirit of his Son into our hearts, the Spirit who calls out, “Abba,4:6 Aramaic for Father Father.” 7So you are no longer a slave, but God’s child; and since you are his child, God has made you also an heir”
Galatians 4 : 1-7

Amados en Cristo, familia natural y de la Fe, a todo buscador de Amor, Verdad, Esperanza, ¡Bienvenidos a esta casa del Señor, Reino de Dios Ministerios!

Esta mañana del domingo 7 de Abril del 2019, recibiremos de parte del Señor un mensaje y Su Ministración, especialmente fundamento y sensible para atravesar y finalizar la Transición y Transformación correspondiente de la que nos ha venido hablando y Ministrando los últimos domingos.

El Señor nos dice con precisión esta mañana :

“3 Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo.”

Quizá Amados en Cristo, queridos amigos, aún nos sentimos así…¡como si de niños se tratara!

El Padre quiere regalarte Libertad y que entonces ¡la vivas con Plenitud!

Vamos a entregar esta Ministración al Señor…

Oremos



Introducción

Cuando el Señor movía mi corazón a lo largo de la semana y yo esperaba para recibir de su parte el que permitir compartiera por medio de mí, movía mi corazón al respecto de Libertad.

En este Tiempo, la humanidad y aún gran parte de la que debiera ser la Ekklesia, en Verdad No vive Libre.

Amados en Cristo, queridos amigos, lectores y seguidores de Cristo, la esclavitud es una forma de sometimiento del hombre por el mismo hombre que se practicó desde la antigüedad, pero luego de una larga lucha para acabar con la sumisión humana se logró terminar con este mal en la sociedad.
Si bien la esclavitud ya no existe oficialmente y esas cadenas de metal cayeron, aún el hombre está siendo atado por el amor al dinero, la vanidad, el orgullo y todo aquello que es pecado y que anula la libertad que Dios dio al ser humano.
Dice la Palabra de Dios :
“Jesús contestó: — Les digo la verdad, todo el que comete pecado es esclavo del pecado” Juan 8:34 (NTV).
Amados, el pecado es la peor forma de esclavitud que el ser humano puede enfrentar.
El diablo es astuto y tratará de encontrar tu debilidad para hacerte caer y ponerte las cadenas de la opresión que no sólo te paralizarán sino que poco a poco acabarán con tu vida espiritual.
Muchas son las personas que creen que gozan de una libertad plena y que por ello pueden hacer lo que quieren, como :
Consumir drogas, alcohol, ver pornografía, robar, mentir, engañar, etc.
Ahora bien, si analizamos la supuesta libertad que disfrutan nos damos cuenta de que son esclavos de aquello que les gusta hacer.
Es necesario examinar nuestra vida, para identificar si hay algo que nos  está haciendo esclavos, muchas veces hacemos cosas que no consideramos pecado, como pueden ser :
Las excusas, las exageraciones, el hablar demás, comentar de la vida ajena, etc.
Amados, si analizamos bien este tipo de acciones son pecado y por ello somos prisioneros, entonces al igual que el rey David debemos pedir a Dios que nos examine :
“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan. Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna”
“23 Search me, God, and know my heart;
test me and know my anxious thoughts.
24 See if there is any offensive way in me,
and lead me in the way everlasting.”

Salmos 139:23-24 (NTV).

Además dice la Palabra de Dios en Romanos 8: 15…

“15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”

“15 The Spirit you received does not make you slaves, so that you live in fear again; rather, the Spirit you received brought about your adoption to sonship. And by Him we try ABBA Father ”

