El Poder de la Unidad
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Queridos lectores, familia natural y de la fe, a todo buscador de Amor, Paz, Verdad y Esperanza ¡Bendiciones!
La semana pasada el Padre nos ministro en relación con el Propósito de Unidad que es Su Diseño para el cuerpo de Cristo.
En tanto transcurrían los días y posterior al mensaje de un Pastor cercano que escuche, el Señor me confirmó el continuar profundizando al respecto de esta Columna, de esta Mitzvot para Su Pueblo que entonces los es para nosotros los injertados, también.
Las Mitzvot son preceptos o mandamientos que el judío está obligado a cumplir. De acuerdo con la tradición rabínica existen 613 Mitzvot.
Ahora bien, les pido en Cristo que no malinterpreten o juzguen lo que acabo de Declarar sino hasta haber escuchado todo el mensaje que el Señor nos quiere Ministrar esta mañana de nuestra Asamblea 81 o #A81 y que lleva por título El Poder de la Unidad.
Fundamento
Como ya nos fue ministrado la semana pasada, Unidad es algo que no se puede separar, algo que no se puede dividir.
División significa dos visiones, dos maneras de pensar muy diferentes la una de la otra.
La Unidad genera poder, la División genera destrucción.
Un reino, o un país dividido se destruyen.
En Marcos 3:24, dice la Palabra de Dios :
“Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer.”
Una casa, un hogar dividido se destruye no puede permanecer. Luego en el Versículo 25, dice :
“Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.”
En muchos hogares cada integrante de la familia tiene un propósito diferente, el esposo desea una cosa la esposa otra, cada uno de ellos dice : cuando tenga voy a comprar.
El problema no está en que cada uno tenga un sueño diferente eso es normal; lo que no es normal es que nunca se pongan de acuerdo y por eso nunca consiguen nada, si cada uno solo no puede realizar su sueño.
Es necesario construir Unidad y luchar juntos por ir consiguiendo todas las metas o los sueños, uno a uno con la participación de todos.
En la educación de los hijos también se necesita unidad. Si el padre dice una cosa, la madre dice otra, cuando por fin quieren emitir una orden ya los hijos han hecho lo que ellos querían.
El discutir frente de los hijos el cómo se los va a corregir, hace que se pierda Autoridad, y respeto. Primero pónganse de acuerdo los dos, y después den la orden o tomen la corrección adecuada y acordada.
Satanás que es muy malo, trabaja en unidad. Marcos 3:26 dice:
“Y si Satanás se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin.”
El sabe que la Unidad genera Poder, por eso promueve entre los cristianos la división y el desorden.
Para Jesucristo la Unidad es muy importante, tanto que cuando él estaba en la tierra como hombre oraba por la unidad de sus discípulos.
“Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.” Juan 17:11
Oración
Ahora, hagamos estas preguntas y reflexionemos al respecto :
- ¿Anhelas ser una persona victoriosa en todo lo que emprendas?
¿Deseas vencer todas tus batallas?
Esta mañana el Señor quiere enseñarte un secreto para lograrlo :
¡La Unidad con tu hermano genera Poder!
Quizás pienses que es una pérdida de tiempo unirte a algún miembro de la iglesia, insignificante, que pasa desapercibido quizás hasta a los ojos del pastor, pero estás equivocado.
Dios quiere enseñarte una lección importantísima, hoy, ¡Ahora...!
En 1° Corintios 12:12-26 dice:
“12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. 13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. 14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. 15 Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 16 Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 17 Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? 18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. 19 Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? 20 Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. 21 Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. 22 Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; 23 y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. 24 Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, 25 para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. 26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan”.
FUIMOS BAUTIZADOS EN UN MISMO ESPÍRITU
Dice este pasaje que a todos se nos dio a beber de un mismo espíritu, y fuimos bautizados en un mismo espíritu; podríamos hacer un paralelo con nuestro cuerpo físico :
Lo importante en mi cuerpo es que la mano derecha responda a un lado de la cabeza, y que la mano izquierda responda al otro lado de la cabeza, y que todo el cuerpo responda a la misma cabeza.
Del mismo modo, en la iglesia hay una unidad proclamada.
A pesar de que somos muchos miembros, formamos parte de un solo cuerpo, y lo más lindo es que cada uno es una parte especial del mismo; hay coordinación de tal manera que cuando un miembro se duele, todo el cuerpo se duele junto con él.
Hay Poder en la Unidad, ¡la Unidad genera Poder!
En otras palabras, no hay Poder en un miembro individual sino en el cuerpo, en la iglesia en su totalidad.
