Serie: Conozcamos a Dios
#A221 Reinado
sobre el Trono de David
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Introducción
Hola buenos días, ¡Bienvenidos a esta
Casa, la Casa de Dios, ¡Reino de Dios Ministerios!
Esta mañana del domingo 2 de febrero
del año del Señor 2020, continuamos con la parte a del versículo 7 de Isaías 9.
Nos dice la Palabra de Dios:
“7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre
su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y
para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.”
Amados, claro que no es mi intención y
mucho menos el Propósito de Dios dejar fuera u` olvidar el contexto completo de
la Serie de Mensajes, al omitir el versículo 6 previo:
“6 Porque
un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se
llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”
Amados
en Cristo, queridos amigos, lo que Él nos está diciendo es que ¡seguimos hablando
de Él!
¡Así
ES en toda Su Palabra!
Ahora,
esta mañana Él me lleva a dar énfasis en un lugar, en una Posición especial, que por cierto tiene que ver con una Identidad particular:
El Trono de David
Este 6to. Mensaje de esta Serie: Conozcamos a Dios, lleva por título:
Reinado sobre el Trono de David
Oremos
El Trono de
David
Amados en Cristo, queridos
amigos, quiero compartirles de una enseñanza profunda, poderosa y simultáneamente muy
sencilla qué si se Discierne adecuadamente, causará que muchas teorías y fundamentos
falsos que se tienen sobre el Reinado de Jesucristo en la Ekklesia y Su Creación sean descubiertas y descartadas.
El Trono de David, es una Verdad fundamental acerca de la Realeza de Jesucristo y será probado por las Escrituras
para directamente revelar a Jesús de Nazaret como el Rey de Israel, que además
está escrito en la profecía del Antiguo Testamento a su nacimiento y hasta
siempre; esto es, un reinado sobre Jacob (Israel) sin final.
En los días de Samuel el profeta y sacerdote o juez,
los ancianos de la nación de Israel pidieron a Samuel un rey para que juzgara y
reinara sobre ellos, porque Samuel se había hecho viejo en años y sus hijos que
él había establecido como jueces no anduvieron en sus caminos justos, sino que
codiciaban el dinero, recibiendo cohecho y pervirtiendo el derecho (1ª. Samuel
8:3-5).
Samuel se disgustó a esta petición de los ancianos de
Israel (1 Samuel 8:6), y oró al Señor para saber lo que su Dios pensaba en esta
solicitud.
Esto es lo que el Señor respondió a Samuel:
“Y el Señor dijo a Samuel: Oye la voz del pueblo en
todo lo que te diga, porque ellos no te han desechado a ti, sino que a mí me
han desechado, para que no reine sobre ellos.”
1a Samuel 8:7
Claramente los ancianos de la nación de Israel no
estaban satisfechos con la situación de Gobierno por medio de Jueces y Profetas;
por ello clamaban por un rey.
Querían ser como las naciones paganas y tener un
representante en la tierra con la autoridad, una figura de rey, para juzgar y
reinar sobre ellos.
Samuel no estaba contento en esta solicitud, y el
Señor le dijo a Samuel que no estaban rechazando a Samuel, sino en esta
solicitud Su Pueblo estaba rechazando a Dios mismo para reinar sobre
ellos.
Esto establece el hecho en el que el Señor Dios fue el
primer rey de Israel, y más tarde aparecería Jesucristo en la descendencia de
David como su último rey, lo cuál dice en Salmos 132:11.
Samuel, el profeta, más tarde recibió la instrucción
de Dios y ungió a un hombre llamado Saúl para ser el primer rey sobre la nación
de Israel.
Esto marca el comienzo del reinado de los reyes de la
nación de Israel.
Dios permitió que este “sistema” de reyes, pero no sin
una severa advertencia.
Ahora, Amados observemos que para la nación de Israel y
para que su rey viviera en las bendiciones y el favor de Dios, las cosas
estaban muy condicionadas, en contra de las opiniones y teorías de algunos hoy
en día.