El mensaje superficialmente puede ser entendido de esta forma :
Dios nos ha transformado y convertido en parte de su familia y ahora podemos hablarle como si fuera nuestro padre terrenal.
Si lo leemos una vez y otra vez, eso es lo que dice a grandes rasgos, quiero decir, a MUY grandes rasgos.
Gracias a Dios que Él - al menos conmigo, no me dejo solamente con la lectura superficial; Él inquietó mi corazón y fue allí en donde me encontré con la maravillosa, hermosa, increíble y sobrenatural verdad que esconde Romanos 8 : 15.
Amados, al profundizar en el tema, el Señor me fue llevando a otras dimensiones.
Ahora, te invito en el Amor del Señor a que me acompañes.
Nacimos siendo esclavos
¿Nacimos siendo esclavos? ¿De quién?
Pareciera una contradicción, porque muchos de nosotros nacimos y crecimos en un hogar donde nuestros dos padres, nos cuidaron, nos amaron y proveyeron todo lo que necesitábamos.
También es cierto, al menos para quienes hemos decidido por Cristo que sí relacionamos el tema de la esclavitud con el pecado, nos damos cuenta que somos incapaces de dejar de pecar por nuestras propias fuerzas, entonces podemos concluir que en tanto vivimos en pecado, estamos esclavizados a este.
Amados en Cristo, queridos amigos, a lo que se refiere implícitamente el Apóstol Pablo, en esta capítulo 8 de la Carta a los Romanos, es que nacimos siendo esclavos de nosotros mismos; no olvidemos lo que  Romanos 3 : 23-24 habla de que todos pecamos y por lo tanto fuimos destituidos de la gloria de Dios.
“23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”

“23 for all have sinned and fall short of the glory of God, 24 and all are justified freely by his grace through the redemption that came by Christ Jesus."