El Poder que existe en la Unidad se muestra en la Biblia desde el principio hasta el final; en el Génesis era importante la Unidad entre Dios y el hombre.
El hombre fue creado y nació para vivir en comunión con su creador.
Su relación con Dios generaba en él, Posición, Identidad, Poder, Autoridad y Gloria, nada podía hacer sin Dios,
Jesús afirma en Juan 15:5 :
“…separados de mí nada podéis hacer”.
En el huerto del Edén, Dios le dijo al hombre:
“…mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” Génesis 2:17.
Esa sentencia se cumplió en el hombre cuando pecó, quedando desvinculado de Dios, dejó de ser uno con Él y fue como una heladera desenchufada, que podrá ser muy linda pero no producirá el frío que se necesita porque está desconectada de la fuente de energía.
Desde el principio Dios ha establecido que hay Poder en la Unidad; este es un principio que se aplica tanto cuando se obra mal, como cuando se obra bien.
En muchos pasajes de la Biblia se habla de la Unidad; en algunos casos Dios le habla a una ciudad o a una nación como si le hablara a una persona.
Cuando en una ciudad o nación prevalece un determinado espíritu, esa nación o ciudad adquiere una Identidad que la hace distinta a todas las demás; por lo tanto Dios puede hablar de la misericordia que está en esa ciudad, o lo necia que es… “derramadora de sangre”, ha llegado a decir Dios en alguna oportunidad como en Ezequiel 22:2.
¡Cuando se produce Unidad sea para el bien o para el mal, se genera un Poder muy fuerte!
Cuando hay Unidad, los objetivos se alcanzan.
Veamos lo que dice Génesis 11:6:
“Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer”.
Este pasaje se refiere a la Torre de Babel, el cual era un emprendimiento que Dios no quería que se hiciera; el pueblo en desobediencia estaba edificando y habían llegado a tal punto de unidad, que Dios sabía que nada les haría desistir de lo que se habían propuesto.
Dios determina pues, el remedio para ese problema: ¡La división!
Y dijo :
“7 Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. 8 Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad” Génesis 11:7-8.
De pronto comenzaron a hablar y no se entendían, surgió la confusión; cuando esto pasa, no hay Unidad sino división.
Cuando en un matrimonio comienza la discusión, cuando la esposa dice que no entiende a su esposo, que se lo ha dicho de mil maneras, se desarma la Unidad.
¡Dios abomina la división!
Hay un Mitzvot en la Unidad y Dios quiere dividir las fuerzas del mal, porque ellas vienen a deshacer la iglesia, el matrimonio, una empresa, una organización o un país.
Hay un Mitzvot que les quiero compartir; las palabras adquieren el significado que nosotros les queremos dar, a veces tienen un significado etimológico, pero su verdadero significado depende del espíritu con que las hablamos o interpretamos.
En un ejemplo, hablemos de Democracia.
Hasta ahora creemos que la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, y para el pueblo, así nos lo enseñaron. Sin embargo, estuve leyendo acerca de los mártires de Chicago, que tenían un concepto de la democracia que venía de la Revolución Francesa :
Se los consideraba anárquicos, ellos decían que por eso mismo se los condenaba; “Porque defendemos la libertad, la fraternidad, y la igualdad es que nos están condenando”.
Estudiando acerca del tema, identifico que hay gente que ve a la democracia no como el gobierno del pueblo, por el pueblo, y para el pueblo, sino como un sistema de gobierno que divide al pueblo en partidos, para que discutan hasta cansarse, matarse, agotarse, y dividirse; entonces en algún momento de la historia, surge la democracia como la mejor manera de destruir la unidad que tenían los gobiernos a través del rey.
Era más fácil llegar a la anarquía, para debilitar;
Escucha, son éstas personas las que desde el año 1700 piensan en instaurar un gobierno mundial.
Cristo también habla de la Unidad de la iglesia; los miembros formamos parte los unos de los otros y podemos vivir armoniosamente porque hemos sido bautizados todos en un mismo espíritu, por tanto, todos podemos hablar lo mismo y estar de acuerdo.
Estar de acuerdo no significa ser iguales, como por ejemplo, en el cuerpo, todos los miembros son distintos y cumplen distintas funciones pero no obstante, todos colaboran para el bien del cuerpo. ¡En el cuerpo humano hay una unidad maravillosa!
LA UNIDAD DEL CUERPO HUMANO
Cuando comienza a fallar algún órgano del cuerpo, éste pierde fuerzas; imagínate a la sangre armando una huelga en las arterias, imagínate un hígado anarquista, que diga:
“A mí no me van a decir lo que tengo que hacer. Me tienen encerrado toda una vida en la oscuridad sin poder disfrutar de la brisa, del viento, de la luz, del sol… sólo vivo para trabajar y trabajar”.