Si los israelitas hacían maldad por ser incrédulos y
desobedientes, en rebelión contra la Ley del Señor, entonces la nación de
Israel y su rey serían consumidos.
Vamos a la Palabra de Dios en 1ª. Samuel 12:24-25 y Deuteronomio
28:15.
“24 Solamente temed a Jehová y servidle de verdad
con todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por
vosotros. 25 Mas si perseverareis en hacer mal, vosotros y
vuestro rey pereceréis.”
1ª. Samuel 12:24-25
“15 Pero acontecerá, si
no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus
mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas
estas maldiciones, y te alcanzarán.”
Deuteronomio 28:15
Saúl más tarde cometió pecados de desobediencia
al rechazar la palabra de Jehová, y como consecuencia, fue rechazado como rey
sobre la nación de Israel por el Señor.
Vamos a 1ª. Samuel 15:23, 26, 16:1.
Durante el reinado de Saúl, Samuel el profeta fue
enviado a la ciudad de Belén de Judá para ungir otro rey para reinar en
sustitución de Saúl.
Este rey era un hombre llamado David, un pastor de ovejas.
A través de varias tribulaciones, guerras e intrigas
políticas, David se convierte en rey de Israel y su trono se estableció por
primera vez; esto lo podemos ver en 2ª. Samuel 3:10.
Amados en Cristo, queridos amigos, David era un hombre
conforme al corazón de Dios.
Dice la Palabra de Dios en Hechos 13:21-23
“21 Luego pidieron rey, y Dios les dio a Saúl hijo de Cis,
varón de la tribu de Benjamín por cuarenta años. 22 Quitado este, les levantó por rey a David, de quien
dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón
conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero. 23 De la descendencia de este, y conforme a la promesa,
Dios levantó a Jesús por Salvador a Israel.”
Gobernó David en la voluntad de Jehová su Dios por un
lapso de 40 años como rey sobre Israel, estableciendo la nación con juicio y la
justicia, como nos dice en 2ª. Samuel 8:15 y 1ª. Reyes 2:10-11.
Justicia en
la Nación de Israel
Amados, David trajo justicia a la nación de Israel.
Él no se apartó de todo lo que el Señor Dios le había
mandado como rey todos los días de su vida, hasta que se presenta la situación
con su General Urías, el hitita, que fue asesinado indirectamente por David
después de haber cometido adulterio con Betsabé, esposa de Urías.
Vamos a 1a. Reyes 15:5.
“5 por cuanto David
había hecho lo recto ante los ojos de Jehová, y de ninguna cosa que le mandase
se había apartado en todos los días de su vida, salvo en lo tocante a Urías
heteo.”
El rey David era un hombre conforme al corazón de Dios
“22 Quitado este, les levantó por rey a David, de quien dio
también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a
mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.”
Hechos 13:22
David era un rey que andaba en la voluntad de Dios de
acuerdo a su ley, y que le fue prometido por Dios que un hombre de su
descendencia no dejaría de reinar en el trono de Israel siempre, mientras caminara
en la Ley del Señor.
Asi lo dice la
Palabra de Dios en 1ª. Reyes 8:25, 1ª. Reyes 9:5, 2ª. Crónicas 6:16, 2ª.
Crónicas 7:18.
Después de tomar el Reino de Israel de Saúl, Dios
estableció el trono de David, un hombre según su propio corazón.
El Reinado de Israel estaría a manos de este hombre de
carne y sangre “para siempre”.
Si los hijos de Israel y el rey abandonaban la Ley del
Señor, entonces serían cortados, incluso de la tierra que les había sido
prometido, que habitarían para siempre como dice 1ª Reyes 9:6-9.
Amados, la antigua advertencia contra Israel de que la
nación y el rey se consumirían si hicieran mal en los ojos de Jehová todavía se
aplica el día de hoy, como lo vimos en 1ª. Samuel 12:24-25 / Deuteronomio 28:15.