Esto quiere decir que todos y cada uno de nosotros nacimos en pecado, y nacimos siendo pecadores.
No nacimos siendo los lindos angelitos que durante mucho tiempo las abuelitas nos hicieron creer que éramos, ¡Ah claro qué no!
Amados, nuestra naturaleza es pecaminosa.
Si relacionamos el tema de la esclavitud con el pecado, nos damos cuenta que somos incapaces de dejar de pecar por nuestras propias fuerzas.
Reflexionemos unos breves minutos en la historia de José, quien es vendido como esclavo por sus hermanos; él, siendo esclavo no podía decidir qué hacer, no podía decidir que un día podría ser libre y salir caminando del lugar donde se encontraba.
Por igual, todos nacemos siendo esclavos del pecado y para adueñarse de un esclavo se debe pagar un precio, tal como pasó con José; esto es que se necesitó un precio para comprarnos, y el precio que pagó Cristo por nosotros, fue para darnos libertad.
Entonces es que solo una vez entendemos que el Señor pagó el precio que se debía pagar para que fuésemos libres de la esclavitud que trae el pecado, nos hacemos la gran pregunta :
¿Si ya no soy esclavo del pecado, qué pasa si estoy luchando con el pecado?…
¡Cappici!, esta es la clave de la pregunta y esta ya fue contestada; ya no somos esclavos, sin embargo aún luchamos con el pecado.
Es en esto que Dios muestra su amor, que aun cuando nosotros no nos dábamos cuenta que tan malos éramos, vanagloriándonos en nuestro orgullo y negligencia, Él nos muestra a Cristo y envía al Espíritu Santo para que retire la venda de nuestros ojos para así poder ver el mal que habita en nosotros, el mal que nos rodea, y la gran necesidad que tenemos de que Cristo nos salve.
Amados, queridos amigos, esto no se trata de que una vez somos cristianos o creemos en Cristo ya no vamos a pecar; ¡Oh claro que no!
Se trata de que una vez que nosotros creemos en Cristo, le hemos declarado la guerra abierta a el enemigo y al pecado.
Con ello, hemos levantado nuestras armas, nos hemos colocado el equipo para la batalla, hemos cavado nuestras trincheras y desde ese momento nos encontramos y nos encontraremos en una batalla encarnecida sin fin en contra del pecado.
No soy mi propio Salvador
Ahora bien, muchas veces relacionamos él pecado con las cosas aparentemente malas, o malas a los ojos del hombre.
Podemos ponerle la etiqueta de pecado a muchas cosas, tales como:
Ver pornografía, consumir alcohol, consumo de drogas, inmoralidad sexual, homosexualismo, etc.
Ahora, ¿qué pasa con las cosas que son aparentemente buenas?, como:
Ser amable, ser generoso, ser organizado, ser caritativo, etc.
O también, ¿qué pasa con nuestras disciplinas como cristianos? :
Orar, ofrendar, servir, atender, etc… ¿qué pasa con esto?
Muchos nos encontramos en esta situación; sé que yo tiendo a estar en este lado de la ecuación muchas veces.
El problema de la esclavitud puede ser entendido como un trastorno  “bi-polar” o de polos opuestos.
Los sigo de esta forma porque al principio tratamos de entender que ya no somos esclavos, a pesar de que muchas veces nos sintamos como tales, y que día a día estamos librando una batalla en contra del pecado.
Ahora este es el polo opuesto.
El polo opuesto es cuando ya entendimos que ya no somos esclavos; es decir que Ahora somos salvos.
Amados, aunque por alguna razón empezamos a hacer ciertas cosas y realizar distintas actividades para mantener nuestra salvación, para buscar la aprobación de otras personas, para quedar bien con nosotros mismos, y este polo es el que es el más peligroso, porque nos puede engañar haciéndonos creer que todo está bien, porque todas nuestras prácticas apuntan a un cómodo “estoy haciéndolo bien”.
Escucha, al enemigo mismo no le importa que vayamos a la iglesia, que tengamos amigos, que seamos amables, que seamos “buenos”, si nuestro enfoque es cualquiera distinto al de agradar a Dios, es más, el enemigo nos ayudará a la pretensión del cumplimiento de cada una de las leyes que Dios nos dio, si nuestro enfoque es el demostrarle a alguien o a nosotros mismos que somos salvos.
El Ser Hijo y Siervo de Dios, NO se trata de que una vez que soy salvo, tengo que seguir salvándome yo mismo, o haciendo cosas para convencerme de que soy salvo.
No hay nada que yo pueda hacer para que Dios me ame o me salve.
Él me salvó por que me amó lo suficiente, no por lo que hice o lo que deje de hacer, sino ¡por Quién es Él!
Es a esto a lo que se refiere la Palabra de Dios en Romanos cuando escribe que no hemos recibido un espíritu de esclavitud para estar en temor.
No hemos recibido un espíritu de esclavitud que nos amarra a nosotros mismos y nos hace esclavos de nosotros tratando de provocar una salvación que jamás la podríamos provocar nosotros mismos.
Es tan fácil caer en este tipo de esclavitud, y es porque muchos crecimos así, creyendo que teníamos que ser buenos y ya.
Es que esto no se trata de que una vez soy salvo, tengo que seguir salvándome yo mismo, o haciendo cosas para convencerme de que soy salvo.
Escucha Amado, ninguno puede ser bueno, lo que necesitamos es a Cristo quien nos hace libres, nos da la mano y nos saca de esa celda en donde vivíamos como esclavos y nos lleva tal como nos encuentra, mugrosos, harapientos, como cadáveres y nos lleva con Él y nos restaura, no como un acto de nuestra voluntad, sino, como un acto de Su santa voluntad movido por el amor de Dios.
Ese es el mensaje del Evangelio que se nos es anunciado a través de Cristo.
Cristo vino a anunciar la Verdad; la única Verdad que nos da la Libertad de saber que no soy yo quien me salvo, sino que el único Dios todo poderoso me salvó por amor; no hay nada que yo pueda hacer o que pudiera haber hecho para que Dios me ame más o menos de lo que me ama.
Él me amo lo suficiente como para mandar a Su Hijo a morir por mí, un regalo que no merecía, y no solo eso.
Por medio del cual podemos Clamar
¡Abba padre!
Al ser salvos inmediatamente nos convertimos en parte de la familia de Dios, no solamente el Señor nos libera de la esclavitud sino también nos hace hijos y esta es la parte mas asombrosa de todo.
No merecía ser salvo, Él me salvó, era esclavo, Él me libró, era huérfano, Él me adoptó. Dios en su misericordia nos ama hasta el punto de hacernos parte de Él mismo.
Entonces, si ya no soy esclavo, si ahora soy hijo, y si aun peleo con el pecado, y todo esto se trata de Dios, no se trata de cuánto haga yo, sino de cuanto Él ya hizo por mí.
Cuando como cristianos entendemos esto nos damos cuenta de que lo único que nos mueve y sostiene es el Amor Incondicional de Dios.
Ese amor es lo que me debe de mover a levantarme cuando el pecado me desanima, o me tira por el suelo, o cuando una granada del pecado estalla delante de mí y ni me di cuenta cuando entro rodando para estallarme en los pies.
Conclusión