Ahora, te invito a reflexionar en esto :
¿Tienes un hígado rebelde?
El hígado no entiende ni razona, sólo sabe lo que tiene que hacer para que el cuerpo funcione correctamente.
Quiero hablar de la Unidad de la iglesia y para ello, compararé al cuerpo de Cristo con el cuerpo humano.
Estuve aprendiendo recientemente sobre este tema, cosas que me dejaron impactado.
Hay funciones en nuestro organismo que son fantásticas; cada parte del mismo está colaborando para que el cuerpo ande bien, y es verdad lo que dice el apóstol Pablo al expresar que cuando un miembro está enfermo todo el cuerpo está mal.
Durante la semana, se manifestó en mi cuerpo una fuerte infección en la amígdalas; en estos días el malestar continúa.
Todos los días y sus noches siento malestar y no puedo decir : “Me las voy a cortar” o “las echaré del cuerpo”.
¡No! ¡Todo el cuerpo colabora para ayudar a las amígdalas y pelea, mientras estas están adoloridas!
¡Todo el cuerpo hace algo para que las amígdalas no sufran!
Pero imagínate que la sangre diga: “¿Qué tengo que ver con las amígdalas?”
Aprendí que existen en nuestro organismo determinadas células denominadas “B” que son como una fábrica que produce anticuerpos. Nace una célula B y extrae de nuestro ADN un gen que tiene, inserta UNA fórmula para fabricar un anticuerpo; incorpora ese gen y desde ese momento se trasforma en una fábrica de ese anticuerpo, asimismo, nace otra célula que se dedica a fabricar otro tipo de anticuerpo.
El anticuerpo es una especie de Y que tiene dos deditos y con ellos toca por ejemplo, un glóbulo rojo y dice: “¡Este es amigo!”, toca un glóbulo blanco también dice: “Es mi amigo”, pero toca un virus o una bacteria con esos dos deditos que tienen miles de millones de terminaciones especiales para cada virus, que encastran perfectamente en la terminación correspondiente, y dice: “¡Es un enemigo y hay que combatirlo!”.
La célula B fabrica esas terminaciones y las pone con un pegamento especial; sale a navegar por la sangre y cuando encuentra un virus que tiene la conformación de esa terminación de ese virus que ella estuvo fabricando, el anticuerpo se le pega a esa bacteria o virus e inmediatamente arranca un pedacito de su membrana, lo introduce en una bolsita y lo manda en un taxi para la célula B; ésta lo analiza, lo termina de destrozar y lo manda en el mismo taxi afuera de la membrana y luego viene otra célula llamada T , que viene a ayudar a la célula B.
De dentro de la célula T sale una proteína que se mezcla con otra sustancia y cuando está fuera, la célula T le presenta a la célula B, lo que ha estado examinado, y las dos se ponen de acuerdo.
Luego, la célula T produce una sustancia que se llama interleuquina y le da una orden a la célula B y le dice:
“Ahora vamos a producir esto”.
Y la célula B comienza a producir y fabricar esos anticuerpos y no los pega más sino que los libera.
La célula T manda interleuquina que en poco tiempo comienza a llenar la sangre de esos anticuerpos. El anticuerpo se pega a un virus y lo marca, y luego se desata otro sistema que va a destruir al virus o a la bacteria.
¡Nuestro cuerpo tiene una organización impresionante!
Hay todo un sistema de defensa, con soldados de infantería, fuerzas aéreas, con cañones y misiles, que se disponen de una manera maravillosa.
Les describí una de las muchas funciones que tiene la sangre; todas esas células están dentro de nuestro organismo y trabajan sin quejarse y hacen lo que les corresponde para que todos estemos bien.
Imagínate que la célula B diga: “Estoy cansada de hacer esto, a mí nadie me va a decir lo que tengo que hacer, quiero independizarme…” ¡Qué caos sería! O que la célula T organizara una huelga…
Me asombra la obra de Dios y no puedo entender cómo hay gente que dice que no hay Dios.
La Biblia afirma:
“Dice el necio en su corazón: No hay Dios” Salmo 14:1.
Estuve también leyendo sobre la coagulación, por ejemplo, cuando se abre una herida, para que actúe y no nos desangremos… ¡este sistema es una maravilla!
Hay una infinidad de cosas que trabajan automáticamente, y por ejemplo, el cuerpo sabe cuándo hay que producir coágulos, porque no es en cualquier momento y lugar.