Es así como comenzó la “sangre real”
del Rey David.
Sobre el
Trono de David
Amados en Cristo, queridos amigos, todos los reyes
posteriores legítimos en Israel descienden de esta “línea de sangre real.”
El próximo rey de Israel fue Salomón, Hijo de David.
El reinado de Salomón comenzó bien y fue el rey que
construyó un templo para el Dios de Israel, como nos dice en Hechos 7:47.
Cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres extranjeras,
lo convirtieron a otros dioses y se volvió en un apóstata, sirviendo a ídolos
de los dioses de sus esposas; nos dice la Palabra de Dios en 1ª. Reyes 11:4-10:
“4 Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron
su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios,
como el corazón de su padre David. 5 Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los
sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. 6 E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no
siguió cumplidamente a Jehová como David su padre. 7 Entonces edificó Salomón un lugar alto a Quemos, ídolo
abominable de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalén, y a Moloc,
ídolo abominable de los hijos de Amón. 8 Así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las
cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses.
9 Y se enojó Jehová contra Salomón, por cuanto su
corazón se había apartado de Jehová Dios de Israel, que se le había aparecido
dos veces, 10 y le había mandado acerca de esto, que no siguiese a
dioses ajenos; mas él no guardó lo que le mandó Jehová.”
Mientras pasaban los años, hubo más reyes malvados de
Israel gobernando en el “trono de David” que no eran reyes justos.
Así que el Señor comenzó a hablar con la gente de a
través de la boca de los profetas acerca de un gobierno justo por venir sobre “trono
de David.”
Esta gobernante sería el rey de Israel y heredero al
trono de David, que establecería la nación en juicio y en justicia, al igual
que su padre David hizo delante de él en los tiempos antiguos y que es justo el
Propósito de esta Serie de Mensajes y fundamento de ellos en Isaías 9:6-7.
Fue también profetizado que el Señor habría de nacer
en Belén, la ciudad donde David vivió conforme a Miqueas 5:2 y Juan 7:42, donde
David fue visitado por primera vez y ungido por el profeta Samuel, como nos
dice la Palabra de Dios en 1ª. Samuel 16:4 y 12-13:
“4 Hizo, pues, Samuel
como le dijo Jehová; y luego que él llegó a Belén, los ancianos de la ciudad
salieron a recibirle con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida?
12 Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era
rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y
úngelo, porque este es. 13 Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió
en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová
vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.”
Otra profecía nos dice que este Rey vendría a Sión,
esto es a Jerusalén con la salvación y cabalgando sobre un asno; un pollino
hijo de animal de asno.
Veamos Zacarías 9:9 y Mateo 21:5.
Entendimiento
Hebreo
El entendimiento Hebreo y Judío de estas profecías es
que ellas señalan al ‘Cristo’, o ‘Mesías’, que significa “el ungido”.
Este hombre sería del linaje real del Rey David, y restaurará
la justicia para su pueblo, la nación de Israel.
Este Cristo será el “Rey de Israel, ‘y así heredará
el’ trono de David.
Otro título mesiánico de este hombre era “el Hijo de Dios.”
Así, la comprensión judía era que los títulos «Hijo de
Dios,” “Cristo (Mesías)”, “Shiloh”, y “El Rey de Israel” todos describían el
mismo hombre, el que heredaría el trono de David y que gobernaría a la
Israel nacional en justicia.
Est es su entendimiento hasta nuestros días.
Veamos las siguientes porciones de la Palabra de Dios
que ilustrarán el entendimiento Judío de que todos estos títulos que he
mencionado se utilizan indistintamente para describir la misma figura
Veamos entonces, Mateo 16:16, Mateo 26:63, Marcos
14:61, Marcos 15:32, Lucas 9:20, Lucas 23:2, Juan 1:41, Juan 1:49, Juan 4:25,
Juan 6:69, Juan 11:27 y Juan 20:31.
Amados, es este el rey de Israel que heredaría el
trono “de David” y el Estado nacional de Israel.