Amados, ese amor, el Amor que Dios mostró por nosotros en la Cruz es el único que nos puede restaurar, el único que nos puede sanar; ese amor es el que me da la confianza de levantarme y seguir peleando en contra del pecado.
Ese amor es lo que me hace entender que cuando sienta que el ataque es demasiado, puedo clamar :
¡Abba Padre!
Mi Padre del Cielo es quien me va a librar y defender.
Es a raíz de ese amor que yo obro para “bien”, y todas y cada una de las cosas que yo hago ahora son movidas, impulsadas, motivadas por el amor de Dios para glorificar a Dios.
No una obligación, ni una condenación sino Su Discernimiento de cuan inmenso y hermoso es el Amor de Dios para mi vida.
Oremos

¡Dios los Bendice!
Ps. Jorge Macías Benítez


domingo, 31 de marzo de 2019

#A182 Tiempos de Transición

Serie : Una Vida de Oración
#A182 Tiempos de Transición : Retos y Obstáculos




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Fundamento Doctrinal
Juan 15:4-5  
“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”

Introducción

Amados en Cristo, familia natural y de la Fe, a todo buscador de Amor, Verdad, Paz y Esperanza, ¡Bendiciones, Bienvenidos a esta que es parte de la Casa de Dios, Reino de Dios Ministerios!
El título del Mensaje y la Ministración del Señor esta mañana es :

Tiempos de Transición : Retos y Obstáculos

Oremos

Inicio
Las personas que llegaron a ser grandes comenzaron en el lugar del anonimato, en el lugar secreto, donde nadie los veía.  
No abortaron el proceso de transición, más bien se sometieron y fueron obedientes y le creyeron a Dios por encima de las dificultades.  Durante este proceso de transición, no vieron en poco las cosas que Dios estaba haciendo con ellos y en ellos, por lo cual, estas cosas los ayudaron en el momento de tomar las decisiones mas significativas de sus vidas.

Expectativas sobre su Dios

Al conocer a Dios y todas las cosas que había prometido, permitía que tuvieran grandes resultados de parte de Dios, aun cuando la situación se tornaba difícil, sabían que Dios los iba a librar.  Tenían una convicción profunda que lo que Dios iba hacer.

Promesas de Dios

Dios constantemente le recordaba al pueblo la promesa y le daba instrucciones de que debían de hacer al momento de poseerla y prometía estar con ellos en el momento de la conquista.
  • Éxodo: 23:23  
“Porque mi Ángel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir.”
  • Éxodo 34:11-12  
“Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí que yo echo de delante de tu presencia al amorreo, al cananeo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo.”

Son Personas Malagradecidas, Llenos De Quejas, Miedos y Desconfianza

El que tiene mentalidad de esclavo siempre se acuerda de Egipto y piensa que es mejor que lo que Dios ha prometido.  Estas son las quejas de un pueblo que todavía no conoce a Dios, ni se ha ocupado en acercarse a Él.
Éxodo:
  • 14:11-12 – Mar Rojo
  • 16:3 – Maná del cielo
  • 17:3 – Agua de la peña
  • 32:3-4 – Becerro de oro
Números:
  • 11:5-6 – Codornices
  • 12:3 – Aaron y María (lideres) se llenan de orgullo, porque profetizaron.

Y antes de entrar a la tierra prometida dijeron:

Números 14:2-3  
“Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: !Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos!  ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?”
Debemos aprender que antes de llegar a derribar los gigantes y conquistar todo lo que Dios nos ha prometido, debemos tener el deseo y la actitud de acercarnos a él.

Josue tuvo presente en los momentos que Dios hablaba y su presencia se manifestaba.

Éxodo 33:1-11
“Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo.”
Estar cerca nos permite aprender cómo se hacen las cosas, conocer el corazón de Dios, entender el propósito divino.
El Que Habita
Salmos 91:1
“El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.”
Dios no es caprichoso, lo que Dios hace, lo hace por amor, porque él es amor.