También en estos días he leído acerca de la actividad del hígado; por él pasa un cuarto litro de sangre por segundo, el 10% de sangre de nuestro cuerpo.
¡El hígado es un laboratorio increíble! ¡Gracias Dios por él!
Veamos algunas de las funciones que tiene:
- Ayuda a la sangre a liberar sustancias nutritivas
- Excreta desechos y toxinas
- Almacena glucógeno, que es como la gasolina de un motor
- Almacena hierro, cobre, vitamina A, vitamina B, vitamina D
- Cuando viene la sangre, le pregunta: “¿Cuánto quieres de vitamina A, B, o D?”
- Le da lo que ella necesita.
- Asimismo produce albúmina que sirve para la coagulación y otras proteínas que sirven para la anticoagulación
- A través del hígado la sangre se abastece de todo, tiene unos fagotitos que eliminan sustancias extrañas y bacterias de la sangre.
¡Qué bueno que el hígado no es rebelde!
Muchas veces nos comparamos con quien está a nuestro lado y nos entristecemos porque no tenemos determinada cualidad; pero por ejemplo, lo bueno de mi esposa y de mí que es que no somos iguales, sino bien distintos y por tanto, la habilidad de ambos nos complementa.
Recuerdo que quería que mi amada esposita Maricela fuese como yo, pero luego me di cuenta que era mejor que fuera diferente a mí.
Cuando es necesario poner límites a alguien, mi esposita me dice: “Jorge, vas tú”, y cuando hay que definirlos en asuntos de educación o domésticos, aun ministeriales, le digo a Maricela mi esposita : “Creo que debes de ser tú”.
¡Nos complementamos!
Dice la Biblia en Levítico 26:8:
“Cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil, y vuestros enemigos caerán a filo de espada delante de vosotros”.
¡Hay un Poder enorme en la Unidad!
Pero para ello, el hígado tiene que seguir siendo hígado, el glóbulo rojo tiene que seguir siendo glóbulo rojo y cada uno tiene que estar en su lugar, unidos.
La Biblia afirma que cada miembro está unido por medio de coyunturas. A ti te corresponde una iglesia, un pastor y un grupo de hermanos, porque son tus coyunturas dentro del cuerpo de Cristo.
No debes andar como una veleta para todos lados, ¡tienes un lugar en el cuerpo de Cristo! Pertenecemos a un solo cuerpo y en la Unidad hay Poder.
CONCLUSIÓN
Mateo 18:19 dice:
“…si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”.
La oración de una sola persona puede mucho, pero la oración de dos puede más.
El día que el cuerpo de Cristo, la Ekklesia entienda y Discierna que necesita estar unido, dejará de lado los celos, el resentimiento, el enojo…
Clamo al Señor para que ningún cansancio, que ninguna envidia te separe de tu hermano y que solamente el Amor de Dios prevalezca.
El día que logremos eso en nuestras vidas, experimentaremos una Gloria y un Poder que nunca antes hemos vivido.
Hoy quiero que te lleves todo el Amor de Dios; es necesario que le digas a Dios :
“Quiero amarte y quiero amar a mis hermanos como nunca antes lo hice”.
Si reconoces que hasta hoy has vivido como “el llanero solitario”, haciendo tu vida, sin tener en cuenta a tu prójimo, sin vivir en comunión con tus hermanos, es necesario que le pidas perdón a Dios y cambies de rumbo radicalmente.
¡Hay Poder en la Unidad!
Tú mismo recibirás la bendición como consecuencia de estar unido a tus hermanos.
Si estás arrepentido y dispuesto a cambiar de actitud, repite esta oración:
“Padre querido me presento delante de ti pidiéndote perdón por vivir lejos de ti y de mis hermanos. Límpiame y purifícame con tu sangre preciosa; que no sea un miembro divisor, que no debilite al cuerpo. ¡Quiero ser un elemento de unión! Quiero que me llenes de tu amor, ¡bautízame con tu amor! Quiero amarte, anhelo estar ligado a mis hermanos como nunca antes. Líbrame de los chismes, de los celos, líbrame de esos sentimientos que me vienen contra la iglesia, contra mis hermanos, contra mi pastor y contra ti mi Dios. ¡Sálvame Señor! Líbrame de ser un acusador y de estar señalando a mis hermanos. Abro mi corazón para que lo llenes de tu amor y de tu presencia. ¡Líbrame del doble ánimo! En el nombre de Jesús hago esta oración, amén”.
¡Dios les Bendice!
Pastor Jorge Macías Benítez.