Para el pueblo judío del Israel nacional, a quien
estas profecías fueron dadas, el título ‘Hijo de Dios’ no significaba la
“segunda persona en una trinidad” de personas que son cada una llamada Dios,
sino que simplemente describe a ‘Cristo’.
La Promesa se
Cumple
Amados, Jesús el Hijo del hombre por medio de María
hereda el Trono de David.
Meses antes del nacimiento de Jesús, que es llamado el
Cristo, el Hijo de Dios, el ángel Gabriel anuncia a María en Lucas 1:31-33 que
ella dará a luz al Rey de Israel, que se le dará “el trono de David su padre”
por el Señor DIOS.
Lucas 1:33 es clave para entender lo que esto
significa.
“Y él reinará sobre la casa de Jacob (Israel) para
siempre y su reino no tendrá fin.” (Lucas 1:33 RV)
Esta Palabra de nuestro Señor entregada por el ángel
Gabriel nos permite ver que Jesús Es el Rey de Israel, que se pronunció para
que lo fuera incluso antes de su nacimiento.
Ahora amados, recordemos que para que un hombre califique
para ser el Rey de Israel y heredero al Trono de David, su linaje del
Rey David tenía que Ser probado.
Ese es el propósito de Lucas 3:23-38, que captura el
linaje real de Jesús por medio de María hasta el fondo en una larga lista de
los Reyes, que comenzó con Adán, el primer hombre.
David se menciona en el v. 32.
Conocemos que José no era el padre biológico de Jesús;
sabemos que Jesús no podía heredar el derecho legal de reinado del Trono de
David desde la línea de José, porque no es de linaje de José.
Jesús es, sin embargo, nacido de una mujer y es la
simiente de una mujer (Génesis 3:15 / Gálatas 4:4), por lo tanto, podría
heredar el reinado del Trono de David a través del linaje real
del Rey David por su madre María de la tribu de Judá.
El Nuevo Testamento registra dos genealogías (linajes)
que hacen referencia a Jesucristo en los Evangelios.
La primera se encuentra en Mateo 1:1-17 y la segunda
se encuentra en Lucas 3:23-38.
Algunos enseñan y creen que estas dos son una en la
genealogía misma.
Sin embargo, una reflexión acuciosa de los hechos nos muestra
que se trata de dos genealogías diferentes.
Tengamos en cuenta que la genealogía de Mateo traza la
línea de sangre en particular a través de Salomón con David.
“Y Isaí engendró al rey David, y David engendró a
Salomón, rey de la que fue la esposa de Urías;” de acuerdo a Mateo 1:6-16 RV
“6 Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró a
Salomón de la que fue mujer de Urías. 7 Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a
Asa. 8 Asa
engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías. 9 Uzías engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a
Ezequías. 10 Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amón, y Amón a
Josías. 11 Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el
tiempo de la deportación a Babilonia.
12 Después de la deportación a Babilonia, Jeconías
engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel. 13Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y
Eliaquim a Azor. 14 Azor engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud. 15 Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a
Jacob; 16 y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual
nació Jesús, llamado el Cristo.”
Amados, claramente la genealogía en Lucas es diferente
de la genealogía de Mateo, y los rastros de este linaje en particular a través
de Natán a David.
“… Que era el hijo de Natán, que era el hijo de David … que era el hijo de Jesé …” nos dice en Lucas 3:31-32 RV claro está, en una referencia abreviada.
Los hijos e hijas del rey David se enumeran en 2ª.
Samuel 5:12-16, y los nombres de ambos Salomón y Natán se encuentran en esta
lista de hijos e hijas del rey David en 2 Samuel 5:14.
Desde Natán y Salomón no son la misma persona, a
continuación, las genealogías de Mateo 1:1-17 y Lucas 3:23-38 no pueden ser la misma
genealogía.
Así pues, estas deben ser las genealogías de José y
María, ya que ambas genealogías diferentes no pueden ser de la misma persona.