La Actitud de un Conquistador:

  • Obediencia

  • Confianza
  • Esfuerzo
  • Valentía
  • Carácter
Éxodo 17:8-11
“Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim.  Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano.  E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado. Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec.”
Éxodo 24:9-14
“Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando está sereno.  Mas no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron. Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles.  Y se levantó Moisés con Josué su servidor, y Moisés subió al monte de Dios. Y dijo a los ancianos: Esperadnos aquí hasta que volvamos a vosotros; y he aquí Aarón y Hur están con vosotros; el que tuviere asuntos, acuda a ellos.”
Números 11:25-29
“Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron. Y habían quedado en el campamento dos varones, llamados el uno Eldad y el otro Medad, sobre los cuales también reposó el espíritu; estaban éstos entre los inscritos, pero no habían venido al tabernáculo; y profetizaron en el campamento. Y corrió un joven y dio aviso a Moisés, y dijo: Eldad y Medad profetizan en el campamento. Entonces respondió Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés, uno de sus jóvenes, y dijo: Señor mío Moisés, impídelos. Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos.”
Números 13:3, 6, 8, 16:
3 “Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, conforme a la palabra de Jehová; y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel.”
6 “De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone.”
8 “De la tribu de Efraín, Oseas hijo de Nun.”
16 “Estos son los nombres de los varones que Moisés envió a reconocer la tierra; y a Oseas hijo de Nun le puso Moisés el nombre de Josué.”

Transición

Una transición es la acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar, a otro muy distinto del anterior. Representa un cambio de un estado a otro.
Existe un proceso de transición, que permite que se desarrolle el carácter divino en nuestras vidas.
No podrás pasar de una mentalidad de esclavo a una mentalidad de conquistador, sin atravesar por este proceso…
Significa que estás en un proceso, que no estás en el mismo lugar que estuviste, pero tampoco estarás en el mismo lugar en que estas.
Vienes de un lugar y te diriges a otro lugar.
Transición de Mentalidad De Esclavo A Mentalidad De Conquistador                   
La transición es definida por la Real Academia Española como la “Acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar a otro distinto”.
Entiendo también que las transiciones forman parte inseparable de la vida tanto de individuos, como de comunidades enteras.
Es por ello necesaria la búsqueda del consejo ante las transiciones.
Estoy convencido que no hay mejor consejo que se pueda dar, que el que proviene de la Eterna Palabra de Dios.
El apóstol Pablo declara en Romanos 15:4  que “las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron”, y yo encuentro en la Biblia que en muchas ocasiones el pueblo de Dios, Israel, se encontraba en procesos de transición. Y una de las más importantes transiciones que vivió Israel fue la conquista de la tierra prometida.
Usted probablemente conoce la historia: Dios llama a Abraham para hacer de él una nación grande. Viene después Isaac. Viene luego Jacob, y de él, las 12 tribus de Israel. Permanecen en esclavitud durante 400 años en Egipto. Dios levanta a Moisés como libertador del pueblo de Israel y viene el Éxodo de Egipto. La generación liberada de la esclavitud vaga durante 40 años en el desierto y perece sin pisar la Tierra Prometida a causa de su incredulidad.
Pero Moisés es testigo de una nueva generación de israelitas comandados por Josué. Esta nueva generación cumple con el propósito de Dios al poseer la tierra que había sido prometida desde tiempos de Abraham.