Entonces, ¿cuál es la genealogía de José, y cuál es la
genealogía de María?
¿Confundido aún? No tiene por qué estarlo, ¡porque
esto es realmente muy simple!
Mateo 1:16 es claro y afirma que la genealogía que
figura en el libro de Mateo es la de José, el esposo de María.
Ahora sabemos por dos hechos indiscutibles que esta
genealogía de Mateo no es el linaje por la cual Jesús heredó el Trono de
David para ser rey de Israel.
José no es el padre de Jesús, pero Jesús fue concebido
del Espíritu Santo (Mateo 1:18 / Mateo 1:20).
Jesús no desciende de José según la carne, por lo
tanto, la herencia del Trono de David por Jesús como el Rey de Israel no
puede provenir de linaje de José, el linaje que figura en Mateo 1:1-17.
Esto se debe a que la herencia del Trono de David
por Cristo iba a ser una herencia de linaje, sólo a uno del linaje real del Rey
David, como nos dice en Salmos 132:11, veamos también Hechos 2:29-30.
Amados, la genealogía de José tiene una historia de
reyes idólatras en Israel, y esta lista de reyes idólatras comenzó con Salomón de
acuerdo a 1ª. Reyes 11:4-9.
Hay otro rey en esta genealogía llamado Jeconías
(Mateo 1:11), cuyo padre es el nombre de Joacim (Jeremías 36:1).
Este rey quemó el rollo que contiene la profecía de
Jeremías contra Israel por sus pecados de idolatría.
Como castigo por esta abominación que el rey cometió
en contra de la Palabra del Señor por Jeremías, ese linaje particular de David
a través de Salomón a Joacim y a la simiente del rey Joacim hacia adelante
después de él no tendría a ninguno que herede el ‘trono de David “(Jeremías 36:
1-3, Jeremías 36:27-31).
El Rey Jeconías fue también maldijo en Jeremías
22:24-30 como su padre.
Ahora, el legítimo heredero del Trono de David para
ser rey de Israel no podría venir de la genealogía de Mateo 1:1-17 sobre
ninguno.
Ahora que vemos claramente que la herencia del Trono
de David para ser rey de Israel no pudo llegar a Jesucristo de entre el
linaje de José en Mateo 1:1-17, esto nos deja con la genealogía de Lucas
3:23-38 de María para considerarla.
Es fácil demostrar que la genealogía de Lucas 3 es
aquella de María.
En los tiempos bíblicos, era costumbre en el listado
de genealogías utilizar el nombre del marido, y la genealogía de Lucas de María
se mantiene fiel a esto.
Por lo tanto, el padre de José en Mateo 1:16 es un
hombre con el nombre de Jacob.
Sin embargo, en Lucas 3:23, un hombre llamado Heli
aparece como el padre de José.
Sabemos que en Mateo 1:16 que el padre de José es un
hombre llamado Jacob, así que ¿cómo puede Lucas 3:23 ser preciso? ¿Cómo puede
un hombre tener dos papás?
La respuesta a lo anterior es simple.
Heli es suegro de José por el matrimonio a María.
Así es como un hombre puede tener “dos papás”, un
padre y una ‘suegro.
Así que, aunque de acuerdo a la costumbre en los
tiempos bíblicos de la grabación de genealogías, el nombre de José se menciona
en Lucas 3:23, es sin embargo la genealogía de María.
Esto significa que María fue de ‘sangre real’ y que el
linaje del rey David, y el Trono de David estaba con ella y ¡listo para ser
transmitido por herencia a su hijo primogénito, que era Jesús!
Jesús se
sentará sobre el Trono de David
Amados en Cristo, queridos amigos, la profecía de
Isaías fue confirmada por el ángel que anunció a María el nacimiento del Mesías
diciéndole:
“30 Entonces el ángel le dijo: Maria, no temas,
porque has hallado gracia delante de Dios. 31 Y ahora, concebirás en
tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre
JESÚS. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el
Señor Dios le dará el trono de David su padre.”