4 Consejos
Yo encuentro 4 grandes consejos que esta nueva generación de israelitas puso en práctica al entrar a la Tierra Prometida. Encuentro 4 cosas que la Palabra de Dios nos puede aconsejar de aquella generación que conquistó lo que la generación anterior no pudo conquistar. Consejos para tiempos de transición.
Pasión por Su Presencia
Deuteronomio 6:5 “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”
Deuteronomio significa literalmente “Segunda Ley” o “La Repetición de la Ley”. Seguramente esta nueva generación de israelitas había escuchado algo de la Ley de Dios durante el peregrinaje del desierto.
Seguramente algunos de sus padres les contaban las cosas que Dios había hecho por ellos durante todo ese tiempo. Pero no era suficiente. Esta nueva generación tenía que escuchar por ella misma la instrucción del Señor. Deuteronomio es un libro escrito que narra específicamente la instrucción de la ley de Dios para esta nueva generación.
Antes de comenzar la batalla. Antes de ponerse en marcha. Antes de afilar las espadas, Dios quería que su Pueblo lo amara a Él de todo su corazón, de toda su alma y con todas sus fuerzas
Y lo mismo sucede hoy en día: Antes de que Dios nos llame a la actividad, o a los grandes proyectos y sueños, Dios nos llama a amarlo de todo nuestro corazón, de toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas.
Es triste ver cuántos cristianos están apasionados por la obra del Señor y olvidan su comunión con el Señor de la obra. Es muy fácil que nos enganchemos en planes, en proyectos, en actividades, y descuidemos lo más importante: nuestra relación con Él.
De nuestra relación con Él es de donde surgen nuestras fuerzas:
Juan 15:4-5  “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”
Una de las palabras clave de la vida cristiana victoriosa es: PERMANENCIA
Muchos cristianos creen que la vida cristiana se vive de momentos: campamentos, congresos, un fin de semana, ¡el domingo!, etc. Creen que con un banquete durante la semana es suficiente para llevar una vida cristiana victoriosa.
Un ingrediente básico de la vida cristiana victoriosa es la PERMANENCIA. Nuestra comunión íntima y personal con Dios todos los días. Nuestra lectura bíblica todas las mañanas. Nuestra oración todos los días por las noches. Sólo así podemos estar preparados para comenzar la batalla.
Pasión por la Conquista
Josué 1:9
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”
Una vez persuadido el pueblo con respecto a su relación con Dios, es hora de la conquista. Es hora de pelar. El pueblo de Dios es un pueblo que lucha. No es un pueblo inmóvil, estático o quieto. Cuando Dios ordena ir a conquistar, el pueblo de Dios lo hace.
En lo personal, admiro 3 cualidades que todo buen ejército tiene. Estas 3 cualidades son: La Unidad, La Obediencia y La Lealtad.
La Unidad
Es definida por la Real Academia Española como la “Propiedad de todo ser, en virtud de la cual no puede dividirse sin que su esencia se destruya o altere”.
Un buen ejército no puede ni debe dividirse. No es susceptible a la división. Y tomando prestada una frase popular: “cuando existe más de una visión hay división”.
Todos, como pueblo de Dios, marchamos con una misma visión.
Ahora, eso no significa que todo mundo haga lo mismo.
Eso es “uniformidad”. La Unidad no es uniformidad. Cada uno de nosotros es equipado por el Espíritu Santo para realizar una tarea única y especial en el Cuerpo de Cristo (1era. de Corintios 12).
Haga lo que Dios le ha llamado a hacer conforme a sus dones y talentos. Así que yo definiría la Unidad como la capacidad individual de hacer lo que tenemos que hacer, guiados todos por una misma visión y buscando el bienestar de todos.
Si revisamos nuevamente el pasaje de Josué 1, en los versículos del 12 al 18 notamos que las tribus de Rubén, Gad y media tribu de Manasés, aún cuando se iban a quedar en el lado este del río Jordán, van con sus hermanos a pelear.
¡Aún cuando ellos no iban a disfrutar de los frutos de la tierra del otro lado del Jordán, se unen a las otras tribus y pelean con ellos!
¿Qué nos enseña esto? Que muchas veces sólo queremos pelear cuando vamos a ser beneficiados directamente. Muchas veces escuchamos “ese no es mi ministerio” o “yo porque tengo que ayudarle a tal o cual ministerio en su actividad”.
La Unidad es indispensable para pelear las batallas que Dios tiene para su pueblo.
La Obediencia
La obediencia es una cualidad indispensable para el avance de la Iglesia de Cristo pero también es una de las cosas que más trabajo nos cuesta hacer. Nos cuesta mucho trabajo obedecer. Recordemos que somos un ejército. Es impensable el avance de un ejército que no obedece.
Obedezcamos. Aprendamos a obedecer. Dios honra y actúa cuando Su Pueblo Obedece.
Obedezcamos aún cuando las órdenes parezcan inverosímiles.
Muchas veces me he preguntado: “¿Yo hubiera obedecido a Josué si me hubiera dicho que diera vueltas a una ciudad amurallada y que al séptimo día sólo gritara y que así ganaría? (Josué 6) ¿Hubiera yo obedecido a Gedeón si me hubiera reclutado junto con otros 299 y me hubiera dicho que mis armas serían cántaros vacíos, antorchas y trompetas, y que así derrotaríamos a miles de madianitas? (Jueces 7)” Sinceramente, a mi me hubiera costado trabajo obedecer. Pero necesitamos aprender a obedecer y dejar que Dios haga la obra. Dios bendice nuestra obediencia.