Lucas 1:30-32
¿Que importancia tiene que Dios establezca Su Reino alrededor de la figura de David?
Definitivamente tiene gran trascendencia porque el Trono
de David fue fundado en Justicia, rectitud y bondad; virtudes que
identificaron a David.
Si examinamos las características de David nos daremos
cuenta que representan en buena medida al modelo de Jesús, la diferencia radica
en que Jesús no ejerció como Rey y David lo hizo por cuarenta años.
El Señor buscó a un rey conforme a su Corazón, un
hombre que pensara y que actuara en base al anhelo de su corazón.
Un corazón misericordioso, bondadoso y justo:
“Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha
buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que
sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te
mandó.”
1ª. Samuel 13:14
Amados, esto nos puede dar una idea de la calidad de
virtudes que Dios Establecerá en Su Reino.
David era un hombre valiente que confiaba plenamente
en Dios y no en sus propias fuerzas:
“Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con
espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los
ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado”.
1ª. Samuel 17:45
David discierno personalmente, era poseedor
de una fuerza Sobrenatural; es por ello que derrotó a un gigante que era mas
fuerte, y con mucha mas experiencia en asuntos de guerra que él.
Este gigante habría amedrentado a los hombres mas
valientes de Israel; sin embargo, David era capaz de matar a un oso o un león
con sus propias manos, lo que supone una fuerza superior a la de cualquier
hombre común.
Veamos:
“33 Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra
aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de
guerra desde su juventud. 34 David respondió a Saúl: Tu siervo era
pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba
algún cordero de la manada, 35 salía yo tras él, y lo hería, y lo
libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la
quijada, y lo hería y lo mataba”
1ª. Samuel 17: 33-35.
¿Quién dijo que David era un jovencito
bien parecido y debilucho?
Contrario a la opinión popular David si era un hombre muy
fuerte, Discierno en lo personal que con fuerza Sobrenatural, pero que no confiaba en sus propias fuerzas sino que
depositaba toda su confianza en Jehová, su protector y su salvador.
Le dijo a Goliat:
“Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré,
y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del
cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en
Israel”.
1ª. Samuel 17:46
David era un hombre que caminaba en Integridad; escuchemos lo que dice le siguiente Salmo:
“1 Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad
he andado; He confiado asimismo en Jehová sin
titubear. 2 Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; Examina mis íntimos
pensamientos y mi corazón. 3 Porque tu misericordia está delante de
mis ojos, Y ando en tu verdad.”
Salmo 26:1-3
Conclusión
Amados en Cristo, queridos amigos, ¿Seriamos capaces
de dirigir a Dios una oración como la dicha en el Salmo anterior?
David fue un hombre de labios puros que no mentía, ni
engañaba a nadie.
De Hecho, con excepción del asunto sobre Urías el
Heteo David fue un hombre recto delante de los ojos de Dios.
Escucha esto:
“1 Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a
mi clamor. Escucha mi oración hecha de labios sin engaño. 2 De tu
presencia proceda mi vindicación; Vean tus ojos la rectitud. 3 Tú has
probado mi corazón, me has visitado de noche; Me has puesto a prueba, y nada
inicuo hallaste; He resuelto que mi boca no haga transgresión”
Salmo 17:1-3
¿Acaso existen cristianos como David
hoy en día? ¿O existe algún Político o Gobernante con esas características?
Las virtudes que caracterizaron el gobierno de David
serán instauradas en el Reino de Dios en la tierra.
Jesús gobernara con justicia y equidad a todos los
hombres por siempre, pero de igual forma juzgará a los impíos y a los pecadores;
Escucha lo que nos dice Cristo:
“3 Y le hará entender diligente en el temor de
Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus
oídos; 4 sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con
equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca,
y con el espíritu de sus labios matará al impío. 5 Y será la justicia
cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.”
Isaías 11:3-5
Oremos
¡Dios
los Bendice!
Ps.
Jorge Macías Benítez