La Lealtad
Proverbios 20:6 (NVI) Son muchos los que proclaman su lealtad, ¿pero quién puede hallar a alguien digno de confianza?
¿Somos gente digna de confianza? ¿Somos gente a quien se le puede encomendar una tarea? ¿Somos personas que guardamos discreción cuando nos piden un consejo o nos cuentan una falla? ¿Somos personas que no hablamos mal de otros a sus espaldas?
Una de las cosas que “dieron al traste” a la generación de Moisés fue la murmuración en contra de sus líderes ¿lo recuerda? ¡El pueblo se la pasaba murmurando! Eso no es lealtad.
Aprendamos también a ser leales con la gente que nos dirige. Aprendamos a ser leales unos con otros. Aprendamos a ser hombres y mujeres dignos de confianza.
Ser Agradecidos y tener Memoria
Josué 22:10  “Y llegando a los límites del Jordán que está en la tierra de Canaán,  los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de Manasés edificaron allí un altar junto al Jordán,  un altar de grande apariencia”
Hay una gran cantidad de monumentos en todo el mundo. Por ejemplo, tan sólo aquí en la ciudad de México hay decenas de monumentos: el monumento a Cuauhtémoc (en Paseo de la Reforma), el Hemiciclo a Juárez (en la Alameda Central), el Monumento a la Independencia (mejor conocido como “El Ángel”), el Monumento a la Revolución, el Monumento a la Madre,  el Monumento a La Raza, etc.
Cuando levantamos un monumento estamos reconociendo algo que es importante para nosotros. Los monumentos sirven de recordatorio de algo importante, digno de ser recordado a través de un monumento.
Una buena cantidad de Iglesias Bautistas tiene una hermosa tradición: al finalizar alguna obra o edificio, colocan una placa con un versículo del 1er. Libro de Samuel, capítulo 7, versículo 12:
“Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová.”
El colocar estas placas son un recordatorio de la continua ayuda de Dios. El pasaje nos recuerda eso. Nos recuerda ser agradecidos y exclamar como Samuel: “Hasta aquí nos ayudó Jehová”
Ser Bendición y de Testimonio
Josué 24:14  
“Ahora,  pues, temed a Jehová,  y servidle con integridad y en verdad;  y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río,  y en Egipto; y servid a Jehová”
El propósito de la Iglesia no es tener edificios bonitos. El propósito de la Iglesia no es tener a los miembros más guapos o con mejores carros. El propósito de la Iglesia no es ver quien tiene mayor cantidad de miembros.
El propósito de la Iglesia es ir y hacer discípulos (Mateo 28:19). El propósito de la Iglesia es que las personas que no conocen a Dios, lo conozcan; y aquellas personas que ya lo conocen, lo conozcan mejor. Dios desea que su Iglesia sea el medio para que la salvación y la vida eterna lleguen al mundo.
La Iglesia debe ser un lugar donde las personas encuentren la bendición de Dios y el testimonio de Dios. Nosotros, como Iglesia, necesitamos ser de bendición y de testimonio en cualquier lugar en donde estemos.
El testimonio que la Iglesia predica, es el testimonio que Dios ha dado a los hombres:
1a. Juan 5:11-12  
“Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”
Que Dios nos ayude a cumplir con ese propósito
“Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”
Gálatas 5 : 14
Conclusión
Como Dios habla de aquellos que le creen
Números 32:11-12  
“No verán los varones que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra que prometí con juramento a Abraham, Isaac y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí; excepto Caleb hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun, que fueron perfectos en pos de Jehová.”
Números 14:24
“Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión.”
Números 27:18  
“Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él;”
Deuteronomio 3:28
“Y manda a Josué, y anímalo, y fortalécelo; porque él ha de pasar delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que verás.”
Deuteronomio 31:7
“Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar.”
San Mateo 25:23
“Su señor le dijo: Bien hecho, siervo bueno y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu señor.”
Oremos...
¡Dios los Bendice!
Ps. Jorge Macías Benítez